INTRODUCCIÓN
La educación en el presente siglo XXI plantea nuevos desafíos a todos los actores educativos. En este contexto diverso, se buscan estrategias que permitan continuar el proceso de aprendizaje de manera eficaz, desde la planificación hasta la evaluación, siendo esenciales para consolidar el aprendizaje de los discentes. Es importante destacar que estas estrategias, cuando se aplican de manera pertinente, contribuyen significativamente al incremento de los conocimientos sobre un tema específico, permitiendo a los estudiantes desarrollar habilidades cognitivas y sociales (Wong y Lam, 2021).
En la búsqueda de diversas fuentes de información, se hallaron investigaciones relevantes en diferentes países. Por ejemplo, un estudio llevado a cabo en España describe la observación de que muchos docentes imparten clases utilizando métodos tradicionales en el aula, lo que se acompaña de actitudes negativas. Esta situación dificulta considerablemente el logro de un aprendizaje significativo en el ámbito de las ciencias (Vildósola, 2009). Asimismo, en República Dominicana, se identificó un estudio que señalaba actitudes negativas de los maestros hacia los estudiantes con habilidades especiales, atribuyéndolas a factores como el nivel socioeconómico y la falta de formación en actitudes positivas (León, 2017).
En cuanto a la retroalimentación, una investigación reciente examinó conceptos clave relacionados con esta práctica, así como la percepción de estudiantes y docentes sobre su aplicación en el trabajo pedagógico. El estudio, que abarcó el período de 2008 a 2018 en Reino Unido, Australia y China, destaca la retroalimentación como un diálogo constante entre estudiantes y docentes que promueve la autorregulación (Quezada y Salinas, 2021). Por otro lado, en Costa Rica, se llevó a cabo una investigación que enfatizaba la importancia de la retroalimentación como un componente fundamental para apoyar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, utilizando una rúbrica para evaluar su eficacia (Kuok y Micheline, 2019).
Es fundamental destacar que el éxito académico está estrechamente relacionado con la actitud positiva del docente, quien brinda un apoyo constante y sigue de cerca el progreso de los estudiantes (Muñoz y Lozada, 2018). Sin embargo, existen preocupaciones sobre el número considerable de docentes con actitudes negativas, que pueden tener un impacto perjudicial en el desempeño de los estudiantes (Sanhueza et ál., 2021). Además, desde la educación inicial hasta la superior, se observan diversos obstáculos por parte del profesorado, que se manifiestan en actitudes desmotivadoras, falta de formación continua y dificultades para adaptarse a las necesidades de los estudiantes inclusivos (Rodríguez et ál., 2021).
Por otro lado, la retroalimentación es una herramienta crucial que facilita el logro de los objetivos de aprendizaje, ya que permite a los estudiantes modificar y reorganizar sus ideas para ser competentes (Espinoza, 2021). Sin embargo, en el ámbito educativo, esta estrategia a menudo se aplica de manera inadecuada debido a factores como la falta de conocimiento sobre su aplicación efectiva y las prácticas docentes inadecuadas (Bautista et ál., 2021; Muñoz, 2020). Es necesario establecer lineamientos claros para una evaluación formativa que incluya retroalimentación constructiva, identificando fortalezas, debilidades y formas de mejora en las actividades realizadas (Felipa y Páez, 2021).
A partir de las problemáticas identificadas, se evidencian deficiencias en el proceso de enseñanza y aprendizaje relacionadas con la actitud docente y la retroalimentación, aspectos esenciales para el éxito educativo. Por lo tanto, surge la siguiente interrogante: ¿Cómo puede una retroalimentación efectiva mejorar la práctica pedagógica y el rendimiento estudiantil? Asimismo, se plantea la necesidad de comprender cuándo es crucial que el docente adopte una actitud positiva para desarrollar una práctica pedagógica exitosa. En este sentido, el objetivo general de esta investigación es revelar la importancia de la actitud docente en la aplicación de la retroalimentación, lo cual nos permitirá comprender su impacto en el proceso educativo.
METODOLOGÍA
Se llevó a cabo una revisión sistemática, la cual se define como un estudio minucioso, selectivo y crítico que recopila datos esenciales sobre un tema específico (Vera, 2009). En este sentido, se seleccionaron 90 artículos de diversas bases de datos como Scopus, Scielo y el buscador especializado Scholar Google. Posteriormente, se procedió a sistematizar estos artículos utilizando el gestor Zotero y una matriz de análisis.
Para la selección de los artículos de investigación, se utilizaron términos relacionados con el tema de estudio, tales como "actitud docente" y "retroalimentación". En SCOPUS, se emplearon las siguientes descripciones: "actitud", "docente", y "retroalimentación", mientras que en SCIELO se utilizaron los términos "(actitud) AND (docente)" y "(retroalimentación)" por separado. Además, se realizó una búsqueda en el buscador especializado de Scholar Google utilizando los términos "actitud docente" y "retroalimentación". Todos estos términos son de actualidad y relevantes para el estudio.
Para la selección de los artículos de investigación, se siguió la guía propuesta por la declaración PRISMA, como se muestra en la Figura 1.
Inicialmente, la búsqueda de "Actitud Docente" y "Retroalimentación" en las bases de datos de Scopus, Scielo y Scholar Google arrojó un total de 86 artículos. Luego, se realizó una búsqueda complementaria que resultó en el hallazgo de 4 artículos adicionales. Seguidamente, se procedió a eliminar los artículos duplicados, lo que dio como resultado la exclusión de 30 artículos. En la etapa de filtración, se excluyeron otros 45 artículos debido a la falta de fidelidad en su contenido y la inconsistencia de los datos. Finalmente, de los 15 artículos restantes, se analizaron en su totalidad, y se incluyeron 12 de ellos en el presente estudio de investigación. Todos los artículos seleccionados en la revisión abordaban temas relacionados con la educación, específicamente las actitudes de los profesores y la retroalimentación.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En cumplimiento al propósito y objetivos de la investigación, la misma que se desarrolló considerando la temática acerca de la actitud docente y la retroalimentación en la didáctica pedagógico. En la Tabla 1 se describen las investigaciones encontradas en las bases de datos Scopus, Scielo y en el buscador especializado Scholar Google. Para la Actitud Docente se seleccionaron 7 artículos. Los trabajos se realizaron en los países de España (2), Chile (3), México (1) y Venezuela (1). Para la Retroalimentación se seleccionaron 5 artículos. Los trabajos se realizaron en los países de España (2), Chile (2), y Ecuador (1).
A continuación, se presentan las ideas principales relacionadas con la actitud docente, extraídas de los artículos analizados, destacando la relevancia de algunos conceptos característicos. La actitud docente es un factor crucial que aborda cuestiones relacionadas con la creación de condiciones óptimas para el desempeño del docente, con el fin de favorecer la inclusión en el aula de estudiantes con síndrome de Down (SD) y otras necesidades educativas especiales (NEE), lo cual se puede lograr a través del desarrollo y validación de un instrumento para evaluar el trato y las oportunidades de aprendizaje (Muñoz et al., 2021). Además, para brindar una atención adecuada a la diversidad de los estudiantes, es fundamental que los docentes estén adecuadamente capacitados en habilidades blandas, como garantía de una enseñanza efectiva en las instituciones educativas (Paz y Flores, 2021). Por lo tanto, el ejercicio docente debe ir acompañado de una formación continua, con la participación de diversos actores sociales, en busca de una educación de calidad (Castillo y Miranda, 2018).
Es esencial la formación inicial de los docentes para cultivar una buena actitud hacia la educación inclusiva y la diversidad, ya que se ha comprobado que el nivel de estudios máximo, la edad, el sexo y el área de formación no son determinantes (Sevilla et al., 2018). Por lo tanto, es primordial que los institutos y universidades formadoras de docentes proporcionen una formación basada en el cultivo de actitudes positivas durante la carrera de educación (Castillo y Miranda, 2018). Además, el dominio de los contenidos del área, curso o asignatura es crucial; se observó una baja autopercepción en la escala de actitud hacia el conocimiento para su enseñanza, lo que sugiere la necesidad de una actualización constante por parte de los docentes (Vásquez et al., 2019).
En cuanto a la medición de la actitud de los docentes en ejercicio, en formación y a punto de finalizar la carrera docente en educación inclusiva, se concluyó que tienen una actitud positiva en general, aunque existen aspectos en los que se podría mejorar. Destacan con una excelente actitud las docentes, especialmente en la atención a los estudiantes con necesidades educativas especiales (Rodríguez et al., 2021). Se destaca la diferencia en la actitud entre docentes de escuelas públicas y privadas, debido a varios factores que dificultan una educación equitativa y democrática (García et al., 2021).
Es importante mencionar que la actitud de los estudiantes y su capacidad para desarrollar habilidades y oportunidades de aprendizaje, especialmente en un entorno inclusivo, dependen en gran medida de la atención y la actitud de sus docentes. Los docentes están capacitados e informados para proporcionar a sus estudiantes las herramientas y estrategias necesarias para mejorar su aprendizaje y desenvolverse competentes en la sociedad, lo que les permite mejorar su calidad de vida (Muñoz y Losada, 2018). A continuación, exploraremos otras investigaciones sobre la actitud docente para profundizar y fundamentar más detalladamente el tema de estudio.
Hablar de la actitud pedagógica que deben poseer los docentes es buscar en ellos un enfoque constructivo; es decir, que puedan adoptar conductas mediadoras del cambio de conocimientos frente a sus estudiantes. Esta actitud implica analizar aciertos y errores en el trabajo del maestro, corregir sus deficiencias y comprometerse a aceptar nuevos paradigmas educativos, profesionales y laborales (Fernández, 2014). Por otro lado, los maestros frente a un grupo de estudiantes muestran diversas actitudes, que son perceptibles por los estudiantes. Es necesario destacar que la actitud que muestran los estudiantes también es crucial para generar espacios de confianza y compromiso en el proceso de aprendizaje (Segarra y Julià, 2021).
Cuando el docente muestra actitudes favorables, actuará con dedicación hacia su profesión y sus estudiantes, y ayudará a establecer relaciones adecuadas entre los estudiantes y su entorno, incluyendo la sociedad, la familia y los amigos. Estas actitudes también les permitirán desarrollar habilidades sociales como la asertividad y una autoestima óptima. Por lo tanto, los docentes son capaces de regular su actitud frente al proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que influye en la generación de actitudes positivas en los estudiantes y su participación en las actividades pedagógicas (Segarra y Julià, 2021). Las actitudes que muestran los maestros frente a su práctica docente pueden obstaculizar la versatilidad en la enseñanza de los aprendizajes y promover una formación integral de los estudiantes, lo que destaca la necesidad de desarrollar cursos relacionados con el manejo de actitudes en la práctica docente (Vildósola, 2009).
En relación con este tema de estudio, surge la necesidad de profundizar en la actitud del profesorado hacia los factores relacionados con sus dimensiones emocionales. Las facultades emocionales implican un conjunto de conocimientos, talentos, ingenio y disposición para reflexionar, comprender, manifestar y ajustar adecuadamente nuestras emociones. Su objetivo es proporcionar funciones profesionales para promover el bienestar personal y social, siendo un aspecto importante de la ciudadanía activa, efectiva y responsable. Adquirirlas y dominarlas ayuda a mejorar una adaptación en la sociedad y a enfrentar desafíos de cualquier tipo. Sus ventajas incluyen el fomento del proceso educativo, las interacciones y la resolución de conflictos (Bisquerra, 2009).
Además, para hablar de la estructura de las competencias emocionales, es necesario mencionar cinco aspectos: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía personal, competencia social y habilidades para el bienestar. Estas competencias son fundamentales para el desarrollo profesional de los maestros y les permiten ayudar a sus estudiantes en el manejo de las emociones. Un profesor bien preparado puede implementar efectivamente la educación emocional, un proceso continuo y permanente que fortalece el desarrollo de las competencias emocionales como elementos básicos del crecimiento personal y social (Bisquerra, 2009).
De las diversas fuentes bibliográficas consultadas sobre la actitud docente, se deduce que los cambios estructurales en los sistemas educativos mundiales buscan mejorar la enseñanza y el aprendizaje en las aulas, brindando a los estudiantes una formación integral que satisfaga sus expectativas. Esto implica que los maestros, desde su formación como futuros educadores, estén siempre en constante preparación, investigación, reflexión y creación, para asumir actitudes positivas frente al desafío de mejorar los aprendizajes y la calidad educativa en un mundo globalizado.
Por otra parte, se presentan las ideas principales relacionadas con la retroalimentación, extraídas de los artículos analizados, destacando la relevancia de algunos conceptos característicos. La retroalimentación se define como el conjunto de interacciones entre estudiantes y docentes, destinado a construir un conocimiento fortalecido y significativo para formar estudiantes autónomos e integrales. Existe una gran preocupación por implementarla de manera efectiva, alineada con un sistema que cubra expectativas y necesidades, considerando los diversos contextos en los que se desenvuelven los estudiantes. Se busca un modelo eficaz de retroalimentación para el aprendizaje, que tenga en cuenta la percepción del docente y los estudiantes y esté sustentado en criterios de calidad (Quezada y Salinas, 2021).
Con respecto a la propuesta formativa del Prácticum, se caracteriza por ser un espacio para la reconstrucción del conocimiento y el aprendizaje, con la participación de docentes y estudiantes, donde emergen diversas actividades grupales que facilitan la construcción de un nuevo aprendizaje significativo (Saiz y Susinos, 2018). La retroalimentación en el proceso de aprendizaje es esencial para preparar la estructura cognitiva y acortar la distancia entre lo que se sabe y lo que se debe aprender, con el objetivo de formar estudiantes autónomos. También se destaca la importancia de la evaluación formativa, donde tanto el docente como el estudiante generan información para mejorar el proceso de aprendizaje (Espinoza, 2021).
La utilidad de la retroalimentación radica en las interacciones entre los agentes educativos activos, donde participan diversos tipos de estudiantes bajo la orientación del docente. Esta estrategia permite acompañar de manera inmediata y asincrónica a los estudiantes, fomentando su autonomía. El docente motiva al estudiante destacando los aspectos positivos y brindando información sobre los errores para superarlos, lo que contribuye al fortalecimiento de su aprendizaje (Contreras y Zúñega, 2018).
En conclusión, la retroalimentación es un proceso que consiste en devolver al estudiante sus logros y dificultades durante su aprendizaje. Proporciona información cualitativa sobre los resultados positivos, los desafíos y las formas de mejorar el trabajo, con el objetivo de guiar al estudiante hacia el logro de sus metas de aprendizaje. Los modos de retroalimentación incluyen ofrecer preguntas para desarrollar habilidades de reflexión, describir y devolver el trabajo del estudiante, mantener una buena comunicación para fortalecer las emociones positivas y ofrecer sugerencias para mejorar la tarea (Anijovich, 2019). Otra estrategia es la escalera de Daniel Wilson, que consta de cuatro pasos: clarificar, valorar, expresar inquietudes y sugerir (Piñón, 2020). Considerando la clasificación de la retroalimentación, se puede dividir en retroalimentación sobre el resultado y retroalimentación sobre los procesos de las tareas (Hattie y Timperley, 2007).
De la información analizada, se puede deducir que la retroalimentación es esencial para el proceso de aprendizaje, ya que orienta al estudiante hacia su zona de desarrollo potencial y promueve la autonomía. Los recursos, medios y materiales educativos, junto con el acompañamiento al estudiante, juegan un papel importante en este proceso, lo que contribuye a mejorar los resultados del aprendizaje de los estudiantes (Torres y San Martin, 2020).
CONCLUSIÓN
En esta investigación de revisión, se observó un marcado interés en los temas de actitud docente y retroalimentación. A pesar de la abundante literatura sobre cada uno de estos temas por separado, se encontró una escasez de trabajos que abordaran la relación entre ambos. Se notó que la actitud docente se manifestaba en entornos de inclusión y diversidad, mientras que la retroalimentación se utilizaba para mejorar el aprendizaje en diversas áreas curriculares y con el apoyo de recursos tecnológicos. Sin embargo, no se encontró una clarificación sobre la naturaleza de la relación entre ambos conceptos.
Por lo tanto, se consideró prioritario e relevante investigar la influencia de la actitud docente en el proceso de retroalimentación para lograr aprendizajes significativos. Se evidenció que la retroalimentación era una estrategia fundamental para el proceso de aprendizaje, y su efectividad se veía potenciada cuando los docentes adoptaban actitudes positivas hacia este proceso. Asimismo, la formación de estas actitudes desde los centros de estudios superiores fue crucial para que los docentes las implementaran de manera efectiva en las aulas, tal como recomendaron los diversos autores consultados. Además, se consideró necesario intensificar las capacitaciones a lo largo de la carrera profesional docente, dado que la sociedad actual demandaba una preparación adecuada en el profesorado, especialmente en el ámbito educativo.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo de revisión.