INTRODUCCIÓN
La conducta es una serie de acciones corporales, motrices, gestuales, verbales como respuestas instantáneas; se espera que especialmente los niños y adolescentes tengan un perfil adecuado al enmarcarse en un patrón aceptado por todos (1,2), sin embargo, precisamente los niños y adolescentes que están en un proceso de aprendizaje presentan mayor variabilidad y problemas y es cuando la familia, los educadores y el personal de salud deben orientar la adquisición de una conducta adecuada.
Por lo tanto, los problemas de conducta son aquellas acciones que salen del patrón propio para la edad con una intensidad, frecuencia y duración constante y permanente que llevan a la limitación de realización de las actividades de la vida diaria y/o a estados de relaciones conflictivas en los espacios de convivencia (3).
Estos problemas tienen un comienzo temprano, apareciendo los primeros síntomas en la infancia, aproximadamente a los dos años, generan alteraciones cognitivas, emocionales y comportamentales. Si bien no existe una clara etiología de estas, es posible encontrar diferentes factores tanto biológicos, psicológicos y sociales que predisponen la presencia de problemas de conducta, además la genética cumple un papel muy importante en la aparición de estos problemas, siendo más probable en niños/adolescentes con familiares con un historial clínico de trastornos de conducta (4,5).
A nivel internacional en España por ejemplo los problemas de conducta indican una prevalencia global de entre el 3 y el 7% siendo más en niños (4 y 7%) que niñas (2 y el 3%), en la adolescencia se presenta entre el 1,5 y el 3,5 %, siendo mayor en estrato socioeconómicos bajos y en zonas urbanas (6,7). En Ecuador se han detectado estos problemas en porcentajes elevados en el estudio de Cordero en el 2020 se evidencia una alteración de conducta en el 40% (8), a su vez en Cuenca se han realizado varias investigaciones encontrándose datos muy diferentes que van desde el 20% de problemas de conducta en niños de 5 a 6 años (9), otro del 24,8% en pre escolares (10); y otro en un centro de desarrollo infantil en donde se observó el 36,7% de dichos problemas (11).
Debido a ello, reconociendo los diversos resultados que reflejan un aumento de casos en varios lugares, es preciso detectarlos lo más temprano evitando complicaciones posteriores, para lo cual se puede aplicar el Eyberg Child Behavioral Inventory (ECBI) en la versión española conocido como Inventario de Eyberg, un cuestionario para padres y docentes, diseñado para evaluar a niños y adolescentes que se encuentren entre los 2 y 15 años de edad, caracterizado por ser utilizado en el área educacional y de salud específicamente en el área de pediatría en donde es considerado como un instrumento que permite descubrir los problemas de conducta, así como también permite hacer un seguimiento en el tratamiento de pacientes con dichos problemas (12).
Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue determinar los problemas de conducta en pacientes de 2 a 15 años del área de Pediatría del Hospital Vicente Corral Moscoso durante el periodo 2021.
MATERIALES Y MÉTODOS
El diseño de estudio fue de tipo mixto, bajo análisis observacional y descriptivo de corte transversal, se consideró como población de estudio a los pacientes de 2 a 15 años hospitalizados en el departamento de Pediatría del área clínico quirúrgica del Hospital Vicente Corral Moscoso atendidos en el año 2021, el tamaño de la muestra fue calculado mediante el programa Epidat versión 3.1. Los parámetros que se consideraron fueron: población 1099, proporción esperada del 20% con nivel de confianza 95%, precisión absoluta del 5%; determinándose una muestra de 201 pacientes. Para la recopilación de información se utilizó un formulario de características sociodemográficas de los pacientes según: edad, sexo, lugar de procedencia, nivel de instrucción y ocupación del padre o tutor; además el Inventario de Eyberg que consta de 36 ítems preestablecidos que utilizan una escala tipo Likert y valora los problemas de conducta según la puntuación, además valora categorías como: ansiedad, agresividad, negatividad y/u oposición, déficit de atención, problemas para dormir y problemas para comer, el mismo fue aplicado a los padres o tutores que firmaron previamente el consentimiento informado. La información se ingresó en una matriz de datos del software estadístico SPSS de IBM versión 25 en español para Windows y se procesaron con estadística descriptiva. Para variables cualitativas se aplicó frecuencias y porcentajes; en variables cuantitativas media. Para la presentación se elaboraron tablas de acuerdo a los objetivos.
RESULTADOS
En la Tabla 1, de los 201 pacientes analizados de acuerdo a las características sociodemográficas se observa que la mayoría (46,8%) son adolescentes de 10 a 15 años, predomina el sexo masculino (58,7%), son de procedencia urbana (74,6%), cursaban básica superior (29,9%), y cerca del 30% de los padres o tutores están desocupados, como se evidencia a continuación.
En la Tabla 2 llama la atención que más de la mitad (51,7%) de los pacientes estudiados presentan problemas de conducta de los cuáles el 11,9 % ya tienen alteración de conducta y el 39,8% están en riesgo.
De los 24 pacientes que presentaron alteración de conducta el 66,6% son adolescentes, en relación al sexo no se presenta diferencia, de acuerdo a la procedencia la mayoría (75%) son de área urbana; en relación a la instrucción 50% están en básica superior y uno de cada tres son hijos de padres desocupados (Tabla 3).
Según la categoría valorada se destaca que 3 de cada 4 pacientes con problemas de conducta tienen ansiedad (75%), la agresividad se presenta en el 20,84%, el déficit de atención en el 4% y no se encontró negatividad, problemas para dormir y comer.
DISCUSIÓN
Los problemas de conducta en niños y adolescentes son cada vez más estudiados considerándose un desafío para los padres de familia y los servicios de atención de salud, por lo que, es importante en primera instancia establecer las características sociodemográficas y las alteraciones más frecuentes de dichos problemas para posteriormente construir planes y proyectos que vayan en beneficio de este grupo poblacional.
En el presente estudio se evidenció que el 11,9 % de los niños y adolescentes presentan alteración de conducta, cifra superior al 3 y 7% que se indica en una investigación Española de Pediatría (6,7), contrastando con investigaciones en los que se refiere valores superiores como el 16,22%, en la investigación realizada en Paraguay en el 2017 por Fariña, et al., sobre Epidemiología de los trastornos mentales en niños y adolescentes en el Departamento de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia del Hospital de Clínicas (13). A su vez en investigaciones realizadas en Cuenca se han reportado el 20%, 24,8%, y 36,7% en Chocho, et al, en el 2016 en 35 niños de una escuela (9), Huiracocha, en el 2013 en una investigación desarrollada en centros municipales de desarrollo infantil (10) y Naranjo, et al., en el 2016 en un centro de desarrollo infantil respectivamente (11).
Se enfatiza que el Inventario de Eyberg utilizado también valora el riesgo de presentar problemas de conducta dato muy importante en base al cual se podrían implementar la aplicación de medidas de promoción en la salud mental en los niños y adolescentes, en el presente estudio cerca del 40 % de los niños tienen el riesgo de tener problemas de conducta cifra superior a la encontrada por Tacuri, en el 2019 en niños de consulta externa del Hospital Vicente Corral Moscoso de Cuenca en el que se manifiesta que el riesgo es del 19,2% (14) a diferencia del estudio realizado por la Universidad Técnica de Ambato en el año 2018 en una casa hogar en el que se encontró que el 78.9% de los niños están en riesgo de presentar estos problemas (15).
En relación a, las características sociodemográficas de los que tienen alteración de conducta en el presente estudio según la edad se encontró que el 66,6% son adolescentes de 10 a 15 años dato superior al encontrado por Fariña, et al., sobre Epidemiología de los trastornos mentales en niños y adolescentes en el Departamento de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia del Hospital de Clínicas, Universidad Nacional de Asunción en donde se observó que el 56,8% eran adolescentes (13) y muy alto en comparación al manifestado por Javaloyes, et al., en España en el 2008 en un estudio sobre Trastorno del comportamiento en el que indica que dichos problemas se presentan en adolescentes en el 1,5 a 3,4%. (6,7).
De acuerdo al sexo de los pacientes con problemas de conducta no se encontró diferencia debido a que, el 50% fueron hombres y el 50% mujeres, contrastando con otras investigaciones en la que se manifiesta que hay un predominio en el sexo masculino como lo refiere un estudio de la Sociedad Española de Pediatría que señala que los problemas de conducta son más en niños (4 y 7%) que niñas (2 y el 3%); así como, en un estudio realizado en Colombia en el 2015 por Ricardo-Ramírez, et al., sobre Características sociodemográficas y trastornos mentales en niños y adolescentes de consulta externa psiquiátrica infantil de una clínica de Medellín (16) en el que se reporta el 69% de sexo masculino y en el 2019 en Cuenca Tacuri, et al, (14) en una investigación en consulta externa del Hospital Vicente Corral Moscoso se encontró que era mayor en el sexo masculino con el 53,4%.
Según el lugar de procedencia en el presente estudio se identificó que el 75 % de los que tiene alteración de conducta son del área urbana coincidiendo con el 74% identificado en un estudio elaborado en la misma ciudad en el 2019 por Tacuri en consulta externa (14) y también por la información presentado por Javaloyes, et al., en España en el 2008 en un estudio sobre Trastorno del comportamiento en el que indica que dichos problemas se presentan con mayor prevalencia en los que provienen de zonas urbanas (6,7).
En cuanto a la ocupación del padre o tutor se evidenció que, en el 29,2% se encuentra desocupado, indirectamente correspondería a un estrato social bajo coincidiendo con el estudio de Javaloyes, et al., en España en el 2008 sobre Trastorno del comportamiento en el que evidencia que los problemas de conducta se presentan en estratos socialmente desfavorecidos (6,7).
Con respecto a, la categoría valorada en los problemas de conducta se identificó un porcentaje muy alto (75%) que tienen ansiedad por su lado Begazo, et al, en un trabajo elaborado en el 2018 en Arequipa, sobre Prevalencia de ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención en estudiantes de un colegio evidenció que la ansiedad se presentó en el 61,4% (17) en cambio otros estudios presentan porcentajes bajos 13,22%, 6,8% y 2,4 % identificados por Fariña, et al., en Paraguay en el 2017 en una investigación sobre Epidemiología de los trastornos mentales en niños y adolescentes en el Departamento de Psiquiatría de la Infancia. Universidad Nacional de Asunción (13) Tacuri, et al., en Cuenca en el 2019 en el Hospital Vicente Corral Moscoso (14) y por Carballal, et al., en España en el 2017 en una investigación sobre la Prevalencia de trastornos del neurodesarrollo, comportamiento y aprendizaje en Atención Primaria, respectivamente (18).
La agresividad se identificó en el 20,84%, siendo mayor que el 4,1% observado en el estudio también realizado en Cuenca en el Hospital Vicente Corral Moscoso por Tacuri, et al, y en cambio inferior al 28,2% identificado en estudio realizado por Ramos, et al, en 2018 en Perú por la Universidad César Vallejo sobre agresividad y ansiedad en niños de una institución educativa pública (19).
En déficit de atención se encontró el 4,16% casi similar al 5% reportado por Sauceda en un estudio realizado en México por la Universidad Autónoma de México sobre Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (20), e inferior al dato encontrado en el estudio de Tacuri realizado en Cuenca en el 2019 que reporta el 8,2% de este problema, igualmente inferior al 16,1% reportado en el 2012 en Colombia en un estudio realizado por Vélez-Alvarez C. sobre Trastornos por déficit de atención e hiperactividad (21).
Por último, en esta investigación no se encontraron datos sobre negatividad, problemas para dormir, problemas para comer que otras investigaciones si la reportan como en Tacuri en el 2019 en Cuenca (14) que señala que en su población de estudio se determinó el 6.8% en problemas para dormir, 4,1% problemas para comer y 1,4% en negatividad. Y otra realizada en Cuenca por León sobre Modificación conductual para niños de 2 a 3 años del CIB Emblemático. Pirincay. Que identificó el 20% de negatividad y el 10% para problemas para comer (22).
CONCLUSIONES
Se identificaron problemas de conducta en la población de estudio, destacándose que varios ya tienen alteración y muchos otros están en riesgo, de los que presentan problemas la mayoría son adolescentes, de procedencia urbana, uno de cada tres son hijos de padres desocupados y en relación a la categoría valorada la mayoría de ellos presenta ansiedad.