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Gaceta Médica Boliviana
versión On-line ISSN 1012-2966
Gac Med Bol vol.42 no.2 Cochabamba dic. 2019
Artículo Original
Conducta sexual y reproductiva durante la adolescencia de los estudiantes de la Universidad Mayor de San Simón
Sexual and reproductive behavior during adolescence of students of the San Simon University
Norah Velásquez Garcia1a, Licet Gimena Rojas Delgadillo1,2a, Liz Guisela Rojas Delgadillo3b, Daniel Franz Lozano Beltrán1,2d, Faustino Torrico1,2c.
Recibido el 25 de septiembre de 2019.
Aceptado el 01 de noviembre de 2019.
Resumen
Objetivos: analizar los factores relacionados con la conducta sexual de riesgo, durante la adolescencia de los estudiantes de la Universidad Mayor de San Simón, gestión 2018.
Métodos: estudio retrospectivo, de cohorte, el muestreó fue no probabilístico con criterios de inclusión y exclusión. Se aplicó una encuesta auto administrada en cuatro sitios diferentes de la universidad. El análisis de los datos se realizó con el programa Epi-info v.7.2, empleando análisis uni y bivariado, como medidas de asociación OR, chi2 con un valor de p significante menor o igual a 0,05.
Resultados: la proporción de participantes que iniciaron su vida sexual activa durante la adolescencia fue del 50%, de estos el 31% no utiliza ningún método anticonceptivo y el 69% si utiliza algún método de anticoncepción, de los cuales el 46% prefiere utilizar el preservativo masculino o la píldora del día siguiente. Se encontró una relación significativa del inicio de vida sexual precoz (antes de los 16 años) con las variables: ser varón, provenir de una familia disfuncional, poco acceso a fuentes de información sobre sexualidad, consumo de sustancias psicoactivas antes de la relación sexual y el haber tenido una pareja sexual informal o casual.
Conclusión: una conducta sexual adecuada en el adolescente depende en gran medida de un entorno familiar funcional y del acceso adecuado a información sobre sexualidad y reproducción. La prevención de embarazos no deseados y de infecciones de transmisión sexual en adolescentes debe centrarse también en el entorno familiar y de la sociedad del adolescente.
Palabras claves: adolescente, vida sexual activa, anticoncepción, funcionalidad familiar
Abstract
Objectives: to analyze factors related to sexual risk behavior during the adolescence of students at the San Simón University, management 2018. Methods: retrospective cohort study, sampling was non-probability with inclusion and exclusion criteria. A self-administered survey wasapplied in 4 different sites of the university. The analysis of the data was carried out with the program Epi-info v.7.2, using uni and bivariate analysis, as association measures OR, chi2 with a significant p value less than or equal to 0.05.
Results: the proportion of participants who began their active sexual life during adolescence was 50%, of whom 31% do not use any contraceptive method and 69% if they use any method of contraception, of whom 46% prefer to use the male condom or the morning-after pill. A significant relationship of early sexual debut (before age 16) was found with the variables: being male, coming from a dysfunctional family, little access to sources of information about sexuality, consumption of psychoactive substances before sexual intercourse, and having had an informal or casual sexual partner.
Conclusions: adequate sexual behavior in the adolescent depends to a large extent on a functional family environment and adequate access to information on sexuality and reproduction. The prevention of unwanted pregnancies and sexually transmitted infections in adolescents must also focus on the adolescent’s family environment and society
Keywords: adolescent, active sexual life, contraception, family functionality
según la Organización Mundial de Salud (OMS), define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios biológicos, psicológicos y emocionales1,2.
Muchos adolescentes se ven sometidos a presiones para consumir alcohol, tabaco u otras drogas y para empezar a tener relaciones sexuales de forma precoz (antes de lograr la madurez sexual y psicológica), lo que provoca un elevado riesgo de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS). Los patrones de conducta que se establecen durante la adolescencia pueden tener efectos positivos o negativos duraderos en la salud y el bienestar del individuo a futuro3,4.
Los adolescentes dependen del relacionamiento con su entorno familiar, comunidad, escuela, servicios de salud y su lugar de trabajo para adquirir toda una serie de competencias importantes que pueden ayudarles a hacer frente a las presiones que experimentan y hacer una transición satisfactoria de la infancia a la edad adulta. Los padres, los miembros de la comunidad, los proveedores de servicios y las instituciones sociales tienen la responsabilidad de promover el desarrollo y la adaptación de los adolescentes y de intervenir eficazmente cuando surjan problemas5,6.
Según estudios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la edad promedio de la primera relación sexual en los adolescentes de los países desarrollados oscila entre 9 y 13 años en varones, y entre los 11 y 14 años en el caso de las mujeres.
Con todo lo mencionado, en el presente trabajo se realiza un análisis de los factores que influyen en la conducta sexual y reproductiva durante la adolescencia y sus consecuencias.
Material y métodos
El presente estudio es de tipo retrospectivo, de cohorte. La muestra del estudio consistió en estudiantes universitarios entre 18 y 21 años, seleccionados por oportunidad de captura en cuatro sitios de la Universidad Mayor de San Simón correspondientes a los principales campus universitarios. El tamaño de la muestra fue calculado con el programa estadístico Epi-info versión 7,2 en base a una población de 10 129 universitarios nuevos, en la cual se estimó un 50% de probabilidad de inicio de vida sexual durante la adolescencia, obteniendo un total de 370 participantes para un intervalo de confianza del 95%.
La recolección de datos fue a través de una encuesta autoadministrada en forma anónima y depositada en ánforas a fin de conservar la privacidad de los participantes. La encuesta contenía preguntas respecto a características sociodemográficas, funcionalidad familiar (APGAR Familiar), sexualidad, conductas sexuales durante su adolescencia; en caso de que haya iniciado vida sexual incluyen preguntas acerca de cómo ocurrió; ocurrencia de embarazos e ITS y el conocimiento sobre prácticas preventivas respectivas. Para evitar sesgos de memoria, muchas de las preguntas se centraron en la primera relación sexual, al ser un acontecimiento que la mayoría de las personas recuerda. Solo se analizaron las encuestas de aquellos estudiantes que identificaron su edad entre 18 y 21 años y que identificaron en la encuesta su autorización explícita de participar en el estudio.
El análisis de los datos se realizó con el programa Epi-info v. 7.2, empleando análisis uni y bivariado, para este último se estimó como medidas de asociación OR, chi2 con un valor de p significante menor o igual a 0,05.
Resultados
En el estudio se incluyeron en total 370 estudiantes universitarios, de los cuales el 75% fueron del sexo femenino, el 56% tenían edades entre 18 a 19 años y el 44% tenían edades entre 20 y 21 años; 98% eran solteros, el 78% provienen de una familiar nuclear, y el 50% provienen de familias con algún grado de disfuncionalidad.
Según la fuente de información recibida sobre temas de sexualidad, el 75% de los adolescentes recibieron información de fuentes formales (que incluyen información recibida por el personal del colegio, personal de salud y la familia) y el 17% de fuentes informales (como ser los amigos, a través del internet, etc.) y un 7% refiere no haber recibido información sobre sexualidad durante su adolescencia.
En cuanto a los conocimientos sobre el uso correcto de los métodos de anticoncepción se evaluó el grado de conocimiento del método del ritmo o del calendario, solo el 17% indicaron el uso correcto del método del ritmo. También se evaluó el grado de conocimiento sobre las medidas de prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) como de VIH/SIDA, solo el 18% de los adolescentes indicaron dos o más medidas correctas de prevención de las ITS, 39% de los adolescentes indicaron solo una medida correcta de prevención y el 43% no indicaron ninguna medida de prevención.
Entre las características de las conductas sexuales del grupo de estudio se observa que el 50% iniciaron su vida sexual durante la adolescencia. Entre quienes no iniciaron su vida sexual, indicaron como razones el no ser mayor de edad (52%), no ser profesional o no estar casado, el 26% indicaron no están preparados psicológica o sexualmente, el 14% tiene miedo al embarazo y a contraer ITS y VIH y un 8% se abstuvo de dar una respuesta.
En relación a la edad de inicio de las relaciones sexuales de los 185 estudiantes que iniciaron su vida sexual activa, el 4% indicaron haber iniciado en la etapa de la adolescencia precoz (antes de los 13 años), el 19% indicaron haber iniciado entre los 14 y 16 años de edad, el 60% iniciaron en la adolescencia tardía (posterior a los 17 años) y un 17% no indicaron la edad de inicio de las relaciones sexuales. Solo en el 64% de los casos, la primera relación sexual fue acordada en pareja y el 54% refiere no haber utilizado ningún método anticonceptivo durante la primera relación sexual (Tabla 1).
En cuanto a las conductas sexuales de riesgo se evidencio que el 54% de los adolescentes tuvieron más de dos parejas sexuales; en relación al consumo de sustancias psicoactivas el 44% refirieron haber consumido bebidas alcohólicas y un 8% haber usado marihuana en alguna de sus relaciones sexuales. En cuanto al uso de métodos de anticoncepción el 31% de los adolescentes refirieron no haber utilizado ningún método de anticoncepción, las razones fueron en un 18% por haber tenido relaciones inesperadas, 13% por falta de información y el 10% por tener confianza en la pareja. Los métodos anticonceptivos más utilizados entre los adolescentes fueron en el 24% el preservativo masculino, el 22% usaron la píldora del día siguiente y el 13% usaron el método del ritmo (Tabla 2)
Como consecuencias de las conductas y prácticas sexuales de riesgo en los adolescentes, se evidencio que en el 17% de los adolescentes presentaron embarazos y de estos el 4% tuvieron más de dos embarazos. La decisión más frecuente respecto al embarazo fue su interrupción (61% de los embarazos). El 3% de los adolescentes sexualmente activos refieren diagnóstico de Infección de Transmisión Sexual (ITS) (Tabla 3).
Se analizó la relación de los factores sociodemográficas, familiares, fuente de información sobre salud sexual y reproductiva respecto al riesgo (OR) para un inicio de vida sexual precoz (antes de los 13 años), se encontró una relación significativa para las variables: ser varón, provenir de una familia disfuncional (medidos con el APGAR familiar, obteniendo menor a 6 puntos), información sobre sexualidad de fuentes informales, consumo de sustancias psicoactivas antes de la relación sexual (con mayor frecuencia bebidas alcohólicas y menor medida marihuana) y el haber tenido como pareja sexual a una persona sin ligazón sentimental, es decir, relación informal o casual (Tabla 4 y 5).
Discusión
De forma general el estudio muestra un inicio precoz de vida sexual en adolescentes, relacionándose a un entorno familiar disfuncional, escasa información adecuada sobre salud sexual y reproductiva, el consumo de bebidas alcohólicas y en menor frecuencia de marihuana. Todos estos factores, muestran la importancia de un entorno familiar y social adecuados para lograr un desarrollo social, psicológico y sexual que permita el ejercicio responsable de los derechos sexuales. Es llamativo que un porcentaje mayoritaria expreso que su primera relación sexual no fue acordada o explícitamente consentida, hecho que puede relacionarse con la falta de madurez psicológica para hablar y tomar una decisión responsable en pareja, así como a su ocurrencia bajo el consumo de sustancias psicoactivas que limitan el juicio, además de mostrar que las mujeres en su adolescencia son muy vulnerables a la posibilidad de abusos sexuales no siempre identificados y percibidos como tales por las mismas adolescentes.
Estos resultados obtenidos en la investigación respecto a los factores que influyen en la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en el estudio, son similares a los estudios que se realizaron en países europeos y latinoamericanos, entre estos está el estudio de García-Vega en España y Campo Arias en Colombia, que indican que el inicio de vida sexual se da en gran proporción durante la adolescencia en sus diferentes etapas, pero es en la adolescencia precoz donde representa mayor riesgo7.
Las consecuencias del inicio precoz de vida sexual en la adolescencia, implica el escaso uso de métodos anticonceptivos y por ende un incremento del riesgo de embarazos no deseados, abortos clandestinos e ITS. Respecto al uso de preservativos y embarazos no deseados, los porcentajes obtenidos, son similares al de Encuesta de Demografía y Salud (EDSA) de 2016, que muestra que solo el 56% de las mujeres jóvenes y activas sexualmente emplean un método anticonceptivo moderno, siendo el preservativo masculino la elección más frecuente. Existiendo un número importante de mujeres que no emplean métodos anticonceptivos, la tasa de embarazos antes de los 18 años de edad en el EDSA 2016 muestra la misma proporción (16,6% de embarazos en adolescentes) que en nuestro estudio que reporto un 17% en mujeres con vida sexual activa, llevando a la consecuencia de mayor impacto en Bolivia como es la alta mortalidad materna en adolescentes, representado un 12% del total de las muertes maternas prevenibles en el país8,9.
También se encontró diferencia entre sexos en el inicio precoz de vida sexual, edad de inicio de vida sexual, número de parejas sexuales, en el no uso de métodos de anticoncepción. de estos el sexo masculino inicia su vida sexual de forma precoz y tienden a ser más promiscuos, esta situación aumenta el riesgo de adquirir ITS como VIH/SIDA. Los casos de ITS reportadas por los encuestados fueron del 3%, es posible que este porcentaje sea menor al real, debido a que solo se pudo cuantificar aquellos reportados por contar con un diagnóstico de ITS, y no es un dato obtenido por evaluación clínica o de laboratorio.
En el estudio de Rodríguez del 2007, se evaluó el conocimiento de las medidas de prevención de las infecciones de transmisión sexual como el VIH/sida, donde se evidencio que el 57% de los adolescentes utiliza el preservativo masculino, abstinencia y fidelidad. En este estudio se obtuvo que el 69% de los adolescentes utilizan algún método anticonceptivo de preferencia el preservativo masculino y la píldora del día siguiente10.
El uso de preservativo durante la relación sexual es de baja proporción en las mujeres en España señalan que la frecuencia del uso del preservativo es del 14% de los cuales solo el 5% de las mujeres utilizaron preservativo durante la primera relación sexual. Esta situación explicaría, en parte, que la prioridad de las adolescentes es la prevención del embarazo, para evitar el enojo de sus parejas, prefieren el uso de métodos hormonales como es la píldora del día siguiente y no consideran el riesgo de exposición a ITS como VIH/sida. En esta investigación también se evidencio el alto porcentaje de mujeres que no usan preservativos y entre las explicaciones descritas está el desacuerdo de la pareja para su uso; así mismo existe un uso frecuente de la píldora del día siguiente como método anticonceptivo de emergencia. Estos datos, nos obligan a reflexionar respecto al avance logrado en disminuir el machismo y la vulnerabilidad de las mujeres limitadas a no ejercer sus derechos sexuales11.
Respecto al número de parejas sexuales, más del 50% de los adolescentes refieren tener más de dos parejas informales o tener sexo casual con parejas informales y es un hecho que los adolescentes cambian de compañero sexual con mayor frecuencia que los adultos. Existe diferencia de género en cuanto a la promiscuidad sexual, los varones suelen tener mayor número de parejas que las mujeres, llegando en ocasiones a ser el doble. Además, se señala que los adolescentes con más parejas y mayor número de contactos sexuales son quienes emplean menos el preservativo. Lo relevante de este dato es que, a mayor número de parejas, aumenta la probabilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual, según otros estudios, esto puede indicar que las mujeres continúan priorizando el sexo con su pareja formal en un 46% hallazgo similar en este estudio12.
Entre las limitaciones del estudio está el tipo de muestreo utilizado (no probabilístico por oportunidad), que no permitió tener mayor variabilidad de los participantes y aunque los resultados son similares a otros estudios, se debe considerar que se tomó en cuenta solo a población con acceso a estudios superiores, lo que pudo generar sesgos para su interpolación a la población general.
Con todos los datos obtenidos, podemos concluir que una conducta sexual adecuada depende en gran medida de un entorno familiar funcional, del acceso adecuado a información sobre sexualidad y reproducción, a fin de lograr un ejercicio responsable y pleno de los derechos sexuales. La prevención de embarazos no deseados y de ITS en adolescentes debe centrarse por tanto no solo en acciones en el adolescente, sino en su entorno familiar y de la sociedad en su conjunto, a fin de garantizar un ambiente adecuado para el desarrollo psicológico y social de los adolescentes, para que adquieran conductas sexuales responsables para enfrentar los factores que aumentan sus riesgos en salud reproductiva como son la promiscuidad, el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias psicoactivas.
Referencias bibliográficas
Conflicto de intereses: los autores declaran que no existe conflicto de intereses.
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