1. Introducción
La presente investigación documental analiza el alcance de las noticias falsas y su efecto en la salud mental durante la pandemia, las cuales, generó cambios e innovaciones de transmitir la información mediante las redes sociales, con el fin de dar a conocer la proliferación y desinformación respecto a la pandemia de la COVID 19 en todo el mundo.
Respecto a las noticias falsas según Fundéu (2018, p. 124) distingue el término 'fake news', centrado en "incidentes aislados de confusión y mentira", de la desinformación, que sería "la irrupción sistemática de flujos de información autoritarios". Así, este trabajo se centra en los casos, intencionados o no, que el estudio de expertos encargado por la Comisión Europea considera 'fake news', más que con el más amplio y complejo fenómeno de la desinformación (Comisión Europea, 2018). Además, estos dos conceptos en muchos de los casos van en la misma dirección, aunque en la sociedad se maneja de igual manera.
1.1. Fake news o noticias falsas
Haremos referencia a la publicación en la prensa de Filadelfia de informaciones falsas sobre ciudadanos irlandeses que robaban biblias en escuelas públicas norteamericanas, esto ocasionó varios disturbios (Bharali y Goswami, 2018). Los considerados pioneros en el arte de fabricar fake news fueron William Hearst y Joseph Pulitzer, el creador hace más de un siglo de los premios periodísticos que llevan su nombre. Ambos utilizaron sus respectivos periódicos el New York Herald y el New York World para difundir versiones sensacionalistas de los hechos y aumentar las ventas (Bhaskaran, Mishra y Nair, 2017).
Desde finales del siglo XX conocemos la existencia de otro tipo de campañas de desinformación a gran escala relacionadas con el cambio climático, las vacunas, los alimentos, la nutrición, el origen de la vida, la salud, las armas en manos de los ciudadanos, los medicamentos genéricos, la curación u origen de enfermedades, la energía nuclear o el impacto de la inmigración. Al analizar los principales periódicos durante las grandes confrontaciones del siglo XXI, se descubre con mediana claridad que las enormes mentiras y las grandes verdades han convivido con cierta naturalidad (Marcos Recio, Sánchez Vigil y Olivera Zaldua, 2017).
En este sentido en el año 2019 tras la aparición de la COVID 19 el estar conectados en las redes sociales, televisión, radio, provocó en muchos hogares la susceptibilidad de creer o no creer en las informaciones que veían o escuchaban respecto a la pandemia.
González-Padilla y Tortolero-Blanco (2020) mencionan que: En muchos países, las autoridades responsables han pedido a los medios de comunicación que eliminen la desinformación y los rumores y proporcionen información correcta y fidedigna, debido a sus consecuencias a corto y largo plazo para la salud mental y el estado psicológico de los ciudadanos.
1.2. Desconfianza en los medios
El aumento de la desconfianza en los medios en varias ocasiones puso a la población a nivel mundial susceptibles a que no sepan en quien confiar. Un estudio realizado por la Knight Foundation concluye que la falta de confianza en los medios es común entre los jóvenes de todo el espectro político (Madden, Lenharty Fontaine, 2017). El estudio apunta que estos se muestran muy escépticos con las noticias que consumen, además de preocupados por la falta de rigor o el sesgo de las fuentes informativas utilizadas.
Abunda en este dato un estudio del Pew Research Center según el cual 16% de los adultos estadounidenses ha compartido una noticia que, en el momento de difundir, no sabía que era falsa (Barthel, Mitchell y Holcomb, 2016).
La desinformación ¡unto con las noticias falsas ha originado angustia, temor y desconfianza en la población general. Las redes sociales distribuyen información que en la mayoría de las ocasiones no es verídica y existe un vacío de las instituciones oficiales para contrarrestar esta desinformación. El proceso de eliminación de noticias falsas y de las fake news a través de las redes digitales resulta muy complicado, sin embargo, la ética y las leyes cibernéticas deben de recordarle a la sociedad y a las empresas que el uso de estas herramientas tecnológicas debe dirigirse hacia la beneficencia y no maleficencia. (Sixtos-Serrano, Galicia-Hernández y Rivero-López, 2022, Pag. 146).
El tema que abordamos ha de tratarse desde una perspectiva múltiple que implica a los periodistas y medios de comunicación, a la ciudadanía y a las plataformas que acogen contenidos que no son verídicos y que buscan crear confusión. Los profesionales que forman parte de este estudio son conscientes de que los usuarios de las redes sociales demandan inmediatez y noticias que sean explicadas de la forma más concreta posible, lo que no favorece que se cree una asimilación sosegada y un conocimiento completo. La facilidad de quienes emiten contenido falso para propagarlo -especialmente hacia públicos con ideología u opiniones afines- es un enemigo al que no se puede vencer totalmente, pero sí mitigarlo a través de un periodismo creíble que transmita seguridad a la sociedad (García y Buitrago, 2023, pág. 15).
1.3. Salud Mental
La OMS considera la salud mental "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". Una importante consecuencia y/o resultado de esta definición es que considera "la salud mental" como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales (Organización Mundial de la Salud, 2022).
La salud mental es un tema en evolución constante en las personas que reciben y ven noticias falsas, personas que en muchos casos no buscan ayuda para hacer frente a su tratamiento a los trastornos como la ansiedad, depresión y estrés y que las secuelas de salud mental no les influya. Mental Health América es la principal organización dedicada a abordar los problemas de salud mental y garantizar la igualdad de acceso a servicios de salud mental de calidad.
El uso de estas plataformas ha alcanzado niveles récord, por lo que ahora es más importante que nunca comprender su impacto en la salud mental.
Las redes sociales pueden ser una herramienta útil para combatir los efectos de la pandemia en la salud mental, pero hay riesgos y desventajas asociados a su uso. En 2020, los servicios de apoyo a la salud mental se interrumpieron en más del 90% de los países (Organización Mundial de la Salud, 2020).
La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Los conceptos de salud mental incluyen bienestar subjetivo, autonomía, competencia, dependencia intergeneracional y reconocimiento de habilidades para realizarse intelectual y emocionalmente. También ha sido definido como un estado de bienestar por medio del cual los individuos reconocen sus habilidades, son capaces de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y contribuir a sus comunidades (OMS, 2004).
2. Metodología
Este trabajo tiene un diseño de investigación de observación en retrospectiva, en este estudio se han incluido aquellos artículos que analizan fake news o también denominados noticias falsas y su efecto en la salud mental durante la pandemia de la Covid 19, se seleccionaron artículos desde el 2019 a la actualidad, los idiomas que se tomaron en cuenta fueron trabajos en español e inglés.
Con el propósito de identificar y examinar los estudios relevantes, se realizó la búsqueda meticulosa en bases de datos de investigaciones de alto impacto: Scopus y WebOfScience, tuvimos en cuenta estas dos bases de datos a nivel internacional con la finalidad de mostrar los trabajos con esta temática y se visibilice la comunidad científica ya que el fenómeno se ha visibilizado de manera abrupta en los últimos años.
Para la búsqueda se han utilizado los siguientes términos: fake news. Mental health, disease y se utilizaron los buscadores boléanos, and y or, asimismo se utilizó los términos en español, noticias falsas, efecto, salud mental, se han elegido aquellos trabajos cuyo objetivo principal es aportar datos de relación e influencia de las noticias falsas y el efecto en la salud mental en todos los países del mundo, en este caso por el vacío teórico que encontramos decidimos incluir trabajos que se llevaron a cabo en la pandemia de la COVID 19 y la desinformación del virus que se manejaba en diferentes partes del mundo.
Por otro lado, se excluyeron aquellos trabajos que no analizaron la salud mental y trabajos que analizaron sólo la desinformación. Este trabajo documental utilizo el método prisma para la discriminación de los trabajos que se puede ver en la figura 1.
Autor, año | Descripción de los resultados |
---|---|
Ahmad y Murad (2020) | Los participantes informaron que las redes sociales tienen un Impacto significativo en la propagación del miedo y el pánico relacionados con el brote de COVID-19 en el Kurdlstán iraquí, con una posible influencia negativa en la vida y su salud mental y bienestar psicológico. Facebook fue la red social más utilizada para difundir el pánico sobre el brote de COVID-19. |
Admoko, Suprapto, Suliyanah (...) Hariyono y Madlazim (2021) | Varias páginas web y plataformas de redes sociales que existen en la era digital actual nos facilita el acceso a varias fuentes de información y nos inunda de información. Esta condición tiene el potencial de resultar en la pérdida de nuestra salud mental. |
Jain (2021) | Los altos niveles de exposición de noticias, combinada con bajos niveles de interés en COVID-19 llevó a las personas a experimentar más estrésy baja satisfacción, gratitud y felicidad. |
Jones, Mougouei y Evans (2021) | Las restricciones sociales han llevado a un gran aumento de la dependencia de los canales de información y esto puede influir en la salud mental y el bienestar. Los niveles de ansiedad, por ejemplo, pueden verse exacerbados por la exposición a contenidos relacionados con la COVID, el contagio del sentimiento negativo entre las redes sociales y las “fake news". |
Ostorrieder, Cuman, Pan- Ngum, (...), Mukaka y Cheah, (2021) | Las noticias vistas como falsas, la proporción varía entre países, con nivel de educación y niveles autoinformados de comprensión de COVID-19. |
Petrescu, Truica, Apóstol y Karras, (2021) | El contenido dañino en forma de discurso de odio causa angustia o daño a una persona, lo que tiene un impacto negativo en el individuo y en su salud mental, con efectos aún más perjudiciales en la psicología de niños y adolescentes. |
Makarova, Makarova y Mishchenko (2021) | Los autores enfatizan la necesidad de tener en cuenta el análisis cualitativo de la totalidad de los efectos del estrés en una situación de pandemia (amenaza virtual y estrés de la Información, privación, aislamiento, soledad, estrés socioeconómico) y sugieren un medio para prevenir el estrés, -asociado mental y trastornos psicosomáticos. |
Ylng y Cheng (2021) | La desinformación relacionada con la COVID-19 ha provocado una considerable ansiedad en la población y ha creado nuevas amenazas para la salud. En conjunto, estos problemas han sido reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como una "infodemia". |
Adlukwu, Ojeahere, Adesokun y Babalola (2022) | El malestar psicológico estuvo presente en el 90,5% de los participantes y el 61,8% admitió que este malestar empeoraba con falsas noticias y mitos sobre el COVID-19. |
Cardoso y Silva (2022) | Se concluye que la desInformación agravó el contexto de la crisis, provocando un aumento de las infecciones, muertes y sufrimiento psíquico. La difusión de noticias falsas y el aumento de los problemas de salud mental son, por tanto, facetas de un mismo y complejo fenómeno. |
Piksa, Noworyta, Piasecki, Qwiazdzinski, Gundersen, Kunst y Rygula (2022) | Se propone un enfoque nuevo y hollstico en la comprensión de la susceptibilidad a la desinformación como un fenotipo psicocognitivo. |
Lin (2022) | El Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se asoció con la exposición frecuente a noticias falsas. Para ambos sexos, el TAG se asoció con un mayor consumo de alcohol, cannabis y comida basura/ dulces |
Radwan, Radwan y Radwan (2022) | Las redes sociales tienen un impacto significativo en la propagación del pánico sobre el COVID-19 entre los estudiantes escolares, con un impacto negativo potencial en su salud mental y bienestar psicológico. Facebook fue la plataforma de redes sociales más común entre los estudiantes (81,8 %). La mayoría de los estudiantes (n = 736, 78,1 %} se vieron afectados psicológicamente, mientras que los afectados físicamente fueron los más bajos (n = 12,1,3%). |
Shoib, Isioma Ojeahere, Mohd Saleem, Shariful Islam, Yasir Arafat, De Filippis y Ullah (2022) | Se concluye que la desinformación agravó el contexto de crisis, provocando un aumento de contagios, muertes y sufrimiento psíquico. La pandemia de COVID-19 y los medios sociales han dado lugar a una infodemia que supone una carga adicional para el sistema de salud mental en todo el mundo. |
van Antwerpen, Urnbull Y Searston (2022) | Los participantes hablaron de la exposición repetida a emociones y problemas negativos en las noticias, a menudo sin soluciones o respuestas procesables, como de la depresión, la ansiedad, la apatía la percepción negativa de los demás y el "empeoramiento de la gente". Aunque el conocimiento de la investigación sobre el consumo de noticias y la salud mental varía, muchos comentaron que este impacto es omnipresente, debido al sesgo de negatividad y a la cultura centrada en los problemas del periodismo |
Lelisho, Pandey, Alemu, Pandey, y Tareke, (2023) | Las noticias de salud fueron las más vistas, leída o escuchada con un 88,20% el 86,73% de los encuestados experimentó pánico, mientras que solo el 13,27% no lo experimentó. En comparación con los hombres, las mujeres eran más propensas a seguir noticias de salud. La mayoría de los participantes informaron verse afectados psicológicamente, mientras que solo unos pocos se vieron afectados físicamente |
3. Resultados
Cabe destacar que el trabajo de Shoib et al. (2022) muestran que la pandemia de COVID-19 y los medios sociales han dado lugar a una infodemia entendida como la información que se da a conocer acerca de la pandemia, que supone una carga adicional para el sistema de salud mental en todo el mundo ver cuadro 1.
En esta dirección la masiva información y la salud mental, muchos comentaron que este impacto es omnipresente, debido al sesgo de negatividad y a la cultura centrada en los problemas del periodismo y la mala información, en consecuencia la exposición repetida a emociones y problemas negativos en las noticias, a menudo sin soluciones o respuestas procesables, como la depresión, la ansiedad, la apatía, la percepción negativa de los demás y el "empeoramiento de la gente" (Cardoso y Silva., 2022; Evan Antwerpen et al., 2022) .
En consecuencia, el impacto negativo en la vida de las personas y su salud mental, causan depresión, ansiedad, fobia y estrés traumático (Admoko et al., 2021; Adiukwu et al., 2022; Lin, 2022; Ying y Cheng, 2021), añade Ahmad y Murad (2020) que la desinformación de la covid 19 genero miedo y pánico y tiene un efecto negativo en la salud mental. Por ejemplo, el trabajo de Lelisho et al. (2023) la mayoría de los participantes informaron verse afectados psicológicamente ante la desinformación.
Además, el contenido de odio causa angustia o daño a una persona, lo que tiene un impacto negativo en el individuo y su salud mental, con efectos aún más perjudiciales en la psicología de niños y adolescentes (Petrescu et al., 2021).
El trabajo de Jones, Mougouei y Evans (2021) muestra que la salud mental y el bienestar van de la mano. Los niveles de ansiedad se disparan cuando se desinforma respecto a la información que se emite de la pandemia, por ejemplo, pueden verse exacerbados por la exposición a contenidos relacionados con la COVID, el contagio del sentimiento negativo entre las redes sociales y las fake news.
4. Conclusión
En resumen, la desinformación y las noticias falsas muestran que afecta a la salud mental de las personas que escuchan o reciben la información acerca de la pandemia y estas personas tienen tendencia a sufrir mayor ansiedad depresión y miedo.
Otro aspecto a considerar es la sobreinformación que se convierte en desinformación al llegar saturada esta información a la población en general. El concepto de fake news, está presente en las redes sociales debido a la viralización de la información y en algún punto es banalizada y compartida en diversas redes sociales, sin haber pasado por algún filtro de verificación lo que repercute en la población.
En tanto las conclusiones del estudio de Piksa et al. (2022) proponen un enfoque nuevo y holístico en la comprensión de la susceptibilidad a la desinformación como un fenotipo psicocognitivo. Durante la exposición de noticias y los bajos niveles de interés de la Covid-19 llevó a las personas a experimentar más estrés y baja satisfacción, gratitud y menor felicidad (Jain, 2021). El trabajo de Osterrieder et al. (2021) nos muestra que las noticias vistas como falsas, varía en los diferentes países y depende del nivel de educación y comprensión de la Covid-19.
Por ejemplo, el trabajo de Preciado-Chávez, La Rosa-Feijoo, Mena-Farfán y Mogollón- Medina (2022).
Explora en la población del distrito Tumbes (Perú) la percepción de sobrecarga de información a partir de los principales medios de comunicación, durante el periodo inicial de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la Covid 19, como respuesta a las restricciones impuestas por el estado de emergencia.
Por ello se recomienda trabajar temáticas que presentan la difusión de noticias falsas y el aumento de los problemas de salud mental e incumben a trabajar en la sociedad.
Asimismo, Makarova et al., (2021) enfatizan la necesidad de tener en cuenta el análisis cualitativo de la totalidad de los efectos del estrés en una situación de pandemia y sugieren un medio para prevenir ya que está asociado a la salud mental y trastornos psicosomáticos.
Radwan, Radwan y Radwan (2022) Las redes sociales tienen un impacto significativo en la propagación del pánico sobre el Covid-19 entre los estudiantes escolares, con un impacto negativo potencial en su salud mental y bienestar psicológico.