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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.24 La Paz  2003

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Estrategias de Movilidad Social en el Municipio de El Alto

 

 

Javier E. Fernández Espejo

 

 


 

 

Introducción

La siguiente ponencia es producto de un trabajo realizado como resultado de un convenio de colabo­ración entre el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza, el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) y el DFID, que tenía como objetivo incentivar a «jóvenes» investigadores en dicha labor. De ahí que más que un intento por establecer contextos teóricos, este trabajo hace referen­cia a una experiencia de vida.

La investigación tuvo como objetivo observar cuáles son las estrategias1 de movilidad social utiliza­das por algunos pobladores de la ciudad de El Alto. Para esto se seleccionaron 22 personas que mostra­ban un tipo de movilidad social, ya sea descendente o ascendente.

La selección de las personas se realizó a través de la representatividad social de las mismas dentro del contexto de la ciudad de El Alto. También se tomaron aquellas que perdieron este reconocimiento social.

La investigación fue de carácter cualitativo, ya que utilizó como fuente de información principal las historias de vida, donde los sujetos contaron sus trayectorias de vida, su subjetividad. En todos los casos, no se tomó en cuenta toda la historia sino determinados temas referidos a factores o estrategias que hayan podido impulsarlos ascendentemente o descendentemente en el contexto social.

1. El instrumental teórico: la construcción de un esquema de interpretación

Para el análisis, se elaboró un esquema teórico con dos visiones: la primera, basada en las concepcio­nes de la movilidad social de los teóricos de la modernización donde se hallan Sorikin, Lipset y Parsons y, la segunda, con los postulados de los teóricos de la reproducción (Bourdieu, Passeron y otros). Estas últimas sirvieron para identificar lo que denominamos estrategias o canales de movilidad social.

Desde los teóricos de la modernización, se define «movilidad social» como la capacidad de una persona para moverse de una posición a otra dentro de una estructura social -posiciones a las que se adjudican, por consenso, valores jerárquicos específicos2. Entonces, al analizar la movilidad social, se estudió el movimiento de los individuos de una posición jerárquica hasta otra ubicada más arriba o más abajo dentro de un espacio social.3 También se definió la movilidad intergeneracional como la diferencia alcanzada entre un individuo y su progenitor, normalmente su padre, respecto a factores laborales, edu­cativos y económicos. En el caso de la movilidad intrageneracional, se comparan dos momentos de la trayectoria de un individuo, que generalmente es su primer empleo y el empleo en el momento de la entrevista.

Teóricamente, el estudio hace referencia a la movilidad particular intergeneracional e intrageneracional de sujetos determinados, observando su prestigio social, económico, político y profesional, por lo que no observa la movilidad general de todo un grupo o sociedad.

Para la identificación de las diferentes estrategias de movilidad social o canales de la movilidad, se tomó los conceptos definidos por los teóricos de la reproducción, quienes utilizan las nociones de capital económico,4 capital cultural, capital social y capital político para observar algún tipo de movilidad o cambio social de los individuos dentro de una estructura de clases, producto del manejo realizado por los individuos de estos capitales, y que en su fluctuación se convierten en medios de diferenciación social, producto de la acumulación de estos. Acumulación que provoca una serie de reconocimientos y diferen­ciaciones sociales dentro de un grupo o estructura social.

En tal sentido, se entenderá por capital, «aquellos bienes sociales, materiales e inmateriales, que siendo escasos y susceptibles de acumulación dan lugar a una economía particular de producción, circu­lación y consumo, de conservación conquista, de valoración y desvalorización». Desde esta perspectiva, para Bourdieu, el capital económico se define como «el conjunto de recursos y bienes llamados econó­micos de que disponen las personas y que puede ser medido a través de los ingresos»; el capital cultural o informacional «es el conjunto de bienes con ciertas propiedades que permiten a sus poseedores ejercer un poder en alguna área especifica de las prácticas culturales (conocimiento, educación escolar o univer­sitaria, lenguaje, el idioma, la ciencia) que permitan un modo de apropiación de los objetos culturales legítimos con los que una sociedad cuenta». El capital social «se representa a través de una red duradera de relaciones, de conocimientos y reconocimientos mutuos más o menos institucionalizados y que per­miten a las personas movilizar en su favor y en determinados momentos una serie de apoyos, de garan­tías, de influencias que le proporcionan algún tipo de bien material o simbólico (las relaciones de paren­tesco, los clubes secretos, la pertenencia partidaria, las amistades cultivadas, las cofradías, la vecindad, los dones) y que pueden traducirse en capital económico o cultural». El capital simbólico «es una propie­dad cualquiera, fuerza física, belleza, riqueza, que permite un nivel de reconocimiento social al poseedor de esta propiedad. El capital político que es una forma de apropiación privada de bienes y de servicios públicos a favor de un grupo de elite o dirigencia!».5

2. Lo que se encontró en el entramado social: las estrategias de la movilidad social en El Alto

El estudio se basó en 18 historias de vida de hombres y mujeres. La información que se analizó se obtuvo a través de entrevistas en profundidad, cuyo objetivo fue conocer las trayectorias de vida de los sujetos en torno a cuatro aspectos: el empleo, la educación, la economía y la participación política. Factores considerados como medios o canales potenciales de acumulación de ciertos capitales.

Desde un contexto general, las entrevistas mostraron que estas personas le dan una alta valoración social a la educación, sobre todo aquellas que no han basado su movilidad social en el campo educativo. Esta valoración es mayor en personas que muestran señales de descenso social, ya que tratan que sus hijos logren los mayores niveles posibles, procurando otorgarles las oportunidades educativas que ellos no tuvieron.

En los casos de una movilidad social descendente, los entrevistados observan que ésta es producto de no haber podido culminar sus estudios superiores, factor que les impide insertarse de manera efectiva dentro del mercado de trabajo, o son sujetos que han realizado estudios superiores en profesiones que en los últimos años han pasado por un proceso de decrecimiento de sus ingresos y su prestigio social.

El estudio identificó cuatro canales o estrategias que permitieron a los entrevistados lograr un cierto grado de movilidad social. Estas son: las estrategias educativas, las laborales,6 las de participación política y las prácticas empresariales. Tales acciones llevan a la acumulación de diversos tipos de capital, que han logrado resultados diversos: tanto en la mejoría de las condiciones de vida como en el empeoramiento.

La fluctuación de los capitales en los sujetos (económico, social, político y cultural) y sus diferentes maneras de acumulación han significado en muchos de los casos procesos de diferenciación social, que permitieron que nuestros entrevistados puedan interactuar con una serie de grupos sociales que les han facilitado el acceso a bienes materiales e inmateriales a través de la conformación de redes.

1) Apostando por la Participación Política

Algunos de los entrevistados han utilizado como canal de movilidad social la participación política. Esta les ha permitido una apropiación privada de bienes y servicios públicos, como también acceso a puestos de trabajo y capital económico. Dichos bienes provienen de su participación en aparatos sindica­les, vecinales y partidarios que les ha posibilitado establecer una red de relaciones familiares y amistades que les han abierto las puertas a un sistema de distribución de bienes y servicios públicos al que sólo acceden aquellos sujetos que cuentan con niveles de representación de grupos de la sociedad civil con cierta capacidad de presión social ante las entidades estatales.

La participación política les ha permitido acumular una proporción de capital económico (bienes y dinero) y capital cultural (representado en este caso por la adquisición de conocimientos acerca del manejo burocrático de las instituciones públicas), a través de los cuales han conseguido mejorar su cali­dad de vida y acceder a una serie de beneficios sobre todo materiales.

Se observaron dos tipos de movilidad social, intergeneracional ya que se identifica una diferencia sustancial entre las actividades de sus padres (que generalmente realizaron trabajos manuales de baja calificación) y ellos que realizan trabajos no manuales de alto reconocimiento social. También se observa una movilidad intrageneracional, ya que de trabajos manuales de baja calificación pasaron a ser funcio­narios/as de entidades estatales y privadas.

Estas personas usan la política como medio de ascenso social, aunque muchas veces este uso no está totalmente racionalizado ya que surge del ofrecimiento de partidos políticos que ven en ellos/as poten­ciales medios de conseguir votos y apoyos.

2) La educación un posible camino

En el análisis, se observó que la educación constituye un canal o estrategia importante de movilidad social, ya que los entrevistados consideran que a través de ésta pueden acumular capital cultural (títulos académicos universitarios) que les permitirá obtener otros bienes y capitales. También consideran que el capital cultural les ha permitido ampliar sus redes sociales, es decir, les ha posibilitado la acumulación de un alto capital social, un conocimiento y reconocimiento social que les ha permitido movilizar en su favor y en determinados momentos una serie de apoyos, garantías e influencias que les proporcionan algún tipo de bien material o simbólico.7

Esta estrategia de movilidad se combina con la acumulación de otros capitales a través de la partici­pación de estas personas en otros ámbitos: partidos, empresas, etc.

En algunos casos, el proceso de movilidad social no implicó el abandono de ciertas manifestaciones simbólicas como, por ejemplo, su vestimenta tradicional, pero sí un proceso de hibridación cultural, evidenciado en el manejo de un lenguaje más técnico y la ocupación de espacios laborales profesionales.

En estos casos, el «capital cultural» y la conformación de un «habitus escolar»8 (conformado en sus primeros años de estudio) se han convertido en medios que los entrevistados han podido monetizar y objetivizar en una serie de títulos y bienes materiales e inmateriales (prestigio). La objetivación de este habitus escolar es producto de una serie de factores que ejercieron influencia sobre las conductas, las actitudes que los han llevado al éxito educativo y profesional, permitiendo que logren una posición diferente dentro de la estructura social.

Así, la educación, combinada con otra serie de estrategias como la participación política o institucional, se ha convertido para los entrevistados en un canal de ascenso social, no sólo por las mayores posibilida­des laborales que brinda sino, sobre todo, por la adquisición de un alto prestigio social.

3) Combinando economía y redes sociales

Otro canal importante para la proyección social son las prácticas empresariales, que permiten a estos sujetos la acumulación de capital económico, representado en un conjunto de recursos y bienes económi­cos, medidos a través de los ingresos.9 A través de este capital, logran conformar un capital social que se representa en una red de relaciones, donde existen conocimientos y reconocimientos mutuos que les permiten movilizar a su favor una serie de apoyos, garantías e influencias que proporcionan bienes ma­teriales y simbólicos (las relaciones de parentesco, los clubes secretos, la pertenencia partidaria, las amistades cultivadas, las cofradías, la vecindad, los dones) y que pueden traducirse en un mayor capital económico generalmente.

En el caso de las mujeres, la movilidad social no representa una ruptura de su situación de subaltemidad, pues la acumulación de capitales no rompe con la estructura de dominación masculina.

En muchos de los casos estudiados de mujeres que logran movilizarse socialmente, éstas no logran romper completamente los subsistemas de dominación masculina de los cuales habla Andersson. Dicha deducción surge de las actitudes de hombres y mujeres, que en sus interrelaciones no modifican los tipos de intercambio de género. Por lo general, la mujer relega sus oportunidades y sus posibilidades de creci­miento personal.

4) Las mujeres y el capital cultural

La utilización de la educación por las mujeres como medio de ascenso social está acompañada de la acumulación de otros capitales (social, económico y simbólico) que les sirven para insertarse en otros espacios institucionales y sociales, como la dirigencia vecinal y partidaria.

Algunas de estas mujeres también han logrado la conformación y participación de grupos de mujeres en espacios públicos. Esto les ha permitido irradiar una concepción diferente del rol de la mujer en la sociedad, pues la acumulación de capital cultural conlleva el manejo de un discurso ideológico que les ha dado un alto reconocimiento social en una serie estructuras institucionales, logrando también acumular capital social.

En el caso de las mujeres estudiadas, la movilidad social no ha representado un cambio en las estruc­turas de dominación masculina pues no ha modificado la representación de la entrevistada en el contexto social al que pertenece. Como señala Raquel Gutiérrez, esta cierta igualación ciudadana entre hombres y mujeres que puede darse a través de la educación no cambia el andamiaje simbólico y de representación, pues aún se mantienen y producen formas de diferenciación, estratificación y jerarquización sexo/gené­ricas.10

Muchas de las mujeres acompañan la acumulación de capital cultural con el capital político, ya que esto les permite acceder a espacios de participación sobre todo públicos.

5) El capital económico, ¿un trampolín social?

Sin desconocer la singularidad de cada caso, podríamos decir que en términos generales se pueden identificar tres tipos de estrategias o canales de movilidad social: a) En la primera, los sujetos buscan acumular dinero y bienes para poder mejorar su situación social y económica a partir del trabajo y el ahorro, aprovechando situaciones coyunturales del contexto; b) La segunda consiste en la conformación de empresas familiares que les posibilitan en un principio tener trabajadores no remunerados que signi­fican un ahorro y muchas veces va acompañada de una transformación tecnológica. La acumulación económica se convierte en uno de los canales más importantes de movilidad social, porque les permite interactuar con los diferentes grupos sociales a partir de la prestación de servicios, c) Una tercera estrate­gia encontrada sólo en uno de los casos es la intervención en la política, a partir de la cual el entrevistado busca tener acceso a otros beneficios sociales y, sobre todo, a un mayor reconocimiento social.

En algunos casos, si bien los/as entrevistados/as han acumulado bienes económicos, estos no les han servido para su integración en grupos elitistas, logrando sólo una movilidad social relativa, ya que única­mente ha cambiado su estatus económico y no el social, toda vez que no logran ser considerados como iguales dentro de los espacios sociales empresariales, que les han negado el acceso a clubes sociales por su origen social y étnico.

En muchos de los casos, la movilidad económica es producto de una habilidad y capacidad para los negocios y la posibilidad de aprovechar las coyunturas económicas y sociales tanto del país como de la ciudad de El Alto. También es producto de la autoexplotación de los/as entrevistados/as y sus familias. Aquí se encuentran dos factores importantes: el primero, llegar a una ciudad sin ningún tipo servicios y en constante crecimiento, lo que permite ingresar a un mercado de servicios sin muchos competidores. Otro factor que posibilitó que los entrevistados puedan ampliar su capital económico fue la desdolarización de la economía durante la UDP (1982-1985), pues redujo sus deudas bancarias.

Otros combinan estrategias económicas con acumulación de capital cultural, generando así un desa­rrollo empresarial con una visión diferente. Con la segunda logran obtener los conocimientos suficientes para poder desarrollar una empresa rentable y tecnológicamente diferenciada. Y con la primera acceder a bienes tecnológicos.

6) Una inevitable ley de la gravedad

La movilidad social negativa se hace evidente en algunos de los casos, producto de capitales no reconocidos y de la falta de un capital social que les permita vincularse a grupos de influencia social y validar estos capitales dentro del contexto social.

Pero, ¿por qué no estos capitales? Ante esta pregunta surgen dos posibles respuestas: la primera tiene que ver a veces con la división sexual del trabajo existente en nuestra sociedad, la cual establece ciertos roles para la mujer que determinan de cierta manera los espacios laborales tanto para hombres como para mujeres. Por tal razón, estudiar una carrera que no corresponda al rol femenino representa un proceso de marginación laboral, producto de su condición de género, que en nuestra sociedad está ligada a una serie de actividades o profesiones. De alguna manera, hace que las mujeres que rompen con esta estructura no tengan el reconocimiento de los conocimientos acumulados. Esta falta de reconocimiento del capital cultural es producto de una estructura de dominación masculina y étnica que determina roles y termina en el fracaso profesional de algunos sujetos."

Muchas veces, el estancamiento social es producto de una estructura social rígida que afecta la repre­sentación de los sujetos y nos los reconoce pese a que éstos hayan podido realizar acumulaciones intere­santes de diferentes capitales.

3. Desenlaces

1) En los 18 casos analizados, se observaron cuatro medios o estrategias de movilidad social más frecuentes: la educación, el empleo, la participación política y la constitución de empresas familiares. Estas cuatro estrategias o medios fueron identificados a través de las diferentes cantidades y tipos de capital que los sujetos de la investigación han acumulado y que tienen que ver con situaciones externas e internas que se reflejan en una serie de actitudes personales.

A través de estos casos, se pudo observar que la acumulación de un solo tipo de capital, sea éste cultural, económico, político o social, no garantiza la posibilidad de un proceso de ascenso social, debido a que la movilidad social implica cambios en varios ámbitos. La modificación del estatus social a través de la acumulación de uno solo de estos capitales otorga reconocimientos únicamente en algunos ámbitos. Por ejemplo, el ser profesor tiene un reconocimiento social que proviene de su capital cultural pero que más allá de éste no tiene otro tipo de bienes materiales o inmateriales que lo diferencien en mayor medida de las otras personas. Por tanto, el ascenso social se hace más fácil cuando los sujetos buscan acumular varios tipos de capital.

2) Los diferentes casos estudiados muestran que la acumulación de capital cultural y político se convierte en la mejor estrategia o medio para poder lograr un proceso de ascenso social, ya que la acumu­lación de estos capitales otorga la posibilidad de obtener bienes materiales e inmateriales con altos nive­les de reconocimiento. Dicha acumulación resulta favorecida por la ampliación de los espacios que abrieron las leyes de participación popular y descentralización administrativa, que ayudan a la sociedad civil a incorporarse a la dinámica política, cultural y económica y que revierten, en parte, los procesos de exclu­sión social que afectaban a las mayorías. Ahora hay una participación que trasciende un tipo de democra­cia que se ha ido desgastando con el transcurso de los años y que necesitaba encontrar una mayor legiti­midad.11

En estos casos, la acumulación de capital cultural se refleja en el manejo de dos tipos de conocimien­tos, los burocráticos y los técnicos, por aquellos individuos que han logrado niveles de educación supe­rior. Estos conocimientos les sirven para tener una clara compresión y manejo de los nuevos códigos de la modernidad que los convierten en ciudadanos capaces de reproducir éstos en el acontecer de su vida cotidiana y su interacción con los diferentes grupos sociales.

En este contexto, se observa que las instituciones de capacitación y educación superior son canales importantes para la circulación vertical o ascenso social, sobre todo porque logran otorgar a los indivi­duos capacidades y posibilidades de acceso a los diferentes tipos de bienes. Esta particularidad hace que la educación adquiera un valor social importante y sea vista como un canal facilitador de la movilidad social, convirtiéndose en uno de los medios de mayor expectativa de movilidad social para las personas y por la que apuestan algunos de los entrevistados.

Un hecho que evidencia esta valoración de la educación entre los pobladores de la ciudad de El Alto son las movilizaciones realizadas durante este año por gran parte de las instituciones de la sociedad civil, para que la ciudad pueda contar con una univepsidad, que logre otorgar a los jóvenes una educación superior.

3) Entre los casos analizados, surgen estrategias ocupacionales que también se convierten en medios importantes para el ascenso social. Ello ocurre sobre todo cuando los entrevistados pueden establecer sus propios empleos, a partir de la conformación de empresas productivas q (le prestación de servicios en las cuales participan los miembros de la familia como mano de obra.

Una característica importante en estos casos estudiados es la combinación de las estrategias ocupa­cionales con la participación política, sea esta partidaria o a través de organizaciones sindicales, vecina­les, etc., debido a que ellas permiten tener influencias en los espacios de poder estatales que facilitan la realización de trámites burocráticos.

4) Al estudiar la movilidad social en El Alto, se debe tener en cuenta que existen diferencias de género. En los casos observados, la movilidad social de las mujeres ha representado en ciertas ocasiones la desinte­gración de los lazos familiares y la desvinculación familiar debido a que significó qna desestabilización de los medios de dominación masculina, transformando los mecanismos de poder cotidianos. En algunos casos, las entrevistadas tuvieron que luchar no sólo contra la discriminación étnica sino también contra la discriminación de género,12 ya que ésta relegó sus oportunidades de desarrollo personal.

Por tanto, las condiciones sociales y culturales que reproducen algunos de los pobladores de esa ciudad reducen las posibilidades de ascenso social de las mujeres, en especial si éstas son hijas de migrantes, debido a que en algunos de estos hogares se considera que la mujer no necesita estudiar debido al rol que juega. Este fenómeno es producto de la reproducción de ciertas características culturales de los migrantes andinos y del mantenimiento de una estructura de dominación masculina que subalterniza a la mujer y la encierra dentro del espacio privado de la familia, en el cual debe someterse a un sistema patriarcal.

Estos procesos de movilidad social pueden ser leídos desde dos perspectivas: la primera, muestra que éstos no han significado en la mayoría de las oportunidades un cambio de la estructura de dominación étnica y de género; la segunda, que éstos marcan procesos de desestructuración del sistema de domina­ción masculina y un cambio en los subsistemas de interrelacionamiento entre mujeres y hombres que se hace evidente cuando las mujeres se apropian de los espacios de participación cultural, económica y política desde una perspectiva de género.

 

Notas

1. Una estrategia es un plan de acción mediante el cual una organización o persona en este caso busca alcanzar sus objetivos. Para ello utiliza una serie de tácticas, que son medios para que se realice la estrategia. La táctica es un curso de acción más específico que la estrategia y abarca periodos más cortos de tiempo.

2. Scymour Lipset y Rcinhard Bendix, Movilidad social en la sociedad Industrial. EUDEBA, Buenos Aires, 1963, p. 379.

3.   Para Sorikin, el espacio social es el universo compuesto por la población humana, donde cada individuo tiene una posición y una serie de relaciones con otros hombres y mujeres. Pitirin Sorikin, Estratificación y Movilidad social. Imprenta Universitaria, 1956. Para Bourdieu, el espacio social es aquel constituido por los agentes o grupos sociales donde estos se distribuyen en función de su posición en las distribuciones estadísticas según los diferentes principios de diferenciación social: capital econó­mico, cultural, social, político. Picrrc Bourdieu, Razones Prácticas: sobre la teoría de la Acción. Ed. Anagrama, Barcelona, 1997. En adelante, P. Bourdieu, Razones...

4. P. Bourdieu, Razones...

5. P. Bourdieu, Razones... Véase también Alvaro García, Estructura simbólica y estructuras de dominación: clase y etnia. Mimco. Alianza francesa, La Paz, 1999.

6. Dentro de las estrategias laborales, se identificaron dos tipos: uno, que va por la conformación de empresas productivas o de servicios y, otro, que se basa esencialmente en el comercio. Estas estrategias generalmente no se dan solas sino que se combinan con otras como por ejemplo la participación política.

7. Cfr. Bourdieu, Razones... y A. García, op. cit.

8. Se entiende el habitus escolar como aquellas acciones que contribuyen a producir actitudes, emociones y disposiciones corpo­rales en torno a la educación, que se reproducen sin saberlo ni quererlo y que despiertan unas disposiciones profundamente arraigadas, sin pasar por la vía de la conciencia y del cálculo. Véase P. Bourdieu, Razones... y Raquel Gutiérrez «La Dominación Masculina» En: Bourdieu leído desde el sur. Ed. Plural, La Paz, 2000.

9. A. García, op. cit.

10. Raquel Gutiérrez, art. cit.

11. Cfr. Lema, 2000; Molina, 1997, Rojas 1997

12. Foucault, 1992; Das, 1997

 

Bibliografía

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