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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.54 La Paz mayo 2024  Epub 01-Mayo-2024

https://doi.org/10.53287/swbe9859ck31k 

APORTES

La educación técnica, una estrategia de oportunidades laborales en Bolivia*

Technical education, a strategy for job opportunities in Bolivia

1Universidad Pedagógica de Bolivia, La Paz E-mail: lunaayrampu@gmail.com


Resumen:

La educación técnica significa una estrategia de oportunidades laborales para jóvenes y adultos en Bolivia. La metodología de estudio fue cualitativa, con entrevistas en profundidad a 34 profesionales que diseñaron e implementaron la Ley 070 de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”. En esto fue importante el trabajo del Ministerio de Educación, con el apoyo de la cooperación internacional y organizaciones gubernamentales en programas y proyectos de educación técnica y el Sistema Plurinacional de Certificación de Competencia (SPCC). Se arriba a los siguientes resultados. Primero, los jóvenes de las clases populares estudian para trabajar instalando un emprendimiento productivo. Segundo, el Estado reconoce con títulos las habilidades prácticas de los trabajadores que en el pasado eran desvalorados.

Palabras clave: Educación técnica; educación superior; jóvenes; sector campesino-rural; inserción laboral; capacitación laboral; Bolivia

Abstract

Technical education represents a strategy of job opportunities for youth and adults in Bolivia. The study methodology was qualitative with in-depth interviews with 34 professionals who designed and implemented the Law 070 on education “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”. In this, the work of the Ministry of Education with the support of international cooperation and NGOs in technical education programs and projects and the Plurinational Competence Certification System (SPCC) was important. The following results are obtained. First, young people from the popular classes s tudy inover to work setting up a productive enterprise. Second, the State now provides degrees which recognise with titles the practical skills of workers who were devalued in the past.

Keywords: Technical education; higher education; youth; peasant-rural sector; job placement; job training; Bolivia

INTRODUCCIÓN

La educación técnica en Bolivia1 forma parte del subsistema de educación superior, que se imparte en los institutos técnicos tecnológicos a jóvenes que estudian una carrera de técnico medio o superior para después insertarse al mercado laboral. Por otro, están los centros de educación alternativa y el Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC). Son programas dirigidos a capacitar a los jóvenes y adultos que abandonan la escuela y, por necesidad económica, aprenden diferentes oficios en el mismo lugar de trabajo.

En la historia de la educación boliviana, la parte técnica es relegada a segundo plano (Talavera Simoni, 2011). Después, el Estado, con el objetivo de fortalecer una industria nacional, gestiona la formación de técnicos como efecto de los modelos de desarrollo: capitalismo de Estado (1952 a 1985), neoliberal (1985 a 2005) y social comunitario productivo (2006 a 2023), con el interregno de 20202. El año 2010, se promulga la Ley 070 de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, que plantea el modelo pedagógico sociocomunitario productivo. A partir de esta base filosófica, se implementa una nueva política educativa, que incorpora a los trabajadores de los estratos populares en programas de capacitación técnica.

Es importante indicar algunos datos educativos a nivel nacional. La tasa de asistencia escolar de la población entre 6 a 19 años en el Censo de 1992 era de 72,32%; en el Censo 2001 llega a 79,71% y en el censo de 2012 se incrementa a 87,25%. Estos datos indican que el acceso a la educación a nivel nacional ha mejorado. Por otro lado, la tasa de analfabetismo en Bolivia se fue reduciendo. En el Censo de Población de 1992, era de 20,01%, mientras en el Censo 2001 se reduce a 13,28% y en el Censo de 2012 a 5,09%. Este grupo social se encuentra en el área rural y en la población femenina; mientras que los altos índices de formación escolar están en el área urbana y en los varones. Según la Encuesta de Hogares 2021, en el área urbana, el 39,21% de la población alcanza estudios hasta el nivel superior (universidad y posgrado) mientras que en el área rural es del 9,96%. Estos datos indican que el acceso a la educación es desigual y no se articula de manera efectiva al mercado laboral. Es evidente que el sistema educativo mantiene ciertos prejuicios étnicos, de clase y de género que aún se pretende superar con la educación intercultural.

En lo social, la educación técnica se sigue entendiendo como un campo destinado a los sectores sociales de origen rural, campesino e indígena. Finalmente, se plantea como objetivo de desarrollo conocer los impactos de la implementación de la educación y capacitación técnica en Bolivia desde la Ley 070.

ESTADO DEL ARTE Y MARCO TEÓRICO

La educación y capacitación técnica es uno de los desafíos para los países de América Latina (AL), donde, las políticas educativas priorizan la formación humanística en vez de la técnica. En esa línea, la literatura hace referencia a la importancia de la educación técnica en la formación del capital humano para el sector productivo e industrial de un país. En ese propósito, los Estados amplían la educación técnica a favor de jóvenes y adultos de las clases populares. Al respecto, María Sevilla (2017) para un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), afirma que los países de Cuba y El Salvador tienen más estudiantes matriculados en la Educación Técnica Profesional (ETP), a diferencia de Nicaragua, Brasil y Jamaica, donde el porcentaje es menor. Además, identifica tres grupos de países; en el primero, la educación técnica no es una institución paralela a la Universidad, es parte de ella. Segundo, las ETP son instituciones de capacitación, de formación técnica, pero no otorgan títulos, sino que es un derecho exclusivo de la Universidad. En el tercer grupo, la educación técnica está institucionalizada en los institutos técnicos tecnológicos; por ejemplo, en Bolivia, conduce a un título de técnico medio y superior.

Por su parte, María de Ibarrola (1997) se refiere a la educación técnica para el trabajo y la educación técnica en el trabajo; la primera está dirigida a formar en una profesión técnica y la segunda a la capacitación de los trabajadores. Esta política de educación práctica es vital para contribuir con profesionales calificados al sector industrial. Lo que resalta es la capacitación a los trabajadores con el objetivo de mejorar la movilidad laboral.

La literatura acerca de la educación y capacitación técnica en Bolivia señalan, que esta área formativa ha estado ausente de la agenda pública (Yapu, 2013), aunque autores como Cajías de la Vega (1998) y Yapu (2013,2015) reconocen los logros del Código de la Educación Boliviana de 1955 por universalizar el acceso a la educación y reducir el analfabetismo que tuvo su efecto en la transformación de la sociedad boliviana. Sin embargo, Cajías de la Vega (1998) señala que, en el periodo de 1955 hasta la década de los setenta y ochenta, la política educativa no ha priorizado la educación técnica, si bien, la población estudiantil se incrementa en primaria, secundaria y universidad; más bien el perfil formativo se ha orientado con énfasis en las humanidades. Este panorama explica el bajo porcentaje de estudiantes en los institutos técnicos tecnológicos, centros de educación alternativa y además el reducido presupuesto que reciben. A esto se suma el imaginario social, donde los jóvenes prefieren estudiar en la universidad por el estatus social que significa obtener un título en estos centros.

En relación a esto, Lizárraga Zamora (2003) señala que la educación técnica estaba en desventaja por la reducida población estudiantil y la escasa oferta educativa de institutos técnicos. Ante este panorama, el Diálogo del 20003, en el marco de la lucha contra la pobreza, identifica la necesidad de promover políticas de educación técnica para formar capital humano e incentivar el sector productivo. Lizárraga Zamora enfatiza que la economía de mercado de Bolivia requiere individuos con capacidades prácticas. Además, con base en la Encuesta de Hogares, demuestra que la población con poca oportunidad de acceso a la educación se concentra en su mayoría en el área rural, en población indígena y en mujeres. Esta realidad intenta revertirse con políticas de educación técnica y superior, para el beneficio de la población de origen rural que reside en el área urbana4. En este sentido, la educación técnica es “funcional más o menos al autoempleo/ empleo” (Lizárraga Zamora y Neidhold, 2011, p. 93); por ello, se resalta la creación del SPCC mediante el DS. 298 del 24 de diciembre de 2008, que tiene el objetivo de reconocer y certificar los conocimientos prácticos de los jóvenes y adultos. Esto en el marco de la Ley 070, “Elizardo Pérez - Avelino Siñani”, que promueve los centros de educación alternativa y la creación de institutos técnicos en el área rural, que se incrementa en los últimos diez años.

Finalmente, en otro estudio acerca del retorno de la educación en Bolivia, Torres Carrasco (2021) señala que los que tienen más ingresos son aquellos que cuentan con una formación de nivel superior, profesionales; a diferencia de éstos, los que tienen una formación de nivel primario perciben los sueldos más bajos; por otra parte, los que tienen mejores ingresos son los del área urbana, los no indígenas y varones; mientras lo opuesto de estos grupos gana los salarios más bajos. Si bien el estudio no se refiere a la educación técnica, da a entender que la educación tiene un retorno en valor monetario; en este caso, los que ganan mejores sueldos tienen una educación de nivel superior.

Lizárraga y Neidhold (2011) diferencian la educación técnica de la capacitación técnica. La primera se refiere a la formación de jóvenes durante varios años de estudio en una institución de educación formal. Nos referimos a institutos técnicos que exigen como requisito de ingreso el bachillerato. Estos institutos otorgan títulos de técnico medio y superior en carreras de electricidad industrial, electrónica, industrial textil y confección, informática industrial, mecánica automotriz, mecánica general, metalurgia, siderurgia y química industrial5. Para Lizárraga y Neidhold (2011), la educación técnica es formación productiva y es un tipo de educación del desarrollo de facultades prácticas para que los individuos implementen en el campo de la ciencia. Mientras tanto, la capacitación técnica está dirigida a trabajadores que tienen conocimiento empírico de algún oficio manual en base a la misma experiencia laboral. Coloquialmente, se los denomina maestros a albañiles, carpinteros, mecánicos, choferes, pintores, etc., si bien no cuentan con título, pero tienen la habilidad adquirida sobre la base de la práctica. A esto Lizárraga y Neidhold (2011) lo denominan capacitación laboral: “La capacitación laboral, en cambio, consiste en actividades tendentes a mejorar las capacidades de las personas, independiente de cuál sea su nivel de formación profesional” (p. 5). Por tanto, la educación técnica se orienta a desarrollar habilidades prácticas en mecánica, electrónica, automotriz, confección, etc., que están dirigidas a incentivar la productividad, ofreciendo profesionales técnicos. Desde una interpretación sociológica, los conocimientos prácticos son un capital cultural incorporado (Bourdieu, 1998), tienen un precio en el mercado laboral, en el sentido de que el sector productivo, industrial, requiere personal con competencia técnica.

Finalmente hay una estrecha relación entre educación técnica con desarrollo productivo industrial, porque se demanda trabajadores con formación técnica. En esto, las habilidades y destrezas de un trabajador son importantes para mejorar la productividad de una empresa mediana o grande.

METODOLOGÍA

La metodología de investigación fue de enfoque cualitativo, a través de entrevistas abiertas a profesionales que participaron en el diseño, elaboración e implementación de la Ley 070 de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”. Las entrevistas se realizaron en modalidad presencial y virtual tomando en cuenta la distancia y el contexto sanitario de 2021, en los cuales, las actividades laborales fueron restringidas. Previamente, en el Centro de Investigaciones Sociales (CIS)6, se realizó el análisis sobre la metodología de trabajo; la temática estaba referida a conocer las experiencias del proceso de implementación de la Ley 070. En ese marco, en el presente artículo, se recoge y analiza la educación técnica como un pilar para el desarrollo de la economía de una sociedad.

Por otro, previo a las entrevistas, se elaboró una guía de preguntas, con el propósito de obtener información de diferentes profesionales de las áreas de ciencias sociales y humanidades que tuvieron vínculos laborales con el Ministerio de Educación, organizaciones no gubernamentales y cooperación internacional.

La selección de los entrevistados ha sido de modalidad opinático7. Se entrevistó a 34 profesionales que trabajaron y/o trabajan en programas y proyectos educativos en el Ministerio de Educación, Viceministerio de Educación Alternativa, Cooperación Suiza, el Centro de Multiservicios Educativos (CEMSE) y la Fundación para el Desarrollo (FAUTAPO). Para el artículo, se ha seleccionado a los que se refieren a la educación técnica como un componente principal de la implementación de la actual ley educativa. Una vez realizada las entrevistas, se procedió al análisis de datos, para lo cual se eligió la técnica de análisis temático Mejía Navarrete, 2011).

ANÁLISIS DE RESULTADOS. El SPCC

El Estado boliviano, por medio del D.S. 29876 del 24 de diciembre de 2008, crea el Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC). Entre sus funciones están planificar, evaluar, certificar competencias laborales de los trabajadores por cuenta propia, independientes, autónomos y dependientes. Para el Viceministerio de Educación Alternativa y Especial (2016), del Ministerio de Educación, el SPCC tiene el objetivo de “desarrollar capacidades productivas y/o laborales de productoras/es y/o trabajadoras/es a partir de la certificación de competencias y la formación complementaria para fortalecer las actividades laborales e iniciativas productivas de las familias y comunidades” (párr. 4).

El propósito del SPCC es mejorar las oportunidades de empleo para jóvenes y adultos que por diferentes motivos no culminaron sus estudios escolares. Al respecto, del Villar afirma:

Trabajábamos todo lo que es, cuáles son, ahorita no recuerdo los nombres técnicos, ósea, para certificar payasos, ellos igual … tienen 20, 30 años de experiencia de eventos, así para niños, y el conejo Ricky estuvo presente, estuvieron, era bien interesante esta dinámica de certificación de competencias, porque era reconocerlos los saberes de las personas de nuestra sociedad (comunicación personal, 25-8-2021).

El SPCC reconoce las habilidades y destrezas de artistas que comercializan sus productos en ferias. Los conocimientos de oficios técnicos (mecánica, construcción, costura, arte popular) son habilidades incorporadas en el cuerpo, común en la población de estratos populares, migrantes del área rural que desarrollan habilidades prácticas para el trabajo por cuenta propia y/o como empleados de una empresa.

Según L. García, comunicador, uno de los motivos del SPCC era la autoestima de los trabajadores; los primeros proyectos se realizaron entre 2008 y 2010: “…en el piloto solamente que hemos hecho, diseño curricular, los instrumentos de evaluación, y además lo más importante” (comunicación personal, 20-8-2021). Según este comunicador, se capacitó a carpinteros y a trabajadoras asalariadas del hogar; estas últimas, en ese entonces, estaban trabajando para demandar la aprobación de una ley que proteja sus derechos laborales. Estos proyectos estaban dirigidos a cambiar la desigualdad social, las relaciones patriarcales en el empleo doméstico y la construcción, tomando en cuenta que en su mayoría son jóvenes de estratos populares. L. García dice lo siguiente:

Con la certificación de competencias a carpinteros, trabajadoras asalariadas del hogar que en algún momento durante el 2007, 2008, hasta el 2009, estaban generando su propia ley, la Ley de la Trabajadora Asalariada del Hogar, que antes se decía, sirvienta, empleada doméstica como término despectivo, hasta colonial, entonces ese, ese es digamos esos dos años que he trabajado de la mano con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, en algún momento también nos monitoreaba el Ministerio de Planificación, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, y también el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras… Porque eran transversales (comunicación personal, 20-8-2021).

El Ministerio de Educación gestiona programas de capacitación técnica en centros de educación alternativa y formación técnica en institutos técnicos tecnológicos en las capitales de departamento y en municipios. Según L. García, participaron varios ministerios: Trabajo, Educación, Desarrollo Productivo; así también la cooperación internacional que financió los programas y proyectos de educación técnica en beneficio de los jóvenes y adultos que trabajan por cuenta propia. El SPCC está dirigido a este grupo de población. Al respecto L. García dice: “empiezo a trabajar como parte del equipo, multidisciplinario que se va a conformar en la Fundación FAUTAPO del equipo del programa de certificación de competencias… muy vinculado al Ministerio de Educación…” (L. García, comunicación personal, 20-8-2021). El año 2008, el Gobierno promulga la ley que regula el SPCC. Del 2008 a 2010, se ejecutan proyectos piloto de capacitación por competencias laborales a agricultores, músicos, carpinteros, constructores civiles, empleadas del servicio doméstico:

…se hizo un análisis, un diagnóstico, se vio que había que trabajar primero con los albañiles, que se les dice también constructores civiles, con las trabajadoras asalariadas del hogar, que antes se les decía sirvientas, o empleadas domésticas porque te estoy diciendo esto y también se trabajó con los carpinteros (L. García, comunicación personal, 20-8-2021).

La prioridad del SPCC es cualificar las habilidades prácticas de los trabajadores otorgándoles un certificado que acredita sus oficios laborales. Con esta certificación, los trabajadores perciben una mejor remuneración en sus empleos, al ofrecer productos de mejor calidad. En otros, las obras de los constructores civiles merecen mayor cualificación y mejores ingresos. Es decir, el objetivo mayor del SPCC es mejorar las condiciones económicas de los trabajadores que abandonan la educación formal. En esa perspectiva, L. García se refiere a la descolonización educativa, en el sentido de que estas políticas amplían la educación, no solo para los que estudian en instituciones de educación formal, ya que también incorporan a la población marginada, como los indígenas, jóvenes de las clases populares, migrantes rurales que trabajan en diferentes oficios manuales no valorados por los empleadores. Una característica son los bajos salarios que perciben los trabajadores por cuenta propia: “porque estas profesiones siempre en el ámbito académico, educativo eran totalmente peyorizadas y tú sabes que éste es un tema que tiene que ver contra esa visión colonial, toda esa visión (de)colonialidad” (comunicación personal, 20-8-2021). Es decir, quienes concentran mayor capital económico son las clases medias y altas, porque trabajan en empleos formales, estudian hasta el posgrado y perciben los mejores salarios. Mientras tanto, la población de origen rural, cuando emigra a la ciudad, trabaja en empleos por cuenta propia, eventual y con baja remuneración. En esa condición, la población migrante prioriza trabajar en vez de estudiar por cuestiones económicas y prejuicios sociales. Esto se relaciona con los trabajos subvalorados como marginales: “…si vale el término, esa marginalidad, si eres albañil, marginal, si eres agricultor, otro marginal, que no entra en el campo del letrado, o del académico…” (comunicación personal, 20-8-2021). Por tanto, el trabajo del SPCC se orienta a fortalecer las habilidades prácticas de los trabajadores en los oficios que tienen competencia. Por ejemplo, los albañiles o constructores civiles, según García L., reconocieron, en la práctica, que muchas veces saben más que un ingeniero o un arquitecto. Sin duda que los cursos de capacitación son experiencias novedosas para los trabajadores que estaban fuera de las políticas educativas. En esa línea, L. García, afirma que

…fue un proceso de autoestima también estos talleres, y justamente yo tenía partes donde el ingeniero que daba el taller, y el curriculista que era también de psicología de la Católica… me hacían interactuar… para hablar con ellos, ¿no? y hacerles entender... (comunicación personal, 20-8-2021).

Desde la sociología, los albañiles y los constructores civiles poseen capital cultural incorporado (Bourdieu, 1998). Este conocimiento práctico es lo que venden en el mercado laboral, donde es muy importante “saber hacer”; por ejemplo, un albañil sabe preparar la mezcla del cemento con arena, que puede ser de mayor experticia que la habilidad que tiene un ingeniero civil con mayor formación teórica y menos práctica. Al respecto, L. García dice: “uno de los maestritos nos dijo, yo he hecho el aeropuerto Alcantarí de Sucre8 dice, con los ingenieros y arquitectos, pero los ingenieros y arquitectos se equivocaban hasta en la mezcla, en la distancia, y varios maestritos hemos tenido que sopesar en eso nos decían” (comunicación personal, 20-8-2021).

1. Patriarcalismo laboral en el conocimiento incorporado

Algunos oficios de los trabajadores que fueron capacitados por el SPCC tienen relación con la división de género; no es casual ver a mujeres de albañiles, ya que, por el esfuerzo físico, se presume que esta labor la ejercen los varones, mientras a las mujeres se las predestina al servicio doméstico, a labores de casa o a trabajos que no requieren mayor esfuerzo físico:

…me entiendes, no ve, ahí se ve la visión patriarcal y adultocéntrica también, y de los changos que decían, ¿acaso los changos no pueden ser maestros a los cuarenta años?, no, tienen que empezar de peones, pasar recién la experiencia… (L. García, comunicación personal, 20-8-2021).

La Ley 070 plantea la descolonización de la educación como proyecto transformador. En esa línea, descolonizar las relaciones patriarcales en el ámbito laboral es un desafío que se inicia sensibilizando a los beneficiarios de la educación técnica. Esto con el objetivo de equiparar las oportunidades laborales entre varones y mujeres. Por ejemplo, la elaboración de la malla curricular del SPCC ha sido una experiencia nueva, donde los capacitadores conocieron la experiencia laboral de los trabajadores:

Y una mentalidad digamos de decir, yo sé Calculo I, o Cálculo II, Cálculo III, siete años me he quemado las pestañas en la universidad, qué puede saber un tipo que no ha pisado la universidad, y que ha venido del campo, o de las áreas marginales o populares de, de la ciudad y le ha metido (L. García, comunicación personal, 20-8-2021).

El debate consiste entre el saber teórico versus el saber hacer que se perfecciona trabajando. Los talleres del SPCC valoraron las habilidades prácticas de las trabajadoras del hogar. Los técnicos dirigieron estos talleres apoyando a las participantes para reconocer sus deberes y derechos laborales; asimismo, identificaron sus competencias, lo que mereció una cualificación del SPCC: “Entonces ellas se daban cuenta que la trabajadora asalariada del hogar solamente tenía tres competencias…el cocinar…el limpiar, y el lavar…no eran sus competencias de las trabajadoras asalariadas del hogar ser niñera” (L. García, comunicación personal, 20-8-2021).

Las trabajadoras del hogar en una sociedad patriarcal viven sometidas a relaciones de dominación que ejercen los empleadores, lo que es una característica de la colonialidad del poder (Quijano, 2005). Luego de estos talleres de diseño curricular dirigidos por técnicos del SPCC, se advierte experiencias positivas de algunas trabajadoras:

…por ejemplo a las trabajadoras asalariadas del hogar, igual, ¿no?, muchas de ellas ya, algunas me he encontrado en el trufi, viniendo de la zona Sur y me han dicho que, muy bien, que ya no eran más explotadas, además con la Ley de la Trabajadora Asalariada del Hogar9… Entonces ya tenían… que eran sus deberes, qué hacer, cuánto cobrar, sus vacaciones (L. García, comunicación personal, 20-8-2021).

Los conocimientos que tienen los participantes en los talleres se aprendieron con base en la práctica, ejerciendo labores cotidianas. Por ejemplo, el trabajo de ayudante en construcción, carpintería, pintura, etc. Al respecto, Aida Ferreira dice:

…a mí me ha resultado muy importante como persona, pero también digamos en términos del Ministerio de Educación, ha sido el SPCC... en mi caso, como era antropóloga, me han pedido hacer la normalización de ocupaciones, que es básicamente describir en qué consiste una ocupación pormenorizadamente; y además saber cómo se va evaluar (Ferreira, comunicación personal, 18-5-2021).

Para el SPCC, ha sido importante identificar las características de los oficios técnicos de los participantes para ser evaluados, antes de que el Ministerio de Educación implemente los programas de capacitación técnica10.

2. Educación en institutos técnicos tecnológicos

Según el Ministerio de Educación, en el país, actualmente hay 108 institutos técnicos tecnológicos fiscales, 20 institutos de convenio y 225 institutos privados, todos a nivel nacional. En total, funcionan 353 institutos técnicos tecnológicos (cuadro 1).

Cuadro 1. Institutos técnicos tecnológicos de Bolivia 

Fuente: Ministerio de Educación (s.f.) Datos de los institutos técnicos fiscales y convenio

Los institutos técnicos tecnológicos imparten educación técnica profesional a jóvenes que han terminado el bachillerato. En la estructura de la organización educativa, los institutos forman parte del subsistema de educación superior, que se consolida después del Código de la Educación de 1955; en ese periodo, la educación técnica no era una prioridad de las políticas educativas por la ideología nacionalista entre 1952 a 1985. En esa etapa, el Estado se enfocó en modernizar la sociedad, la economía, mientras las políticas educativas orientaban su trabajo a educar a los niños y jóvenes al habitus del Estado nación11 Bourdieu, 1998. Además, la formación en las humanidades ha sido fundamental en promover una subjetividad moderna como valores supremos; en ese sentido, la política educativa del 55 priorizó alfabetizar a la población campesina indígena con el objetivo de integrarlas a la sociedad nacional. W. Marca se refiere a varios programas de alfabetización, el primero fue en 1956 y el segundo en 1969:

…las primeras experiencias indudablemente, eh, formales han sido las campañas de alfabetización el año 1956 y luego la década del setenta, del sesenta, del ochenta, etc. Pero la primera campaña nacional, eh, desarrollada por el gobierno ha sido la campaña del 56, eso como producto también de un momento histórico que vivía Bolivia… (W. Marca, comunicación personal, 13-9-2023).

Los institutos técnicos han sido creados con mayor énfasis a partir de los setenta en el área urbana12. En los noventa del siglo XX y la primera década del siglo XXI, se incrementan los institutos técnicos por los cambios estructurales que implementaba el Estado. La transición de una economía estatista a un modelo neoliberal13 ha desarticulado a la clase trabajadora obligándola a emplearse en la economía informal (empleo por cuenta propia, comercio de la calle). En ese contexto, los trabajadores capacitados en el SPCC pertenecen a los sectores del empleo informal. Según Lizárraga y Neidhold (2011), después del Código de la Educación Boliviana de 1955, ha sido difícil promover la educación técnica desde el Estado por la tensión con el Magisterio, que demandaba mayor presupuesto y mejores salarios:

Durante los años setenta se notan esfuerzos concretos, aunque desarticulados, de parte del Estado por diseñar un sistema de educación técnica: se creó la mayoría de los institutos superiores de educación técnica y los centros de formación de mano de obra FOMO (p. 33).

Uno de los actores que coadyuva en programas de educación técnica es la cooperación internacional, por ejemplo, el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo y la Cooperación Suiza14. Acerca del trabajo de los proyectos de cooperación, Poma A. dice:

Luego he pasado a la cooperación Suiza en Bolivia, la embajada Suiza en Bolivia era un proyecto, era un programa de formación técnica profesional justamente. En la embajada tenía varias, una unidad de proyectos, pero había una Unidad que se llamaba la unidad de proyectos especiales, ya, y dentro de esta unidad de proyectos especiales había un proyecto que apoyaba la formación técnica profesional (comunicación personal, 1-9-2021).

En el marco de la Ley 070, se crean nuevos institutos técnicos en el país. En este caso, la oferta educativa se vincula a la vocación productiva del municipio donde funciona un instituto técnico. Esto significa un nuevo impulso para formar capital humano especializado:

De allí va a ir evolucionado la formación técnica y se crea la formación técnica pos bachillerato, que es la formación técnica, tecnológica, que actualmente se tiene, pero muchas veces se ha echado de menos prioritariamente, se veía como que la formación, se decía esto es educación regular, educación superior solo es universidades, y la educación técnica es como una bisagra en estos dos. Y en realidad la educación técnica no es una bisagra, es formación superior, … educación superior técnica (Del Villar, comunicación personal, 25-8-2021).

Este escenario significa un campo de lucha desde distintas posiciones, en particular, la educación técnica es un desafío para el Estado, organismos de cooperación y entidades no gubernamentales en la senda de posicionar una educación acorde las necesidades del desarrollo económico.

Según los entrevistados, para instalar un instituto técnico con sus carreras y equipamiento, se requiere recursos. Al respecto, M. Flores, director de la Fundación FAUTAPO Chuquisaca dice:

Entonces, todas las carreras empezaron a equiparse, te hablo más, aproximadamente de unos, entre 10 mil a 15 dólares por carrera técnica que era muy buen recurso en lo que significa, digamos, el cubrir las expectativas de equipamiento que tenían las carreras de gastronomía, de metal mecánica, textil confección. En textil confección habíamos comprado, por ejemplo, máquinas rectas, máquinas industriales, máquinas Overlock, donde ellos en cada municipio han empezado a coser ropa deportiva (comunicación personal, 20-9-2021).

El equipamiento con maquinaria para una carrera técnica es importante. En la década de los ochenta algunos colegios rurales contaban con talleres de tejidos, carpintería, artes, en los cuales los jóvenes adquirían habilidades prácticas elaborando un producto. En la actualidad, la formación técnica se reafirma con el Bachillerato Técnico Humanístico (BTH), aunque la formación en humanidades sigue predominando más en el área urbana.

En relación a los institutos técnicos, los esfuerzos del Estado se concentraron en crear nuevos institutos en municipios con vocación productiva; por ejemplo, el año 2006 había 60 institutos técnicos tecnológicos y en el 2019 eran 94 institutos técnicos públicos. Lo relevante de esto es que el 80 por ciento se encuentra en zonas productivas:

Lo que yo quiero compartir es, más que todo mencionando, eh de manera general, al 2006 teníamos 60 institutos técnicos tecnológicos, en Bolivia, legalmente constituidos; 60 institutos técnicos tecnológicos públicos. Y, hasta el 2019, se ha incrementado 94 institutos… (E. Pari, comunicación personal, 6-7-2021).

En conclusión, los institutos técnico tecnológicos ofrecen una educación profesional técnica para los jóvenes que prefieren formarse en esta área para insertarse al mercado laboral de forma independiente o dependiente en un empleo. Aunque la característica principal está en que promueven un concepto de trabajo independiente, donde la iniciativa parte del individuo o trabajador que instala un taller.

3. Educación alternativa

Estas políticas educativas se refieren a la capacitación de jóvenes y adultos que dejaron de estudiar en la educación regular; pero, en su trayectoria laboral, adquieren competencias en distintos oficios. A diferencia del SPCC, la educación alternativa consta de políticas y programas que se implementan desde la década de los setenta y ochenta del siglo XX, y con el tiempo fue cambiando de nombre. En la actualidad, consisten en programas de formación técnica con una duración de una semana, un mes o más tiempo. Esto, de acuerdo a la necesidad de aprendizaje de los participantes, considerando la vocación productiva del lugar donde habitualmente residen. Desde los cambios en que derivó la Ley 070, se han creado más centros de educación alternativa:

La educación alternativa ha sido creada para transformar la sociedad, para transformar las comunidades y para atender las necesidades educativas que tiene una comunidad, ese principio básico hoy es la educación alternativa, también es del Estado, la Ley Avelino Siñani y toda la política que hemos desarrollado recupera todo este espíritu de trabajo que hemos tenido los años anteriores (Marca W., comunicación personal, 13-9-2021).

Los centros de educación alternativa imparten formación para mejorar las habilidades prácticas vinculadas con la actividad productiva del beneficiario. Con ese propósito, se enfocó el trabajo de la Cooperación Suiza a través de fundaciones como FAUTAPO, CEMSE y la Comisión Episcopal de Educación (CEE). Estas instituciones ejecutan los proyectos de formación técnica en centros de educación alternativa donde capacitan a jóvenes adultos. Al respecto, E. Arauco, sobre la formación técnica, dice:

…la formación no es solo un hecho educativo, la formación técnica también es un hecho productivo y es un hecho laboral, entonces están involucrados muchos actores, con los cuales se ha movilizado los actores para que sean parte de este proceso que mejora la formación técnica (comunicación personal, 11-10-2021).

Con la Ley 070, la educación alternativa se enfoca a capacitar a jóvenes y adultos en municipios rurales y de las ciudades como El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. En ese sentido, tienen el propósito de apoyar los emprendimientos económicos de la población de bajos ingresos.

Según el INE, en el segundo trimestre de 2023, el 77,02% de la población tiene trabajo. En esto se incluye el empleo formal, el informal, el trabajador dependiente e independiente. La distribución porcentual de la población de 14 o más años de edad tiene una ocupación principal, representa el 25,90%; ésta tiene como actividad principal la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca y la silvicultura; el 18,48% se dedica a la venta por mayor y menor y a la reparación de automotores. En el otro extremo, los servicios profesionales y técnicos representan el 1,95 por ciento. Esta información del empleo nos demuestra que la mayoría de la población trabaja en actividades productivas, agrícolas y ganaderas. Entonces hay mayor demanda de trabajadores para capacitarse en habilidades prácticas relacionadas con el sector productivo.

En eso se enfoca el trabajo de fundaciones como FAUTAPO, que capacitan a los sectores populares urbanos que provienen de familias económicamente precarias:

...lo que se buscaba era la inserción laboral de los jóvenes, obviamente la empresa las contraté en las condiciones, en las mejores condiciones posibles, no, entonces, se ha tenido (…) buen nivel de inserción laboral, hablamos (…) de esa época unos 80 por ciento de inserción laboral al terminar el proceso, ése es el programa (S. Espada, comunicación personal, 15-11-2021).

Algunos estudios resaltan la movilidad social ascendente en Bolivia con la incursión de los sectores populares a la clase media a través del crecimiento de los niveles de consumo y “el crecimiento de estratos medios” (Paz Arauco y Velasco Unzueta, 2017( como consecuencia de un crecimiento de la economía nacional entre los años 2000 al 2015, periodo de gestión por más años del gobierno del MAS; sin embargo, la perspectiva positiva de estos estudios se contradice con la crisis económica actual de Bolivia15. En este escenario, los jóvenes siguen siendo un sector vulnerable en sus derechos laborales, porque reciben bajos ingresos y están sujetos a mayor carga laboral en condiciones precarias. Desde este punto de vista, la relación educación técnica-mercado laboral es coherente en el sentido de que las organizaciones no gubernamentales tienen objetivos claros para la formación y educación técnica. Por ejemplo, R. Tarquino, de FAUTAPO, decía: “Ahora, claro, estamos luchando, justo hemos elegido Pucarani (departamento de La Paz) para una fase de continuidad; pero en lo siguiente, lo que te decía: de lograr el emprendimiento, o sea, el empleo, o sea, el autoempleo y también formación para inserción laboral” (comunicación personal, 26-11-2021).

Sin embargo, la educación técnica depende de factores externos al sistema/campo educativo; por ejemplo, en política laboral, productiva, que incentive a la industria es competencia del Ministerio de Trabajo, Ministerio de Desarrollo Productivo o de Economía y Finanzas Públicas. En ese sentido, se identifica una ausencia de la articulación de políticas públicas que sincronicen hacia objetivos comunes.

…la primera se ha lanzado; había un emprendimiento, por ejemplo, y eso ayudaba mucho el entorno familiar. Decía: “mi mamá vende conitos, yo he entrado a Gastronomía, ahora yo quiero mejorar eso que mi mamá hace” (…) Y se ha comprado el hornito, ha empezado a hacer los conitos, ya le ha dado otro toque (Tarquino, comunicación personal, 26-11-2021).

La relación de las políticas de educación técnica con el mercado laboral depende del éxito de las políticas del sector productivo y laboral que implementan los ministerios de Trabajo y Desarrollo Productivo, porque la función de la educación técnica termina en la capacitación a los jóvenes y acreditándolos con un título de técnico medio o superior.

4. Relación, educación técnica y economía

Por otra parte, los programas y proyectos de formación y capacitación técnica tienen un enfoque economicista; algunos entrevistados demandan que el Ministerio de Educación debiera estar en el área económica; es decir, la educación tiene que tener un vínculo directo con el desarrollo de un país, puesto que los otros beneficios de la vida humana dependen del éxito de la economía, incluso los problemas sociales son consecuencia de la falta de empleo y de la inseguridad laboral; por ello, la cooperación internacional, las organizaciones no gubernamentales, por lógica, definen que la educación técnica debe tener una relación directa con el empleo y el sector productivo; ya que es la población vulnerable la que se beneficia de estos proyectos. Sin embargo, desde el discurso de la descolonización, intra e intercultural y del vivir bien, estas categorías se interpretan para concientizar, sensibilizar para que el ejercicio de una profesión técnica sea integral o no esté separada de valores que tradicionalmente se comparten en un espacio laboral entre personas de diferente identidad lingüística, étnica o religión. Al respecto, un encargado de proyectos de educación técnica afirma lo siguiente:

La asociación nos sirve para que recibamos, por ejemplo, apoyos. Pero, a veces, ésos no son los más efectivos, como les digo, mi aprendizaje, en estos proyectos. Igual nosotros, hemos hecho lo mismo: formar grupos de emprendedores, ¿no ve?, jóvenes, así, pero no ha sido sostenible, se ha dividido. ¿Cuáles han sido sostenibles?: los familiares, los que tú haces con tu grupo familiar, tu primo, tu familia, ¿no ve?, ésos han sido los exitosos de este aprendizaje (L. Iturri, comunicación personal, 30-11-2021).

Por lo tanto, la vinculación de la formación técnica con la economía es una necesidad en Bolivia. Si bien la educación tiene la función de formar según los valores y principios que enuncia la Constitución Política del Estado, desde la economía, se exige otro tipo de estrategias en las mismas políticas educativas. De lo que se trata es de combinar la formación técnica con principios y valores sociales que cohesionen la familia y la comunidad desde los espacios laborales.

CONCLUSIÓN

El Estado boliviano implementa la educación técnica; primero, en el subsistema de educación superior, donde se exige como requisito el bachillerato para ingresar a los institutos. La formación en los institutos técnicos tiene una duración de dos a tres años y otorga títulos de técnico medio y superior. Segundo, la particularidad de los centros de educación alternativa es la formación técnica a jóvenes y adultos que dejaron de estudiar y que trabajan en un empleo o autoempleo, pero que tienen la necesidad de capacitarse en función de las labores que desempeñan. La modalidad de formación en los centros de educación alternativa son programas de corta duración, en promedio, no mayor a tres meses. Otra de las políticas de impacto es el SPCC. Este programa está dirigido a los trabajadores que requieren un título que acredite sus habilidades prácticas.

En la educación técnica, se identifica dos dicotomías: el capital cultural incorporado y el capital cultural institucionalizado (Bourdieu, 1998). Las clases populares en Bolivia prefieren estudiar carreras técnicas de corta duración con fines laborales, donde el trabajo es un factor central en la vida de los jóvenes que aprenden desde niños un oficio técnico. Con los años, adquieren un habitus laboral que les predispone a trabajar y ver la vida de manera práctica y en los cuales predominan los conocimientos incorporados (prácticos) sobre el conocimiento teórico. En ese contexto, amerita fortalecer los centros o institutos de la educación técnica en respuesta a las necesidades del mercado laboral y de la economía nacional.

Finalmente, la implementación del SPCC, la educación alternativa y la creación de nuevos institutos técnico tecnológicos es un proceso que tiene avances importantes; pero no alcanza un resultado final que haya revertido la precariedad laboral existente. Esto porque la formación en educación técnica termina cuando los centros educativos entregan un título a los estudiantes como técnico medio o superior. De ahí que el destino laboral de un profesional egresado en el área depende de las oportunidades que le ofrece el mercado de trabajo, que, por lo general, no satisface las expectativas de nuestra sociedad. Esto demuestra que la perspectiva estatal y de los organismos de cooperación de formar capital humano para el sector productivo e industrial depende -aparte del área educativa- de otras políticas nacionales: laboral, económica, productiva, industrial, que son competencia de ministerios (Trabajo, Economía y Desarrollo Productivo). Por tanto, se requiere encarar la política de educación técnica con participación de distintos sectores del Estado.

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* Declaro no tener ningún tipo de conflicto de interés que haya influido en mi artículo.

Notas

1 Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Bolivia, este país tenía para el 2022, 12.006.031 habitantes. https://www.ine.gob.bo/index.php/censos-y-proyecciones-de-poblacion-sociales/. En relación a la población rural-urbana, según el Censo de 2012, la población del área rural era de 32,05 por ciento; mientras la población del área urbana era de 67,05 por ciento. Pero las estimaciones recientes indican que la población urbana se ha incrementado, mientras la población rural está disminuyendo. Actualmente la mayoría de la población boliviana se concentra en tres ciudades metrópolis. La Paz El Alto, Cochabamba y los municipios aledaños y Santa Cruz de la Sierra INE, 2015, p. 14).

2 Entre el 10 al 12 noviembre de 2019, en Bolivia, surge una crisis política entre los sectores que seguían al partido oficialista del MAS versus el sector de opositores, que estaba liderado por el movimiento cívico de Santa Cruz, Cochabamba, Sucre y La Paz expresando su repudio al desconocimiento de los resultados del referéndum de febrero de 2016 y la pretendida reelección del expresidente Evo Morales.

3 El Diálogo del 2000 ha sido una política del Estado boliviano de redistribución de recursos que provenían del alivio de la deuda externa HIPCI y HIPCII. Estos recursos fueron distribuidos a los municipios del país, considerando la población pobre, indígena beneficiaria de los recursos fiscales.

4 Según datos del Censo de Población y Vivienda 2012, cerca del 70 por ciento de la población reside en el área urbana y un 30 por ciento en el área rural.

5 Por ejemplo, las carreras técnicas que se mencionan corresponden a la oferta educativa de la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo de la ciudad de La Paz.

6 Es una entidad académica descentralizada que depende de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.

7 Un informante dio la referencia de otro informante.

8 La ciudad de Sucre es la capital histórica de Bolivia. En esta ciudad nace como República el 6 de agosto de 1825.

9 Actualmente las trabajadoras del hogar cuentan con la Ley No. 181 del 25 de octubre de 2011 que protege sus derechos laborales.

10 La identificación de ocupaciones no ha sido fácil por la interpretación en contra o a favor que ha derivado de la Ley 070.

11 Se asume el concepto de habitus de Pierre Bourdieu (1998). Al respecto, precisa: “El habitus es la clase incorporada (que incluye unas propiedades biológicas socialmente moldeadas, tales como el sexo o la edad) y, en todos los casos de desplazamiento inter o intrageneracional, se distingue (en sus efectos) de la clase objetivada en un momento dado del tiempo...” (pp. 448-449).

12 Aunque se destaca que uno de los primeros institutos de formación técnico profesional es el Instituto Técnico Pedro Domingo Murillo creado en 1942.

13 El modelo de desarrollo estatista o Estado capitalista en Bolivia es un periodo que comprende desde 1952 a 1985. La crisis económica provocada por la hiperinflación en la primera mitad de los ochenta acelera los cambios económicos que derivan en el D.S. 21060, que apertura el neoliberalismo.

14 La cooperación holandesa dejó de trabajar en Bolivia, porque este país mejoró sus condiciones socioeconómicas, según estándares internacionales. Lo propio sucedió con la Cooperación Suiza, aunque aún sigue trabajando en programas de formación técnica; sin embargo, en estos años también abandona su trabajo en Bolivia.

15 Una señal de esto es el descenso de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país. En 2022, era de 3.796 millones de dólares a 1709 millones de dólares americanos Agencia de Noticias Fides, 2024.

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