Editorial

 

La problemática sanitaria y la investigación en salud

 

The healthcare problems and health research

 

 

Ciro Larrazabal Cordóva¹

¹Director, Gaceta Médica Boliviana, Facultad de Medicina, Universidad Mayor de San Simón. Cochabamba, Bolivia.Correspodencia a: Ciro Larrazabal Cordova Correo electrónico: ciro@med.umss.edu.bo

 

 

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La necesidad de fomentar la investigación en el campo de la salud y la enfermedad trae aparejada una serie de necesidades que paulatina y lentamente se están satisfaciendo, capacitación de nuestros investigadores, infraestructura necesaria para el desarrollo de estudios de nivel tecnológico avanzado, fondos que permitan la realización de las inversiones necesarias para mejorar la calidad de los resultados, facilitación de los procesos para acceder a estos recursos y así podríamos continuar señalando cambios que se están produciendo en la infraestructura investigativa de nuestro país; la mayor parte de estos cambios se producen bajo el patrocinio de las universidades estatales.

Sin embargo esta preocupación por la base material de la investigación no se esta correspondiendo con un desarrollo similar de mecanismos o estructuras que supervisen el trabajo de los investigadores y los resultados correspondientes, la historia de la investigación esta llena de sucesos que deberían servirnos para evitar su repetición: casos de invención de datos, manipulación de los mismos, plagio, falta de reconocimiento del trabajo de subordinados, etc. Son hechos que se han producido no solo una vez, si no que se han repetido una y otra vez, precisamente por la falta de mecanismos y normas de control adecuados.

Y estas faltas han ocurrido no precisamente en países con desarrollo incipiente como el nuestro, sino mas bien en aquellos donde la realización de investigaciones se ha transformado en una parte integral de la actividad cotidiana.

Ejemplos relativamente recientes se pueden citar en todos los campos de la investigación sanitaria y en todos los continentes: en el año 2002 Ranjit Kumar Chandra experto en el campo nutricional fue acusado de fraude científico por el British Medical Journal. El año 2006 Jon Subdo, oncólogo escandinavo, comenzó a ser investigado debido a una falsificación de datos en un artículo publicado en The Lancet, dicha investigación concluyó que la mayor parte de sus publicaciones incluida su tesis de graduación, en 1993, habían sido realizados con datos fabricados y/o manipulados. En el año 2009, Judith Thomas y Juan Luis Contreras investigadores de la Universidad de Alabama que habían recibido mas de 20 millones de dólares fueron acusados de publicar resultados de sus investigaciones sobre transplantes renales con datos falsos en mas de 16 ocasiones.

Y    así podríamos continuar dando ejemplos de mala conducta científica, sin embargo nuestro propósito no es difundir estos hechos si no mas bien resaltar la necesidad de iniciar una discusión seria y profunda sobre estas prácticas que están empezando a afectar las investigaciones realizadas por nuestros colegas.

La no publicación de investigaciones con resultados que contradicen los esperados, el “ajuste de algunos datos”, el plagio parcial en la redacción de publicaciones, la falta de citas adecuadas, la falta de reconocimiento de algunos colaboradores, la apropiación de autoria, etc. Son algunos ejemplos que se comienzan a comentar en pasillos y reuniones informales de nuestras instituciones, y si el rio suena....

Por eso creemos necesario iniciar una discusión formal sobre los mecanismos que se podrían utilizar para limitar la ocurrencia de estos hechos y para esto es necesario lograr la participación de los interesados, es decir los propios investigadores, las universidades que forman a los investigadores y las revistas para que de una manera mancomunada y consensuada se puedan integrar definiciones y mecanismos para evitar estas malas prácticas y mantener a nuestros investigadores alejados de las tentaciones que la profesionalización de la investigación podría hacer aparecer.