La validación de un cuestionario es importante para la aplicación de un cuestionario por las características demográficas y económicas particulares, la validación previa en un grupo piloto es crucial1-3. Existen varias aproximaciones al estudio de la ansiedad, desde versiones hispanohablantes del Cuestionario de ansiedad de Beck (BAI) u otros cuestionarios para valorarla (Antúnez & Vinet, 2012; Martínez Martínez, 2020; Montenegro Bolaños & Yumiseva Marin, 2016; Monterrosa-Castro et al., 2020); sin embargo, para el caso de los estudiantes universitarios, cuyas condiciones particulares los hace una población vulnerable, queda pendiente la validación del BAI para el contexto boliviano.
La utilidad de este estudio radica, en: aportar la prueba estadística para aplicar el BAI en Cochabamba, y por otro lado hacer hincapié en el componente social de la estabilidad psicoemocional, como es el caso de la ansiedad en la población universitaria, importante por los factores estresantes en la educación superior y la coyuntura de inestabilidades sociales sucesivas de matiz político, sanitario y económico en los últimos años.
En cuanto al impacto de conflictos y enfermedad sobre la estabilidad psicoemocional hay consenso en cuanto al papel de factores estresantes sobre la precipitación de sujetos vulnerables hacia crisis o estados de inestabilidad8-11 es decir una tendencia a aumentar el riesgo de sufrir ansiedad con el estrés4,5,12. Este estudio fue realizado considerando la inestabilidad político-social y la enfermedad como hecho social sensible incidieron en la población estudiantil. Se hizo notoria la deriva autoritaria tomada por los gobiernos estatales en respuesta a los riesgos sociales asociados a la pandemia, fortalecida desde la legitimación de estas por la emergencia sanitaria , y en otro aspecto-aparentemente contradictorio, pero francamente complementario-la incapacidad de los estados de hacer frente de forma eficaz e institucional a las dichas emergencias15-20 se debe particularmente a la carencia de representatividad y confianza institucional que evoca el estado nacional en la población, limitando la eficacia, eficiencia y el rango de sus acciones, por otro lado, las tentativas de imponer cambios sustanciales en estos aspectos desde la autoridad, dirá Rodriguez-Gutierrez14 , tiene un efecto perjudicial en lugar de constructivo sobre su relación con la sociedad en general.
La relación entre lo social y lo racional tiene un peso alto en la sociología, sin embargo, lo propio sucede con lo irracional, lo emocional y psicosocial, es decir no se puede concebir a los sujetos sociales ni a su colectividad, sin antes tomar en cuenta el carácter polifacético de sus interacciones, motivaciones, posiciones y estructuras sociales. En este sentido tomando en cuenta a Elías21 en su propuesta de extender el estudio sociológico a las concepciones construidas por la experiencia de colectivos, precedidas por la interiorización adopción por parte del sujeto de nociones socialmente aceptadas de mecanismos de refuerzo psicológico y un estado de miedo placer que los vincula al cumplimiento de sus normas internas y la reificación al brindar calidad sustantiva a las interacciones humanas de las relaciones externas21 Esto sin obviar que el estudio no atenderá a la relación de diferenciales de poder, sino a los posibles hechos que los hayan formado o acrecentado durante la emergencia sanitaria y la inestabilidad política, al denotar la expresión de un mayor riesgo de ansiedad la mayor vulnerabilidad de colectivos concretos.
Por lo anterior, se busca idenficar desde la relacion entre estados anímicos, en este caso la ansiedad, y las condiciones sociales de los sujetos en un contexto estresante como fue la pandemia de SARS CoV 2. Con el objeto de brindar información útil para prevenir el riesgo de ansiedad, e identificar a los sujetos mas vulnerables a esta para poder brindar atención oportuna y adecuada.
Antes de proceder al estudio de la relación entre elementos específicos de su realidad social y el riesgo de ansiedad, fue necesario validar el BAI. Tras aplicar el instrumento validado se analizaron los resultados, primero estadísticamente y luego desde el análisis sociológico, para alcanzar los siguientes objetivos propuestos:
General: revelar la asociación no causal entre el riesgo de ansiedad y factores estresantes post cuarentena, como una de carácter social en la población universitaria de Cochabamba. Específicos: 1) previa validación del BAI determinar la asociación entre el riesgo de ansiedad con los factores demográficos, comunicativos, socioeconómicos y de cohesión social 2) identificar los factores de riesgo o protectores de ansiedad que pueden constituirse en diferenciales de poder o elementos de marcación social entre universitario.
Materiales y métodos
Este trabajo de carácter transversal, para lo cual tomo como universo a la población universitaria cochabambina, y dadas las condiciones de dispersión e inaccesibilidad a una base de datos común nominal de sus individuos, se optó por componer muestreos por conveniencia, estableciendo como criterios de inclusión la declaración de ser estudiante universitario durante los periodos del estudio y la vinculación por redes sociales con otros estudiantes como forma de obtener acceso al formulario y de exclusión la incapacidad técnica de llenar el formulario, luego distribución fue revisada mediante ponderación estadística de casos.
La muestra de la primera etapa, prueba piloto de validación en octubre de 2019, fue tomada por conveniencia, a partir del llenado voluntario de un formulario en Google Forms® difundido entre la comunidad universitaria de Cochabamba, a través de plataformas de redes sociales WhatsApp® y Facebook® y con sucesivas difusiones voluntarias a partir de los receptores iniciales de hipervínculo al cuestionario. La cantidad de encuestados resulto 144 sujetos con una distribución por sexo de 94 mujeres y 50 varones, tras realizar la ponderación por casos en IBM SPSS® se obtuvo una distribución de 94 mujeres y 100 varones Para validar el instrumento se aplicó la prueba Alpha de Cronbach para el BAI con el testeo de Ítem-Total y Total si se elimina Ítem. El procesamiento de los datos obtenidos se realizó mediante el programa IBM SPSS 22 ®.
Para el estudio de relación entre factores estresantes de carácter social, en mayo de 2020, se realizó el mismo procedimiento de muestreo, obteniendo 85 sujetos de estudio. La distribución inicial por sexo fue de 50 mujeres y 30 varones, tras realizar la ponderación resulto en 50 mujeres y 60 varones. Los datos tras ponderación fueron procesados para identificar relaciones entre las preguntas asociadas por tópico adaptación a modalidad online, efecto de inestabilidad política, efecto de COVID-19, efecto de aislamiento social y efecto de inestabilidad económica versus la categoría obtenida leve, moderada o severa en la calificación del BAI. Según la modalidad de las preguntas sobre los factores estresantes se valoró con una regresión logística ordinal para comparar las categorías de riesgo de ansiedad Mínimo, Moderado y Grave, con las demás variables.
Resultados
El BAI fue validado con una Alpha de 0,925, y como se observa en la Tabla 1, no presentaba grandes cambios en su consistencia si se eliminaría un ítem. Asimismo, los ítems conservaban buena relación con la escala como conjunto. Por lo que se pudo dar por consistente el cuestionario (Tabla 1).
En la aplicación del BAI versus las preguntas del cuestionario se pudo observar que el modelo presentaba consistencia y bondad estadística, por los indicadores de no azar, con un Chi cuadrado altamente significativo para la prueba, e los tres indicadores de pesudo R cuadrada -Cox-Snell, Nagelkerke y McFadden- mayores a 0,3.
Tras la ponderación de casos los porcentajes en cuanto a riesgo de ansiedad fueron los siguientes: Mínimo 67,27 [74 estudiantes], Moderado 26,36 [29 estudiantes] y Grave 6,37[7 estudiantes]. Tras procesar la regresión logística ordinal se halló únicamente relación estadísticamente significativa entre la existencia de ahorros antes del inicio de la cuarentena de 2020 y la reducción del riesgo de ansiedad patológica (Tabla 2), dicha relación de carácter logística tuvo signo negativo, es decir que como factor independiente estaba asociado con alejarse del riesgo Grave de ansiedad, en favor de los riesgos moderado o mínimo. Tomando en cuenta que esta prueba permite diferenciar con mayor potencia los aportes cada factore estudiando discriminando los posibles efectos de confusion en un análisis 1v1 de cada factor verus el riesgo de ansiedad, no se procedió al análisis por separado, a fin de evitar sobrestimación de significación de las asociaciones. El resto de las relaciones carecían de significación estadística propia, a pesar que el contacto telemático con los círculos sociales del individuo contaba con significancia menor a 0,05 el intervalo del índice de confianza contiene al uno, por lo cual la probabilidad que carezca de relevancia está presente.
Desde el hallazgo de un solo factor de riesgo estadísticamente significativo, la carencia de ahorros previa al inicio del confinamiento -cuarentena-, podemos realizar un análisis de la coyuntura de marcación social que tiene la vulnerabilidad económica, y el diferencial de poder que representa la tenencia de recursos económicos excedentarios, como son los ahorros. Partiendo del hecho que la condición económica es un factor reconocido como elemento de marcación social por N. Elías21 y recogido como tal a partir de su obra22, podemos desarrollar que el caso de los estudiantes universitarios no es extraño al fenómeno de la diferenciación social con sustento en la solvencia/vulnerabilidad económicas como una dicotomía que marca a los sujetos de un grupo tan heterogéneo como lo es este. En tal sentido, es algo esperable que la variable de tenencia de ahorros, como reflejo de la solvencia económica acumulada, sea un factor protector para el riesgo de padecer ansiedad patológica, puesto que la relación de carisma grupal establecido21 compartido por quienes tienen seguridad económica y los beneficios de disponer de ellos en periodos de crisis -de diversa índole-, suponen un alivio a las cargas mentales sobre el sujeto y una barrera para el apremio de procurar fuentes de ingreso alternativas de forma inmediata en un contexto hostil a la estabilidad laboral como lo fue el confinamiento18.
Esta situación se configura en un diferencial de poder que favorece al colectivo protegido de la ansiedad -poseedores de ahorros- en su desempeño psicoemocional y por tanto viabiliza el desarrollo en otras áreas con menor impacto psicosocial, pero a la vez otorga recursos de discurso de contra-estigma23 a los que se encuentran al margen -carentes de ahorro-, pues la misma condición de integralidad que procura el ambiente académico universitario en su discurso oficial, implica cierto grado de ventaja en la capacidad de negociación de los sectores con mayor vulnerabilidad
Discusión y conclusiones
Ante la información provista por la prueba estadística, aquello estudiantes que contaban con la posibilidad de disponer de ahorros acumulados antes de la cuarentena tenían menor riesgo de presentar ansiedad patológica. Asemejando una actitud resiliente que tiende a la respuesta desde la seguridad económica, como propondrían algunos autores en situaciones de ausencia del efecto estatal en la resolución de problemas16,18,24, este tipo de reactividad económico-cultural podría tener un efecto protector sobre el individuo social ante la ansiedad que evocan los factores estresantes como el conflicto, la enfermedad o sus consecuencias directas en el diario vivir25.
De otro lado observamos que el confinamiento, las relaciones próximas con enfermos, las dificultades técnicas o tecnológicas, la localización de la vivienda, familia o fuente de ingresos, carecen de relaciones estadísticas con el riesgo de padecer ansiedad patológica, medido por el cuestionario empleado en este estudio al menos. Matizando que el confinamiento en mayo del 2020 tuvo un matiz sanitario y otro económico se puede denotar que el hecho que no fuera un elemento humano, sino microbiológico como el SARS-CoV, inducia al riesgo aumentado de padecer ansiedad en quienes no contaban con ahorros disponibles al inicio de la cuarentena, quizá porque ninguno de los encuestados había padecido una situación similar en su vida, pensando que la última vez que la humanidad se enfrentó a una pandemia viral de Novo, que por cierto también trajo consigo estigma social, fue en 1982 con la difusión del VIH26.
Vista la asociación inversa que guarda el riesgo de ansiedad con la tenencia de ahorros, y su significado social, queda patente la necesidad de fortalecer la capacidad de los estudiantes universitario de gestionar sus finanzas de manera previsora, en la medida que su acceso a recursos económicos les permita. Es necesario abordar la orientación financiera desde la perspectiva de su potencial impacto en la prevención de ansiedad, además de las acciones estratégicas ya asumidas por las universidades durante la cuarentena, como la flexibilidad de asistencia, horarios o retiro/toma de materias, que derivan de figuraciones no intencionadas de la disparidad económica dentro del conjunto de nociones de valor ético sostenido por la comunidad universitaria12, como forma expresa intención de inclusión y permanencia de los estudiantes dentro de las matrices universitarias. Asimismo, tomar en cuenta el peso que puede tener el estigma hacia quienes no poseen ahorros , es decir quienes no cuentan con excedente de capital monetario acumulado- en la asociación descrita debe ser objeto de nuevos trabajos que aborden exhaustivamente este aspecto, no solo en condiciones de post cuarentena, sino durante la recuperación de la presencialidad en los ambientes universitarios.