Introducción
Históricamente, las comunidades originarias han desarrollado sus prácticas espirituales, culturales y de subsistencia mediante el establecimiento de una estrecha conexión con la naturaleza, especialmente con las plantas, pues, éstas se constituyen en su principal fuente de alimento, medicina, materiales de construcción, utensilios y herramientas (Moraes et al. 2009, Castellanos 2011, Lagos-Witte et al. 2011). Sin embargo, pese a la alta relevancia de los recursos vegetales, desde hace décadas las plantas vienen enfrentando diversas presiones y amenazas (Darbyshire et al. 2017), tales como, la pérdida de hábitats por deforestación y cambio de uso de suelo, los efectos del cambio climático, y la extracción de recursos maderables y no maderables bajo lineamientos no sostenibles (Lagos-Witte et al 2011, FAN 2016).
En Bolivia, especialmente en la región de la Chiquitania, a estas presiones y amenazas, también se suman los incendios forestales (Anívarro et al. 2019, Villarroel et al. 2021), factor de impacto que afecta cada vez más a los habitantes de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos (TIOCs; FAN & WCS 2021), pues sus medios de vida son altamente dependientes de los recursos naturales. La sinergia conjunta de estas presiones y amenazas podrían modificar la relación de los pueblos indígenas con su entorno natural, ya que, al tornarse cada vez más escasos los recursos naturales que contribuyen a satisfacer sus diferentes necesidades, estos tienden a ser sustituidos y posteriormente olvidados (pérdida del conocimiento tradicional; Pardo de Santayana 2003, Carretero 2005, Mora 2008, Hurtado & Moraes 2010).
Tradicionalmente, desde una perspectiva económica, la región de la Chiquitania se caracterizó por sus recursos forestales maderables (de alto valor comercial en el mercado nacional e internacional; FAN 2016), cuyas poblaciones, en la actualidad, debido al aprovechamiento excesivo, han disminuido (densidad y área de ocupación), a tal punto de que muchas se encuentren categorizadas bajo estatus de amenaza, tanto en Bolivia (Ministerio de Medio Ambiente y Agua 2020) como a nivel global (https://www.iucnredlist.org/). Sin embargo, además de la madera, la región también posee una alta riqueza de recursos forestales no maderables (Ej. frutos silvestres, plantas medicinales, material de construcción, fibras, etc.), los cuales, independientemente de contar o no con un valor comercial actual, se constituyen en elementos importantes que forman parte de los medios de vida de las comunidades originarias (Centurión & Kraljevic 1996, Jiménez 1998, Jordán 2005, Coimbra 2016, León 2016).
Uno de los territorios indígenas más extensos de la Chiquitania corresponde al de la nación Monkoxi de Lomerío, el cual mediante la documentación del uso tradicional de las plantas ha buscado establecer lineamientos para realizar el uso sostenible de sus bosques (Centurión & Kraljevic 1996). En la década de los 90's, se realizaron estudios de plantas útiles nativas e introducidas, en el cual Toledo (1996), reportó 207 especies, Centurión & Kraljevic (1996) publicaron el libro de Plantas Utiles de Lomerío, reportando 253 especies y finalmente, Arrien (1999) documentó un total de 273 especies de plantas útiles, resaltando el alto grado de conocimiento de sus habitantes en comparación a otras regiones de la Chiquitania.
Recientemente, debido a sus particularidades biológicas, tales como, especies endémicas y/o raras, Lomerío fue catalogada internacionalmente como un área tropical importante para plantas (del inglés: Tropical Important Plants Areas, TIPAs; Martínez et al. 2020), lo cual la constituye en una de las prioridades de conservación de las tierras bajas Bolivia.
Si bien el conocimiento etnobotánico de la nación Monkoxi de Lomerío fue documentado previamente (Toledo 1996, Centurión & Kraljevic 1996, Arrien 1999), el incremento constante de las presiones y amenazas sobre sus recursos naturales (FAN 2016, Anívarro et al. 2019, Villarroel et al. 2021, FAN & WCS 2021) podría estar ejerciendo un efecto negativo sobre la conservación del conocimiento tradicional de sus habitantes, aspecto que fue resaltado previamente en otras regiones, dentro (Carretero 2005, Moraes 2010) y fuera de Bolivia (Pardo de Santayana 2003, Mora 2008).
Por lo tanto, con la finalidad de documentar y actualizar el conocimiento tradicional de las plantas nativas con valor socioeconómico de la nación Monkoxi de Lomerío y realzar el valor intrínseco de su conservación y el entorno natural, en el presente estudio se plantearon los siguientes objetivos: i. inventariar las plantas nativas útiles; ii. analizar la importancia de las especies mediante índices etnobotánicos; y iii. identificar el estatus de conservación de estas especies a nivel nacional e internacional según las listas rojas basadas en los criterios y categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Area de estudio
La nación Monkoxi de Lomerío se encuentra ubicada al noreste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, entre los municipios de Concepción (provincia Ñuflo de Chávez) y San Miguel de Velasco (Provincia Velasco) (Fig. 1). Está conformada por 29 comunidades distribuidas en cuatro zonas (TIERRA 2019), las cuales son: Zona I (Puquio, Palmira, Surusubí, Monterito, San Simón y Santo Rosario); Zona II (San Lorenzo, Florida, Todos Santos, Puesto Nuevo, Las Trancas, El Cerrito, Coloradillo y Santa Anita); Zona III (San Antonio, Fátima, Cornocal, La Asunta, San Martín, San Pablo, San José Obrero y Potrerito); y Zona IV (Salinas, Totoca, Holanda, Bella Flor, San Andrés, San Ignacito y Las Mangas). De acuerdo con Killeen et al. (1993) y Navarro (1995), esta región está dominada por dos principales tipos de vegetación, siendo el bosque semideciduo chiquitano y los campos y sabanas del Cerrado.
El clima es de tipo tropical, con una temperatura media anual de 23.9°C y una precipitación que oscila entorno de 1.282 mm/año (Climate-Data.org 2021). Geológicamente, la nación Monkoxi de Lomerío se extiende sobre la formación del Escudo Precámbrico, presentando, según Navarro (1995) dos grandes unidades fisiográficas, siendo estas: i. penillanura laterítica, conformada por una fisiografía mixta de zonas onduladas y amesetadas; y ii. serranías marginales del Escudo Precámbrico, caracterizada por ser las zonas más elevadas de la región y presentar numerosos afloramientos rocosos.
Métodos
Diseño de muestreo
La selección de las comunidades de muestreo se realizó mediante la aplicación de un diseño aleatorio estratificado (Mostacedo & Fredericksen 2000). Con base a la zonificación geográfica de la región de estudio (TIERRA 2019), la nación Monkoxi de Lomerío fue dividida en cuatro estratos. Por cada estrato, tres comunidades fueron seleccionadas aleatoriamente, alcanzando a muestrear el 41% del total de las comunidades (12 de las 29 comunidades).
El número de familias muestreadas por cada una de las comunidades seleccionadas (esfuerzo de muestreo) fue determinado considerando un nivel de confianza del 85% y un margen de error del 10% (Tabla 1). Por lo cual, a priori, el número de familias a ser muestreadas ascendió a 179, valor que representa el 72.5% del total de familias que integran las 12 comunidades seleccionadas, y el 16.1% de toda la región de estudio.
- Toma de datos
Contacto con las comunidades
Siguiendo las recomendaciones de Cano-Contreras et al. (2016), antes de realizar el trabajo de campo se estableció una línea de contacto y coordinación con el Cacique General de Lomerío, el señor Elmar Masay, y la Cacique de Recursos Naturales, la señora Margarita Champa; quienes, una vez habiendo analizado la solicitud de permiso de ejecución de la investigación, aprobaron su inicio e informaron del estudio a las comunidades de muestreo.
Inventario de las plantas nativas útiles
Previamente a la ejecución del trabajo de campo se elaboró una lista de las plantas nativas útiles de Lomerío, la cual fue generada en base a los estudios de Toledo (1996)) y Centurión & Kraljevic (1996) y actualizada de acuerdo a la nomenclatura del Catálogo de Plantas Vasculares de Bolivia (Jergensen et al. 2014; Anexo 1).
Como sugieren Paniagua et al. (2010), Correa (2012) y Castañeda (2014), a partir de la lista de las plantas nativas útiles se construyó una galería fotográfica, utilizada para la corroboración de la identidad taxonómica de las especies registradas durante las entrevistas.
El inventario de las plantas fue realizado del 7-18 de abril de 2021 mediante la aplicación de entrevistas semiestructuradas (Alexiades 1996, Castellanos 2011, Anexo 2). Las entrevistas fueron aplicadas considerando a una persona por cada familia, pudiendo ser hombres o mujeres (Paniagua et al. 2010), pero con edad mínima de 15 años, ya que según Hunn (2002), la adquisición del conocimiento etnobotánico se da desde antes de esta edad.
Las plantas citadas por los entrevistados fueron agrupadas en ocho categorías de uso, las cuales se establecieron con base a los estudios previamente realizados en la región de Lomerío (Toledo 1996, Centurión & Kraljevic 1996) y las categorías propuestas por Cook (1995), Tardío & Pardo de Santayana (2008)) y Paniagua et al. (2010)). Las categorías son las siguientes: i. alimento: especies comestibles o utilizadas para la obtención de bebidas; ii. artesanal: especies utilizadas para fabricar adornos, utensilios, muebles, artefactos para el hogar u otros, realizados a partir de semillas, hojas, tallos u otra materia prima (p.e. jasayé, panacú, quiboro, tacú, jometoto, fibras de amarre, tintes, escoba, entre otros); iii. construcción: especies utilizadas para construir casas (p.e. techos, paredes) y otros tipos de infraestructura doméstica, pero sin finalidad comercial; iv. combustible: especies cuyas ramas o troncos son utilizadas como leña y/o para la obtención de carbón; v. forraje: especies consumidas como alimento por animales de granja; vi. ictiotóxico: especies conocidas popularmente en la zona de estudio como barbasco, utilizadas para pesca; vii. maderable: especies cuya madera es aprovechada mediante planes de manejo forestal con fines comerciales (ofertadas en trozas, cuartones o tablas); y viii. medicinal: especies utilizadas para tratar enfermedades y/o malestares físicos.
Tabla 1 Comunidades seleccionadas y número de familias a ser muestreadas de la nación Monkoxi de Lomerío.
N° | Zona | Comunidad | Total de familias (Censo 2012) | Familias a muestrear (85% confianza) |
---|---|---|---|---|
1 | Surusubi | 26 | 18 | |
2 | 1 | Santo Rosario | 19 | 15 |
3 | San Simón | 42 | 24 | |
4 | Florida | 14 | 12 | |
5 | 2 | Todos Santos | 30 | 20 |
6 | Las Trancas | 22 | 16 | |
7 | San Pablo | 22 | 16 | |
8 | 3 | Cornocal | 18 | 14 |
9 | Potrerito | 5 | 5 | |
10 | Totoca | 11 | 10 | |
11 | 4 | Holanda | 24 | 17 |
12 | San Andrés | 14 | 12 | |
Total | 247 | 179 |
Plantas nativas útiles por categoría de uso
Siguiendo la propuesta de Carvalho (2005)), la utilización efectiva de las plantas fue documentada mediante la verificación visual y captura fotográfica de la relación in situ de los comunarios con los recursos vegetales. Esto se refiere también a los recursos que estaban siendo utilizados durante las entrevistas. Además, se consideró a las especies mencionadas como parte de su conocimiento y cultura (registrados como recuerdos del pasado), aunque no se hubieran estado utilizando en el momento de la entrevista (Pardo de Santayana 2003, Carretero 2005).
Análisis de datos
Estimación de la riqueza de especies nativas útiles La representatividad del esfuerzo de muestreo empleado para el inventario de la riqueza de plantas útiles de Lomerío fue estimada mediante el modelo matemático de Chao I (Chao 1984)). También, bajo el mismo modelo se realizó la extrapolación de la riqueza inventariada en las 12 comunidades (riqueza observada) para el total de comunidades de Lomerío (riqueza esperada en las 29 comunidades). Estos análisis fueron calculados utilizando un intervalo de confianza del 95% mediante el paquete iNEXT (Hsieh et al. 2020) en la plataforma R versión 4.0.5 (R Core Team 2021).
Importancia de las plantas nativas útiles
Indice de Importancia Relativa (IRe)
Propuesto por Pardo de Santayana (2003), este índice fue utilizado para calcular la importancia relativa de las especies dentro de la región de estudio. El valor de importancia obtenido para cada especie osciló entre 0 (cuando nadie menciona el uso de la planta) y 1 (cuando la especie tiene la mayor frecuencia de citación y está incluida en la mayor cantidad de categorías de uso); y fue calculado mediante la siguiente fórmula:
Donde, IRe = Importancia relativa de la especie, FCe = Frecuencia de citación de la especie (cantidad de personas que mencionaron a la especie), FCmáx = Frecuencia de citación máxima que alcanzó una o más de las especies inventariadas, NUe = Número de categorías de uso de la especie, NUmáx = Número máximo de categorías de uso en la que una o más especies fueron citadas.
Indice de Valor Cultural (VCe)
Este índice, propuesto por Reyes-García et al. (2006), permitió cuantificar la importancia de las especies en función de su popularidad (frecuencia de citación) y la versatilidad de uso (número de categorías de uso); y fue calculado mediante la siguiente fórmula:
Donde, VCe = Valor Cultural de la especie, NUe = Número de categorías de uso en la que la especie fue citada, NC = Número total de categorías de uso consideradas en el estudio, FCe = Frecuencia de citación o número total de informantes que mencionaron a la especie como útil, N = Número total de informantes considerados en el estudio, RUiu = Reportes de uso o número total de informantes que reportaron a una especie por cada categoría de uso.
Indice de Valor de Uso (VUe)
Propuesto por Phillips & Gentry (1993), permitió cuantificar la importancia de las especies mediante la relación del número de usos mencionados por cada informante y el total de informantes entrevistados; y fue calculado mediante la siguiente fórmula:
Donde, VUe = Valor de uso de cada especie, VUie = Número de categorías de uso mencionados por cada informante para cada especie, Ne = Número total de informantes entrevistados.
Similaridad de especies entre estudios etnobotánicos
La similaridad fue del conjunto de taxones inventariados en el presente trabajo vs. los inventarios previamente realizados en la región de estudio por Toledo (1996) y Centurión & Kraljevic (1996). Los taxones considerados en el análisis fueron todos aquellos cuya identidad alcanzó el nivel de género y especie. En el caso de los géneros, estos fueron distinguidos o relacionados unos con otros con base al nombre común. Los taxones identificados a nivel de morfoespecies fueron excluidos.
Este análisis fue realizado mediante el coeficiente de similitud de S0rensen cualitativo (Moreno 2001) y expresado mediante el diagrama de Venn (Venn 1880).
Estatus de conservación de especies nativas útiles
A nivel nacional, el estatus de conservación de las especies inventariadas fue identificada mediante la revisión del Libro Rojo de Plantas Amenazadas de las Tierras Bajas de Bolivia (Ministerio de Medio Ambiente y Agua 2020) y a nivel internacional, mediante la revisión de la base de datos de la UICN (https://www.iucnredlist.org/). Los estatus de conservación identificados (UICN 2012) fueron: En Peligro Crítico (CR), En Peligro (EN), Vulnerable (VU), Casi Amenazado (NT), Preocupación Menor (LC) y Datos Insuficientes (DD). Finalmente se cuantificó el número de especies amenazadas por cada categoría de uso.
Resultados
Se entrevistó un total de 171 personas, de las cuales, el 60% fueron mujeres y el 40% varones. El rango de edad de los entrevistados osciló entre 15 y 97 años. El mayor número de entrevistados se concentró entre 26 y 58 años (67% del total de entrevistados; Fig. 2).
Inventario de plantas nativas útiles
Un total de 193 taxones de plantas nativas útiles fueron inventariadas, las cuales, taxonómicamente se distribuyen en 52 familias, 151 géneros, 176 especies y 17 morfoespecies (diez identificados hasta género y siete sin ninguna identidad taxonómica). Las familias Fabaceae (34 spp.) y Bignoniaceae (10 spp.) concentraron la mayor riqueza de taxones útiles (22.8% del total de los taxones registrados). Por otro lado, el 61.5% de las familias (32 de las 52 familias registradas) estuvieron representadas por 1 ó 2 especies.
Las categorías de uso que agruparon la mayor riqueza de taxones útiles son (Fig. 3), la medicinal (68.4%; 132 spp.) y alimenticia (29.5%; 57 spp.); y, las categorías con la menor riqueza de taxones registrados correspondieron a las utilizadas como forrajeras (12.4%; 23 spp.) e ictiotóxicas (1.6%; 3 spp.).

Figura 3 Distribución porcentual de la riqueza de plantas nativas útiles según las categorías de uso.
El 39.9% de los 193 taxones inventariados fue registrado dentro de una de las ocho categorías de uso, la mayoría de éstas correspondientes a la categoría medicinal (58 spp.) y alimenticia (16 spp.). Solo el 1.6% de los taxones presentó una alta versatilidad de uso, habiéndose registrado en seis de las ocho categorías de uso (Anexo 3).
Esfuerzo de muestreo y riqueza estimada de las plantas nativas útiles
De acuerdo con las estimaciones, los 193 taxones inventariados en las 12 comunidades (riqueza observada) representan el 95.5% del total de plantas nativas útiles que potencialmente podrían registrarse si es que se hubiese incrementado el número de personas entrevistadas en dichas comunidades (riqueza esperada= 204; Fig. 4).

Figura 4 Riqueza de plantas nativas útiles observadas y esperadas como parte del conocimiento de los habitantes de las comunidades de la nación Monkoxi de Lomerío. Leyenda: Method = método, interpolated = interpolación, riqueza observada; extrapolated = extrapolación, riqueza esperada o estimada; Guides com1 = número de comunidades muestreadas en la que se registró la riqueza observada.
Así también, el conocimiento registrado en las 12 comunidades muestreadas (193 taxones), probabilísticamente, representa el 86.9% del total de plantas nativas útiles que podrían ser parte del conocimiento de las personas que habitan en las 29 comunidades de Lomerío, valor que fue estimado en 225 taxones (±18; Fig. 4).
Plantas nativas útiles por categoría de uso
Alimento
Los habitantes de Lomerío realizan el aprovechamiento para autoconsumo de los frutos que crecen en el bosque, la pampa y la pampa monte, principalmente cuando salen a realizar sus actividades laborales y/o domésticas en el campo. Entre las especies mencionadas por más del 40% de los entrevistados, se destacan Acrocomia totai (totaí), Brosimum gaudichaudii (mururé), Plinia cauliflora (guapurú), Rhamnidium elaeocarpum (turere), Salacia elliptica (guapomó) y Talisia esculenta (pitón).
Así también, se observó que, en los patios de las casas es común tener plantas comestibles cultivadas, tales como, Genipa america (bí), Annona spp. (chirimoyas y sininis), Dipteryx alata (almendra chiquitana), Psidium guajava (guayaba), Psidium guineense (guayabilla) y Pouteria macrophylla (lúcuma). En la actualidad, los únicos frutos cosechados con fines comerciales son los de la almendra chiquitana; práctica que se desarrolla de manera estacional y como una actividad económica adicional a las realizadas cotidianamente.
Artesanal
De acuerdo con los entrevistados, todos los objetos fabricados artesanalmente tienen como principal finalidad el satisfacer los requerimientos/necesidades familiares y rara vez son comercializados. Las especies con mayor frecuencia de registro (más del 23% de los entrevistados) son, Cedrela fissilis (cedro), Handroanthus impetiginosus (tajibo morado) y Myracrodruon urundeuva (cuchi); todas éstas son utilizadas principalmente para la fabricación de muebles y parte de las casas (puertas y marcos de ventana, entre otros.).
Las artesanías son elaboradas como pasatiempo, siendo el panacú, quiboro y jasayé, realizados a partir de las hojas de Attalea phalerata (motacú; Fig. 5); collares [elaborados con semillas de Sapindus saponaria (isotohubo), Canna indica (caña agria) y Guibourtia hymenaeifolia (sirari); Fig. 5]; canastas y faroles [elaborados principalmente con los tallos de Guadua paniculata (guapá) y Herrería montevidensis].

Figura 5 Artesanías. a. Proceso de elaboración de quiboro utilizando hojas de motacú (Attalea phalerata); b. canasto elaborado con hojas de motacú (Attalea phalerata); c. collares elaborado con semillas de caña agria (Canna indica) y sirari (Guibourtia hymenaeifolia).
También se realzó el uso de las hojas y ramas de Allagoptera leucocalyx (motacuchí) y Myrciaria sp. (guapurucillo) para fabricar escobas. Las fibras de amarre utilizadas para otros fines que no sea la construcción, son obtenidas a partir de la corteza de Pseudobombax marginatum (pequí) y Pseudobombax longiflorum (perotó). Adicionalmente, según los entrevistados, antes elaboraban jabones utilizando los cactus Echinopsis hammerschmidii (caracoré de laja) y Cereus stenogonus (caracoré); así como las cenizas de Poincianella pluviosa (momoqui), Gallesia integrifolia (ajo), Enterolobium contortisiliquum (toco/oreja de mono) y los frutos del Sapindus saponaria (isotohubo).
Se evidenció el uso del tacú y su manija (Fig. 6), gavetas, cucharones, ganchos (Fig. 7), el trapiche y otros objetos. La fabricación de estos elementos es realizada a partir de algunas especies leñosas, las cuales, según las personas entrevistadas poseen características especiales (dureza, sabor, color, olor, durabilidad). Por ejemplo, el jometoto se fabrica de una madera que no altera el sabor de la chicha u otros alimentos de largos periodos de cocción, utilizándose para este fin principalmente a Centrolobium microchaete (tarara amarilla; Fig. 7). Otras especies que se destacan para la elaboración de utensilios y muebles son Amburana cearensis (roble), Cedrela fissilis (cedro), Cordia alliodora (picana; Fig. 7), Enterolobium contortisiliquum (toco/oreja de mono), Handroanthus impetiginosus (tajibo morado), Machaerium nyctitans (morado) y Myracrodruon urundeuva (cuchi).

Figura 6 Artefactos elaborados generalmente de cuchi (Myracrodruon urundeuva). a. Manija y tacú; b. tacú.

Figura 7 a. Jometoto elaborado de tarara amarilla ( Centrolobium microchaete ); b. Gancho o colgador de vasos o utensilios de cocina elaborado de las ramas de picana (Cordia alliodora).
Construcción
Generalmente, los componentes empleados para la construcción de las viviendas en las comunidades rurales son obtenidos del bosque y la pampa monte. En esta categoría, las especies más citadas por los informantes (>54%) son Attalea phalerata (motacú), Myracrodruon urundeuva (cuchi) y Handroanthus impetiginosus (tajibo morado).
Los techos de las viviendas generalmente son construidos a partir de, Attalea phalerata (motacú; Fig. 8), Trachypogon spicatus (paja saeta; Fig. 8) o Imperata cf. contracta (paja sujo). Las estructuras del soporte de las casas son elaboradas de madera de alta calidad, tales como Myracrodruon urundeuva (cuchi), Cedrela fissilis (cedro), Handroanthus impetiginosus (tajibo morado) y Machaerium nyctitans (morado). Las paredes se construyen mediante la mezcla de barro y Elionurus muticus (paja carona) y el armazón de soporte con los tallos de Guadua paniculata (guapá) y/o maderas duras, las cuales en algunos casos aún continúan siendo amarrados con fibras de Philodendron undulatum (güembé), material que también se utiliza para unir el armazón de los techos (Fig. 8). Si bien, actualmente existe la tendencia de construir viviendas con techos de teja o calamina, las paredes y soporte de las viviendas aún continúan siendo construidas de forma tradicional.

Figura 8 Material de construcción. a. Techo construido con base a las hojas del motacú motacú (Attalea phalerata) y la paja saeta (Trachypogon spicatus); b. techo construido con hojas del motacú (Attalea phalerata ); c. pared de barro mezclado con paja carona (Elionurus muticus), soporte de guapá (Guadua paniculata) y madera; d. fibra de amarre de güembé (Philodendron undulatum).
Combustible
La leña es la principal fuente de combustible en la vida diaria de los habitantes de Lomerío. Generalmente es recolectada cerca de las viviendas, aprovechando las ramas y/o árboles muertos. Según los entrevistados, cualquier madera puede ser utilizada para este fin. Sin embargo, por su durabilidad en la combustión y alto poder calorífico, existe preferencia por Anadenanthera colubrina (curupaú; Fig. 9), obtenida del bosque. Otra especie altamente utilizada por su disponibilidad en el entorno es Magonia pubescens (tutumillo/barbasco), siendo obtenida de la pampa monte (Fig. 9). Ambas especies fueron citadas por más del 60% de los entrevistados.

Figura 9 Combustible. a. Ramas y fustes de curupaú (Anadenanthera colubrina) recolectados para leña; b. utilización de la leña en la vida diaria de los habitantes de Lomerío; c. transporte de la leña recolectada.
Forraje
La ganadería es una actividad económica practicada por muchas familias en Lomerío, aunque a una baja escala e intensidad. Esta actividad se desarrolla mediante el aprovechamiento de los forrajes nativos presentes en las pampas, barbechos de los chacos y el ramoneo de árboles y arbustos del bosque. Las especies más citadas por los informantes son, Acrocomia totai (totaí), Attalea phalerata (motacú) y Dipteryx alata (almendra chiquitana).
Ictiotóxico
Solo tres especies de barbascos fueron citadas por los entrevistados, las cuales son, Magonia pubescens (tutumillo/barbasco), Hura crepitans (ochoó) y Dictyoloma vandellianum (sombrerillo). Sin embargo, a pesar de contar con este conocimiento, las personas entrevistadas mencionaron que esta práctica se realizaba en el pasado y paulatinamente ha sido reemplazada por el uso de mallas de pescar, anzuelos y en algunos casos la caña de pescar.
Maderable
Entre las especies con mayor frecuencia de registro (>31%) se destacó a Amburana cearensis (roble), Cedrela fissilis (cedro), Handroanthus impetiginosus (tajibo morado) y Machaerium nyctitans (morado), todas estas aprovechadas actualmente por su alto valor comercial en el mercado nacional e internacional. Otras especies forestalmente valiosas que también fueron mencionadas son, Centrolobium microchaete (tarara amarilla), Cordia alliodora (picana), Pterogyne nitens (ajunao), Myracrodruon urundeuva (cuchi), Aspidosperma pyrifolium (jichituriqui) y Platymiscium pinnatum (tarara colorada).
Medicinal
Según los entrevistados, el aprovechamiento de este conjunto de especies es realizado diariamente; siendo algunas de las más citadas (más del 45% de los entrevistados), Cantinoa americana (vira vira negra), Dysphania ambrosioides (caré o paico), Galphimia brasiliensis (masiaré) y Petiveria alliacea (cutuqui).
De todos los taxones inventariados, Petiveria alliacea destacó especialmente, porque fue utilizada para aliviar problemas bronco-respiratorios causados por el COVID- 19. Por lo que, la planta es considerada un recurso altamente relevante para los habitantes de la región, siendo actualmente cultivada en los patios de las viviendas.
Otras especies utilizadas comúnmente para tratar diferentes enfermedades son Achyrocline satureioides (vira vira blanca), Dipteryx alata (almendra chiquitana) y Myracrodruon urundeuva (cuchi).
Importancia de las plantas nativas útiles
Las 20 especies identificadas mediante los índices etnobotánicos como las más importantes de la región de Lomerío correspondieron a un total de 26 especies, de los cuales, 20 tiene la forma de vida arbórea (Tabla 2). La semejanza taxonómica entre el conjunto de las 20 especies priorizadas por los índices fue superior al 70%. Los índices IRe y VCe presentaron una mayor concordancia respecto a las especies más importantes (similaridad del 90%; similaridad de los índices VCe vs. VUe= 80%; IRe vs. VUe= 70%).
A pesar de existir ciertas diferencias en cuanto la determinación de la importancia etnobotánica de las especies, los tres índices coincidieron en identificar a los árboles, Anadenanthera colubrina (curupaú), Myracrodruon urundeuva (cuchi), Handroanthus impetiginosus (tajibo) y Cedrela fissilis, (cedro) y a las palmeras Attalea phalerata (motacú) y Acrocomia totai como los taxones de mayor importancia para los habitantes de la nación Monkoxi de Lomerío (Tabla 2).
Tabla 2 Las 20 especies de plantas nativas útiles identificadas como las más importantes de la nación Monkoxi de Lomerío según los índices etnobotánicos. Leyenda: IRe = Importancia relativa, VCe = valor cultural de la especie, VU= valor de uso. Forma de vida: árb = árbol, pal = palmera, arbu = arbusto, hier= hierba.
Nombre científico | IRe | Hábito | Nombre científico | VCe | Hábito | Nombre científico | VU | Hábito |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Myracrodruon urundeuva | 0.917 | árb | Myracrodruon urundeuva | 0.917 | árb | Myracrodruon urundeuva | 1.749 | árb |
Anadenanthera colubrina | 0.910 | árb | Handroanthus impetiginosus | 0.891 | árb | Handroanthus impetiginosus | 1.380 | árb |
Handroanthus impetiginosus | 0.891 | árb | Anadenanthera colubrina | 0.910 | árb | Anadenanthera colubrina | 1.298 | árb |
Attalea phalerata | 0.828 | pal | Attalea phalerata | 0.828 | pal | Attalea phalerata | 1.158 | pal |
Magonia pubescens | 0.828 | árb | Cedrela fissilis | 0.819 | árb | Cedrela fissilis | 1.129 | árb |
Cedrela fissilis | 0.819 | árb | Magonia pubescens | 0.828 | árb | Amburana cearensis | 1.018 | árb |
Dipteryx alata | 0.794 | árb | Amburana cearensis | 0.706 | árb | Magonia pubescens | 0.842 | árb |
Acrocomia totai | 0.740 | pal | Dipteryx alata | 0.794 | árb | Centrolobium microchaete | 0.801 | árb |
Amburana cearensis | 0.706 | árb | Acrocomia totai | 0.740 | pal | Acrocomia totai | 0.749 | pal |
Rhamnidium elaeocarpum | 0.698 | árb | Centrolobium microchaete | 0.644 | árb | Dipteryx alata | 0.737 | árb |
Hymenaea courbaril | 0.683 | árb | Rhamnidium elaeocarpum | 0.698 | árb | Psidium guajava | 0.696 | arbu |
Enterolobium contortisiliquum | 0.676 | árb | Platymiscium pinnatum | 0.675 | árb | Plinia cauliflora | 0.626 | árb |
Platymiscium pinnatum | 0.675 | árb | Psidium guajava | 0.554 | arbu | Rhamnidium elaeocarpum | 0.602 | árb |
Aspidosperma pyrifolium | 0.652 | árb | Aspidosperma pyrifolium | 0.652 | árb | Platymiscium pinnatum | 0.579 | árb |
Centrolobium microchaete | 0.644 | árb | Hymenaea courbaril | 0.683 | árb | Petiveria alliacea | 0.561 | hier |
Casearia gossypiosperma | 0.613 | árb | Machaerium nyctitans | 0.575 | árb | Talisia esculenta | 0.544 | árb |
Spondias mombin | 0.613 | árb | Talisia esculenta | 0.554 | árb | Aspidosperma pyrifolium | 0.532 | árb |
Genipa americana | 0.603 | árb | Spondias mombin | 0.613 | árb | Elionurus muticus | 0.532 | hier |
Cordia alliodora | 0.590 | árb | Casearia gossypiosperma | 0.613 | árb | Machaerium nyctitans | 0.526 | árb |
Machaerium nyctitans | 0.575 | árb | Enterolobium contortisiliquum | 0.676 | árb | Galphimia brasiliensis | 0.520 | hier |
Similaridad de especies entre estudios etnobotánicos
El conjunto de taxones inventariado en esta investigación resultó moderadamente similar al registrado por Centurión & Kraljevic (1996) y Toledo (1996), alcanzando una semejanza taxonómica del 63.4% y 60.1%, respectivamente (Fig. 10). Si bien estos valores de similitud resultan menores al obtenido de la comparación de los inventarios de Centurión & Kraljevic (1996) y Toledo (1996), el cual es de 71.2%; cada una de las investigaciones estaría contribuyendo al registro de un conjunto de especies en particular, pues el número de taxones en común entre el presente estudio y los previamente realizados fue de 92 (Fig. 10; Anexo 1).

Figura 10 Similaridad del conocimiento de plantas útiles registrado en el presente estudio y el estudio de Toledo (1996) y Centurión & Kraljevic (1996).
Estatus de amenaza de las especies nativas útiles
Del total de taxones inventariados, solo el 11.9% cuenta con una evaluación de su estado de conservación a nivel nacional, y el 48.2% a nivel internacional (Tabla 3; Anexo 3). Las especies categorizadas bajo estatus de amenaza a nivel nacional representan el 10.4% (20 spp.) del total de taxones inventariados; y a nivel internacional el 3.1% (6 spp.). A nivel nacional e internacional, la mayoría de los taxones bajo estatus de amenaza se encuentran categorizadas como Vulnerable (Tabla 3).
Tabla 3 Estatus de conservación según las categorías de la UICN de las plantas nativas útiles registradas en la nación Monkoxi de Lomerío.
Estado de conservación | Categoría UICN | UICN Nacional | UICN Internacional |
---|---|---|---|
No amenazado | Casi Amenazado (NT) | 2 | 2 |
Preocupación Menor (LC) | 1 | 84 | |
Datos Insuficientes (DD) | 1 | ||
Amenazado | En Peligro (EN) | 9 | 1 |
Vulnerable (V U) | 11 | 5 | |
Total de especies | 23 | 94 |
Las categorías de uso que concentró la mayor cantidad de taxones amenazadas corresponden a las plantas utilizadas en la construcción y como maderables, todas estas consideradas con valor comercial en el mercado local, nacional e internacional (Tabla 4; Anexo 3).
Tabla 4 Número de especies amenazadas según las categorías de la UICN, distribuidas de acuerdo con las categorías de uso. Leyenda: Ali= Alimento, Art=Artesanal, Com= Combustible, Con= Construcción, For= Forraje, Ict= Ictiotóxico, Mad= Maderable, Med= Medicinal.
Escala nacional | Ali | Art | Com | Con | For | Ict | Mad | Med |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
En Peligro (EN) | 7 | 4 | 8 | 6 | 4 | |||
Vulnerable (VU) | 2 | 3 | 3 | 6 | 1 | 1 | 7 | 5 |
Total | 2 | 10 | 7 | 14 | 1 | 1 | 13 | 9 |
Escala internacional | Ali | Art | Com | Con | For | Ict | Mad | Med |
En Peligro (EN) | 1 | 1 | 1 | 1 | ||||
Vulnerable (VU) | 1 | 3 | 2 | 1 | 4 | 3 | ||
Total | 1 | 4 | 2 | 1 | 1 | 5 | 4 |
Discusión
Inventario de plantas nativas útiles
La riqueza de plantas nativas útiles inventariada en el presente estudio (193 taxones) fue mayor al registrado previamente por Toledo (1996), Centurión & Kraljevic (1996) y Arrien (1999) para la región de Lomerío. Este resultado, no necesariamente indica el incremento del conocimiento del uso de las plantas, sino que, probablemente, en el presente estudio se logró registrar las plantas útiles que previamente no fueron inventariadas. Las variaciones de la riqueza de plantas útiles inventariadas en este estudio y los anteriormente realizados, puede atribuirse al diseño, método y esfuerzo de muestreo aplicado para la toma de datos. Según el detalle metodológico indicado en estos estudios, Toledo (1996) realizó su inventario mediante la aplicación del método entrevista inventario en tres de las comunidades de Lomerío (San Antonio, Surusubí y Salinas); Centurión & Kraljevic (1996), obtuvieron el listado de plantas útiles a partir de 54 informantes en 15 de las comunidades de Lomerío; y Arrien (1999), realizó el inventario mediante los denominados informantes clave.
La alta riqueza de plantas útiles que concentran la familia Fabaceae y Bignoniaceae coincide con los resultados reportados en los estudios de Toledo (1996) y Centurión & Kraljevic (1996). Con relación a Fabaceae, su elevada riqueza de plantas útiles podría estar relacionada con su capacidad intrínseca de colonizar diversos ambientes y su heterogeneidad de formas de vida, características que le ha permitido desarrollarse sobre diversas condiciones ambientales [en Bolivia, Fabaceae se posiciona como una de las cinco familias más diversas del país y el taxón más diverso del bosque semideciduo chiquitano y los Campos Cerrados (Jørgensen et al. 2014)]. Por lo tanto, es un recurso vegetal constantemente disponible para las personas, pues, según Albuquerque et al. (2015), generalmente los taxones más comunes o fáciles de encontrar en el ambiente se hacen más populares entre las personas.
Por otro lado, Bignoniaceae, la segunda familia con mayor riqueza de plantas útiles; no está catalogada entre las familias más diversas a nivel nacional o de los principales tipos de vegetación de la región de estudio (Jergensen et al. 2014). Sin embargo, se destacó de las otras familias principalmente por contener especies con formas de vida arbóreas, las cuales debido a las características físicas de su madera son utilizadas de diversas formas, excepto como alimenticia, ictiotóxica o forraje. La importante riqueza de plantas útiles de esta familia también fue destacada en otras zonas de la Chiquitania, tal como lo indican los estudios de Jiménez (1998), Jordán (2005) y León (2016).
La riqueza de plantas útiles por categorías de uso puede cambiar comparativamente en función de los ecosistemas, la disponibilidad de los recursos y las costumbres de las comunidades. Por lo que las categorías de uso medicinal y alimenticia - identificadas como las más relevantes taxonómicamente, tanto, en el presente estudio como en los previamente realizados (Toledo 1996, Centurión & Kraljevic 1996) - también resultaron ser las más importantes por su riqueza de especies en otras zonas de la Chiquitania. Por ejemplo, las comunidades indígenas de Ascensión de Guarayos y Yaguarú (Jiménez 1998), el Bajo Paraguá (Jordán 2005) y el Alto Paraguá (León 2016); y otras regiones del país, tales como, el Gran Chaco de Tanja donde habitan los Weenhayek (Quiroga 2007), y comunidades campesinas que habitan en el bosque tucumano-boliviano de Santa Cruz (Hurtado & Moraes 2010) y Chuquisaca (Carretero 2005).
Por tanto, la alta riqueza de plantas útiles agrupada en estas dos categorías de uso, no sólo en la región de estudio, sino también en otras regiones del país, podría indicar la importancia de las plantas para las personas y sus medios de vida, ya que estarían contribuyendo con recursos para satisfacer las necesidades de salud y nutrición (Jiménez 1998, Carvalho 2005, Hurtado & Moraes 2010, Castañeda 2011).
Importancia de las plantas nativas útiles
La alta importancia de uso que presentan las especies arbóreas (Tabla 2), puede atribuirse a la marcada diferenciación que poseen los órganos de esta forma de vida (corteza, madera, raíces, frutos, entre otros). Según Tardío & Pardo de Santayana (2008), la alta diferenciación de las partes de una planta, es una característica que incrementa su versatilidad de uso con relación a especies con formas de vida cuyos órganos no se diferencian contrastantemente (p.e. herbácea y liana o bejuco); tal como ya fue registrado en otros estudios etnobotánicos realizados en el país (Jordán 2005, Reyes-García et al. 2006, Quiroga 2007, Hurtado & Moraes 2010, León 2016).
La utilización de más de un índice etnobotánico permitió ratificar, mediante la semejanza de los resultados, la importancia y valor de las especies (Tardío & Pardo de Santayana 2008, Castañeda 2014); ya que, cada uno de los índices considera o combina diferentes variables. Por ejemplo, el Indice de Valor de Uso calcula la importancia de las especies únicamente en función del grado de consenso de las personas respecto una determinada especie, independientemente de la cantidad de usos o cantidad de categorías de uso (Phillips & Gentry 1993); el índice del Valor Cultural, combina, la versatilidad de uso según la cantidad de categorías de uso en las que una especie fue citada, frecuencia de citación y el grado de consenso de las personas; y, el Indice de Importancia Relativa, la cual, valora la importancia de una especies con relación al valor máximo alcanzado para otras especies según, la versatilidad de uso (cantidad de categorías de uso en las que una especie fue citada) y su respectiva popularidad (frecuencia de citación) (Tardío & Pardo de Santayana 2008).
La elevada importancia de Anadenanthera colubrina y Myracroduon urundeuva, determinada mediante los tres índices etnobotánicos, puede atribuirse a que ambas especies son consideradas elementos típicos y relevantes de la composición florística del bosque chiquitano (Killeen et al. 1993; Navarro 1995). Según Albuquerque et al. (2015), las especies más populares para una comunidad, generalmente son las más comunes o fáciles de encontrar.
El Indice de Valor de Uso permitió expresar la importancia de las plantas con mayor popularidad, independientemente de la cantidad de usos para las que son empleadas, ya que este índice está basado en el consenso de informantes. Por ejemplo, Petiveria alliacea (cutuqui), una especie registrada únicamente como medicinal (baja versatilidad de uso) es considerado como un taxón de baja importancia por los índices de Importancia Relativa y Valor Cultural; sin embargo, se posiciona como una de las especies altamente importante según el índice de Valor de Uso, ya que es utilizada para aliviar problemas bronco-respiratorios provocados por el COVID-19 (Becking et al. 2021).
Así también, otras especies que llegan a ser subestimadas por el índice del Valor Cultural e índice de Importancia Relativa (ambos incluyen la versatilidad de uso de las especies), pero no así por el índice de valor de uso. En este estudio son Galphimia brasiliensis y Elionurus muticus, ambas empleadas para uno o dos fines distintos, pero frecuentemente utilizado para subsanar los requerimientos medicinales de los habitantes de la región de Lomerío.
Estado de conservación de las especies nativas útiles
La revisión de las listas rojas e identificación del estado de conservación de las especies permitió distinguir a todas aquellas que se encuentran bajo riesgo de extinción o amenaza (en Bolivia y el mundo), así como las actividades que ejercen un efecto negativo sobre sus poblaciones (MMAyA 2020). El contraste entre los valores de la cantidad de especies evaluadas a nivel nacional e internacional vs. el estatus de conservación obtenido en ambas escalas geográficas, nos indica que es necesario incrementar los esfuerzos para realizar evaluaciones UICN ajustados a una escala nacional, pues, si bien el 48.2% de los taxones registrados ya fueron evaluados a nivel global, estas no estarían expresando la situación de las plantas nativas útiles respecto a las presiones y amenazas de Bolivia o la región de estudio (20 de las 23 especies evaluadas están categorizadas bajo estatus de amenaza). El conocimiento del estatus de conservación de las especies, especialmente si se trata de taxones que son aprovechados con o sin fines comerciales y que, contribuyen a sostener los medios de vida de las comunidades originarias, es una información fundamental para planificar y gestionar su protección y/o aprovechamiento (MMAyA 2020).
El elevado número de especies maderables categorizadas bajo amenaza (Tabla 4) coincide con el contexto económico tradicional de la Chiquitania, la cual se caracteriza por contener un elevado número de especies forestales (FAN 2016) y de alto valor comercial, entre los que se destacan Myracroduon urundeuva, Cedrela fissilis e Hymenaea courbaril, categorizadas como VU, y Amburana cearensis, Centrolobium microchaete, Handroanthus impetiginosus y Machaerium nyctitans, categorizadas como EN. De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (2020), las principales amenazas ejercidas en Bolivia sobre este conjunto de especies son la sobreexplotación de la madera debido a la considerable demanda nacional e internacional de recursos forestales maderables (Mostacedo et al. 2003, Pacheco et al. 2009), los incendios forestales y la fragmentación del hábitat, factores que también están presentes en la región de Lomerío (Anívarro et al. 2019, FAN & WCS 2021, TIERRA. 2019, Villarroel et al. 2021).
A nivel internacional, solo cinco de las especies registradas como maderables están categorizadas bajo amenaza, destacándose, entre las más importantes según los índices etnobotánicos Cedrela fissilis, categorizada como VU (debido a la elevada explotación de su madera y la drástica reducción de sus poblaciones; Barstow 2018) y Amburana cearensis, categorizada como EN (debido a la fragmentación de sus poblaciones y su baja tasa de regeneración; Americas Regional Workshop 1998); categorías que coinciden con el estatus de conservación designadas en Bolivia (MMAyA 2020). Sin embargo, en el caso de A. cearensis, así como de muchas otras especies, a nivel internacional la categorización debe ser revisada y actualizada, pues está basada en datos e información de hace más de 20 años (Americas Regional Workshop 1998).
Así también, existe un conjunto de especies que, a nivel internacional se encuentran bajo estatus de amenaza (p.e. Libidibia paraguariensis (guayacán) y Zeyheria tuberculosa (tajibo mono), ambas categorizadas como VU debido a la pérdida de hábitat, cambio de uso de suelo y explotación de madera; WCMC 1998a, Americas Regional Workshop 2018), pero que en Bolivia aún no cuentan con dicha evaluación, pese a que frecuentemente son aprovechadas, no sólo con fines de auto consumo, sino también con fines comerciales.
Dipteryx alata, popularmente conocida como la almendra chiquitana, es un recurso vegetal que, por su versatilidad de uso es considerada como una de las plantas más importantes para las comunidades de Lomerío. Este recurso, actualmente también aprovechado por las comunidades con fines comerciales (los habitantes obtienen ingresos económicos adicionales mediante la cosecha y comercialización de sus frutos y semillas; Coimbra 2016); no cuenta con una evaluación de su estatus de conservación a nivel nacional, por lo que, considerando el constante incremento de las presiones y amenazas que se desarrollan en la región de la Chiquitania y el área de estudio (p.e. incendios forestales, Anívarro et al. 2019, TIERRA 2019, FAN & WCS 2021, Villarroel et al. 2021), podrían estar en riesgo a largo plazo la sostenibilidad del aprovechamiento y la conservación de la especie. Por otro lado, si bien D. alata cuenta con una evaluación a nivel internacional (categorizada como VU debido al cambio de su hábitat por la agricultura), esta debe ser actualizada (WCMC 1998b), ya que se trata de un recurso utilizado en Brasil para la industria y exportación, situación que en un futuro próximo también ocurrirá en Bolivia.
Ante el incremento de la deforestación e incendios forestales en la región de la Chiquitania (Anívarro et al. 2019, TIERRA 2019, FAN & WCS 2021), factores de presión y amenaza de la biodiversidad, es necesario plantear acciones que permitan valorar y viabilizar la conservación de las plantas útiles y su respectivo conocimiento. El primero es un recurso natural que durante generaciones ha contribuido a sostener los medios de vidas de las comunidades indígenas (Toledo 1996, Centurión & Kraljevic 1996, Jiménez 1998, Arrien 1999, Jordán 2005, León 2016) y el segundo, representa un valor cultural intangible obtenido mediante la interrelación histórica de las personas y su entorno natural.
Conclusiones
Con relación a los estudios previamente realizados en la nación Monkoxi de Lomerío, el registro de los 193 taxones de plantas nativas útiles demuestra la existencia de una importante cantidad de recursos vegetales que expresan la contribución de la naturaleza para las personas y sus medios de vida. Así también, semejanza taxonómica de las plantas útiles registradas en este y otros estudios de la región (>60%), expresa, en cierta manera la conservación del conocimiento tradicional de dichos recursos.
La cuantificación de la importancia de las plantas mediante los índices etnobotánicos permitió identificar a las especies más conocidas, aprovechadas y relevantes para los habitantes de Lomerío, ya que diariamente son utilizadas para cubrir y satisfacer sus requerimientos y necesidades. Así también, permitió constatar que, el valor o importancia de una especie no está necesariamente determinada por su versatilidad de uso (cantidad de categorías de uso en la que fue registrada), sino más bien, depende de las necesidades de los usuarios.
La revisión del estatus de conservación de las especies de plantas útiles permitió comprobar el gran vacío de información que existe sobre este grupo de plantas, especialmente a nivel nacional, aspecto que resulta alarmante considerando la importancia de las plantas útiles, tanto para los pueblos indígenas como para la ciencia y la población en general.