INTRODUCCIÓN
Las infecciones de tracto urinario (ITU) son de las infecciones bacterianas más frecuentes en la consulta médica habitual. Tiene una elevada prevalencia que afecta a diferentes grupos etarios, con mayor predisposición en mujeres en edad fértil y pacientes con enfermedades crónicas, en especial diabetes mellitus. El método diagnóstico inicial es clínico, confirmando la sospecha diagnóstica por tira reactiva, examen general de orina o en casos específicos urocultivo, por lo que se podría realizar en muchos casos el inicio de tratamiento antibiótico inmediato de forma empírica1,4.
Se tiene diferentes organismos patógenos que desarrollan infecciones de tracto urinario, el principal organismo causante es Escherichia coli, siendo responsable de hasta el 95 % de las infecciones de tracto urinario y dentro de otros organismos causantes comunes incluyen Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabalis y Escherichia faecalis3.
Los pacientes con diabetes mellitus presentan en general una función inmune deteriorada y enfermedades infecciosas agravadas, por lo que aumenta su susceptibilidad a las infecciones, en gran parte debido a la alteración de la función de los granulocitos. La infección del tracto urinario es una de las principales complicaciones infecciosas de la diabetes mellitus. Dentro de este espectro de infecciones urinarias, la pielonefritis enfisematosa es una infección renal potencialmente mortal con formación de gas en el parénquima renal o espacio perirrenal, siendo mucho más frecuente en los pacientes que tienen diabetes mellitus, en especial aquellos con mal control metabólico crónico1. No se debe olvidar además, que las infecciones de tracto urinario pueden tener diferentes escenarios y antibioticoterapia compleja de manejar, con elevada mortalidad en pacientes diabéticos de la tercera edad 1,2.
Epidemiología y factores de riesgo.
La población sin diabetes mellitus tiene mecanismos de defensa que pueden ser propios de cada individuo, los mismos evitan la colonización, y la formación de biopelículas donde proliferan y desarrollan los patógenos; sin embargo, también tenemos factores modificables y no modificables que llevan a tener un predisposición de sufrir infecciones urinarias. Conocemos que las infecciones urinarias comienzan por una migración de las bacterias que está propiciada por los flagelos que usan adhesinas para poder adherirse y ser efectivas en la colonización 2,3.
Diversas alteraciones del sistema inmunológico, incluida la inmunidad humoral, celular e innata, pueden contribuir a la patogénesis de la ITU en pacientes diabéticos, la detección de ITU en pacientes diabéticos es muy importante para permitir el tratamiento adecuado de la bacteriuria y prevenir el desarrollo de complicaciones renales de la diabetes y, eventualmente, daño e insuficiencia renal grave9.
Los patógenos causantes de infección urinaria de individuos diabéticos no son diferentes al de los no diabéticos, aunque la diabetes aumenta significativamente el riesgo de colonización urinaria por bacterias uropatógenas resistentes a los medicamentos6.
El espectro de ITU varía desde bacteriuria asintomática (BAS) hasta complicaciones graves como pielonefritis enfisematosa y los abscesos renales que se encuentran con mayor frecuencia entre los diabéticos que en la población general. Se está estudiando la estratificación del riesgo y las distintas modalidades de presentación de las ITU en los diabéticos en comparación con los no diabéticos9.
Etiología.
Las infecciones urinarias son causadas por una amplia gama de patógenos, incluidas las bacterias gramnegativas y grampositivas, así como los hongos las prevalencia de los gérmenes varían según la ubicación.8
La etiología de las infecciones urinarias no complicadas más frecuente es la E. coli uropatógena (UPEC), que causa la mayor parte de las ITU7 otros gérmenes causantes, en especial en diabéticos son: Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus saprophyticus, Enterococcus faecalis, Streptococcus del grupo B, Proteus mirabilis, Pseudomona aeruginosa, Staphylococcus aureus y Candida spp.
Tratamiento
El tratamiento debe en lo posible ser especifico, sin embargo, hay recomendaciones para la terapia de primera línea: nitrofurantoína, trimetoprim-sulfametoxazol (TMP- SMX), pivmecilinam y fosfomicina - trometamina y de manera alternativa ß-lactámicos y fluoroquinolonas7.
Varios estudios han demostrado que los probióticos, específicamente Lactobacillus spp, están ganando cada vez más atención como profilaxis contra las infecciones recurrentes, se realizó una revisión sistemática que concluyó que los probióticos pueden ser beneficiosos para prevenir las infecciones urinarias recurrentes en las mujeres; sin embargo, otros metaanálisis mencionan que no se vio diferencia en pacientes portadores de sondas5.
Algunos avances y propuestas en experimentos realizados en animales mencionan que los antiadherentes glucomiméticos podrían ser efectivos, debido a que muchos uropatógenos comunes han desarrollado varias estrategias para adherirse a los tejidos del huésped para colonizar y causar infección, en la unión mediadora de pilus de Escherichia coli uropatógena y otras bacterias gramnegativas. También se postula que la vacunación activa mostro ser muy eficaz para reducir la incidencia y la gravedad de la infecciones urinarias en varios modelos animales y en los casos de infecciones contra los patógenos bacterianos Gram-positivos tuvo buenos resultados7.
Lo concreto es que si bien las infecciones urinaria en diabéticos no difieran en cuanto a la etiología, pueden ser más complejas en referencia al tratamiento y la evolución del cuadro, por lo tanto, se debe realizar el diagnostico precoz y el tratamiento más efectivo posible, para evitar las complicaciones que podrían ocasionarse en los pacientes con diabetes, además de que es fundamental el control adecuado de la glucemia para que la terapeútica sea exitosa.