Introducción
La apreciación estética del cuerpo humano es una construcción histórica-social que está sujeta a las normas, narrativas y tendencias que cada cultura asimila (Burr & Dick, 2017). Para el mundo occidental, los cánones de belleza han sido definidos a partir de la imagen de cuerpo transmitido por la industria mediática (Mills et al., 2017;Sojo, 2018), cuya iconografía y estética es potenciada por las pretensiones narcisistas y por el flujo creciente de contenidos en las redes sociales (Chae, 2017;Chang et al., 2019). Estas plataformas ejercen un efecto performativo en sus usuarios a través de contenidos que suelen proyectar ideales vinculados con la delgadez, los rasgos arios (Goodyear et al., 2022;Fardouly & Vartanian, 2016) y la erotización del cuerpo (Ghaznavi & Taylor, 2015). Asimismo, el auge de las tecnologías multimedia abre paso a tendencias como la producción cotidiana de «se/fies», el retoque de imágenes por medio de filtros (MacCallum & Widdows, 2018;López-Iglesias et al., 2023; Rajanala et al., 2018;Chang et al., 2019;Chae, 2017), y la emergencia de la figura de los «influencers», entendidos como ídolos con capacidad para movilizar la toma de decisiones entre sus seguidores en la web (Casaló et al., 2020). De esta manera, las plataformas de redes sociales se insertarían en un modelo de producción capitalista que rinde culto a visiones estereotipadas y homogéneas sobre la belleza, asumida como un símbolo de exitismo social y como un estándar de comparación entre pares.
Como resultado ulterior de la internalización de ideales de belleza poco realistas, las personas son más propensas a experimentar insatisfacción con sus cuerpos (Vandenbosch et al., 2022), baja autoestima (Vogel et al., 2014), malestar psicológico (Sherlock & Wagstaff, 2019) y desarrollo de trastornos de conducta alimentaria (Marks et al., 2020;Santarossa & Woodruff, 2017;Opara & Santos, 2019), con efectos diferenciados en función del sexo, siendo el grupo de mujeres quienes se presentan con mayor vulnerabilidad a las presiones estéticas de la sociedad (Escolar-Llamazares et al., 2017). En efecto, debido a que los medios comulgan con la noción de que los cuerpos delgados son más atractivos, la internalización de los estándares socioculturales impacta en la adopción de una actitud perfeccionista hacia el cuerpo junto con una tendencia a desarrollar hábitos de conducta alimentaria negativos para la salud (Izydorczyk & Sitnik-Warchulska, 2018). Algunos estudios han relevado el rol de las plataformas de redes sociales en la promoción de algunos trastornos como la anorexia y la bulimia, demostrando que estas plataformas no solo reproducen los estándares de belleza, siendo un canal de difusión de los cánones prevalecientes, sino que igualmente funcionan como un nicho comunitario que reafirma las prácticas y creencias en torno a las ideas de belleza (Lozano-Muñoz et al., 2022).
Desde la ciberantropología, se han desarrollado múltiples estudios que han explorado la participación de usuarias adolescentes en foros y redes que rinden apología a la delgadez extrema, donde suelen socializarse prácticas para la pérdida rápida de peso por medio de dietas de inanición e inducción del vómito, entre otras conductas purgativas (Boero & Pascoe, 2012;Ging & Garvey, 2017;Brotsky & Giles, 2007;Sowle et al., 2018). Estos espacios de difusión han sido catalogados como sitios pro-Ana y pro-Mia, debido a que juegan un rol relevante en la etiología de la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa (Lladó et al., 2017). Se suman, por otra parte, aunque con un mensaje más matizado, otras tendencias como el #Thinspiration y el #fitspiration, las cuales se apoyan en el etiquetado de metadatos en publicaciones de redes sociales (fotografías, videos, historias) para transmitir inspiración para alcanzar cuerpos esbeltos y fitness. Estas tendencias socializadas en la red centran sus objetivos en la pérdida de peso y en la apariencia (Tiggemann et al., 2018) y, por lo tanto, promueven representaciones idealizadas del cuerpo humano (Griffiths et al., 2018). Si bien el fitspiration releva el rol del ejercicio y de la actividad física como factores protectores para la salud, su exposición también trae aparejada efectos negativos en la satisfacción corporal y estado de ánimo (Jerónimo & Carraca, 2022). De esta forma, aunque fitspiration se presenta como una tendencia menos extrema que el thinspiration, múltiples estudios concluyen que ambas comparten gran parte de su contenido, solo cambiando ligeramente sus énfasis (Alberga et al., 2018;Boepple & Thompson, 2016;Talbot et al., 2017).
En respuesta a la presión mediática y social por alcanzar cuerpos perfectos, se ha proliferado una serie de críticas que apuntan a la revalorización y empoderamiento de las corporalidades que la sociedad ha considerado como no normativas (Rodgers et al., 2020). Con ello se busca poner en relieve aspectos como la inclusión, la diversidad y el amor propio, en contraposición con otros tales como el machismo, la gordofobia, la exclusión, la estigmatización y la cosificación (Cohen et al., 2019). Estas consignas se escudan en un movimiento surgido en internet denominado «Body Positive», que busca promover el amor propio y la aceptación del cuerpo en cualquiera de sus formas (Rodgers et al., 2022). De acuerdo con Conde y Marques (2021) este movimiento tendría sus raíces ancladas en la segunda y tercera ola feminista, momento en que se posiciona con fuerza la crítica hacia la discriminación de los cuerpos gordos en las mujeres. Body Positive y Feminismo compaginarían objetivos comunes como el empoderamiento femenino y la liberación de la mujer frente a los estándares de belleza (Kuczamer-Klopotowska, 2023). Si bien las consignas del Body Positive remiten a cuestionamientos que el feminismo ya había impulsado con anterioridad, no sería hasta entrado el siglo XXI que este movimiento alcanzaría notoriedad pública a partir de su amplio posicionamiento en el internet. En efecto, el alcance de este movimiento es tal que al año 2023 el hashtag #bodypositive superó los mil millones de interacciones en la red de Instagram, evidenciando la amplitud de sus consignas y su potencial de impacto para las comunidades de redes sociales (Graham et al., 2023).
Este rápido y acusado posicionamiento en el internet y, particularmente, en las plataformas de redes sociales se contrasta con la escasa atención que ha recibido desde la academia. Si bien prevalecen importantes vacíos en el conocimiento algunos estudios, ya han sugerido que la exposición de videos con contenido de Body Positive se asociaría con una mayor satisfacción corporal (Cohen et al., 2019), un mejor estado de ánimo (Dhadly et al., 2023), un menor deseo de delgadez (Faso et al., 2023) y una mayor apreciación de sí mismo (Nelson et al., 2022). No obstante a lo anterior, el reciente estudio de Breves et al., (2023) demostró que el impacto del contenido del Body Positive es menos relevante que los comentarios y la participación de otros agentes sociales que interactúan con tales contenidos, quienes jugarían un rol persuasivo en la aprobación de los mensajes y consignas que el Body Positive promueve. El estudio, en efecto, concluyó que los influencersque simpatizan o se abanderan con este movimiento, así como las audiencias que retroalimentan sus contenidos en las plataformas de redes sociales a través de likesy comentarios pueden influir positivamente en el bienestar emocional y en la percepción de quienes se exponen a estos contenidos (Breves et al., 2023). En esta misma línea, también se ha estudiado el lenguaje evaluativo de los influencers del Body Positive, develando un discurso centrado en tópicos como «cuerpo humano», «productos alimenticios», «belleza», «amor» e «imperfecciones», los cuales suelen ser abordados desde la experiencia personal de sus relaciones con el cuerpo dentro de una amalgama discursiva que entremezcla juicios personales e ideológicos (Wisniewska, 2023).
Si bien el movimiento Body Positive ha conseguido desafiar los ideales de belleza y visibilizar las problemáticas que afectan a las personas cuyos cuerpos son marginados de los cánones estéticos que impone la sociedad, sus planteamientos no han quedado exentos de críticas. Por una parte, algunas voces del Body Positive han transitado hacia una vertiente denominada «Body Neutrality», la cual rechaza la idea de que la valía de una persona descanse en su apariencia (Pellizzer S Wade, 2023). El Body Neutrality pone el foco en la funcionalidad del cuerpo e impregna una actitud neutral, sosteniendo que la imagen corporal constituye solo una mínima expresión de la identidad de las personas y que, en consecuencia, esta no debiese ser objeto de amor u odio; aceptación o rechazo (Smith et al., 2023). El Body Neutrality comparte objetivos con el Body Positive, pero se contrapone a él en las consignas en las que se funda, estableciendo una distancia insalvable basada en rechazar la imposición de amar el cuerpo (Seekis S Lawrence, 2023). En una trinchera aparte se encuentran las críticas hacia el Body Positive que se sustentan en la investigación de la salud física desde un paradigma biomédico. Estas críticas se resumen en concebir al Body Positive como una amenaza que desestima el progreso desplegado para reducir las enfermedades cardiovasculares asociadas con el sobrepeso y la obesidad (McWhorter, 2020).
Frente al recorrido expuesto queda en evidencia que el movimiento Body Positive congrega simpatizantes y detractores, articulando un debate que se abre y amplía a la luz de los nuevos enfoques y tendencias que se instauran en las plataformas de redes sociales. La voz de las figuras influyentes, así como la participación de las comunidades virtuales, contribuyen al modelamiento de las percepciones y creencias que los espectadores de contenido desarrollan al interactuar. En razón de lo señalado, se torna importante conocer cuáles son los núcleos temáticos que acompañan el discurso de quienes se adentran en el debate digital e identificar el posicionamiento que adoptan frente al movimiento Body Positive.
MÉTODO
2.1 Diseño
Se realizó un estudio de minería de textos a partir de información pública alojada en la sección de comentarios dentro de la plataforma de YouTube. La investigación fue de carácter cuantitativo, cuyo enfoque permitió la exploración de datos textuales a partir de algoritmos estadísticos y herramientas gráficas. El diseño de la investigación siguió un acercamiento no experimental, permitiendo abordar el fenómeno de estudio en forma natural, sin que las variables sean interferidas por las acciones de los investigadores. En razón del alcance de la investigación, esta se correspondió con un nivel de profundidad exploratorio-descriptivo, bajo el cual se buscó caracterizar los ejes temáticos y posicionamientos de las comunidades de usuarios digitales en torno al movimiento Body Positive.
Este estudio no fue presentado a un comité de ética debido a que se acogió a la posibilidad de exención reconocida por ANID (2021) para las investigaciones que emplean datos de plataformas de redes sociales y que no implican un contacto directo entre el equipo investigador y los participantes.
2.2 Muestra
Dadas las características del estudio, la unidad de observación correspondió a la colección de palabras que la comunidad de usuarios de YouTube depositó en la sección de comentarios de los videos sobre Body Positive. Para encontrar los videos se realizaron búsquedas en YouTube usando los términos «Body Positive», «corporalidad positiva» y «Body Positivity». Para la selección se consideraron tres criterios de inclusión; 1) que el contenido estuviese en idioma español, 2) que tuviesen un mínimo de cien mil vistas y 3) haber sido publicados entre 2018 y 2023. Los doce videos resultantes de la selección se presentan en la Tabla 1, donde se especifica el canal que lo emitió, el año de publicación y las cantidades de vistas, comentarios, réplicas y likes registrados al mes de enero de 2024. Considerando tanto a los comentarios como a las réplicas se obtuvo un total de 21547 registros, los cuales agrupan a más de trescientas mil palabras.
2.3. Instrumentos y Material
La base de datos fue construida a partir de la información públicamente disponible en la plataforma de YouTube Broadcast Yourself, sitio que fomenta la creación, distribución y consumo de contenidas multimedia, especialmente a través de videos. Esta plataforma es la segunda página más visitada después de Google, aglomerando a más de 2.500 millones de usuarios alrededor del mundo. En YouTube sus visitantes pueden acceder a una variedad ilimitada de videos. Al tratarse de una plataforma social los usuarios tienen la posibilidad de conformar comunidades virtuales que interactúan directamente con los creadores de contenido, pudiendo expresar su gusto por medio de likes, comentar en la caja de comentarios, activar notificaciones de contenido, compartir los videos activando hipervínculos y suscribirse al canal, entre otras acciones.
Todos los comentarios y réplicas de los videos seleccionados fueron obtenidos a través de un servicio de pago por la página Botster.io. La depuración del corpus y el análisis de minería de texto, incluyendo la representación gráfica y obtención de tablas fue realizado con base al programa «RStudio» y, principalmente, con base a los paquetes de minería de texto «tm», «tidytext» y «wordcloud», entre otros.
2.4. Procedimientos
Para realizar el análisis de minería de texto se descargaron los comentarios y réplicas de los videos seleccionados para ser compilados en un archivo único de texto. Posteriormente, se procedió a limpiar el corpus estableciendo un «stoplist» de palabras que permitió eliminar todas las preposiciones, artículos y conjunciones. El resultado fue un corpus constituido por palabras llenas, es decir, con un significado sustantivo, así como también por términos gramaticales que son relevantes para la interpretación de los significados tales como los adjetivos y los adverbios. Luego se reemplazaron las letras mayúsculas por minúsculas, se eliminaron de los comentarios los enlaces y emoticones, se quitaron las tildes, puntuaciones, saltos de página, números y espacios excedentes. Este proceso de limpieza siguió las sugerencias planteadas por Bécue-Bertaut (2010) para la estandarización del corpus.
2.5. Análisis de datos
Para analizar los comentarios de la comunidad de YouTube se construyeron nubes de palabras, las cuales grafican la frecuencia de los términos que son integrados al corpus, donde el tamaño de cada palabra es proporcional a su frecuencia relativa. Luego se construyeron bigramas con el objetivo de analizar combinaciones entre palabras, permitiendo cuantificar la frecuencia con la que determinados términos aparecen conjuntamente dentro del corpus. Por último, se calcularon las correlaciones entre palabras, poniendo foco en los términos de mayor frecuencia y que tuvieran mayor significancia teórica («body», «cuerpo», «peso» y «salud»). El valor de las correlaciones entre palabras se interpreta dentro de un rango de 0 a 1, donde un valor cercano a la unidad indicaría una alta concurrencia entre los términos y un valor cercano a cero implicaría que rara vez tales palabras estarían presentes en un mismo comentario. No obstante, a lo anterior, debido a la riqueza lingüística del idioma español, se anticipó que las correlaciones entre palabras fuesen normalmente bajas.
RESULTADOS
En la Figura 1 se expone la nube de palabras resultante de haber extraído todos los comentarios y réplicas de los doce videos de YouTube seleccionados. Los términos más frecuentes fueron «ser», «video», «gracias», «cuerpo» y «peso». Tales palabras son articuladas por los usuarios para expresar creencias, sentimientos y opiniones, así como para referir a sus propias experiencias de vida e interactuar con los creadores de contenido. Desde una mirada analítica es el concepto de peso el que funcionaría como eje aglutinador de la nube de palabras. En torno a este concepto se representa socialmente una serie de adjetivos para categorizar el cuerpo, como se ilustra en los términos «gordo», «gorda», «delgada», «hermosa», «grande» y «chica». El peso es, asimismo, el determinante de otros conceptos como el de «obesidad», «sobrepeso», «kilos», «complejos», «problemas», «comer», «cuerpo» y «belleza». El contrapunto a estos términos se encuentra en las expresiones centradas en los hábitos de vida, los cuales son atribuidos como el principal factor explicativo del peso. De esta forma, la discusión en los comentarios suele hacer mención de términos como «salud», «saludable», «sano» y «ejercicio».
En orden descendente, la Figura 2 muestra los bigramas con mayor frecuencia dentro del corpus. La principal secuencia de términos corresponde a «body positive», empleada tanto para denominar al movimiento, como para categorizar a las personas que adhieren a él. Naturalmente, el concepto de Body Positive tiene una presencia muy extendida en los comentarios debido a que correspondió al término de búsqueda para seleccionar los videos. Este bigrama es secundado por las expresiones «bajar peso» y «hacer ejercicio», ambas teniendo como denominador común la idea de cambio corporal. Luego, figuran expresiones como «muchas gracias» y «gracias video» que ejemplifican el interés de los usuarios de la comunidad de YouTube por retroalimentar a los creadores de contenido. Por otra parte, se observa el uso de la expresión «amor propio», la cual se asocia con la consigna central del movimiento Body Positive, toda vez que esta proclama dentro de sus objetivos la idea de aceptación y amor por el cuerpo con independencia de sus formas. Por último, otro bigrama frecuente correspondió a «ser gordo», expresión semántica que proyecta la idea de que la gordura estaría anclada a la identidad personal.
Si bien las relaciones entre palabras pueden analizarse a partir de n-gramas por medio de frecuencias de cadenas terminológicas, también es posible aplicar el enfoque de correlación que permite cuantificar la cercanía de un concepto con otro. En la Figura 3 se muestran las correlaciones para las cuatro palabras seleccionadas: «body», «salud», «cuerpo» y «peso». La palabra «body» presenta correlaciones con «positive» (r = .90) y «positivity» (r = .27), «persona» (r = .22) y «movimiento» (r = .22). De esta forma, el uso del término adoptaría un significado diferente según la palabra que le preceda, permitiendo distinguir, por una parte, al «movimiento body positive», de la «persona body positive». Asimismo, el término «body» solo adquiere relevancia cuando acompaña a los términos «positive» y «positivity», cuyos usos remiten a un mismo significado. Por otra parte, el uso del significante «cuerpo», a pesar de que en su traducción tiene el mismo significado que «body», presenta correlaciones con una gama más amplia de palabras. En orden de magnitud estas correlaciones se presentaron con las palabras «bien» (r = .26), «tener» (r = .25), «personas» (r = .24), «amar» (r = .24), «positive» (r = .23), «sano» (r = .23), «hacer» (r = .22) y «ser» (r = .22). Se contrasta la idea de amar el cuerpo como expresión de aceptación con la idea de cuerpo sano como objeto de cambio y adecuación. El concepto de «salud» se hace presente en los comentarios de la mano de argumentos que apuntan a la patologización del cuerpo, presentando correlaciones con las palabras «mental» (r = 33.), «física» (r = .28), «problemas» (r = .28) y «obesidad» (r = .25). Se habla del cuerpo aludiendo a una dimensión problemática centrada en las condiciones de salud física y mental, en evidente referencia a la obesidad. Por último, el concepto de «peso» muestra correlaciones con múltiples términos, destacando aquellos que refieren al cambio, tales como, «bajar» (r = .43), «baje» (r = .28), «bajando» (r = .24), «subir» (r = .27), «subi» (r = .23). Estos términos son usados por usuarios que comentan sus experiencias de vida con relación a trayectorias de cambio corporal o bien para expresar opiniones normativas respecto al deber ser. Otros términos que correlacionan con el concepto de peso son «kilos» (r = .29), «ideal» (r = .26), «saludable» (r = .23) y «problemas» (r = .23), poniendo en el centro de la discusión la idea de que el peso del cuerpo deba cumplir los estándares para alcanzar un ideal que empalmaría con una condición saludable y que cuyo incumplimiento derivaría en problemas de salud física y mental.
En la Figura 4 se integran los resultados mediante la red de bigramas construida a partir de las expresiones más frecuentes en los comentarios de los videos. En ella se observan algunas de las consignas defendidas por el Body Positive, «amor propio», «amar el cuerpo» y «ser feliz», así como también se hace presente el concepto de «cánones de belleza». Desde la perspectiva biomédica, por su parte, se constatan puntos de vista que resaltan el rol del estilo de vida y la salud, tal como se ilustra en algunas unidades léxicas compuestas como «malos hábitos», «hacer ejercicio» y «problemas de salud». Estos conglomerados conceptuales resumirían perspectivas discursivas antagónicas en torno al movimiento Body Positive. Asimismo, se evidencia otro conglomerado terminológico que releva la visibilización de las experiencias de vida de los usuarios de la comunidad de YouTube y el interés de estos por retroalimentar a los creadores de contenido. Este conglomerado se concretiza en segmentos repetidos como «muchas gracias», «gracias por el video», «me di cuenta», «hace tiempo/años», «punto de vista», «sentir mal», «subir/bajar de peso» y «puedo decir», entre otros.
Discusión y conclusiones
Las plataformas de redes sociales abren espacios para verter toda clase de opiniones, expresión genuina y cruda del pensar y sentir de los usuarios, quienes pudiéndose cobijar en el anonimato y en el distanciamiento emocional, son capaces de develar un discurso inmune a la deseabilidad social. Los comentarios en redes sociales, en este sentido, desnudan más fielmente las representaciones, imaginarios y discursos que las comunidades articulan en torno a conceptos polémicos, poniendo de manifiesto las actitudes sociales y los posicionamientos adoptados en el debate público. YouTube, en particular, brinda un espacio dialógico-interactivo que permite a los creadores de contenido compartir sus experiencias personales y recibir la retroalimentación de sus audiencias. Cada video estimula respuestas emocionales que son ponderadas por la capacidad de influencia de los YouTubers, animando no solo a la expresión personal de las experiencias, sino que igualmente a la construcción identitaria del sujeto y a su integración a una comunidad virtual.
El Body Positive ha logrado un vasto reconocimiento a partir de la difusión que ha tenido en las plataformas de redes sociales. La retórica de este movimiento puntualiza la importancia de la aceptación corporal y del amor propio, así como también pone en cuestionamiento los ideales de belleza que los medios han promovido en la sociedad. Frente a la exposición de contenido Body Positive se han evidenciado posturas antagónicas que transitan desde la aprobación irrestricta de las consignas del movimiento hasta el rechazo parcial o total de estas. El movimiento incluso es concebido como blanco para articular discursos de odio que polarizan aún más los posicionamientos que los usuarios de redes sociales tienen al respecto.
El posicionamiento aprobatorio del Body Positive expone una línea de pensamiento caracterizada por el deseo de solventar complejos físicos y fomentar el amor propio. Muchas de las expresiones en los comentarios tributan a mostrar agradecimiento, compartir experiencias propias y reforzar mensajes de positividad. Asimismo, se hacen presentes comentarios que relevan la subjetividad, constatándose que algunos usuarios se han sentido conmovidos por el mensaje del Body Positive que los creadores de contenido han transmitido en sus videos. De acuerdo con Charandeau (2009) los sentimientos son inherentes a todo proceso lingüístico, especialmente cuando los mensajes tienen un propósito persuasivo. Desde un posicionamiento opuesto, algunos videos esgrimen críticas hacia el Body Positive y hacia quienes son apuntados como referentes de este movimiento. Con frecuencia la gordura es considerada como consecuencia unicausal de los hábitos de vida y, por lo tanto, vista como el resultado de voluntades personales en donde el hacer ejercicio y el bajar de peso son ponderados como asuntos más relevantes que la aceptación y el amor propio. Este posicionamiento suele ir acompañado de una retórica biomédica que resalta la condición patológica de la obesidad y del sobrepeso y que percibe al Body Positive como una amenaza a la salud pública.
Los resultados develan que el concepto central en torno al cual se articulan los discursos de la comunidad de usuarios es el «peso». Esta monopolización temática deja fuera a otros aspectos relacionados con la corporalidad, tales como el color de piel, la diversidad racial, la asimetría corporal, las texturas, entre otros. De esta forma, si bien el Body Positive articula un discurso de aceptación de todos los cuerpos, en la práctica este discurso es asumido como un movimiento activista centrado en el peso y en las tallas grandes. El análisis de los términos deja en evidencia la importancia de otros conceptos en las discusiones sobre Body Positive. La idea de «ser» suele preceder en su uso escrito a otros términos que refieren a la identidad corporal. De esta manera el «ser» acompaña a una serie de características adquiridas, tales como «ser gordo» o «ser flaco», «ser grande» o «ser chico», «ser lindo» o «ser feo», dicotomías que son blanco de juicios normativos y que impactan en las apreciaciones estéticas que la sociedad articula en torno al cuerpo.
También resultó significativo para el análisis las nociones de salud, cuerpo y body. Aunque body y cuerpo tienen un mismo significado transpuesto por su idioma de origen, sus usos en el vocabulario de los usuarios permiten hacer la distinción entre el movimiento y la persona adherente a él, como así también del objeto sobre el que versa la problematización que plantea el Body Positive. De esta forma, el cuerpo es representado como un campo de discusión pública sobre el que se vierten opiniones, estigmas y etiquetas definidas por los estándares de belleza prevalecientes. Estos estándares no serían indiferentes del sexo, pues el análisis terminológico revela que los calificativos escritos en comentarios son con mayor frecuencia de género gramatical femenino, idea que sintoniza con lo planteado por Simone de Beauvoir respecto a que el cuerpo femenino es un espacio de opresión (López-Pardina, 2015).
Las alusiones al concepto de salud son moneda corriente en la problematización del cuerpo gordo y es atada casi inexorablemente al concepto de hábito, aun cuando la acumulación de grasa responda también a factores genéticos, hormonales y orgánicos. Cuando la gordura es aparejada con los hábitos, se termina por responsabilizar a las personas gordas de su propio peso. El cuerpo esbelto, no obstante, es asumido como un indicador de salud sin más. Quienes rechazan al Body Positive ponen foco en la idea de cambio, a veces apelando a la argumentación casuística de sus propias experiencias, donde la principal variable a intervenir no serían las presiones sociales o los estándares de belleza, sino que los hábitos de vida expresados en el ejercicio físico y en la ingesta de comida. Así, la negación del cambio es percibida como una manifestación del conformismo, en donde las personas Body Positive no tendrían suficiente determinación sobre sí mismas.
En conclusión, si bien cada video analizado acoge a comunidades de usuarios entrampados en sus propias burbujas identitarias, la consideración de los comentarios concatenados en un solo corpus permitió visibilizar los distintos posicionamientos en torno al movimiento Body Positive, sentando bases para la identificación de sus bondades y aciertos, así como también de sus limitaciones y críticas. El Body Positive puso en tabla la interpelación al rol de los medios y de la cultura en la transmisión de visiones estereotipadas del cuerpo allanadas por una serie de estándares de belleza que tienen efectos performativos en la vida de las personas, especialmente de las mujeres. El Body Positive busca erradicar las inseguridades y entabla una cruzada contra los factores sociales que amenazan la autoestima corporal y el bienestar, promoviendo la aceptación y el amor propio. Tales consignas inclusive se presumen pueden servir de base para fortalecer el abordaje psicoterapéutico de la recuperación de un trastorno alimentario o de problemas asociados a la autoimagen (Scott, 2018). Por otra parte, la narrativa del movimiento no ha logrado establecer puntos de encuentro sostenibles con los planteamientos biomédicos, haciendo necesario matizar que la aceptación del cuerpo no exima las posibilidades de cambio corporal. El cambio también puede ser un catalizador del bienestar individual, especialmente cuando es motivado por atribuciones internas (Silvestre et al., 2021). Asimismo, se hace necesario reforzar la idea de que la promoción de estilos de vida más saludables, en donde el ejercicio y la alimentación son adoptados como hábitos prolongados en el tiempo, es una proclamación independiente del tipo de cuerpo y que puede ser complementaria a las consignas del Body Positive.