INTRODUCCIÓN
Los efectos directos de la Covid-19 fueron más allá del espectro de manifestaciones clínicas propias de la enfermedad. Así mismo, también se evidenció el incremento de los problemas de salud mental, tal es el caso de ansiedad, estrés, entre otros provocando efectos psicosomáticos sobre el bienestar del individuo; más aún de los profesionales de la salud asistenciales que constituyen la primera línea de defensa, de la salud1.
El agotamiento profesional es una condición de cansancio mental, emocional y físico que surge debido a demandas abrumadoras, estrés prolongado o falta de satisfacción en el trabajo2. Este fenómeno se hizo más crítico durante la pandemia de la Covid-19. Las emociones experimentadas por el personal de atención médica en los hospitales están en constante cambio debido a la exposición al sufrimiento humano y al contacto directo con los pacientes. Esta situación amenazante o incierta provoca malestar emocional en el personal de salud. Estos sentimientos pueden incluir ansiedad, miedo, temor, tristeza, preocupación, soledad, irritabilidad, miedo a enfermar o morir, dificultades para dormir y comer, agotamiento, falta de motivación y pérdida de esperanza. Esto es especialmente cierto si las necesidades básicas no se satisfacen y si no hay redes de apoyo social disponibles. Estas condiciones tienen un impacto significativo en la capacidad para llevar a cabo tareas relacionadas con la atención médica3,4.
Hacer frente a la pandemia de la Covid-19 está en las manos de los profesionales de la salud; los que dan la cara, las manos, su tiempo y dedicación para luchar contra un enemigo invisible. Mientras el mundo se refugia colectivamente para protegerse contra la pandemia, los profesionales de la salud acuden en primera línea para trabajar largas jornadas atendiendo a un número creciente de personas contagiadas5. Asimismo, realizan sus labores en un equilibrio delicado entre la supervivencia y el fallecimiento. Regularmente trabajan bajo presión, en espacios limitados y en estrecho contacto con los pacientes y sus dolencias. Estas condiciones aumentan la probabilidad de desarrollar trastornos en sus estados emocionales y afectivos6. Además, el involucramiento de sus sentimientos en el padecimiento de los pacientes constituye un proceso desgastante que, en algunas ocasiones, puede conducir a cambios de humor y signos de depresión, irritabilidad y ansiedad7.
A nivel mundial, se observa que, producto a la exposición, las tasas de contagio intrahospitalario han sido altas y ligadas al acto de atención sanitaria7. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 8 de abril existían 22 073 casos de Covid-19 en profesionales sanitarios en un total de 52 países8. En China, al menos 3300 trabajadores de la salud se han infectado, en Italia había alrededor de 18 000 trabajadores de la salud afectados9, y en España, según los datos notificados al 30 de abril de 2020, el 69% de los trabajadores de salud han enfermado por contacto directo con casos probables y confirmados10. Esta situación es alarmante, ya que los profesionales de salud suponen el 21,4 % de los contagios totales11 y en Perú, el 70,8% de los casos de Covid-19 identificados en el personal de salud corresponden a médicos12. Por lo tanto, la cantidad de exposición de cada trabajador al virus SARS-CoV-2 fue un factor determinante en cómo se desarrolló la enfermedad, ya que una alta carga viral a la que estuvieron expuestos podría explicar la alta tasa de infección, así como la gravedad de los síntomas y la mortalidad13. En última instancia, estos profesionales podrían propagar el virus a los pacientes, dado que su labor es esencial en la atención, tratamiento y recuperación de los mismos14.
La elevada frecuencia de enfermedades mentales está vinculada a múltiples desencadenantes y elementos de riesgo a los cuales las personas se enfrentan en su rutina diaria. Los médicos evidenciaron una alta frecuencia de desgaste psíquico (18,9%) e indolencia (45,6%) en niveles alto - crítico15; además, se observó en un 67 % sobre agotamiento general, en un 72% sobre agotamiento emocional, en un 68,1 % sobre despersonalización y en un 63,2% bajo logro personal16. Asimismo, en enfermeros que trabajan en Hospitales se observó cansancio emocional, en un 58,5 %, en 59 % despersonalización y en un 65% baja realización personal17. Del mismo modo, se registra una prevalencia del 17,2% de los empleados que experimentan el síndrome de agotamiento laboral. Se observa una conexión notable con la posición laboral, evidenciándose variaciones en los niveles de agotamiento emocional, despersonalización afectiva y satisfacción profesional18.
La problemática se hace mayor cuando la implementación con materiales y equipos para la bioseguridad de estos profesionales no es suficiente o no es la apropiada, lo que le pone en riesgo no solo de ser afectado por la ansiedad, estrés y depresión, sino de ser ellos mismos contagiados con la Covid-19 y afectar a su familia, complicando aún más la salud mental y física de los profesionales y sus seres queridos. Por la situación descrita es que este estudio se justifica, dada la importancia de detectar oportunamente la alteración de los estados afectivos emocionales y el desgaste profesional al atender a pacientes con Covid-19 para implementar acciones de corto, mediano y largo plazo.
El cuidado de la salud mental y el bienestar psicosocial del personal de salud, en momentos de emergencia, es una labor primordial para reducir el impacto emocional y psicológico de la experiencia vivida, restaurar la salud mental y promover la estabilidad psicosocial19. En torno a la problemática descrita es que en el estudio tuvo el objetivo de identificar los estados afectivos emocionales asociados al desgaste profesional al atender a pacientes con Covid-19.
MATERIALES Y MÉTODOS
Tipo de estudio y área del estudio/tiempo de estudio
Estudio con enfoque cuantitativo, de tipo observacional, transversal, prospectivo y analítico. El diseño utilizado fue el correlacional. El estudio se desarrolló en el Hospital Materno Infantil Carlos Showing Ferrari, de Huánuco, Perú. El tiempo de ejecución del estudio fue durante el 2020.
Población
Se trabajó con una población censal de 180 trabajadores de la salud del Hospital Materno Infantil Carlos Showing Ferrari que se encontraban en primera línea de acción durante la pandemia de la Covid-19. Se incluyó al personal de salud que voluntariamente participó del estudio; se excluyó al personal de salud con funciones administrativas y a los que no se encontraban presentes al momento de la recolección de datos.
Variables/Instrumentos de recolección de datos/validación
Las variables del estudio fueron los estados afectivos emocionales y el desgaste profesional, para cual fueron aplicadas dos encuestas presenciales y los instrumentos de medición fueron dos. En primera instancia, el inventario de desgaste profesional (Maslach), modificado para este estudio, compuesto por 31 ítems divididos en cuatro dimensiones: agotamiento emocional (11 ítems), agotamiento físico (8 ítems), baja realización personal (7 ítems) y despersonalización (5 ítems). Cada ítem fue evaluado con una escala de 0 a 3; el valor asignado fue: 0 = nunca; 1 = una o dos veces; 2 = inter diario; 3 = todos los días. También se aplicó la escala de ansiedad, estrés y depresión (DASS-21), compuesta por 21 ítems divididos en tres dimensiones: ansiedad (14 ítems), estrés (14 ítems) y depresión (14 ítems).
Ambos instrumentos de medición fueron validados por el juicio de cinco expertos, quienes valoraron la relevancia, coherencia, suficiencia y claridad de cada instrumento. Asimismo, se hizo el cálculo de la confiabilidad, para el inventario de desgaste profesional, donde se obtuvo un alfa de Cronbach de 0,805 mientras que, para la escala de ansiedad, estrés y depresión, se alcanzó un valor de 0,87. Adicionalmente también, se recogieron los datos referidos a la caracterización de la muestra en estudio (edad, sexo, estado civil, condición laboral, entre otros).
Análisis de datos
En el análisis descriptivo fueron aplicados, según el tipo de variables, el análisis de las frecuencias y porcentajes respectivos. Para el análisis inferencial se procedió mediante la prueba del X2 para p < 0,05 y un nivel de confianza del 95 %. Con el fin de contrastar las hipótesis de investigación planteadas, y teniendo la necesidad de cumplir con el requisito indispensable para medidas paramétricas, se aplicó la prueba Kolmorogov Smirnov cuyos resultados fueron normales (Z = 0,525; 0,00 p - valor < 0,05). Para el análisis se empleó el paquete estadístico SPSS versión 20.
Aspectos éticos
Este estudio contó con la aprobación del comité de Ética en investigación de la Universidad de Huánuco, Huánuco, Perú. Asimismo, se tuvo en consideración los principios éticos de la declaración de Helsinki (beneficencia, no maleficencia, justicia y autonomía). Para esto último se obtuvo el consentimiento informado voluntario de cada uno de los sujetos del estudio.
RESULTADOS
Respecto a las características generales del personal de salud en estudio, se observó que prevaleció la edad de 41 a 50 años [32,8% (59)]. En cuanto al género, una importante proporción fueron del género femenino [78,3% (141)]. En relación al estado civil, más de la mitad refirieron ser casados [52,2% (94)] y 28,3% (51) solteros. Acerca de las características laborales del personal en estudio, se evidenció que predominaba la condición nombrados [52,2% (94)]. Respecto a la profesión que ejercen, 15 % (27) eran médicos [22,2% (40)] enfermeros, 18,3% (33) obstetras, 1,7% (3) químicos farmacéuticos y 0,6% (1) biólogo, 28,3% (51) técnico de enfermería, 5,6% (10) técnico de farmacia y laboratorio y 2,8% (5) técnico de nutrición. Asimismo, prevaleció el tiempo de experiencia profesional de 11 a 21 años [40,6% (73)]. Respecto al área de trabajo, 53,3% (96) laboraban en servicio de hospitalización (ver tabla 1).
En el análisis del desgaste profesional se halló que el 11,7% (21) evidenciaban desgaste laboral, frente a una importante proporción de personal de salud que no tuvo dicha manifestación (ver tabla 2).
Al analizar los estados afectivos emocionales se halló que un 16,7% (30) presentaban estados afectivos alterados (ver tabla 3).
Al analizar los resultados a nivel inferencial, concretamente al contrastar la asociación entre el nivel de ansiedad y el desgaste laboral del personal de salud en estudio, se halló que el 6,7% (12) de los encuestados presentaban desgaste laboral y un nivel de ansiedad, corroborando la relación entre dichas variables (X2 = 18,533, p = 0, 000). Al contrastar la asociación entre el nivel de estrés y el desgaste laboral del personal de salud en estudio, se halló que el 5,6 % (10) de los encuestados presentaban desgaste laboral y estrés, confirmando la relación entre dichas variables (X2 = 12,808, p = 0,000). Al contrastar la relación entre el nivel de depresión y el desgaste laboral del personal de salud en estudio se halló que el 5, 6% (10) de los encuestados presentaron desgaste laboral y un nivel de estrés. Corroborando la relación entre dichas variables (X2 = 13,618, p = 0,000) (ver tabla 4).
Al contrastar la relación de los estados afectivos y el desgaste laboral del personal de salud en estudio se halló que el 5,6% (10) de los encuestados presentaban estados afectivos y desgaste laboral, corroborando la relación entre dichas variables (X2 = 16,399, p = 0,000); con lo que se aceptó la hipótesis de investigación que indica que los estados afectivos emocionales están asociados al desgaste laboral al atender a pacientes afectados por coronavirus (ver tabla 5).
DISCUSIÓN
Los resultados del estudio evidencian que existe relación entre los estados afectivos (estrés, ansiedad y depresión) y el desgaste laboral del personal de salud al atender a pacientes con Covid-19. Este resultado se sustenta en la teoría psicosocial de Hernández-Gracia20 en el 2021, quienes explican que existen factores como la ansiedad que afectan negativamente en la salud, el bienestar y el desempeño laboral, provocando cambios permanentes y mayores exigencias mentales y emocionales en el trabajador, lo que se manifiesta en el desgaste profesional. También, se sustenta a través de la teoría bioinformacional de las emociones propuesta por Lang, donde se explica cómo las personas desarrollan diversas respuestas emocionales, como características de ansiedad grave, en respuesta a estímulos externos amenazantes como el síndrome de burnout o desgaste profesional19.
Asimismo, el modelo teórico de Neuman, tal como lo explican Almino et al.,19 quienes concluyen que los estados emocionales alterados, dentro de los cuales se destacan los factores estresantes, pueden tener un efecto negativo o positivo en el individuo o grupo, relacionado con el ambiente de trabajo, más aún, en el contexto de la pandemia por la Covid-19 se caracterizó por provocar temor al contagio y limitar el entendimiento de la enfermedad a nivel interpersonal. A nivel interpersonal, se experimentaron cambios en las relaciones sociales, temor a transmitir el virus a familiares, observación de la enfermedad
en amigos y familiares, así como la pérdida de seres queridos. En un contexto más amplio, se identificaron factores extra personales como un sistema de salud insuficiente y una carga laboral excesiva21. La teoría de los investigadores Maslach et al., explica que el síndrome de desgaste profesional se va formar en un modelo multidimensional que se va a caracterizar por agotamiento emocional, estrés y una poca realización personal. También, la teoría de la bioinformación de Lang explica que los individuos presentan diversas respuestas emocionales o "programa afectivo" como con un elevado rasgo de ansiedad y este, a su vez responde a los estímulos externos amenazantes como lo es el desgaste profesional22.
Este resultado se apoya con el estudio de Galbán et al.23, descubrieron que la fatiga emocional desempeña un papel fundamental en la aparición del síndrome de burnout o agotamiento laboral. Este síndrome se manifiesta a través de la gradual disminución de la energía, el desgaste físico, mental, y una sensación de cansancio.
Las alteraciones emocionales llegan a provocar trastornos mentales como la depresión, una patología que a menudo viene con síntomas de ansiedad, que pueden llegar a la cronicidad o la recurrencia y conduce al individuo a desarrollar alteraciones en la capacidad para cuidar de sus responsabilidades diarias. Además, debido a su inicio temprano y a su impacto funcional en la actualidad, la depresión, la ansiedad, demencia y uso abusivo de alcohol son algunas de las principales causas de la discapacidad24. En la misma línea, Wang et al.,25 señalan que varios estudios han determinado que, durante brotes de infecciones, existen diversos efectos psicosociales que afectan a individuos, comunidades y a nivel global. El agotamiento profesional representa un desafío laboral complejo que conlleva impactos emocionales y conductuales tanto en la vida personal y social del profesional afectado, así como en su rendimiento en el trabajo. Del mismo modo, tiene un efecto negativo en la calidad de la atención que se proporciona. Sin embargo, no existen suficientes estudios que valoren aspectos psicosociales en momentos de epidemias.
Entre los estudios que avalan nuestros resultados cabe mencionar el de Huarcaya26, que muestra que los trabajadores de la salud que están en contacto directo con pacientes sospechosos y confirmados de Covid-19 enfrentan un riesgo significativo de desarrollar ansiedad. Esto se debe a la intensa presión que enfrentan debido al peligro de contraer la infección, ya que a menudo no cuentan con una protección adecuada para evitar la posible contaminación. Adicionalmente, experimentan aislamiento, agotamiento profesional, frustración, fatiga y la dificultad de no poder estar en contacto cercano con sus familias. Además, su labor implica el cuidado de pacientes que expresan emociones negativas, lo que agrega a la complejidad de su situación. En tanto Lai et al.,27 muestran que los enfermeros, médicos de primera línea de diagnóstico, tratamiento y atención, quienes atienden directamente a los pacientes con sospecha de infección por la Covid-19, y los miembros del personal médico que trabaja en Wuhan (China), informaron grados más severos de ansiedad y una gran asociación significativa con un mayor riesgo de síntomas depresivos, insomnio, desgaste profesional y reacción de estrés.
En la misma línea, Huang et al.,24 encontraron que el personal sanitario experimentó una prevalencia significativamente elevada de ansiedad, con tasas que abarcaban desde ansiedad severa hasta ansiedad moderada y leve. Las mujeres presentaron una tasa de prevalencia de ansiedad superior en comparación con los hombres; por ejemplo, los puntajes relacionados con la ansiedad en mujeres superaron a los de los hombres. Asimismo, el grupo de enfermeras mostró una prevalencia de ansiedad más alta que la de los médicos. De manera similar, se observó que el porcentaje de personal de salud que padecía trastorno de estrés fue del 27,39% (63 de 230).
Fernández et al.28, encontraron que la crisis generada por la pandemia de Covid-19 ha tenido efectos adversos en la salud mental del personal de salud. Sentimientos de impotencia, largas jornadas de trabajo y el temor de contraer o transmitir la enfermedad han tenido un impacto negativo en su bienestar psicológico. Los efectos en términos de agotamiento laboral y ansiedad son evidentes, resaltando la urgencia de proporcionar a estas profesionales herramientas más eficaces para lidiar con el agotamiento y la angustia emocional.
Appiani et al.29, hallaron que el estrés mostró una relación significativa con visitas frecuentes al hospital durante la pandemia, la experiencia de síntomas temporales parecidos a los de la Covid-19 y el inicio o aumento en el consumo de ansiolíticos. De manera similar, observaron que el síndrome de agotamiento laboral estaba vinculado con ser médico residente, tener que atender a pacientes con sospecha o confirmación de Covid-19, manifestar síntomas temporales similares a la enfermedad y trabajar en turnos de 24 horas.
Por otro lado, el estudio de Liu et al.30, desarrollado en China, encontró que los niveles de ansiedad medidos por la escala de autoevaluación de la ansiedad de Zung eran mayores en aquellos trabajadores que habían tratado casos confirmados de Covid-19, en comparación a los que no. Los resultados de ansiedad en nuestro estudio fueron del 6,7%, por lo tanto, fueron inferiores a los reportados por García-Iglesias et al.31 quienes reportaron que el porcentaje de ansiedad en profesionales de salud oscilaba entre 26,5% y 44,6%, unas diferencias que probablemente se deban a la responsabilidad que conlleva ser médico y al estar en contacto directo con los pacientes.
Los investigadores Vinuesa et al.,32 en el 2019 llevaron a cabo estudios en Ecuador, en los que administraron el cuestionario de síndrome de burnout a médicos y enfermeras empleados por el Ministerio de Salud Pública, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y la red Integral de Salud Ecuatoriana. Según los resultados, la mayoría de los profesionales médicos y de enfermería mostraba niveles de agotamiento emocional que oscilaban entre severos y moderados. Así mismo, se evidenció una despersonalización severa, moderada y baja a moderada realización personal. Estos resultados no se correlacionan con los de nuestro estudio, ya que no se encontraron niveles altos de desgaste profesional. Cuando se analizó la distinción entre médicos especialistas y médicos generales, así como entre empleados y residentes, no se hallaron disparidades en los niveles de agotamiento laboral. No obstante, se observaron niveles significativos de síndrome de agotamiento profesional. De igual forma, no se detectaron diferencias en los niveles antes y después del fallecimiento del primer médico en Colombia. Mendoza33 también hallaron una relación positiva y significativa entre el síndrome de burnout y la sintomatología depresiva. Esto indica que las dos variables trabajadas aumentan o disminuyen en el mismo sentido. Huachos y Veli34 hallaron que el agotamiento emocional o desgaste profesional evidencia que hay una asociación con la variable depresión en todas sus dimensiones. Gherardi- Donato et al.,35 en el 2015 hallaron una estrecha relación entre depresión y estrés laboral, siendo significativa con las condiciones de trabajo de los profesionales. Estos factores conducen al desarrollo del estrés y, al no ser resueltos, se deteriora la salud mental, que se expresa con la depresión u otros trastornos mentales.
Por su parte, Fernández et al.,36 en el 2022 hallaron altos niveles de desgaste profesional, en sus dimensiones de agotamiento emocional y despersonalización, con bajos niveles de realización personal, a su vez; además, hallaron ansiedad leve.
De igual modo, existen estudios que contradicen nuestros resultados, Rivera et al37, indicando que no solo la depresión tiene que ver con el desgaste profesional, sino que existen otros factores, como el estrés o los problemas económicos, que conducen a otras emociones que no solo implican la depresión. Otro estudio, realizado por Apiquian38, refiere que existen diversas asociaciones, que originan el desgaste profesional, tales como el uso de drogas, alcoholismo o los problemas de salud.
Es importante también hacer mención a las limitaciones que se tuvo con respecto al proceso de recolección de datos en los sesgos de respuesta por el temor de los encuestados, siendo que todas las encuestas fueron anónimas.
CONCLUSIÓN
Se concluye indicando que existe relación entre los estados afectivos y el desgaste laboral del personal de salud al atender a pacientes afectados por el coronavirus. Por lo tanto, se recomienda la elaboración de protocolos institucionales de atención a la salud de los trabajadores, acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades.