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Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP
versión On-line ISSN 2077-2161
Ajayu vol.14 no.1 La Paz mar. 2016
ARTÍCULO
ESTUDIO DE CASO: UNA MANERA DE INVESTIGAR EN PSICOANÁLISIS1
CASE STUDY: A WAY INVESTIGATE IN PSYCHOANALYSIS
Juan Pablo Sánchez Domínguez2
Universidad Autónoma del Carmen Ciudad del Carmen, Campeche, México.
Resumen
El presente trabajo tiene como finalidad analizar los principios que rigen la investigación en psicoanálisis, al mismo tiempo que se identifican las diferencias existentes en este contexto sobre aquellas disciplinas con las cuales incluso pudiera tener cierta relación de dialogo.
Se toma como referencia el estudio de caso como formulación metodológica para la aproximación a la investigación de fenómenos subjetivos iniciada por Freud y continuada por otros psicoanalistas. Seguido del estudio psicoanalítico acerca del parricida Pierre Riviére establecido por Michel Foucault se exponen las problemáticas que podrían resultar al momento de emprender un abordaje por la vía del caso.
Palabras claves: psicoanálisis, estudio de caso, investigación, parricida, Pierre Riviére
Abstract
This paper aims to analyze the principies governing research in psychoanalysis, while identifying the differences existing in this context on those disciplines with which could have some connection of dialogue.
The case study is a methodological formulation for the approach to the investigation of those subjective phenomena initiated by Freud and continued by other psychoanalysts. This is followed by the psychoanalytic study of the parricide Pierre Riviére drawn up by Michel Foucault of the problems that could result when undertaking an approach the case.
Keywords: psychoanalysis, case studies, research, parricide, Pierre Riviere
Introducción
A diferencia de ciertas disciplinas, la investigación que se realiza dentro del campo psicoanalítico sostiene una diferencia en extremo singular. Lacan en 1964, señaló que en el ámbito de la investigación existen dos dominios perfectamente deslindables: el dominio de donde se busca y el dominio de donde se encuentra (Miller, 2011), el psicoanálisis se ubica en los terrenos del encuentro con un saber que no se sabe, es decir, con algo que pertenece para un sujeto sometido a análisis al orden de lo reprimido (Freud, 1915), a diferencia de la ciencia positivista orientada por la búsqueda de una verdad objetiva y última sobre los fenómenos que estudia. No podemos olvidar que el nacimiento del psicoanálisis estuvo enmarcado en éste contexto, particularmente bajo el discurso médico "contra estos prejuicios luchó Freud, en una época en la que aún prevalecía la tradición anátomo-clínica" (Mannoni, 2002, 14). En este sentido, los intentos realizados por los médicos de aquella época estuvieron dirigidos a afinar una experimentación diagnostica que colocaba al histérico como dato al servicio de la ciencia, éste fue el camino emprendido por Charcot3 quien congruente con la racionalidad médica separó al sujeto de su constitución subjetiva, buscando verdaderos cuadros descriptivos y basándose en un ideal médico, éste no rechazó las ideas de que las anomalías fisiológicas del sistema nervioso central están en el origen de las afecciones histéricas. Ésta lógica imperante llevó a Charcot en el Salpétriére4 a exponer teatralmente a sus pacientes. Como forma de sintetizar este hecho Mannoni en 2002 describe el caso de Augustine señalando lo siguiente:
"el médico mediante hipnosis le pide a la paciente que contorsione y alucine, además de representar la escena de violación ocurrida años atrás. Un día en este acto de demostración Charcot produjo una contractura de lengua y laringe...como consecuencia la paciente afónica sufre calambres en el cuello, al mismo tiempo que el juego teatral se internaliza, cuando recupera el habla la paciente exclama: {me dijiste que me curarías, que me harías diferente. Tú querías que yo fracasara, me sonsacas lo que quieres saber}".
Tiempo más tarde es recluida en una celda, abruptamente la ciencia deja de interesarse y posteriormente ella encontrará los medios para huir del hospital.
Estas palabras señaladas ponen de manifiesto una verdad insoslayable tanto para la ciencia médica como para el psicoanálisis, a saber, la paradójica relación donde se nota la intención de la paciente a encontrar una salida a sus conflictos patológicos mediante un interés particular hacia la persona del medico (Freud, 1991,399). Este interés proveniente de la relación terapéutica le permitirá posteriormente a Freud encontrar el punto nodal para la investigación psíquica a decir, la transferencia (Sanchez, 2007). Podemos decir que éste hallazgo trajo consigo las primeras ideas tendientes a establecer un método que permitiera la indagación de los procesos anímicos inconcientes que difícilmente eran accesibles por otras vías (Freud, 1923, 231). En este sentido, será desde estos primeros descubrimientos freudianos donde se pulverice toda semejanza posible entre la lógica de la investigación psicoanalítica y la realizada dentro del campo médico. Para esto la función operativa de la transferencia arroja datos reveladores de la práctica clínica freudiana, a entender, que no hay un saber constituido por parte del analista, que no se sabe con anterioridad lo que el paciente quiere decir pero suponemos que quiere decir otra cosa (Miller, 2009, 190), esto significa que el lugar de saber del analista está sostenido bajo la lógica de aquello que Lacan denominó semblante5. En otras palabras, el saber del analista sobre el paciente no está constituido por adelantado sobre cada caso, no hay ningún saber previamente estandarizado, se trata de una experiencia que sobreviene por parte del analista como consecuencia del sostenimiento de un lugar supuesto que el paciente por vía identificatoría le atribuye al clínico que como Augustine señala: lo ha de curar.
Es necesario remarcar que si bien el psicoanálisis no es una ciencia éste no está al margen de la construcción de ciertos principios teóricos y metodológicos rigurosos que orienten la practica clínica "Y a ello se dedicó Lacan con su enseñanza desde sus inicios, en 1953" (Miller, 2006).
Investigaciones psicoanalíticas
Como ya lo hemos señalado con anticipación, el psicoanálisis no está ceñido bajo las condiciones propias de la ciencia positiva, pero tampoco se encuentra en los terrenos del dogmatismo teórico-práctico. En este contexto la investigación psicoanalítica está basada fundamentalmente en las elaboraciones subjetivas y singulares de un sujeto y metodológicamente orientado por aquello que Freud denominó asociaciones libres6. Ésta operación consiste básicamente en invitar al paciente a decir todo lo que se le ocurra sin censurar nada, dichas producciones son interpretadas en el contexto del análisis bajo la lógica de la transferencia. En lo concerniente al analista estas interpretaciones no están desvinculadas de la experiencia propia de su análisis, al contrario, es necesario encarar la práctica con la asimilación misma de nuestro análisis.7
Freud en sus elaboraciones de 1915 y 1918 será enfático al señalarnos que más lejos se llega en la investigación de los fenómenos psíquicos si uno se hace analizar por un analista experto, si se vivencian en el yo propio los efectos del análisis y se aprovecha esa oportunidad para atisbar en el analista la técnica más fina del método. En otras palabras, la experiencia del análisis permite sostener una posición ética frente a las producciones de los pacientes, al mismo tiempo que posibilita subjetivar los elementos de la técnica. Para ser más precisos, se trata concluyentemente de que la intervención analítica no se vea mediatizada por las construcciones sintomáticas del propio analista, tenemos: "Durante el análisis a veces el psicoanalista está en peligro de ser convencido por el paciente; convencido y a veces fascinado, casi por una hipnosis por parte del paciente... (Miller 2009).
Dicho esto, el análisis propio hace posible interrogarnos sobre las dificultades que se presentan en la práctica clínica-investigativa, no es suficiente con intervenir, es preciso saber sobre los efectos de estas intervenciones. Es así como lo señalado coloca a la investigación psicoanalítica en una singular posición frente al saber que produce, a diferencia de otras disciplinas donde el saber sobre el objeto y la posición del investigador se congelan en función de un viejo dogma de la investigación social denominada neutralidad valorativa" (Marí, 1994; Sánchez, 2013).
La investigación por la vía del caso
En lo concerniente a la indagación e investigación de fenómenos psíquicos el dispositivo psicoanalítico puede recurrir a la construcción por la vía del caso como recurso metodológico, esto abre la posibilidad de no ceñirse en exclusividad a los pacientes que llegan a consulta.
A lo largo de su práctica y transmisión clínica Freud hizo uso regular de éste medio, tenemos las presentaciones hechas en sus obras completas sobre: "El caso Dora", que data de 1901/1905 donde teoriza las dificultades transferenciales que durante el abordaje de la paciente se le presentaron. Co posterioridad propondrá que las proyecciones del analista son parte de la transferencia y es allí donde se establece con el paciente una estructura común, por tanto el lugar del analista "como sujeto supuesto saber" es fundamental para transcurso de la investigación psíquica. Sin embargo, en el "caso Dora" este acto se vio comprometido desde el principio, al tiempo en que Freud decide tomarla en consulta a pedido de su padre, colocando a Freud como un cómplice (Mannoni, 2002); El caso conocido como "El hombre de las ratas de 1909; permite entrever la habitual forma de escritura que Freud realizaba después de cada sesión, se trata de una sistematización profunda, notas en estilo telegráfico, omisión de pronombres y notas no esenciales para la síntesis del caso (Masotta, 2005), la presentación del caso enfatiza lo que Freud desea teorizar y transmitir sobre la neurosis obsesiva; si bien el caso cuanta con discrepancias notables entre las notas originales y la historia clínica publicada, esto se debe a la prolongación del caso después de concluir las anotaciones, permitiéndole a Freud un conocimiento más amplio de la historia del paciente sin que el caso se vea trastocado en lo esencial de la transmisión teórica y metodológica, por el contrario, orienta sobre los principios en lo concerniente al estudio de caso; por otro lado, "El hombre de los lobos" de 1917/1919, pone a Freud en los artificios de la transferencia, trayendo consigo posterior a la publicación del texto serias críticas en lo referente a su labor clínica. Si bien, la escritura del caso cuenta con cierto dejo de ficción en tanto que el analista participa de la experiencia misma con su deseo, se trata finalmente de una experiencia que trasmite efectos reales (Novoa, 1999; Nacio, 2000). En este punto Freud nos demuestra que la escritura de un caso implica al investigador en su dimensión subjetiva, precisa de la posición que ocupa a lo largo de todo el proceso de construcción, es decir, el lugar que toma frente al saber que produce y las consecuencias que tiene que afrontar como resultado de ello. En el caso que mencionamos a pesar de todo lo que teóricamente y metodológicamente se le reprocha a Freud éste es considerado por muchos psicoanalistas como el más completo en presentación y en su equilibrio teórico-técnico (Novoa, 1999).
En los casos mencionados hasta el momento Freud contó con los registros detallados de las elaboraciones producidas dentro del contexto de su clínica sin embargo, la presentación de cada uno de ellos no fue con la extensión de lo ocurrido en cada sesión, la amplitud obedece a la lógica de aquello que él decidió transmitir.
Por otro lado, referimos con antelación que la elaboración de un caso no se restringe a la producción de un saber de los pacientes recibidos en consulta, sabemos que existe otro modo empleado por Freud y otros psicoanalistas para dar testimonio de la singularidad de un sujeto, permitiendo la comprensión teórico-práctica de algún hecho de la realidad atribuible al campo del psicoanálisis. En este sentido para los años correspondientes a 1911/1913 Freud publicó el "caso del presidente Schreber" analizado por él psicoanalíticamente. Para su estudio, éste se apoyó casi por completo en la franqueza y el detalle de las memorias del presidente publicadas a titulo de "las memorias de un neurópata". En palabras sostenidas por el inventor del psicoanálisis tenemos que él solamente recurrió a un dato no contenido en las memorias a saber, la edad que "Schreber" tenía al momento de caer enfermo (Freud, 1992, 6). Todos los elementos subjetivos contenidos en lo escrito por Schreber y su correspondencia con el material encontrado producto de las investigaciones psíquicas, le permitieron a Freud ampliar su teoría sobre la libido (Nacio, 2000).
Por las propias publicaciones de Freud sabemos que este tipo de estudios no iniciaron con Schreber. A finales del año 1909 en una comunicación con Jung comentó su interés por conseguir un libro referente a la juventud de Leonardo da Vinci, posteriormente de haber leído ésta monografía y otras obras referida al artista realizó una presentación sobre el tema frente a la Sociedad Psicoanalítica de Viena, culminando para 1910 con la publicación de un análisis muy completo del caso (Freud, 1992)8.
La publicación del caso pone de manifiesto entre tantas cosas algunos aspectos técnicos, se enfatiza notablemente que la investigación clínica que se realiza con los pacientes es similar al análisis que se puede emprender sobre los manuscritos dejados por ciertos autores, Freud muestra la posibilidad de acceder a la constitución psíquica del sujeto mediante un análisis de los testimonios que ellos como autores nos han legado (Freud, 1992).
Por otro lado, a lo largo de su análisis sobre da Vinci puntualizará el carácter activo e imprescindible de la sexualidad infantil presente en dichos relatos, si bien señala que en ocasiones estas evidencias pueden contener nimiedades, éstas constituyen también construcciones anímicas inconscientes que conducen a significativos hallazgos y por tanto, no es recomendable restarles importancia. Este argumento sostenido por el inventor del psicoanálisis fue nuevamente referido más tarde en un escrito elaborado para 1916, él comenta que desde el punto de vista pulsional existe una manifestación de ésta en cada una de las actividades cotidianas emprendidas por el sujeto, aunque por las vías de la represión permanecen desfiguradas en la conciencia, pero por lo general es un material que nos encamina al descubrimiento del inconsciente (Freud, 1916/17)9.
Bajo los lineamientos referidos podemos sostener que la investigación psicoanalítica por la vía del caso puede realizarse en sujetos que no necesariamente estuvieron en tratamiento, por el contrario, es posible llevarlo a cabo sobre aquellos que pertenecieron a otras épocas (Herman, 1996). Este criterio condujo a que otros psicoanalistas posteriores a Freud continuaran usando esta forma metodológica, tal es el caso de Jacques Lacan, que en 1932 para la elaboración de su tesis doctoral aborda "el caso Aimée" basándose en algunos de los documentos elaborados por la paciente, tenemos:
Estos escritos nos informan acerca del estado psíquico de la paciente, nos permiten captar en vivo ciertos rasgos de su carácter, de los complejos afectivos y de las imágenes mentales que la habitan y estos puntos de vista suministran unos materiales preciosos para nuestro estudio de las relaciones del delirio (Lacan, 2006, p. 161).
Si bien en el caso Aimée, Lacan cuenta con los argumentos orales de su paciente es conveniente resaltar la importancia que él le otorga a los testimonios escritos. Esta misma variante metodológica le permitirá publicar un año más tarde en la revista le Minotaure un artículo titulado: "Motivos del crimen paranoico: El crimen de las hermanas Papin" a propósito del acto criminal perpetrado contra la familia Lancelin por parte de sus empleadas domesticas: Christine y Léa Papin. Sabemos que Lacan no conoció a las hermanas Papin. Para su estudio se basó en la lectura subjetiva del acto homicida y en los testimoniales escritos que surgieron en el transcurso del establecimiento del caso (Lacan, 2006).
Una investigación más reciente que coloca al estudio de caso en una eminente vigencia, es el publicado por Raquel Capurro en 2004 bajo el titulo "Del sexo y su sombra. Del misterioso hermafrodita de Michel Foucault". El estudio se basó en el análisis de las memorias de Herculine Barban escritas en el siglo XIX, en ellas relata los periplos de su corta vida en función de los avatares que le deparó la malformación anatómica de su "aparato reproductor" (Capurro, 2004). Estos documentos cobraron relevancia gracias a iniciativa de Foucault donde él al igual que en el caso Riviére funge como secretario (Capurro, 2004). Las memorias aparecieron al público Francés en 1978, sin embargo, Capurro sigue cada una de las modificaciones conjeturadas hasta 1980, en tanto su interés por analizar las implicaciones subjetivas de Foucault en el establecimiento final de las memorias.
Los testimonios escritos por Herculin Barban conducen a la investigadora del caso por los caminos de la subjetividad del misterioso hermafrodita. Las memorias que testifican sobre su corta vida también relatan a detalle su despertar sexual y su enamoramiento; éste manuscrito deja entrever de igual modo su sujeción a-critica a los discursos de su época y las consecuencias subjetivas de una decisión judicial que la empujaron a su suicidio a los 29 años de edad (Capurro, 2004, p. 93).
En suma, podemos sintetizar que los testimonios: orales, escritos, memorias, cartas, etc. pueden tener la cualidad de ser fuente primaria para el abordaje de algunos acontecimientos y poder con ello realizar una aproximación a las producciones psíquicas sobre los sujetos implicados y que deseamos estudiar. Estos materiales permiten acceder a elaboraciones subjetivas que resultan imposibles de obtener de otra manera. En este sentido la investigación psicoanalítica por la vía del caso permite producir un saber psíquico en el orden de lo singular y la posibilidad de otorgarle así a un hecho -cualquiera- una dimensión subjetiva e ir descubriendo, elaborando, reconstruyendo aspectos y vicisitudes de la subjetividad humana (De la Mora, 2005)
Establecimiento de Pierre Riviére por Michel Foucault.
La elaboración de un caso permite investigar la subjetividad humana y los contextos discursivos en los que acontece, independientemente del tiempo entre lo ocurrido y su abordaje (Grinsvall & Lora, 2012). Es el resultado sintético de aquellos modos en que una época y una sociedad determinada racionalizan y establecen las formas de incidir en los fenómenos que le son propios. Gracias a estos abordajes se puede explicar el funcionamiento de ciertos dispositivos que obligan a callar lo "infame" (Foucault, 1992). Entendiendo que en cada sociedad la producción de un discurso está controlado, seleccionado y redistribuido por una serie de procedimientos que tienen como función conjeturar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad (Foucault, 2009, 14).
El caso que nos ocupa, a saber "Pierre Riviére, un parricida del siglo XIX" nos enfrenta a una serie de entramados de discurso que se sostienen en un común denominador: el eclipsamiento de las cualidades subjetivas implícitas en un acto criminal (Sanchez, 2014). Se trata de inicio, del expediente judicial de un acontecimiento que por más de un siglo permaneció en las sombras del olvido. Foucault en 1971 con el propósito de estudiar la historia de las relaciones entre la psiquiatría y la justicia penal se tropieza con Pierre Riviére, su interés por los archivos históricos y la fascinación de cómo estos permiten evidenciar aquello que no fue leído en su época por que la misma contemporaneidad de los discursos lo impedía (Capurro, 2004), condujeron al autor a emprender en el Collége de France un seminario que culminaría con la publicación de un libro referente al caso en 1973. El volumen final reúne todo lo que se escribió durante y después al crimen; su orden cronológico, expedientes judiciales, entrevistas, archivos médicos, etc. con la finalidad de describir el camino que siguió el caso (Foucault, 2009). La intención de exponer públicamente el hecho se enmarca en la posibilidad de abrir el suceso a nuevas lecturas y otras racionalidades, interrogando siempre la articulación realizada por la maquina jurídica de aquella época que traduciendo el acto y hablando por el sujeto hacen ver "una serie de estereotipos mentales, que ésta no puede eludir" (Foucault, 2009).
En este sentido, la labor de Foucault y sus colaboradores cobra importancia, la articulación final del expediente condensa al menos tres principios propios del quehacer investigativo por la vía del caso: 1.- Se trata de un encuentro singular y sorpresivo con el suceso favoreciendo una lectura sin sesgo valorativo por parte de éstos; 2.- Hacen de este hecho relegado a las sombras del olvido un suceso abierto a futuras interpretaciones, en tanto que las memorias de Pierre Riviére conservaran su contenido tal y como fueron escritas por el propio autor; 3.- Se cuida a detalle y se evita cualquier intento de hablar por el sujeto, procurando conservar incluso los aspectos más nimios.
De la elección del caso
Con los tres elementos antes señalados se logra avanzar en lo concerniente a aquellos aspectos metodológicos básicos que preceden a la elección de un caso y que de no considerarse podrían traer serias problemáticas en la investigación, tenemos lo referente a la accesibilidad de las fuentes primarias, es decir, si se cuenta con los testimonios provenientes por el sujeto-objeto de nuestra investigación y si estas evidencias contienen los elementos subjetivos suficientes para realizar su análisis, esto tiene que ver con al menos dos situaciones, por un lado, en ocasiones las modificaciones que se le imponen a los testimonios alteran cualitativamente su condición original y por el otro, los registros con los que se cuentan no logran ser suficientes para establecer ciertas lógicas subjetivas en la vida del sujeto. Sabemos que algunos "investigadores" pretenden iniciar un estudio de caso tan solo con un pequeño testimonio escrito -fragmento de una carta- y hacer desde allí elucubraciones, sin que esta pequeña evidencia permita establecer algo definitivo con respecto a las construcciones subjetivas, trayendo con ello conjeturas sobre el sujeto sin ningún apoyo en evidencias (De la Mora, 2005), esto es pretender hacerle decir algo que nunca se dijo, cayendo en un "desborde de omnipotencia interpretativa" (Pasternac, 2003).
Coincidiendo con Freud (1992) pensamos que es indispensable considerar que cuando se desea emprender un estudio de caso por la pasión de saber algo acerca de un sujeto más que de ningún otro, implícitamente se pone en juego la transferencia, por estas vías la elección que se realiza alcanza una dimensión subjetiva, y bajo esta lógica también precisa una posición ética para que cada interpretación no se vea mediatizada sintomáticamente. Estos efectos localizados en el investigador resultan similares a los que se presentan en un clínico que conduce un análisis y que pueden resolverse por los caminos de la supervisión tal como Lacan no los indica en 197510 "Y por qué no hablar de algo que les preocupa en la práctica, de los obstáculos que a menudo hemos de vencer..." en este sentido las investigaciones fundadas en el psicoanálisis no están exentas de estas dificultades prácticas al ponerse en juego la subjetividad del investigador, por ello consideramos necesario esta lógica de control como una forma de proceder ante la desorientación ética que pudiera resultar del encuentro subjetivo con el caso y su interpretación.
Por otro lado, un aspecto no menos importante a considerar en el abordaje de un caso es el contexto histórico en el cual este se lleva acabo (De la Mora, 2005), es decir, si durante el suceso que le toco vivir al sujeto estudiado existió algún discurso dominante que condujo al establecimiento de una versión oficial del suceso y de sus evidencias. Significa que cada época está marcada por ciertos códigos de lenguaje propios, que hacen posible una forma particular de racionalizar los fenómenos que en ese contexto se desarrollan (Foucault, 1993; Sánchez, 2014), provocando con esto un modo "privilegiado" de narrar la historia. En otras palabras, una de las finalidades del estudio de caso a decir por Foucault es convertirse en un instrumento para decir aquello que no se dijo. Se convierte de igual modo en un recurso necesario para poner sobre la mesa el abordaje de un hecho en su dimensión subjetiva, permitiendo aportar con esto un recurso de lo indecible a priori (Sánchez, 2015).
Siguiendo con nuestro trabajo y en lo concerniente al uso categorial y rigurosidad teórica, basta con señalar que el estudio de caso tiene entre tantas cosas una función didáctica de transmisión psicoanalítica a través de la puesta en imágenes de un hecho, introduciendo al lector sutilmente en el universo de conceptos que le son propios (Nació, 2000). Ahora bien, es necesario que las categorías de análisis empleadas en la investigación permitan el paso de lo abstracto a lo concreto, de tal manera que la realidad subjetiva que se desea transmitir permita deducir al lector un constructo teórico. En síntesis, la categoría de análisis ha de permitir objetivar hechos de la realidad que se pretende mostrar y así establecer una dimensión de la experiencia clínica en hechos objetivados (Lacan, 2002).
Conclusiones
A lo largo de nuestra indagación teórica y de nuestro oficio cotidiano de investigar nos interrogamos acerca de cómo transmitir ese saber que emerge y cómo éste puede alcanzar su materialización en escritura. Todo esto encierra un "estudio de caso", el acto de pasar a lo público y de poner a jugar nuestra subjetividad implicada en el encuentro con un sujeto que sin saber nos elige, nos cuestiona y nos brinda la posibilidad de sostener una invención teórica.
Por otro lado, tenemos claro que cada caso presenta sus propias dificultades que pueden comprometer su abordaje, en este sentido sin el propósito de generalizar ofrecemos algunas orientaciones que podrían reducir algunos impasses a futuros investigadores. Hemos relatado en nuestro recorrido algunos casos estudiados psicoanalíticamente favoreciendo con ello nuestra presentación, de este modo incitamos al lector a tomar nota de las fuentes originales.
Notas
1Este artículo forma parte del proyecto de investigación: Estudio psicoanalítico sobre el parricida Pierre Riviére, registro COFINPO DACSA/2012/14.
2Investigador del grupo disciplinar de Psicología clínica. jsanchez@pampano.unacar.mx
3 Jean-Martín Charcot (1825-1893), ya contaba con una experiencia de diecisiete años sobre estos fenómenos al momento del encuentro con Freud.
4Los orígenes del hospital se remontan al año de 1544 para luchar contra la mendicidad. Luis XIV decide, por edicto real de 1656, la creación del Hospital General compuesto de cinco instituciones entre ellos el Salpetriere después de 1795 se destinó para los alienados mentales, el trabajo de Charcot permitió que esta institución alcanzara reconocimiento en toda Europa para finales del siglo XIX. Ver: http://pitiesalpetriere.aphp.fr/peu-dhistoire/
5 Dígase de las respuestas simbólicas e imaginarias que cualquier sujeto construye ante lo real de la diferencia sexual, ya sea por los caminos de la relación con el Otro, sede de las identificaciones simbólicas. Vía por la relación con el otro semejante, especular que ofrece la idea de un autodominio, de una autodefinición (Pino, S. 2012).
6Fue hasta años posteriores a 1895 que Freud decidió iniciar sus investigaciones de fenómenos psíquicos mediante el método de "asociaciones libres" abandonando cada vez más la mecánica de la sugestión deliberada (Ver Introducción de libro II, estudios sobre la histeria (1893/1895)
7El análisis propio; el estudio de los textos analíticos y la supervisión constituyeron para Freud la formación del analista y el principio de su función.
8 Ver Cinco conferencias sobre psicoanálisis (1910). Particularmente el capítulo dedicado a este artista.
9 Ver obras completas, volumen XVI, Conferencias de introducción al psicoanálisis (Parte III) particularmente el capítulo titulado: resistencia y represión
10 Ver conferencia pronunciada en el Centre Raymond de Saussure, en Ginebra, el 4 de Octubre de 1975
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31. Sánchez-Domínguez, J. P. (marzo, 2015). Psicoanálisis y función paterna: El parricidio del cabo lortie. Revista de psicología Ajayu, Universidad Católica Boliviana, 13(1), 76-97. Consultado el 16 de Febrero de 2015 en http://www.ucb.edu.bo/publicaciones/Ajayu/v13n1/v13n1a05.pdf.
Artículo recibido en: 09/11/2015
Manejado por:
Editor jefe Ajayu
Aceptado en: 14/01/2016
No existen conflictos de intereses