Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
- Accesos
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Revista de Investigacion Psicologica
versión On-line ISSN 2223-3032
Revista de Psicologia no.21 La Paz jun. 2019
TEORÍA Y ENSAYOS
Psicología y Personalidad
Psychology and Personality
Porfidio Tintaya Condori 1
1 Psicólogo (Universidad Mayor de San Andrés). Doctor en Ciencias del desarrollo: Cultura e identidad (UMSA-UNAM). Maestría
en Estudios Bolivianos (UMSA-Universidad Andina). Maestría en Filosofía y ciencia política (UMSA, Bolivia). Maestría
en Formación docente e innovación educativa (AECID-Universidad de Barcelona, España). Diplomado en Organización
y administración pedagógica del aula en educación superior (UMSA, Bolivia). Docente de la Carrera de
Psicología, UMSA, y Docente investigador del Instituto de Investigación, Interacción y
Posgrado de Psicología, UMSA. Correo electrónico: porfitin@yahoo.com.
Resumen
Este artículo es una reflexión sobre el objeto de estudio de la psicología. Es una aproximación que se distancia de las teorías simplificadoras y deterministas lineales que caracteriza a las principales corrientes de la psicología moderna. Se plantea una perspectiva alternativa que se fundamenta en el paradigma de la vida. En este marco, se busca comprender la vida psicológica del sujeto ético-crítico que construye y vive su sentido de vida en una comunidad tensionada por las asimetrías sociales, en el que busca crear espacios de autorrealización escamoteando a un sistema social que pretende despersonalizarlo.
Palabras clave Subjetividad, personalidad, saberes, sentido, autorregulación.
Abstract
This article is a reflection on the object of study of psychology. It is an approach that distances itself from the simplifying and deterministic linear theories that characterize the main currents of modern psychology. An alternative perspective that is based on the paradigm of life is considered. In this framework, we seek to understand the psychological life of the ethical-critical subjectwho builds and lives his sense of life in a community stressed by social asymmetries, in which he seeks to create spaces of self-realization by hiding a social system that seeks to depersonalize it.
Keywords Subjectivity, personality, knowledge, meaning, self-regulation.
Resumo
Este artigo é urna reflexão sobre o objeto de estudo da psicología. É urna abor-dagem que se distancia das teorias lineares simplificadoras e deterministas que caracterizam as principais correntes da psicología moderna. Urna perspectiva alternativa que é baseada no paradigma da vida é considerada. Nesse quadro, buscase compreender a vida psicológica do sujeito ético-crítico que constrói e vive seu sentido de vida em urna comunidade estressada pelas assimetrias sociais, na qual busca criar espacos de autorrealização, ocultando um sistema social que busque despersonalizá-lo.
Palavras chave Subjetividade, personalidade, conhecimento, significado, auto-regulação.
I. Ciencia
La ciencia es un sistema de saberes que tiene el propósito de cuidar la vida de la comunidad. Esta realidad es un organismo vivo, conformado por seres del mundo humano, natural y simbólico, por todos los elementos y procesos naturales y culturales con los que significativamente el humano convive. El conocimiento científico es un conjunto de saberes que ayuda a comprender y construir la realidad.
De acuerdo con Hugo Zemelman (1987: 36), la realidad con la que se tiene contacto e interacción, puede ser definida como la articulación de distintos procesos heterogéneos expresados en fenómenos políticos, económicos, culturales y psico-sociales. Es una totalidad como condición de posibilidad del conocimiento.
Según Femando González (2002: 178), la realidad es una totalidad compuesta por procesos materiales y simbólicos. Los procesos materiales constituyen todo lo que se observa, como infraestructuras, personas, objetos y fenómenos observables, es el mundo sensible, todo lo que se ve, escucha, huele, gusta y hace a través de los procesos sensoriomotrices, y se vive por medio de la razón y emoción. Los procesos simbólicos aluden a la subjetividad, a los significados, a los sentimientos, a las creencias e ideas, es el mundo aprehendido a través de la razón y emoción. La realidad es la comunidad en la que convive el ser humano.
De igual forma, los seres humanos son organismos compuestos por una dimensión material/física y una dimensión simbólica/ psicológica. Por ejemplo, en una familia se viven procesos materiales (papá, mamá, objetos, casa, etc.) y procesos simbólicos (valores sentimientos, formas de pensar, convicciones, cosmovisiones, etc.) en el marco de una comunidad con diversas organizaciones que también tienen las mismas dimensiones. Todo esto constituye la realidad. La persona en tanto sujeto individual es una organización de procesos biológicos y psicológicos que vive y se recrea con la cooperación de la comunidad.
En este marco, la ciencia es un sistema de conocimientos que ayuda a comprender y construir los procesos materiales y simbólicos de la comunidad. La comunidad en la que se convive es la realidad efectiva, la condición formativa para la recreación de los propios conocimientos válidos. Entre ambas dimensiones, hay una interacción y complementariedad, los procesos materiales y simbólicos se influyen recíprocamente, conviven y conforman una unidad densa en procesos e intensa en experiencias significativas.
Para que un conocimiento sea definido y reconocido como válido, debe cumplir dos criterios cardinales:
Primero, el cuidado de la vida: Un conocimiento o sistema de saberes es válido cuando ayuda a cuidar la vida, cuando defiende, produce, reproduce y conserva la vida de todos los seres vivos. Un saber es válido cuando tiene/vive el sentido de cuidar la vida. Si cuida la vida es un conocimiento científico.
El concepto "cuidar" tiene dos componentes: por un lado, implica comprender la realidad, los procesos específicos, su organización, dinámica y desarrollo. Es un conocimiento que responde a preguntas, como ¿qué es? ¿cómo funciona? ¿cómo se desarrolla? ¿cómo vive o convive? y, por otro, implica construirla realidad, reordenar, recrear y fortalecer la organización, dinámica y desarrollo de los procesos de la comunidad efectiva en la que vive el sujeto humano. Conlleva responder a la pregunta, ¿cómo recrear la realidad para que se torne en una comunidad como condición formativa de la realización de cada organismo vivo y de una convivencia desarrolladora?
La ciencia, por un lado, produce conocimientos conceptuales que permiten comprender la forma de organización y dinámica de los procesos de la realidad, así como su origen y desarrollo y, por otro, crea saberes procedimentales que permiten construir dicha realidad, hacer que lo comprendido se realice. El conocimiento que no ayuda a cuidar la vida no es científico, el saber que no contribuye en la comprensión y construcción de la realidad no es válido.
Segundo, que sea efectivamente vivida: Un sistema de conocimientos es válido y científico si ayuda al ser humano a vivir o realizar la vida. Un conocimiento es efectivo cuando:
Es práctico, permite resolver los problemas, satisface las necesidades materiales y espirituales, fortalece las potencialidades.
Es objetivo, que todos quienes forman parte de una comunidad social, académica o científica observan y valoran la existencia y actuación de dicho conocimiento.
Es coherente, lógico y sin contradicciones. Un conocimiento es lógicamente válido cuando cuida la lógica de la vida de los organismos y de su convivencia en la comunidad.
Es intersubjetivo, donde la comunidad comparte, reproduce y vive las certezas, los fundamentos y las aplicaciones, cuando hay un consenso sobre el sentido de vida que tienen los saberes construidos. El conocimiento intersubjetivamente válido (consensuado) se expresa en cuanto afianza el sentido de cooperación, complementariedad e inclusión orientado a sostener la vida de la comunidad.
El conocimiento efectivamente vivido es aquel que permite apreciar y vivir los objetos, las situaciones, las experiencias y relaciones, cuando permite vivir el valor y el significado que tiene la naturaleza, las personas, los objetos. El ser humano vive los fenómenos de la realidad en cuanto les da un significado. Por eso los procesos reales (sociales, naturales y simbólicos) forman parte de la vida de los organismos vivos, en especial del ser humano. Por ejemplo, para los paceños y bolivianos, el nevado Illimani tiene una significación valiosa por cuanto permite la afirmación de la identidad personal y colectiva de los habitantes de esta región de Bolivia.
II. Psicología
La psicología es una ciencia que tiene sus raíces en la época antigua. Por ejemplo, en la Grecia antigua, Sócrates (el 470 - 399 a.C), Platón (427 - 347 a.C.) y Aristóteles (384 - 322 a.C.) dieron cuenta del alma como una formación psicológica que mediatiza las actividades y creaciones del ser humano. Esta psicología filosófica postuló, con Sócrates, que el ser humano conozca su alma (conócete a sí mismo) para actuar adecuadamente en la comunidad (polis) observando las virtudes (aretes) humanas, tales como el bien, la justicia, la belleza, el valor, la verdad y otros. Con Platón, el alma, especialmente, el alma racional permite conocer tanto la verdad de las cosas como la esencia del ser humano. Aristóteles, muestra que el alma es la causa esencial, efectiva y teleológica, da cuenta de sus funciones y facultades sensoriales e intelectivas, así como de su orientación volitiva expresada en motivos que dirigen al ser humano hacia la felicidad.
Durante la edad moderna, las facultades sensoriales e intelectivas son estudiadas y descritas a partir de sus funciones gnoseo-lógicas. Por ejemplo, tanto el empirismo de John Locke (1690/2002) como el racionalismo de René Descartes (1637/1959), al momento de dar cuenta del origen y del proceso del conocimiento, muestran el rol que las facultades psicológicas tienen en el proceso de entendimiento humano. Con la psicología asociacionista, la organización psicológica del ser humano es comprendida como un sistema de ideas complejas que resultan de la combinación de ideas simples que se asocian a las imágenes y sensaciones provocadas por los objetos de la experiencia sensorial. Es una psicología que se centra en la comprensión de las funciones mentales intelectuales, cognoscitivas y de la conciencia. En tanto que las dimensiones afectivo emocionales y motivacionales son observadas tangencialmente, como cuestiones secundarias que derivan de las funciones mentales cognoscitivas.
Con el surgimiento de la psicología científica a fines del siglo XIX en Alemania y Norte América, el estudio de la vida mental se efectúa de forma sistemática mediante la aplicación de los métodos de las ciencias naturales. La observación, medición y experimentación son los recursos metodológicos que permiten comprender la estructura y las funciones de la actividad mental. Con Wilhelm Wundt (en Brennan 1999), fundador de la psicología estructuralista, se logra conocer la estructura de la actividad consciente compuesta por procesos generales (conciencia y auto-conciencia) y básicos. Estos últimos, a su vez conformados por formaciones psicológicas, tales como las representaciones y los afectos, que resultan de la combinación de elementos simples como son las sensaciones y los sentimientos. Con William James (en Brennan 1999), fundador de la psicología funcionalista, se busca conocer las funciones de la vida mental del organismo humano y su utilidad en la capacidad de adaptación de éste al medio ambiente. Se describe los procesos específicos de la vida mental (conciencia, yo, pensamiento, hábitos, instintos, emociones, atención, voluntad, etc.) como torrentes psicológicos. Se logra comprender que la vida mental influye en la actividad y conducta del ser humano.
Con el surgimiento del Conductismo de John Watson (1913, en Brennan 1999) y Frederic Skinner (1987), del Psicoanálisis de Sigmund Freud (1900), de la Psicología cognitiva de Frederic Charles Bart-lett (1930/1095), Jerome Bruner (1987), Howard Earl Gardner (1987) y Robert Jeffrey Sternberg (1997), de la Psicología humanista de Abraham Maslow (1968/2012) y de la psicología fenomenológica de Karl Rogers (1986), la ciencia psicológica logra significativos avances. Cada uno de estos autores, en el marco de una concepción determinista, logra describir los elementos que conforman los fenómenos de la vida mental y el papel que tienen estos en la conducta humana y en el resto de la vida mental. Es así que el inconsciente, los procesos cognoscitivos, la percepción y la autopercepción, por ejemplo, se constituyen en la causa esencial, eficiente y final de la vida mental y de la conducta humana.
Es importante distinguir dos tipos de determinismo en la comprensión de la realidad: el determinismo simplificador y el determinismo estructural. El primero concibe que la esencia de la realidad y de las cosas está definida por un elemento sustancial o primario, comprende y explica el todo a partir de una de sus partes, simplifica el todo en un elemento. Este elemento simple determina la organización y el desarrollo del todo. Las ciencias que asumen este determinismo como perspectiva de conocimiento, reducen la comprensión de la realidad a un elemento esencial ficticio y, a partir de esta idea distorsionada, derivan soluciones simplificadoras, es decir, parciales, interesadas y, finalmente, poco a nada beneficiosos para el todo. En cambio, el determinismo estructural concibe que la esencia de la realidad y de las cosas es su organización total, comprende y explica el todo a partir de la participación de cada uno de los elementos: el todo está en cada una de las partes y cada parte está en los otros elementos y en el todo (Wilber 2008:18). En esta segunda perspectiva se encuentran las ciencias complejas, especialmente las holográficas, que conciben que la organización y dinámica de un objeto/proceso está en cada uno de sus elementos y que la organización y dinámica de un elemento que la compone está en cada uno de los otros elementos y en toda la organización del objeto/proceso.
Esta distinción permite afirmar que las distintas teorías psicológicas que surgen a principios del siglo XX y las principales de la época contemporánea, son ciencias simplificadoras, por cuanto tienden a reducir la complejidad de la organización, dinámica y desarrollo de la vida psicológica a ciertos elementos simples, como el inconsciente, los procesos cognitivos, la percepción o los estímulos. Es difícil concebir y sostener que los impulsos inconscientes o los procesos cognitivos unilateral y linealmente determinan de modo absoluto el sentido de vida, las emociones, la conducta y la personalidad del ser humano. Sólo desde una racionalidad moderna seccionadora y reduccionista se puede pretender explicar y solucionar los problemas psicológicos del ser humano a partir de la manipulación de elementos simples pensando que por arte de magia la personalidad toda (forma de vida) puede ser comprendida y construida significativa y efectivamente. Sólo en el marco de la racionalidad instrumental estas teorías pueden modelizar el máximo rendimiento en la conducta a partir de un menor esfuerzo, hiperbolizar los procesos racionales como determinantes lineales de la conducta coherente, perfecta, madura y normal.
En los párrafos que siguen, se plantean ciertos presupuestos iniciales orientados a comprender la vida psicológica del ser humano. En el marco del paradigma de la vida y apoyada desde la perspectiva holográfica y de la complejidad, se plantea un conjunto de conceptos con carácter hipotético orientado a comprender la organización, dinámica y sentido de desarrollo de la personalidad del sujeto que convive en una comunidad socialmente estructurada e históricamente específica.
III. Objeto de estudio de la ciencia psicológica
En el marco del paradigma de la vida, la psicología no es una ciencia reduccionista que estudia elementos simples linealmente deterministas de la vida psicológica. No estudia las conductas discretas, porque éstos son efectos de procesos psicológicos más complejos. No estudia procesos cognitivos o inconscientes y sus propiedades deterministas, porque el sentido en que participan ambos está definido por toda la personalidad. Tampoco estudia estructuras omnipresentes que diagraman la subjetividad produciendo sujetos sometidos al sistema social a través de procesos de enajenación. Subjetivación e inoculación de esquemas y fines despersonalizantes.
Por el contrario, la psicología es una ciencia que estudia la vida subjetiva del ser humano que vive en una comunidad socialmente estructurada e históricamente específica, caracterizada por sus asimetrías sociales y por su orientación general a despersonalizar al ser humano. Estudia la forma en que el ser humano, movilizado por su subjetividad, se resiste a ser sometido y desubjetivado por el sistema social socavando las estructuras y los mecanismos de disciplinamiento y, a la vez, creando espacios de libertad para construir su personalidad, su identidad y sentido de vida, su participación digna en la vida de la comunidad.
En este marco, el sistema social no actúa con estímulos e informaciones discretas y aisladas, condiciona con un sistema de estímulos que establecen un sentido de despersonalización y sometimiento. Ante esta realidad, la reacción con conductas discretas o con procesamientos y afrontamientos cognitivos aislados a estímulos específicos no corresponde. El ser humano, ante la acción global y sistemática de la sociedad responde movilizando toda su subjetividad dinamizando sus potencialidades cognitivas, afectivas, motivacionales, autovalorativas, resilientes y capacidades específicas tanto para descomponer y resignificar el sentido de los estímulos como para crear las respuestas más convenientes. En este proceso participan todos los elementos de la organización y dinámica de la subjetividad personal, incluido la cooperación social que el propio sujeto canaliza.
La psicología se ocupa del modo en que la subjetividad participa en este proceso de resistencia y creación que el sujeto expone ante sistema social. Estudia la organización y dinámica de esta subjetividad individual expresada en la personalidad del sujeto, los procesos, las intensidades y configuraciones que mediatizan sus desplazamientos y creaciones. Dicho en otras palabras, la psicología es una ciencia que estudia el sentido de vida del sujeto, los significados y sentidos que realiza, las conductas, estrategias, experiencias, representaciones, convicciones y los proyectos que moviliza en la dirección de sus principales necesidades y aspiraciones de identidad y autorrealización.
La personalidad es la organización más compleja e integral de la vida subjetiva del ser humano. Sin embargo, es difícil comprenderla de forma directa, solo se la puede conocer y comprender a través de aspectos concretos observables, tales como los hábitos, las costumbres, las conductas, las relaciones con otros. Se pueden observar las actividades que realizan las personas, las cosas que construyen, las relaciones que sostienen, pero lo que piensa, siente, cree o planea son inobservables directamente.
Desde la perspectiva de los procesos observables y no observables, la vida psicológica tiene dos dimensiones:
Una dimensión material o concreta, como las conductas, hábitos, reacciones y palabras que son accesibles a la observación (sentidos) por parte de otros sujetos y del propio sujeto.
Una dimensión simbólica o abstracta, como los procesos de pensar y los pensamientos, los sentimientos, los ideales o valores que no son directamente observables por parte de otros sujetos, aunque si vivida por el propio sujeto.
Para conocer y comprender la dimensión subjetiva y simbólica de la personalidad, se delimitan y definen los aspectos (dimensiones) observables a través de los cuales los procesos subjetivos se expresan o manifiestan. Estos aspectos observables son denominados indicadores: permiten visualizar la organización y dinámica de los procesos subjetivos. Ejemplo: los sentimientos pueden ser observado y comprendidos a través de las expresiones verbales (palabras, frases y discursos) y de conductas concretas. Decir a una persona "te quiero", dar un regalo, expresar conductas de atención, gestos, besos y otros son indicadores del afecto que una persona siente por otra persona.
Para observar, registrar y medir los indicadores de los procesos generales y abstractos de la personalidad se emplean distintas técnicas e instrumento de investigación, como la observación, las entrevistas, la aplicación de pruebas, el acopio y análisis de documentos, el acopio y análisis de obras creaciones y las dinámicas de grupo. Desde sus inicios, la psicología moderna ha desarrollado una metodología de investigación basado en los métodos de las ciencias naturales: observación, medición y experimentación. Estos métodos ayudaron a medir procesos o fenómenos observables, pero no permitían dar cuenta de lo subjetivo. Pero en su desarrollo, la psicología descubre aspectos importantes y significativos de la vida subjetiva y, en esta dirección, ha construido técnicas e instrumentos que permiten observar y registrar los indicadores de los procesos (variables) generales y abstractos.
Como se conoce, toda técnica de investigación tiene sus respectivos instrumentos de registro, valoración e interpretación que dan cuenta de las formas de organización y modos de desempeño de las variables (véase Cuadro 1).
En la actualidad, lo descrito en el cuadro 1 son las técnicas de investigación empíricas que se emplean en la ciencia psicológica. Desde luego, no son las únicas. Como se indicó, la psicología nació asumiendo los métodos de observación, medición y experimentación. Posteriormente, se han construido otras en respuesta a la necesidad de comprender la organización y la capacidad de mediación que tiene la personalidad en la interacción del sujeto con la comunidad. Hacia adelante, de seguro que se crearán nuevas técnicas e instrumentos que permitan una aproximación cada vez más apropiada a la complejidad de la vida psicológica. Por ejemplo, actualmente la experimentación deja de ser un método en términos de técnica, y se convierte tanto en un tipo de investigación (enfoque o paradigma de investigación) como en un diseño de estudio (estrategia metodológica de investigación). Por otro lado, así como la etnografía es un diseño de investigación que ayuda a describir y comprender la vida de un pueblo, es necesario pensar e instituir una psicografía como un diseño de investigación orientado a describir y comprender la vida psicológica de la persona, específicamente, su sentido de vida.
IV. ¿Qué es la vida psicológica? ¿Qué hace?
Preguntarse, ¿qué es la mente, las emociones o lo cognitivo? es también interrogarse ¿qué es la subjetividad, la personalidad o la vida psicológica? La pregunta por el "¿qué es?" es una interrogante metafísica que busca comprender el "ser" de las cosas delimitando cierto elemento esencial y formal en torno al cual se simplifica la realidad efectiva. De acuerdo con Francisco Maturana y Bernhart Pórksen, (2004: 13), en lugar de preguntar por ejemplo ¿qué es el hombre?, es mejor interrogarse ¿qué hace el hombre? La respuesta a esta última conduce a pensar en una realidad efectiva como un lugar de existencia y en la tarea que realiza el hombre (obra que produce) en ese horizonte de tiempo y espacio concreto. De manera que la pregunta sobre el hacer no es un pregunta ontológica sobre el ser, sino una pregunta existencial sobre que hace el sujeto en el mundo y en su existencia. En este marco, las preguntas correspondientes son: ¿qué hace el sujeto? ¿qué hace la personalidad? Estas aluden a la tarea que el sujeto hace en la comunidad: ¿qué produce o qué obra efectúa? ¿Qué hace la mente, la subjetividad, la personalidad? ¿Qué sentido tiene lo que hace? Sólo comprendiendo lo que "hace" es posible comprender efectivamente lo que es la mente, la personalidad, el sujeto. La tesis es: solo conociendo y viviendo lo que el sujeto hace es como se puede comprender lo que es su vida y su sentido de vida. Martín Heidegger (2014: 65), en su libro El ser y el tiempo, plantea comprender al ser humano a partir de su existencia en el mundo. En este marco, "ser en el mundo" es la condición para cuidar la existencia del ser humano, de forma específica, para comprender y construir su vida psicológica, la expresión y recreación de su personalidad, de su organización y dinámica. Sólo en esta condición existencial se puede comprender la realización efectiva de la vida mental.
En términos más concretos y efectivos, "ser y mundo" debe ser comprendido en términos de "persona y comunidad". Para comprender la vida psicológica, se debe tener presente que el ser humano como persona existe en una comunidad. Esta comunidad puede ser una familia, un grupo, una organización laboral, un pueblo, una sociedad o el planeta.
Por su lado, el ser humano es un organismo vivo compuesto por dos dimensiones: física y psicológica. Biológicamente, es un organismo con disposiciones heredadas y adquiridas. Psicológicamente es una organización de procesos que se construye y desarrolla. Todas las condiciones y los procesos tanto biológicos como psicológicos contribuyen a que el ser humano luche por construir y vivir su sentido de vida. Con todo, el sujeto es una unidad de procesos biológicos y psicológicos que vive y convive en una comunidad humana, natural y simbólica, que se realiza con la cooperación de esa comunidad compleja.
Para tener cierta claridad en la comprensión de la vida psicológica del sujeto que vive en una comunidad, se indican los significados de ciertos conceptos tales como individuo, sujeto, persona, personalidad y actor social, además de comunidad y vida psicológica.
Individuo: Se refiere a uno, a un elementos diferenciado de la especie o grupo.
Sujeto: Este es un concepto controvertido. Desde la perspectiva estructuralista, el ser humano no es libre en la sociedad, sino está sujeto a las normas sociales, determinado por el sistema social. Deriva del sujeto sujetado (Althusser 1988: 138). Desde la perspectiva de la teoría de la acción, el sujeto es una entidad activa, sobre todo definido por su subjetividad (Touraine y Khosrokhavar 2002: 124).
Persona: Es el individuo humano, el organismo vivo humano íntegro distinto de otros.
Personalidad: Es la subjetividad del individuo humano, la forma de organización más compleja e integral de la subjetividad de la persona.
Actor social: El actor social es el individuo que interactúa y participa en la vida social, que cumple un rol social.
Comunidad: La comunidad también es un organismo vivo, un sistema u organización de seres vivos que conviven realizando su sentido de vida. Esta comunidad no se reduce a una comunidad social, sino es una comunidad compleja que incluye a la comunidad humana, natural y simbólica integrada y compuesta por modos de obrar y convivir del ser humano.
Vida psicológica: Se refiere al sentido de vida que realiza el ser humano en su comunidad, al modo como afirma y construye su personalidad en tanto forma de vivir, que involucra su modo de ser y forma de convivir.
En el marco del paradigma de la vida, la psicología cuida la vida subjetiva de las personas que existen en una comunidad.2 La persona es un ser humano ético crítico en tanto organismo que posee una subjetividad creadora: Por un lado, se defiende de las influencias y presiones del sistema social que buscan negarlo y eliminarlo, se resiste a ser sometido y despersonalizado, y, por otro, lucha por defender su vida, crea espacios de libertad para construir su sentido de vida, obrar su comunidad para hacer de ella una condición formativa de su propia realización personal y un escenario de convivencia desarrolladora.
Estudiar la personalidad del sujeto es comprender su "forma de vida", específicamente, implica conocer su modo de ser y forma de convivir. Todo lo cual conlleva comprender qué hace, cómo obra, cómo convive el sujeto en su comunidad. La forma de ser alude al sentido de sí mismo, a la comprensión y construcción de la propia personalidad (identidad, autoestima, vocación, valores, resiliencia) y a la autorrealización. También tiene que ver con los procesos de reflexión y autodescubrimiento de lo que uno es, hace, realiza y produce. La forma de convivir alude al sentido de comunidad, al cómo comprende, construye y vive la realidad en la que existe, al sentido de convivencia.
Hay diversos criterios con que se definen a las personas valiosas. En diversas épocas y en culturas específicas, se reconocen a las personas como dignas por los bienes materiales que tienen y ostentan, por sus conocimientos y sabiduría, por ser personas propias y auténticas o por lo que hacen y producen. Pero en la actualidad, frente a la racionalidad individualista y competitiva, ante el etnocentrismo y la exclusión de los diferentes, el aspecto que se valora como criterio para definir a las personas valiosas y dignas es el "sentido de convivir", las personas son por su modo de convivir. La forma de convivir define la integridad y el valor de las personas.
V. La personalidad
Gordon Allport (1986: 47) platea una definición de personalidad mucho más próxima al modo en que el ser humano afirma su modo de ser individual. Para este autor, la "personalidad es la organización dinámica dentro del individuo de aquellos sistema psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característicos". Si bien este es una definición que contempla la estructura y funciones de la personalidad, está centrada en el sujeto, aislada del contexto en el que se expresa y recrea. Es una definición formal de personalidad que alude a las dimensiones y elementos que la componen, pero no da cuenta del modo en que es vivida por el sujeto. En los párrafos que siguen, se formulan seis ideas con las que se busca definir la personalidad: primero, una definición formal que da cuenta de la singularidad del sujeto; segundo, lo caracteriza como sistema de saberes; tercero, como forma de vida; cuarto, como saber vivir; quinto, como sistema de sentidos; y sexto, la personalidad como sentido de vida.
A. Personalidad, forma integral de la subjetividad individual
De acuerdo con González y Mitjans (1989: 16), la personalidad "constituye una configuración sistémica de los principales contenidos y operaciones que caracterizan las funciones reguladoras y autorreguladoras". Con base a lo citado, la personalidad puede ser comprendida como la forma de organización más compleja e integral de la subjetividad del individuo humano que mediatiza sus desplazamientos y creaciones en la comunidad. La personalidad es la organización mayor que incluye a todos los procesos o a las unidades psicológicas que van desde la percepción, atención, memoria, pensamiento, razonamiento, conciencia, pasando por las emociones, los sentimientos, necesidades y motivaciones, hasta la vocación, autovaloración, identidad y valores, además de la capacidad de imaginación, aprendizaje, asertividad y lenguaje como capacidad de comunicación y convivencia.
La personalidad no sólo es una organización total de los procesos subjetivos, sino que esta estructura tiene una dinámica movilizada por sus funciones reguladoras y autorreguladoras. Por medio de sus funciones reguladoras, el sujeto modula su actuación en la comunidad, y a través de sus funciones autorreguladoras, actúa sobre sí mismo. Con ambas funciones generales, la personalidad mediatiza el modo en que el sujeto establece, recrea y conduce sus actividades, relaciones, creaciones con los que compone la realidad y se construye a sí mismo.
B. Personalidad como sistema de saberes
Todos los fenómenos o procesos psicológicos generales y específicos de la personalidad constituyen saberes. La personalidad es un sistema de saberes. La naturaleza, las operaciones y el sentido de actuación que caracteriza a los conocimientos, a la capacidad de imaginación, a la autoestima, a la creatividad y a las habilidades tienen la forma e intensidad de los saberes.
Los saberes que conforman la personalidad se construyen a través de dos líneas del desarrollo. Por la línea del desarrollo biológico, evolucionan las funciones psicológicas inferiores. De acuerdo con Piaget (1985: 26), estas funciones tienen un origen biológico, son una prolongación de los ritmos y las regulaciones sensoriomotrices. Por la línea del desarrollo cultural, se desarrollan las funciones psicológicas superiores. De acuerdo con Vygotski (2000: 150), estas funciones superiores tienen un origen social, son producto de la internalización de los saberes sociales que se extienden y concentran en la comunidad.
Los conocimientos, las habilidades, los valores, la autoestima, la identidad, los sentimientos y otros, son saberes personales que en un primer momento fueron
procesos o capacidades sociales, es decir, saberes de los padres, profesores, amigos y adultos que a través de actividades de modelación y enseñanza los dispusieron para que los niños los asimilen convirtiéndolos en saberes personales. En consecuencia, el conjunto de saberes que componen la personalidad del sujeto originalmente son saberes sociales. Pero no todos los saberes culturales se convierten es saberes personales, sino sólo aquellos que responden a las necesidades y aspiraciones de identidad, sentido de vida y de autorrealización que sigue el ser humano. La personalización es el proceso de aprendizaje mediante el cual se internalizan los saberes sociales que tienen un significado personal hasta constituirse en saberes personales.
La personalidad está compuesta por diversos tipos de saberes. Por el grado de generalidad, están los saberes generales, como la personalidad, así como sus dimensiones tales como los procesos, las intensidades y las configuraciones. Entre los saberes particulares están las habilidades sociales, los conocimientos de física, las estrategias de aprendizaje de las matemáticas, la autoestima, etc.
Por su orientación productiva, los saberes se clasifican en radicales y efectivos.
Los saberes radicales: son los saberes productores que crean saberes, por ejemplo, la capacidad de imaginar es un saber que produce imágenes. De igual forma, la capacidad de pensar, la reflexividad y la emocionalidad son saberes que elaboran y producen ideas, conclusiones, afectos.
Los saberes efectivos: son saberes creados por los saberes radicales. Por ejemplo, las imágenes, las ideas y los afectos son saberes. El pensar como capacidad es un saber que produce pensamientos (ideas, conceptos, teorías), el pensamiento como idea es un saber producido. Estos saberes una vez constituidos adquieren funciones reguladoras y actúan sobre la realidad mediatizando: a) la organización de las condiciones del entorno, b) las actividades del sujeto, y c) sus capacidades de desempeño.
En resumen, la personalidad está compuesta por una subjetividad radical que genera, crea y produce otros procesos subjetivos (contenidos conceptuales y procedimentales), y por una subjetividad efectiva de saberes construidos, producto de las elaboraciones de la subjetividad radical.
C. Personalidad, forma se vida del ser humano
La organización y dinámica de la personalidad debe ser comprendida en un marco existencial socialmente estructurado e históricamente específico donde el sujeto se realiza. Debe ser construida a partir de sus fundamentos sociohistóricos y de la vida efectiva donde se recrea. Desde esta perspectiva, la personalidad constituye la "forma de vivir" del sujeto en la comunidad donde existe. Además de tener una comprensión conceptual de la personalidad en el ámbito teórico, es necesario tener y vivir una comprensión efectiva de ella por la forma o el modo en que vive el sujeto, expresado en sus ocupaciones, preocupaciones, desplazamientos, creaciones, relaciones, forma de vivir sus experiencias presentes, recuerdos y proyectos, en sus maneras de afrontar los problemas, encarar sus desafíos y concretizar sus utopías, en sus modos de participar y cooperar en la vida de su comunidad, trabajo colectivo, identificación social, lucha por la justicia y desarrollo de la sociedad.
La personalidad como "forma de vida" del sujeto se expresa en una "forma de ser" y una "forma de convivir". La "forma de ser" alude al estilo de actuación personal, al sentido de cuidado de sí mismo, a su modo de pensar, sentir, actuar, autovalorarse, comunicarse, aprender, de conocerse y construirse a sí mismo. La "forma de convivir" se refiere al modo de participar, integrar y cooperar con la vida de su comunidad, de relacionarse con otros individuos y colectivos, a la forma de establecer y conducir sus relaciones en el ámbito familiar, laboral, social, etc. A la forma en que obra realidades para sostener la vida de la comunidad, al modo en que hace de su comunidad un escenario de convivencia como condición formativa de su desarrollo personal y de los demás.
La forma de vida que el sujeto construye y vive lo expresa a través de diversos canales de afirmación de su propia personalidad. Estos canales mediante los cuales el sujeto se expone y presenta su forma de ser y convivir a la comunidad son las conductas (movimientos, actividades, hábitos), las expresiones verbales (palabras, frases, discursos), las obras/creaciones (producción de ideas, objetos, relaciones, ambientes), el dialecto corporal (gestos, postura), los atavíos (vestimenta y pertenencias) y los ambientes de vida específicos (espacios físicos y sociales) que organiza, en los que participa y se realiza.
D. La personalidad, forma de saber vivir
Articulando las ideas de personalidad en tanto sistema de saberes y forma de vida por la cual el sujeto obra y vive su vida en la comunidad, la personalidad es una "forma de saber vivir". El saber vivir alude al modo efectivo en que el ser humano se muestra y vive su forma de ser y relacionarse con los demás, al modo en que realiza sus actividades, responsabilidades y motivos, a la forma en que experimenta y vive el despliegue de sus capacidades, la satisfacción de sus necesidades, el logro de sus objetivo, el valor y significado que tiene el sujeto para la comunidad, así como el desarrollo y realización de sus principales convicciones y concepciones de vida.
La personalidad en tanto forma de saber vivir alude a "saber ser persona" y a "saber convivir en la comunidad". La personalidad además de ser una totalidad de saberes, también es un saber vivir de acuerdo tanto con sus necesidades y aspiraciones de realización personal como con las normas y aspiraciones de desarrollo de la comunidad. Como se indicó, el valor y la integridad de la persona no se define por lo que "es", sino por lo que hace y obra en la sociedad, especialmente, por lo que sabe hacer en la comunidad. El sujeto es persona en cuanto es un organismo ético crítico que sabe cuidar su vida (comprender y construir), sabe afirmar su sentido de sí mismo de forma conveniente y sabe relacionarse con los demás estableciendo una convivencia desarrolladora.
La forma de saber vivir implica, de parte del sujeto, movilizar todos los saberes que definen su personalidad para afirmarse en su comunidad. Por un lado, el sujeto pone en acción y muestra todo lo que sabe para actuar de forma conveniente en las situaciones específicas y, por otro, sabe que sus saberes deben actuar de forma efectiva y ética. El sujeto sabe de los límites y alcances de sus saberes, sabe recrear y fortalecer sus saberes, así como también sabe el modo en que la comunidad le puede ayudar a fortalecer sus saberes.
En resumen, la personalidad es la forma de saber vivir: concretamente, es un modo de saber ser (defender y conservar la propia vida, cuidar su integridad, su sí mismo y autorrealización) y un modo de saber convivir (defender y conservar la propia comunidad en la que existe, cuidar el sentido de vida del colectivo, su convivencia en ella como condición formativa de su propia realización personal).
E. Personalidad como sistema de sentidos
La última idea es la siguiente: La personalidad es la realización (afirmación, construcción y vivencia) de un sentido de vida. Si bien la personalidad es la forma de vida (ser y convivir) del sujeto, este modo de vivir está dinamizado (organizado y orientado) por las necesidades y aspiraciones de autorrealización, identidad, autoestima y obrar en la comunidad. El ser humano, lucha tanto por defender y conservar su vida como por construir y vivir su sentido de vida. En la medida en que esta orientación a construir el sentido de vida compromete la participación de toda la organización y dinámica de la subjetividad individual, la personalidad es vivida por el sujeto como el sentido de vida que orienta a vivir su horizonte de realización personal en la comunidad donde existe.
Pero, ¿qué es un sentido? Desde el punto de vista lingüístico, el sentido alude al significado de las palabras o proposiciones, y en el ámbito de la física, el sentido se refiere a la orientación de una vector. Para la psicología, ambas definiciones son importantes, el significado tanto conceptual como el significado personal que tienen las cosas y las actividades humanas, así como la fuerza orientadoras de las necesidades y motivaciones se complementan en el sentido como una unidad psicológica. En consecuencia, el sentido es la fuerza del significado que orienta la actividad humana en una determinada dirección. En este marco, los procesos y las formaciones psicológicas constituyen sentidos que se expresan como un saberes (conceptuales y procedimentales vividos intensamente) que tiene una fuerza mediadora de las actividades y creaciones del sujeto.
Desde la perspectiva de la psicología, el sentido es una capacidad, una forma específica de saber, un saber vivido. A diferencia del conocimiento, que se caracteriza por procesos más intelectivos y racionales, el saber es la realización efectiva de una tarea que involucra procesos cognitivos, intensidades afectivas y acciones enactivas. El sentido en tanto saber es una capacidad vivida por el sujeto como: a) un saber comprender y hacer, b) un placer de comprender y hacer, y c) vivir el significado de comprender y hacer. Este saber aplicado en la comprensión del "sentido de vida", puede comprenderse/vivirse como: a) capacidad de vivir, b) placer de vivir, y c) significado de vivir. Expresado en otras palabras, una persona que vive o tiene un sentido de vida es aquella que "sabe vivir la vida", "disfruta de la vida" y "vive el significado de su vida".
Con base en lo expuesto, la personalidad no es un sistema de conductas, hábitos o rasgos de carácter, sino un sistema de sentidos. La subjetividad individual está integrada por un conjunto de sentidos que tienen distintos niveles de integración, como el sentido existencial, los sentidos cardinales, los sentidos generales y los sentidos particulares. El primero alude al sentido de vida; de este derivan los segundos, el sentido de sí mismo y el sentido de comunidad. Del sentido de sí mismo derivan el sentido del aprendizaje, de la vocación, de la autoestima, de la creatividad, de la identidad, etc. Del sentido de convivencia derivan el sentido de los saberes científicos, el sentido de los saberes culturales, el sentido de la salud, el sentido de la educación, el sentido de la naturaleza, el sentido de la investigación, etc. De este último derivan los sentidos particulares o específicos, tales como el sentido de elaborar un proyecto de investigación, el sentido de hacer entrevistas, el sentido de analizar los datos, etc. Cada uno de estos sentidos no son entidades aisladas, sino vividas como procesos que se implican y cooperan entre sí en términos de reciprocidad, complementariedad y correspondencia.
VI. Dimensiones de la personalidad
La personalidad en tanto sistema de sentidos alude a una organización compleja e intensamente vivida únicamente comprendida, sentida y actuada por el sujeto. Es una estructura difícil de ser segmentada en áreas o compartimentos, en niveles o jerarquías, separada en elementos como unidades aisladas susceptibles de ser caracterizadas con propiedades sustanciales. Pues cada elemento es una unidad que incluye a otros elementos del sistema y a la vez está en cada uno de los otros elementos y en todo el sistema.
La personalidad es una configuración o un sentido complejo que tiene tres dimensiones: organización, dinámica y desarrollo. Estos tres aspectos hacen de la personalidad un sistema dinámico que se transforma de forma permanente a través de procesos de autorregulación (recreación del sentido de autorrealización) y regulación (recreación del sentido de convivencia). En esta dinámica, el aprendizaje es el principal mecanismo de construcción por el que se integran sentidos como elementos de autodesarrollo. Las tres dimensiones de la personalidad son:
Organización, la personalidad tiene una estructura compuesta por elementos de distintas formas y grados de integración (saberes y contenidos).
Dinámica, tiene funciones autorreguladoras que mediatizan los procesos intrapersonales (afirmación de sí mismo) y funciones reguladoras que dinamizan las relaciones interpersonales (convivencia).
Desarrollo, la personalidad, así como cada una de sus unidades se transforman, tiene un origen, evolucionan y construyen una historia.
A. Organización de la personalidad
La organización alude a que la personalidad tiene una estructura, en tanto conjunto de elementos (saberes o sentidos) que se relacionan entre sí, donde el todo participa en el origen y en la recreación de cada elemento, y un elemento participa en el origen y desarrollo de otros elementos y del todo. La estructura de la personalidad está compuesta por elementos caracterizados como procesos, intensidades y configuraciones. Como se indicó, cada uno de estos constituyen saberes específicos, es decir, sentidos. Los sentidos son unidades psicológicas de comprensión y actuación de la personalidad.
Procesos u operaciones: Son procesos aquellas unidades psicológicas que se realizan efectuando una secuencia de acciones u operaciones. Entre estos están el pensamiento, la memoria, la inteligencia, la creatividad y otros que tienen una naturaleza cognitiva o intelectiva. Por ejemplo, el pensar puede expresarse de manera concreta en la capacidad de resolver un problema. Para tal efecto, sigue ciertos pasos, realizando una operación tras otra. Los procesos son unidades que estructuran la actividad humana, otorgan una forma, una secuencia u orden en el desarrollo de las actividades humanas. Tienen la función de organizar las actividades y creaciones que efectúa el sujeto.
Intensidades: Las intensidades son unidades psicológicas que expresan la fuerza e ímpetu con que el ser humano vive sus experiencias, el grado de sus satisfacciones. Las emociones, los sentimientos, las necesidades, las motivaciones y otras de carácter afectivo emocional son unidades que expresan y otorgan intensidad a la vida psicológica, son fuerzas que impulsan a vivir plena e intensamente una experiencia. Estos saberes se caracterizan por movilizar e impulsar las actividades y creaciones del sujeto. Las intensidades tiene una función inductora, es una energía que moviliza hacia la acción y sostiene el ímpetu de las actividades u obras que se efectúa el ser humano.
Configuraciones: Las configuraciones son unidades de significación conformadas por un conjunto de significados integrados. Es un complejo de imágenes, ideas, experiencias y conceptos que tienen un valor o significado. Como ejemplos de configuraciones elementales están las imágenes, las ideas, los conceptos, las experiencias significativas; y como ejemplos de configuraciones complejas la autoestima, la identidad, las motivaciones, los valores, las concepciones de mundo, las convicciones, etc. Las configuraciones son unidades que otorgan dirección a las actividades, marcan el sentido hacia el cual se orientan las actividades y creaciones del ser humano. Tienen una función orientadora de la actividad, por ejemplo, definen la dirección en que los procesos psicológicos (fenómenos cognitivos y metacognitivos) deben procesar la información e instituyen la dirección en que las intensidades psicológicas (necesidades y motivos) deben movilizar la fuerza o energía psicológica.
Además de estos elementos estructurales (configuraciones, intensidades y procesos), la personalidad también está compuesta por contenidos psicológicos que se asimilan, procesan, crean y significan. Entre estos contenidos que conforman la personalidad están las experiencias concretas, los significados, las ideas, los conceptos, los procedimientos, las tácticas y las estrategias que se asimilan, resignifican, refuncionalizan y recrean, y luego se integran en las estructuras personales (procesos, intensidades y configuraciones).
Entre los elementos de la estructura de la personalidad también están aquellas que se distinguen como saberes radicales y saberes efectivos. Los primeros son unidades psicológicas que tienen la capacidad de generar y construir saberes efectivos. Entre estos sentidos radicales están la imaginación, la reflexividad, el pensamiento, la afectividad. Puesto cada uno de estos procesos procesan, crean y significan contenidos psicológicos específicos.
Los segundos son unidades psicológicas que expresan los productos elaborados por los saberes radicales. Entre los saberes efectivos están justamente las imágenes, las conclusiones, las ideas o conceptos y los afectos generados y construidos por los saberes radicales.
Los procesos, las intensidades y las configuraciones psicológicas constituyen los saberes radicales que producen saberes efectivos, es decir, imágenes, conclusiones, ideas (conceptos, proyectos, estrategias) y afectos. Los saberes efectivos creados a partir de las experiencias percibidas y sentidas en la realidad, son vividas con cierto nivel de significatividad en cuanto se relacionan con las necesidades y aspiraciones de sentido de vida y autorrealización del sujeto. Pero en la medida en que estos sentidos efectivos son elaborados y vividos con relativa frecuencia o tienen una elevada significatividad, se asimilan como elementos de autodesarrollo y se integran en la estructura de los saberes radicales. De esta forma, los saberes radicales se recrean en su organización y dinámica, afianzan su desarrollo, o mediante la integración de nuevos sentido efectivos se crean nuevas estructuras personales (procesos y configuraciones), es decir, nuevos saberes radicales de la personalidad.
B. Dinámica de la personalidad
La dinámica de la personalidad se refiere a las funciones que ejecutan la vida psicológica en las relaciones intrapersonales de la personalidad y en las relaciones interpersonales del ser humano. De forma general, los procesos, las intensidades y configuraciones psicológicas de la personalidad tienen funciones con distintos grados de complejidad, especificidad y modo de actuación.
La función existencial de la vida psicológica, en tanto complejo de saberes, es la de mediatizar la relación que el ser humano vive con la comunidad. Interviene regulando la forma y fuerza con que los estímulos deben afectar al sujeto, como también definiendo y modulando la fuerza, la forma y el alcance de las respuestas que el organismo humano debe efectuar en el medio ambiente. Media en tanto concilia la participación y el significado de las fuerzas internas (personales) y externas (sociales y físicas) en la determinación de las actuaciones y creaciones del ser humano.
El papel mediador de la actividad psicológica se expresa a través de dos funciones cardinales: las funciones reguladoras y las funciones autorreguladoras.
1. Funciones reguladoras: son funciones que permiten al ser humano actuar sobre la realidad externa (comunidad social, comunidad natural y comunidad simbólica). Permiten al sujeto cuidar la vida de la comunidad en la que existe, establecer adecuadamente su convivencia en la comunidad. Entre las funciones específicas de la función reguladora están: la función organizadora, inductora y la orientadora.
a. La función de organización: define, elabora, diseña y ordena la vida del ser humano, sus actividades, realizaciones y emprendimientos. Estructura el orden y la secuencia de las actividades.
b. La función de inducción: define la fuerza con que se movilizan y realizan las actividades del ser humano. Estimula e induce a la acción, instituye grados de energía a los procesos psicológicos y a las actividades que realiza el sujeto.
c. La función de orientación: define la dirección en que deben actuar tanto los procesos psicológicos como las actividades del sujeto. Establece la trayectoria que deben seguir las actividades y creaciones que realiza. Otorga sentido, es decir, orienta o señala el destino o el fin de las realizaciones y construcciones.
Las funciones reguladoras buscan generar y sostener un equilibrio entre las fuerzas internas del sujeto y las fuerzas externas que circulan en el medio ambiente (comunidad). Ante las presiones, influencias y persuasiones de la sociedad (sistemas social), que buscan someterlo y despersonalizarlo, el sujeto desarrolla una acción de resistencia: impone límites a las presiones sociales, censura la información y las experiencias dañinas e irrelevantes, y asimila aquellas que tengan relación con sus necesidades de autorrealización y sentido de vida, las que son significativas y efectivas para el propio desarrollo; desobedece los cánones y transgrede las normar que despersonalizan. Al mismo tiempo abre espacios de libertad, crea escenarios de aprendizaje significativos y realización de la propia personalidad. Sin embargo, el ser humano no puede existir solo, aislado de la realidad, necesita de la comunidad para realizarse y ser. Actúa de forma creativa observando la ética de la vida para construir una convivencia efectiva como condición de posibilidad de su realización personal.
2. Funciones autorreguladoras: son funciones que permiten actuar al ser humano sobre sí mismo, sobre su propia personalidad. Permiten al sujeto cuidar su propia vida, así como su sentido de vida, comprender y construir la organización, dinámica y desarrollo de su propia personalidad, modulando de forma permanente sus procesos de recreación y autorrealización. Entre las funciones autorreguladoras específicas están la autovaloración y la autoconstrucción. Estas funciones tienen dicha capacidad en cuanto son movilizadas a su vez por las funciones inductoras, organizadoras y orientadoras.
a. La función de autovaloración: alude a la actividad de conocimiento y valoración de la propia personalidad (sí mismo), de las particularidades, de los alcances y límites que tienen las capacidades, los motivos, los estilos de actuación y conocimientos personales. Tiene una función de autocrítica: reconocer los límites en las potencialidades e identificar posibilidades en los límites personales
b. La función de autoconstrucción: es una actividad de intervención sobre el desarrollo de la propia personalidad, de generación, recreación y fortalecimiento de las unidades psicológicas o sentidos personales (procesos, intensidades y configuraciones psicológicas). La autoconstrucción se expresa por medio de dos operaciones específicas: a) la modulación del desempeño de las capacidades o saberes personales, y b) la construcción de sí mismo expresada tanto en la generación o recreación de las estructuras personales como en la recreación de la organización, de las funciones y del sentido de desarrollo de la personalidad toda.
Sigmund Freud (1923/2012: 2715) considera que la dinámica de la vida psicológica se caracteriza por una lucha interna entre sus impulsos sexuales y las normas sociales internalizadas que reprimen dichos impulsos. En realidad, es una tensión que se expresa en los procesos de equilibración, desequilibración y reequilibración de fuerzas internas, entre el querer (deseos), el poder y el deber realizar ciertas tareas significativas. La autovaloración busca que la personalidad sea íntegramente vivida, es decir, que haya un equilibrio en la participación de los diversos saberes en el desempeño y desarrollo del ser humano. La vida psicológica busca equilibrar las energías del propio organismo, lo cual se expresa en la coherencia personal, en el equilibrio entre razón y emoción, entre los querer, poder y deber, etc. También busca sostener el equilibrio entre las influencias/cooperaciones sociales y el ímpetu del horizonte de realización personal proyectado.
C. Desarrollo de la personalidad
De acuerdo con Jean Piaget (1972: 168), el desarrollo es un pasaje desde estructuras simples hacia estructuras complejas. Es un proceso de recreación de estructuras que se efectúa mediante la asimilación de nuevas experiencias. Efectivamente, el desarrollo psicológico es un proceso de recreación permanente de la organización, dinámica y sentido de vida de la personalidad del ser humano. En este proceso, se acumulan experiencias, se recrean y fortalecen las estructuras, aparecen nuevas estructuras, y otras involucionan. Con todo, se recrea la organización, dinámica y el sentido de desarrollo de la personalidad.
En el desarrollo de la personalidad del ser humano, tiene lugar tres procesos que establecen su carácter singular y distinto de otros organismos vivos.
Génesis: Para Piaget (1985: 26), el pensamiento, así como el resto de los procesos psicológicos tienen un origen biológico. En tanto que para Vygotski (2000: 150), los procesos psicológicos superiores tienen un origen social. Las operaciones del pensamiento, los conocimientos, las habilidades, los intereses, los valores y otros son producto de la internalización de los saberes culturales, de las relaciones y cooperaciones sociales. Son aprendidos en la familia, en la escuela, en los círculos de amigos, así como en los espacios y relaciones laborales, en los espacios académicos de formación, etc.
Transformación, la personalidad cambia, sufre variaciones en cuanto el sujeto efectúa recorridos espaciales y temporales, hay una recreación y construcción permanente de las estructuras personales. Estos cambios pueden darse por medio de evoluciones en tanto cambios continuos y acumulativos, como también a través de mutaciones en tanto cambios discontinuos o revoluciones.
Historia, en el curso del desarrollo existen hitos o momentos significativos que establecen la historia personal del ser humano. Esta historia expresa las transformaciones de la personalidad, los momentos de evolución y revolución que marcan la identidad y el sentido de vida del sujeto.
VII. Factores de desarrollo de la personalidad:
En los manuales del desarrollo humano, específicamente, en los tratados sobre el desarrollo psicológico, se indican que los factores principales del desarrollo humano son: los genéticos (herencia) y los ambientales (sociales). Sin embargo, las teorías contemporáneas del desarrollo humano, entre ellos Alfred Adler (en Feist y Feist 2007: 78), conciben que el desarrollo tiene tres factores: la herencia, el medio ambiente y el poder creativo.
a. Los factores genéticos: Los seres humanos nacen con ciertas disposiciones físicas, y sobre esta base se originan y recrean las estructuras de la personalidad.
b. Los factores ambientales: el apoyo y la cooperación de los adultos, las enseñanzas y las experiencias que genera el medio ambiente son condiciones que influyen el desarrollo psicológico. La familia, la escuela, los medios de comunicación y la cultura de la sociedad cooperan en el origen y fortalecimiento de las estructuras de la personalidad.
c. El factor de autodeterminación: Adler (en Feist y Feist 2007: 78) considera que la vida del ser humano no está marcada absolutamente ni por la herencia ni por el ambiente. Hay un tercer factor que participa significativamente en el sentido del desarrollo humano: el poder creativo del sujeto. Este se refiere a la capacidad de autodeterminación del ser humano: con base en las funciones autorreguladoras de la personalidad, el sujeto resignifica y refuncionaliza las disposiciones biológicas y las influencias sociales con relación a sus necesidades y aspiraciones de realización y sentido de vida. En esta dirección, el ser humano reorganiza los factores biológicos y sociales, crea situaciones, condiciones y recursos que efectiva y significativamente permitan recrear y potenciar el desarrollo personal, crea experiencias y sentidos para luego integrarlos como elementos de autodesarrollo, reconstruye la organización y dinámica de su subjetividad, redefine y potencia el sentido del desarrollo de su personalidad.
A modo de conclusión, la psicología es un área de conocimiento científico que se afirma como un sistema de saberes que cuida la vida mental (cognitiva, emocional y enactiva) del ser humano, comprende y construye la personalidad en tanto forma de vida (forma de ser y forma de convivir). La psicología es una ciencia que cuida la vida subjetiva del ser humano: su organización, dinámica y sentido de desarrollo. La tarea del psicólogo como científico es cuidar la organización y dinámica de la subjetividad del ser humano, sea este un sujeto individual o un sujeto colectivo, comprender la vida psicológica de las personas (niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores), como también de los colectivos (grupos, familias y organizaciones). Al igual que las personas, los sujetos colectivos son seres vivos, tienen una subjetividad particular, una personalidad, una cosmovisión, y un estilo de actuación propia. Por ejemplo, una empresa es un sujeto colectivo, una organización como conjunto de trabajadores cohesionado por objetivos y estrategias de acción integrados por saberes específicos y complementarios. Una comunidad más grande, como un barrio urbano, una comunidad rural o una ciudad, también es un sujeto colectivo. La psicología estudia también la vida subjetiva (psicológica) de los sujetos colectivos.
En el marco del paradigma de la vida, la psicología deja de ser una disciplina que estudia (describe y explica) conductas discretas determinadas por contingencias y estímulos ambientales y procesos mentales en tanto fenómenos hiperbolizados y deterministas. Al contrario, es una ciencia que "cuida la vida psicológica del ser humano", un sistema de saberes que comprende y construye la forma de vida de las personas, es decir, su modo de ser y forma de convivir. La psicología estudia el sentido de vida del ser humano, ayuda a comprender la organización, dinámica y desarrollo de su personalidad y a fortalecer (recrear) su vida y su sentido de vida.
Lo expuesto hasta aquí, es la presentación de cuestiones y conceptos que pretenden comprender la vida psicológica, expresada en la organización y dinámica de la personalidad, desde una perspectiva distinta. Es una concepción que se distancia de aquellas perspectivas psicológicas que se fundamentan en modelos de determinación simple. Por un lado, de teorías que buscan comprender la vida psicológica reduciéndolo a un elemento simple definido por sus características sustanciales y a partir de este elemento interpretar y controlar la organización y dinámica de toda la personalidad, y por otro, que se fundamentan en el determinismo lineal, en el presupuesto de que un fenómeno psicológico esencial determina de forma inmediata y directa en el desempeño de otros fenómenos psicológicos. No es una teoría psicológica de los elementos discretos y simples, sino una psicología que se fundamenta en el sentido de vida del sujeto, en su personalidad como organización global de la subjetividad. No es una psicología del determinismo simple, sino una teoría del determinismo estructural; no se centra en caracterizar las fuerzas y operaciones de unidades psicológicas aisladas, sino cuida (comprende y construye) el sentido de vida del ser humano; no se ocupa de los elementos reactivos a los estímulos y fuerzas del ambiente, sino del sentido de la personalidad como la organización más compleja e integral de la vida psicológica del ser humano que mediatiza su convivencia en una comunidad socialmente estructuradas e históricamente específica.
Notas
1 Psicólogo (Universidad Mayor de San Andrés). Doctor en Ciencias del desarrollo: Cultura e identidad (UMSA-UNAM). Maestría en Estudios Bolivianos (UMSA-Universidad Andina). Maestría en Filosofía y ciencia política (UMSA, Bolivia). Maestría en Formación docente e innovación educativa (AECID-Universidad de Barcelona, España). Diplomado en Organización y administración pedagógica del aula en educación superior (UMSA, Bolivia). Docente de la Carrera de Psicología, UMSA, y Docente investigador del Instituto de Investigación, Interacción y Posgrado de Psicología, UMSA. Correo electrónico: porfitin@yahoo.com.
2 Persona es el concepto más propio del ser humano de quien se describe, comprende y construye su personalidad. En este escrito, el término sujeto es entendido en términos de persona.
Referencias Bibliográficas
Allport, G. (1986). La personalidad: Su configuración y desarrollo. Barcelona: Herder. Althusser, L. (1988). La filosofía como arma de la revolución. México: Cuadernos de presente y pasado. [ Links ]
Bartlett, F. (1995). Recordar: Estudio de psicología experimental y social. España: Alianza. [ Links ]
Brennan, J. (1999). Psicología: Historia y sistemas (2da. Ed.). México: Pearson Educación. [ Links ]
Bruner, J. (1987). Realidad Mental y Mundos Posibles: Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Barcelona: Gedisa. [ Links ]
Descartes, R. (1959). Discurso del método. Argentina: Aguilar. [ Links ]
Feist, J. y Feist, G. (2007). Teorías de la personalidad. España: McGraw-Hill. [ Links ]
Freud, S. (1932/2012). Obras completas (Vol. IV). Argentina: Siglo Veintiuno. [ Links ]
Gardner, H. (1987). La nueva ciencia de la mente: Historia de la revolución cognitiva. Argentina: Paidós. [ Links ]
González, F. y Mitjáns, A (1989). Personalidad: Su educación y desarrollo. La Habana: Pueblo y educación. [ Links ]
González, F. (2002). Sujeto y subjetividad: una aproximación histórico-cultural. México: Thomson. [ Links ]
Heidegger, M. (2014). El ser y el tiempo. Argentina: Fondo de cultura económica. [ Links ]
Locke, J. (2002). Ensayo sobre el entendimiento humano. España: Biblioteca de filosofía. [ Links ]
Maslow, A. (1968/2012). El hombre auto-rrealizado: hacia una psicología del ser. España: Kairós. [ Links ]
Maturana, H. y Pórksen, B. (2004). Del ser al hacer. Chile: JCSAEZ. [ Links ]
Piaget, J. (1979). Biología y conocimiento. México: Siglo XXI. [ Links ]
Piaget, J. (1972). Psicología de la inteligencia. Buenos Aires: Psique. [ Links ]
Rogers, C. (1986). El proceso de convertirse en persona: Mi técnica terapéutica. México: Paidós. [ Links ]
Skinner, B. F. (1987). Ciencia y conducta humana. España: Fontanella. [ Links ]
Sternberg R. J. (1997). Inteligencia Exitosa. Barcelona: Piados. [ Links ]
Touraine, A. y Khosrokhavar, F. (2002). A La búsqueda de sí mismo. Argentina: Paidós. [ Links ]
Vygotski, L. (2000). Obras escogidas III: Problemas del desarrollo de la psique. España: Visor. [ Links ]
Wilber, K. y otros (2008). El paradigma holográfico. Barcelona: Kairós. [ Links ]
Zemelman, H. (1987). El uso crítico de la teoría. México: Universidad de las Naciones Unidas. [ Links ]