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Revista CON-CIENCIA

versión impresa ISSN 2310-0265

Rev.Cs.Farm. y Bioq vol.6 no.1 La Paz jun. 2018

 

ARTÍCULOS DE REVISIÓN

 

Perfil de automedicación en estudiantes ingresantes de la Facultad de Ciencias
Químicas en el año 2015

 

Self-medication Profile in Students Entering the Faculty of Chemical Sciences
in the year 2015

 

 

MAIDANA, GLADYS MABEL1   TOLEDO, JONNY5   LUGO, GLADYS2    SAMANIEGO, LOURDES6
ACOSTA, PATRICIA3  VERA, ZULLY7   LIAL, NILSA4  

1Doctora en Ciencias Farmacéuticas. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. -Paraguay. Correo electrónico: glamaida73@gmail.com
2Doctora en Ciencias Farmacéuticas. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. - Paraguay.
3Química Farmacéutica. Jefe de Trabajos Prácticos de Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. - Paraguay.
4Química Farmacéutica. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. - Paraguay.
5Licenciado. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. - Paraguay.
6Doctora en Ciencias Farmacéuticas. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. -Paraguay.
7Doctora en Ciencias Farmacéuticas. Docente Facultad de Ciencias Químicas. U.N.A. -Paraguay.
FECHA DE RECEPCIÓN: 22 DE MARZO DE 2018 FECHA DE ACEPTACIÓN: 25 DE MAYO DE 2018

 

 


Resumen

Introducción: La automedicación es una práctica riesgosa cuyas consecuencias incluyen enmascaramiento de una enfermedad, aparición de reacciones adversas, interacciones medicamentosas, aumento de la resistencia a ciertos tipos de fármacos y farmacodependencia.

Objetivo: Determinar el perfil de auto-medicación en estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción.

Metodología: Estudio descriptivo, obser-vacional, con muestreo no probabilístico y por conveniencia realizado en mayo del 2016, a 115 estudiantes universitarios que ingresaron en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción en el año 2015.

Resultados: La edad promedio fue 20 años, en su mayoría mujeres. Consumían medicamentos 85 estudiantes, de los cuales 38 estudiantes se automedicaban para patologías menores, 25 lo hacían por necesidad, utilizaban mezcla de analgésicos y antiinflamatorios, los motivos más frecuentes 42% no creía necesario ir al médico y 68% fue un familiar o amigo el que le sugirió el medicamento que debía consumir. De los 115 estudiantes que participaron el 60% considera que la publicidad no es importante para elegir un medicamento, el 63% utiliza la información del prospecto. El 57% recibe información sobre el medicamento en la farmacia y el 92% considera que la automedicación es peligrosa.

Conclusión: La automedicación es una práctica común en la población universitaria estudiada y en su entorno social inmediato. El 45% de los encuestados reconoce haber tomado medicación sin prescripción médica y el 66 % lo hace habitualmente, a pesar de que el 92% de la población entiende que la automedicación constituye una práctica riesgosa.

PALABRAS CLAVE Automedicación, Estudiantes, Medicamentos


Abstract

Introduction: Self-medication is a dan-gerous practice whose include the masking of a disease, the occurrence of adverse reac-tions, drug interactions, increased resistance to certain drug types, and drug dependence.

Objective: to determine the self-medication profile of students from the Faculty of Chemical Sciences from the National University of Asunción

Methodology: This is a descriptive, ob-servational study with a non-probabilistic and convenient sampling performed in May 2016 to a population of 115 university students entering the Faculty of Chemical Sciences of the National University of Asunción in the year 2015.

Resulte: The average age of the popula-tion ¡n study was 20 years oíd, mostly wom-en. 85 of them consumed drugs, 83 stu-dents self-medicated for minor pathologies, 25 did ¡t out of necessity using a mixture of painkillers and anti-inflammatories. The most frequent reasons were that 42% did not consider did not think it necessary to go to the doctor while 68% did so at the sug-gestion of a family member or friend who indicated the medication to be consumed. Out of 115 studente that participated 60% consider that advertising is not important when it comes to choosing a drug, 63% uti-lizes the prospect information, and 57% get the information at the drug store. 92% consider that self-medication is dangerous.

Conclusión: Self-medication is a com-mon practice among the university popula-tion studied here as well as in their imme-diate environment. 45% recognize having taken drugs without a prescription, 66% self-medicates customarily even though 92% of the studied population understand that self-medication is a risky practice.

KEYWORDS self-medication, students, drugs.


 

 

INTRODUCCIÓN

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término automedicación se refiere al uso de medicamentos incluidos productos herbarios y convencionales por parte del paciente para tratar desórdenes o síntomas que el paciente reconoce, o el uso intermitente o continuado de una medicación prescrita por el médico para enfermedades o síntomas recurrentes o crónicos (OMS, 1998)

Este comportamiento está ampliamente extendido a nivel mundial, con cifras alrededor del 60% en países tan dispares económica y culturalmente (OMS, 2010).

Los errores habituales de la automedicación se observan en los siguientes fármacos: analgésicos, antibióticos y antihistamínicos. Más del 50% de los medicamentos se prescriben, dispensan y venden de forma inapropiada y la mitad de los pacientes no los consumen de forma correcta, su uso excesivo, insuficiente o indebido de los mismos tienen efectos nocivos para los pacientes y constituye un desperdicio de recursos y más del 50% de los países no aplican políticas básicas para fomentar el Uso Racional de Medicamentos (Guillem, Francés, Giménez, Sáiz, 2013).

Constituye una práctica riesgosa cuyas consecuencias pueden ser, entre otras: enmascaramiento de una enfermedad (retrasando la asistencia médica en casos en los que es realmente necesaria), aparición de reacciones adversas e interacciones medicamentosas, aumento de la resistencia a agentes antimicrobianos, elección incorrecta de medicamentos y riesgo de abuso o farma-codependencia (Hughes, McEInay, Fleming, 2001).

Esta conducta puede ser en parte la respuesta más común a la enfermedad; sin embargo se ha constituido en un problema creciente que tiene como contrapartida la posibilidad de abuso, con todos los riesgos que ello implica.

Conviene entonces diferenciarla de la autoprescripción, que se refiere al uso ilegal de medicamentos de venta bajo receta sin la prescripción médica correspondiente (OMS, 1998).

La automedicación responsable requiere el uso de medicamentos seguros y eficaces, destinados a tratar condiciones que el paciente puede reconocer o estados patológicos crónicos o recurrentes luego de un diagnóstico médico inicial.

Los productos utilizados deben además incluir toda la información necesaria referente a cómo administrarlos, efectos adversos, interacciones medicamentosas, duración del tratamiento, etc. que favorezcan el uso adecuado por parte del paciente.

En este escenario la OMS ha destacado al profesional farmacéutico, lógicamente, como una figura clave en el equipo de salud para educar a la población en prácticas adecuadas y seguras de automedicación responsable (OMS, 1998)

El farmacéutico, mediante las intervenciones farmacéuticas ha ido demostrado a lo largo de los últimos años un pa^pel en la mejora de resultados en salud de los pacientes (Maidana, Lugo, Vera, Pérez, Mastroianni, 2016).

El objetivo fue: Determinar el perfil de automedicación en estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, para ello se determinaron los medicamentos más frecuentemente utilizados sin prescripción médica, los motivos y frecuencia de automedicación describiendo la percepción del rol del farmacéutico en la dispensación de los medicamentos.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

Estudio descriptivo, observacional, con muestreo no probabilístico y por conveniencia realizado en el mes de mayo del 2016, a estudiantes universitarios que ingresaron en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción en el año 2015.

Constituían la población 210 estudiantes con edades entre 18 y 22 años, de ambos sexos, que cursaban el segundo nivel, 115 estudiantes aceptaron participar del estudio. Se utilizó un cuestionario estructurado anónimo con preguntas cerradas, de tipo elección múltiple, que fue enviado por correo a los estudiantes.

Las preguntas están orientadas a evaluar: a) si la automedicación es una práctica extendida en la población encuestada y en su entorno social inmediato y los motivos por los cuales se practica, b) los factores que influyen en la elección de un medicamento determinado y las categorías terapéuticas con las que mayormente se automedica la población bajo estudio, c) la percepción del encuestado del rol del farmacéutico como comunicador y formador en el uso racional de medicamentos y d) si la automedicación que practica el estudiante universitario corresponde al concepto de automedicación responsable (¿hay diagnóstico médico previo? ¿lee el prospecto? ¿cumple con la duración del tratamiento indicada en prospecto? ¿se consumen, durante el tratamiento, alcohol o bebidas energizantes?).

El Comité de Ética de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, evaluó consideró que no se detectaron incompatibilidades éticas CEI-218/16.

 

RESULTADOS

Participaron del estudio 115 estudiantes, del sexo femenino fue aproximadamente del 72% y 28% del sexo masculino y el promedio de edades 20 años.

Un 58% de los 115 estudiantes encuestados estudiaba carreras vinculadas con Ciencias de la Salud (Farmacia, Bioquímica y Nutrición), mientras que el 42% restante corresponde a estudiantes de disciplinas del área industrial.

Manifestaron haber consumido medicamentos en los tres meses anteriores al estudio 85 (74%) estudiantes, de los cuales 47 (55%) contaban con diagnóstico médico para patologías como asma, hipertensión arterial, gripe; y 38 (45%) estudiantes se automedicaban para diferentes patologías menores; las respuestas de los mismos ante la frecuencia, motivo y actitudes hacia la auto-medicación en la (Tabla 1).

De los 38 estudiantes que se automedicaban, 25 (66%) respondieron que lo hacían por necesidad, en su mayoría 24 (63%) generalmente utilizaba una mezcla de analgésicos y antiinflamatorios, los motivos más frecuentes 42% respondió que no creía necesario ir al médico y que en la mayoría de los casos 68% fue un familiar o amigo el que le sugirió el medicamento que debía consumir, en la mayoría de los casos 71% respondió que se sintió mejor luego de automedicarse pero que cuando la enfermedad no mejoraba acudían al médico en un 68% de los casos y que dejaba de utilizar los medicamentos cuando desaparecían los síntomas en el 79% de los estudiantes que se automedicaban.

De los 115 estudiantes que participaron del estudio el 60% considera que la publicidad no es importante para elegir un medicamento, el 63% utiliza la información del prospecto, el 86% no tiene una preferencia especial tiene confianza tanto en medicamentos de laboratorios nacionales o importados (Tabla 2). El 57% recibe información sobre el medicamento en la farmacia y el 99% considera importante que el Farmacéutico le brinde información; el 92% considera que la automedicación es peligrosa.

Además el 96% de los 115 estudiantes encuestados respondieron que nunca mezcló bebidas energizantes ni bebidas alcohólicas con los medicamentos.

A partir del análisis de los resultados puede afirmarse que la automedica-ción es una práctica ampliamente extendida en la población universitaria estudiada. El 45% de los encuestados reconoce haber tomado medicación sin prescripción médica. Estas cifras son claramente inferiores a las comunicadas en otros estudios, como el realizado en Alicante y Madrid han arrojado cifras de 63% y 30,9% respectivamente (Bastante, De la Morena, 2002) (Universidad de Alicante, 1998). Otros estudios reflejan cifras de automedicación todavía más altas como las obtenidas en estudios en población universitaria de Argentina (85%) (Aguado, Nuñez, Dos Santos, Bregni, 2005) y de Palestina (98%) (Sawalha, 2008). Los medicamentos más consumidos por automedicación fueron los analgésicos 63%. Estos datos coinciden ampliamente con los comunicados en otros estudios (Aguado et al., 2005) (Sawalha, 2008) (James, Handu, Al Khaja, Otoom , Sequeira, 2006) (Lau, Lee, Luk, 1995). Es conocido que el hábito generalizado de consumo de analgésicos y antiinflamatorios puede tener consecuencias serias a nivel hepático en caso de consumo de paracetamol (Bolesta, Haber, 2002), y sobre la función renal (Laporte, 1997) y el aparato digestivo (Castronuovo, et al., 2007, p. 937) en caso de AINEs.

Entre los motivos para llevar a cabo prácticas de automedicación la población estudiada menciona con mayor frecuencia que no cree necesario consultar siempre al médico (42%). La segunda razón que esgrimen los encuesta-dos para no consultar al médico es la falta de tiempo (29%) y porque no tiene seguro (29%). Un estudio similar realizado con estudiantes de la Universidad de la Plata refiere que el 62% de los estudiantes no consideraban importante consultar al médico y el 25% no consultaba por falta de tiempo (Castronuovo, eí al., 2007, p. 937).

La automedicación también parece ser una práctica frecuente en el entorno social de los estudiantes son los familiares y amigos quienes más influyen en la elección del medicamento con los que se realiza la automedicación. Un 68% de la población que participó del estudio afirma tener familiares y amigos que le sugirieron lo medicamentos sin prescripción médica, este dato es menor al de estudiantes de la Universidad de la Plata que en un 94% afirma tener familiares y amigos que consumen medicamentos sin prescripción médica (Castronuovo, et al., 2007, p. 937).

En este estudio los estudiantes que consideran importante la publicidad para escoger un medicamento es de 40%, en cambio en otros estudios esta porcentaje es menor (12%) (Castronuovo, et al., 2007, p. 937), esto concuerda con lo que se observó en estudios previos sobre automedicación llevados a cabo en Latinoamérica (Bolaños, 2005).

Aunque casi la totalidad de la población encuestada (99%) considera valiosa la información que puede brindar el farmacéutico, sólo un 57% declara recibir información del farmacéutico al adquirir un medicamento en la farmacia. Este dato coincide con el estudio realizado en Argentina (Castronuovo, eí al., 2007, p. 937) y Latinoamerica (Bolaños, 2005).

Un alto porcentaje de la población encuestada dice leer los prospectos para informarse (63%); en otros estudios esta tendencia esta tendencia está acentuada en los subgrupos de los estudiantes de Ciencias de la Salud (90 % contra un 79% en el caso de estudiantes de otras áreas) y los hombres (94% contra 87% de las mujeres que dicen leer el prospecto) (Castronuovo, eí al., 2007, p. 937).

El 96% de los estudiantes respondieron que nunca mezclo bebidas ener-gizantes ni bebidas alcohólicas con los medicamentos, a diferencia de estudio similares donde el 34% de los encuestados consume bebidas energizan-tes. El consumo es menos habitual entre estudiantes de Ciencias de la Salud (31%) que en estudiantes de otras carreras (36%) y en mujeres (27%) que en hombres (43%). Un 42% de los encuestados ha mezclado alguna vez bebidas energizantes y alcohol, y en este caso la mezcla también es más abundante en el caso de estudiantes de ciencias no relacionadas con la salud (44% contra 38% en el caso de los estudiantes de Ciencias de la Salud) y en hombres (56% contra 31% en el caso de las mujeres) (Castronuovo, et al., 2007, p. 937). La mezcla de bebidas energizantes y medicamentos es poco habitual (sólo un 5% de la población manifiesta haber consumido ambos en forma simultánea) pero aún así es también más abundante en hombres (8%) que en mujeres (2%) (Castronuovo, et al., 2007, p. 937).

Investigaciones recientes indican que pequeñas intervenciones educativas en poblaciones adolescentes respecto a los riesgos de la automedicación generan cambios conductuales favorables incluso luego de transcurrido un año de la intervención (Neutel, 2005).

 

CONCLUSIÓN

La automedicación es una práctica común en la población universitaria estudiada y en su entorno social inmediato. El 45% de los encuestados reconoce haber tomado medicación sin prescripción médica y el 66 % lo hace ha-bitualmente, a pesar de que el 92% de la población entiende que la automedicación constituye una práctica riesgosa.

La publicidad no tiene gran influencia a nivel consciente sobre la elección de un medicamento, los encuestados tienen la costumbre de leer los prospectos y se evita el consumo simultáneo de alcohol o bebidas energizantes y medicamentos.

Otras conductas dan cuenta de que existe en la población abordada falta de información respecto a cómo deben utilizarse los medicamentos con seguridad y eficacia: aunque el 63% de la población estudiada suele leer el prospecto, el 79% abandona el tratamiento cuando desaparecen los síntomas en lugar de cuando lo indica el prospecto; un 68% de la población elige por recomendación de familiares y amigo; un 42% de la población no considera necesaria la consulta al médico.

La población estudiada se declara categóricamente receptiva al consejo del farmacéutico (el 99% de los encuestados opinó que la información que puede brindar el farmacéutico es importante y la percepción de una buena parte de la población parece ser que el farmacéutico no le brinda información suficiente; por otro lado, el 63% dice leer los prospectos, lo cual denota interés en las cuestiones relacionadas al correcto uso de los medicamentos). Este escenario pareciera ideal para que el profesional farmacéutico, poniendo énfasis en la Atención Farmacéutica (Maidana, Mastroianni, Vera, Samaniego , Acos-ta , Lugo, 2016), acentúe su rol de principal educador del paciente en todas las cuestiones que hacen al uso racional del medicamento, ocupando el lugar que le corresponde como miembro fundamental del equipo de salud, que es justamente el espacio que para él reclama la OMS (OMS, 1998).

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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