INTRODUCCIÓN
La comunicación es el medio base para una relación entre los seres humanos, permite interactuar dentro de una sociedad, donde se puede constituir grupos, equipos, organizaciones y otros tipos de asociaciones que tengan un propósito común. Aprender a comunicarse, oír al semejante y al mismo tiempo proyectar un diálogo, es una competencia práctica cada vez más necesaria y útil a nivel personal, profesional y empresarial (Bermúdez y González, 2011). En este sentido, la comunicación en la formación superior está dentro de las competencias básicas; pues contribuye a educar de manera integral al futuro profesional.
El proceso comunicacional en las organizaciones es un factor de gran importancia para la gestión administrativa, facilitan el desarrollo de actividades y buscan la armonía que favorece el entorno laboral; su presencia es fortalecida con estrategias y canales de comunicación efectivos que propicien a nivel interno una mejor integración del equipo de trabajo con mejores resultados en la productividad y calidad, causando impacto a nivel externo (Universidad de Cundinamarca (UDEC), 2020). Es decir, la comunicación es fundamental en la formación integral de profesionales que lideran las organizaciones, áreas técnicas y sus procesos productivos.
El estudio aborda la valoración del talento comunicacional en la formación integral del profesional técnico, cualidad de las habilidades blandas que se considera en procedimientos de aprendizaje y perfeccionamiento (Flores-Rivera, et al., 2021), que tiene como objetivo indagar aspectos de la comunicación en la formación integral del profesional técnico, es decir, se realiza un análisis de la percepción de los estudiantes de una Institución de Educación Superior (IES) que cursan el nivel básico; por esta razón, se destaca la importancia de la comunicación, el proceso comunicativo, talento comunicacional organizacional, formación integral, y profesional técnico. Todos los conceptos en mención justifican la importancia de la investigación en relación con el ámbito laboral y social. En consecuencia, se presentan resultados que abalan el propósito del estudio con conclusiones que determinan lo fundamental de la comunicación oral y escrita en el currículo académico para la formación integral del profesional técnico.
Importancia de la comunicación
La comunicación es una de las capacidades más transcendentales de los seres humanos, adaptable al medio e importante en las relaciones interpersonales, dicho de otra manera “La comunicación constituye una característica y una necesidad de las personas y de las sociedades” (Rosales-Jiménez, et al., 2013), en este orden de ideas “La comunicación es el proceso por el cual se produce un intercambio de información entre un emisor y un receptor que utilizan un código común” (Mateos-Donaire, et al., 2015). Por tanto, el propósito de la comunicación es la construcción de un contexto compartido e implica una activa participación y comprometida de al menos dos sujetos; cada uno de los cuales ejerce su potencial comunicador a partir de una realidad personal que lo distingue (Universidad de los Andes, 2016).
En la Figura 1, ilustra lo asertivo e importante de la comunicación en las actividades laborales.
Tal como se muestra en la Figura 1, la importancia de la comunicación es su relación con los procesos organizacionales que facilitan la gestión, planificación, coordinación, cooperación, trabajo en equipo entre otras acciones que se socializan y comunican a los miembros de la organización. En este sentido, la comunicación crea un ambiente de confianza que busca fortalecer el liderazgo organizacional de manera efectiva para la toma de decisiones, es decir, ayude a mejorar los beneficios y satisfacción laboral del personal, comprometiendo el trabajo en equipo que fomenta el incremento de la productividad y logro de objetivos (Yancy, 2020).
Proceso comunicativo
El proceso comunicativo se establece cuando el receptor interpreta la información entregada por el emisor de forma correcta; o sea, captando el sentido de la información transmitida. El proceso se ilustra en la Figura 2 (Albuerne-González y Pino-Fernández, 2013) y en la Tabla 1, se describe los elementos que intervienen en el proceso de comunicación.
Adaptada de Dávalos, (2011); Rosales-Jiménez, et al., (2013), Pujantel y Escales, (2014) y Mateos-Donaire, et al., (2015).
En la Figura 2, se presenta el esquema del proceso de la comunicación, destacándose los tres elementos básicos emisor, mensaje y receptor que permiten el intercambio de la información. Además, la Tabla 1, describe cada uno de los elementos que conforman el proceso de comunicación y que son esenciales para un eficaz intercambio de información “comunicación”. Por otra parte, el proceso de comunicación siempre está presente en la organización, sin embargo, a veces pasan desapercibidos; por consiguiente, no se debe olvidar su esencia para la operación y desarrollo de las empresas, sea pública o privada. En efecto, la comunicación y el talento humano que forma parte de la organización, generan una identidad y cultura conocida como “imagen institucional”, donde deben estar el compromiso de todos los colaborades de la empresa (Bermeo y Mera, 2017).
Talento comunicacional organizacional
El talento comunicacional facilita un buen entendimiento y la convivencia entre las personas, razón por la cual, saber transmitir y recibir ideas es esencial en beneficio de una convivencia estable y armónica (EXE Digital Business School, 2019). En este orden de ideas, el talento comunicacional es un activo intangible importante en las relaciones personales y operativas de la empresa. El desarrollo y sentido correcto de un mensaje permite generar acciones que faciliten o solucionen actividades de trabajo sean individuales o de equipo dentro de la organización. La comunicación organizacional en la formación del talento humano aporta conocimiento y contribuye a la competitividad de la empresa; así como, diseñar planes y estrategias empresariales con buenas prácticas comunicacionales (Cuero-Cortez, 2021). La Figura 3, ilustra las habilidades del talento comunicacional.
De acuerdo con la Figura 3, se aprecia las habilidades del talento comunicacional, que son oportunas para conectar con las personas y los equipos de trabajo. Cabe destacar, la escucha activa, la empatía, validación emocional, asertividad, el lenguaje no verbal, la persuasión, la lectura y escritura. Todas estas son habilidades que comprometen características para mejorar el desarrollo y talento comunicacional. Además, cada una de las habilidades descritas, define razonamientos que conducen a su propósito (EXE Digital Business School, 2019).
Formación integral
La formación integral es el desarrollo de capacidades, habilidades y valores que favorecen al desempeño en la trayectoria personal, académica y laboral; es decir, es un proceso permanente, en donde hombres y mujeres son participes directos de su preparación para enfrentar problemas que existen en la sociedad. En este orden de ideas, promueve el crecimiento pluridimensional íntegro del ser humano, combinando características, condiciones y potencialidades (Alonzo-Rivera, et al., 2016). En otras palabras, es el punto de partida para forjar una mejor sociedad que busca un desarrollo sostenible, conforme los tiempos actuales en donde los cambios y transformaciones caracterizan al mundo globalizado. De este modo la formación integral forma parte de un Modelo Educativo que toda IES, debe considerar dentro de su misión, visión y valores para el desarrollo armónico y futuro de la humanidad (Herrera-Vega, 2011). La Figura 4, ilustra las dimensiones de la formación integral.
En la Figura 4, se observa las dimensiones de la formación integral, que se consideran trascendentales en el comportamiento organizacional. Es decir, cada dimensión incorpora un valor significativo en el desarrollo de ser humano y el de la sociedad. De tal manera, las perspectivas: ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal y sociopolítica conforman el entorno para la formación integral (Asociación de Colegios Jesuitas (ACODESI), 2003).
Profesional técnico
El profesional técnico es el sujeto que tiene aptitudes, competencias, destrezas, habilidades y la intelectualidad necesaria para ejercer actividades calificadas o certificadas que pueden ser generales o específicas en áreas industriales, productivas y de servicios (Universia, 2020). En este orden de ideas, las profesiones técnicas son la clave de la revolución tecnológica y digital; contando con carreras técnicas, tecnológicas o profesionales con una preparación a corto (uno a dos años), mediano (dos a tres años) y largo plazo (cuatro a cinco años) respectivamente. Su diferencia radica en el grado de especialización, siendo la carrera profesional la que estudia y cursa más teorías y ciencias complementarias que se desarrollan con metodologías e investigaciones (Cajiao, 2017). Los programas de formación técnica brindan una gama de experiencias de aprendizaje con oportunidad de adquirir prácticas preprofesionales a través de pasantías, observación de operaciones, capacitación en el trabajo y oportunidades de certificación de la industria.
En la actualidad las empresas vinculan profesionales con conocimiento y dominio tecnológico que den soporte y soluciones a problemas de equipos, procesos y sistemas; potenciando la productividad, la calidad y la innovación (Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), 2021). La Figura 5, ilustra los ciclos de formación técnica profesional.
MÉTODO
El estudio utilizó la metodología descriptiva, que permitió analizar la percepción de los estudiantes de una IES que cursan el nivel básico de una carrera técnica. Para tal propósito, se empleó la encuesta (cuestionario) como instrumento de investigación. El cuestionario diseñado constó de tres dimensiones operacionalizadoras (conocimiento comunicacional, habilidades comunicativas y valores), con 16 ítems entre preguntas cerradas (dicotómicas) y una sola elección. La aplicación de la encuesta utilizó una herramienta en línea como el formulario digital que permitió la recolección de datos de todos los cursos que reciben la cátedra de comunicación oral y escrita de la carrera de Ingeniería de Mantenimiento de la Escuela Superior Politécnica del Chimborazo período académico octubre-2020 a marzo-2021.
La poblacional estudiantil investigada constó de 100 estudiantes, considerándose la totalidad de la misma para una mejor estimación del objetivo de investigación que es indagar aspectos de la comunicación en la formación integral del profesional técnico. Además, el análisis se apoyó del programa computacional Excel para la tabulación y estadística descriptiva de los datos recopilados de la muestra poblacional investigada.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
De acuerdo con el objetivo indagar aspectos de la comunicación en la formación integral del profesional técnico, se realizó un análisis de percepción de los estudiantes que cursan el nivel básico de la IES investigada. También, se precisaron estadísticos descriptivos relevantes que muestran resultados de los componentes de la comunicación oral y escrita (Ver Gráfico 1).
Según Pompa-Montes de Oca y Pérez-López (2018) la comunicación es una habilidad profesional esencial para la preparación de las personas a lo largo de la vida. El Gráfico 1, muestra al 100% de los estudiantes considerar la importancia del conocimiento de la comunicación en el proceso enseñanza y aprendizaje (PEA); por tanto, refleja su valor como competencia base en el currículo formativo.
Dentro de este marco, Vargas-López, et al, (2016) indica que la comunicación utiliza como instrumento al lenguaje que se compone de la comunicación no verbal, comunicación verbal (expresiva y receptiva), expresión emocional e interés y exploración que permiten a las personas relacionarse de diversas maneras. En la gráfica 1, se muestra un 55% de los encuestados reconocer la necesidad de la comunicación, expresión y lenguaje en la formación profesional. En cambio, Hevia- Artime, et al, (2019) señala que los componentes del proceso comunicativo son fundamentales para el desarrollo efectivo del PEA. Tal apreciación lo comparten 45% de los estudiantes encuestados (Gráfico 1).
Por otra parte, Sánchez-Sánchez y Coterón- López (2012) mencionan que las habilidades expresivas requieren de metodología específica para su descubrimiento, exploración y adquisición. En el Gráfico 1, se observa que un 60% de los encuestados estima la habilidad expresiva como una temática indispensable en los contenidos programáticos. Por otra parte, el 40% de los estudiantes encuestados valoran la comunicación oral, de acuerdo con Diez- Irizar, Herrera, y Flores-Hernández (2017) indican que desarrollar la competencia comunicativa de la lengua materna favorece desempeños relacionados a la profesión y el entorno social (Gráfico 1).
De la misma manera, Zambrano-Intriago, et al, (2016) señala que la comunicación escrita se concreta en la gran habilidad de escribir y construir textos con una acertada orientación, ejecución y control. En el Gráfico 1, se muestra un 54% de los encuestados reconocer la comunicación escrita como una técnica para formación profesional. De forma similar Velasco-Gómez (2018) señala lo esencial de la comprensión de lecturas de textos escritos, es que el estudiante sea mejor lector, con razonamiento y propósito, en este sentido, el 46% de los estudiantes encuestados valoran la habilidad de lectura y de expresión escrita.
Los resultados precisan la significación de la comunicación oral y escrita, considerada como una habilidad blanda que asocia la inteligencia emocional y la dimensión de la relación del sujeto con la sociedad y la profesión. La adquisición de esta competencia le permite diferenciarse de otros profesionales y tener mayor oportunidad en el mundo laboral (Universidad Escuela de Administración de Negocios-EAN, 2021). De manera análoga, las habilidades comunicativas se complementan con la práctica de valores que se fomentan en el PEA y son parte de la formación integral de profesionales técnicos. En el Gráfico 2, se muestran porcentajes de valores para la formación profesional que integran el proceso comunicativo y son considerados como importantes por los estudiantes encuestados.
Los valores en la educación son atributos positivos que consienten vivir en armonía, justicia y responsabilidad con la intención de obtener beneficios propios y de la colectividad en una sociedad global (Fundación Ayuda en Acción, 2018). En este sentido, la enseñanza de valores en las IES complementa la formación integral de profesionales que se comprometan con el desarrollo de una sociedad más ética y humana. Los estudiantes encuestados reconocen al respeto con el 86%, disciplina 82%, responsabilidad 80%, honradez 72%, justicia 65% y humildad 54%, (Ver Gráfica 2) como valores fundamentales para la formación profesional técnica. El conocimiento y la práctica de valores fortalecen las competencias en el ámbito productivo. Es decir, afianzan la estructura del currículo mediante su transversalidad, que implica comprender y desarrollar valores, cualidades, beneficios que respondan a la realidad personal y la necesidad social en un ambiente de conciencia y calidad de vida (Trujillo-García, 2011; Pérez- Herrera, 2016).
Finalmente, el estudio no involucró a estudiantes de últimos niveles de formación o que estén desarrollando actividades o prácticas laborales en empresas o industrias. De seguro, el conocimiento de estos datos beneficiaría aún más la investigación en favor del PEA y del currículo académico de las IES.
CONCLUSIONES
La comunicación oral y escrita con sus componentes principales (comunicación, expresión y lenguaje) posibilitan procesos dinámicos con técnicas y estrategias que mejoran la habilidad de hablar, escribir y expresarse con precisión y responsabilidad, capacidad muy apreciada en todo ámbito profesional y colectivo. De la misma forma, el talento comunicacional es una práctica cada vez más valorada en una empresa; su implicación es en todas las etapas organizacionales tanto a nivel interno como externo; por consiguiente, la formación profesional técnica debe articular esta competencia como esencial para el entorno laboral.
Las IES reconocen que el proceso de comunicación en la formación integral es la base del crecimiento personal y su gran valor favorece al talento humano, consideradas también como habilidades blandas que benefician las relaciones interpersonales generadas en el campo organizacional con el fin de alcanzar metas productivas. En tal sentido, la buena práctica de valores debe ser compromiso de todos los involucrados en el proceso formativo de la carrera profesional. Además, se debe considerar que el currículo académico tiene un carácter transversal que relaciona acciones que mejoran la praxis y las estrategias educativas. Por consiguiente, esta dinámica beneficia la formación integral y por ende las habilidades comunicacionales muy necesarias para el ejercicio técnico laboral.