INTRODUCCIÓN
Dentro del contexto de la pandemia por COVID-19, la educación ha tenido que afrontar cambios para permitir la continuidad. En este sentido, ha contado con los recursos tecnológicos dentro del acompañamiento de aprendizaje. Asimismo, en el desarrollo integral y social del alumnado se ha adaptado a las nuevas circunstancias a fin de mejorar las estrategias de trabajo en equipo. No obstante, el desarrollo de la inteligencia emocional se vio afectado, esto ocasiono posiblemente algunos problemas de salud (Martínez et al., 2020). Esto ha generado que las interrelaciones educativas se cumplan a cabalidad ocasionado que no mejoren los niveles de aprendizaje y, por ende, obligando que para que haya un mejor rendimiento académico de deban incluir estrategias y desarrollo de habilidades cognitivas para potencializar los resultados esperados (Vera et al., 2021).
Por su parte, Fernández y Cabello (2021) señalan que el desarrollo de la inteligencia emocional en las instituciones educativas es una herramienta indispensable que permite el cambio en el siglo XXI, para así mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas. Sumado a lo anterior se han desarrollado diversos programas como el INTEMO e INTEMO+ en la Universidad de Málaga para brindar a la educación efectos positivos que generen sentimientos de grupo en el aula. Sin embargo, de acuerdo a lo que informa García et al., (2022) en el contexto de pandemia por COVID-19, los alumnos asumieron una postura resiliente en el sentido de tener una nueva forma de enseñanza y la incertidumbre del día a día. Por tal razón, Orozco (2021) plantea talleres sociales con la finalidad de que los estudiantes ingresen y mejoren las conductas sociales que no eran profundizadas en las áreas de estudio debido a la pandemia del COVID-19.
Asimismo, Duque et al., (2022) realiza un conjunto de actividades físicas a través del baloncesto para permitir que los estudiantes potencialicen la inteligencia emocional, para ello, desarrollaron actividades grupales y de concentración. Todas estos recurso y actividades son necesarias para que la inteligencia emocional se potencie mediante la convivencia que se tiene en los salones de clase (Peña y Aguaded, 2021).
Por otra parte, Flores y Trujillo (2021) indican que durante la pandemia de COVID-19 en los estudiantes y docentes se generó una desventaja respecto al desarrollo de la inteligencia emocional. La educación a distancia tuvo que implementar diversas estrategias de enseñanza y aprendizaje asegurando el desarrollo cognitivo y las competencias socioemocionales. Para Franganillo et al., (2021) el reto de la educación estuvo enfocado en asegurar la igualdad de oportunidades y enfocarse en mejorar los patrones de conducta, hábitos y valores positivos.
Otros estudios señalan que en sus resultados que hay un porcentaje de maestros que evidencian moderados niveles de inteligencia emocional (Ordaz y Durán, 2022; y Menacho et al., 2022). Por tal razón, consideran que se debe fomentar estrategias de trabajo para fortalecer sus capacidades y hacer que pueda desenvolverse eficientemente en el entorno educativo.
En cuanto a la teoría de inteligencias múltiples de Gardner (1990) y Mayer y Salovey (1999) señalan que la inteligencia emocional se desarrolla mediante las habilidades y aspectos personales y sociales. Ellos mencionan que en Thurstone y Thorndike ya se hablaba de inteligencia multifactorial, señalando que esta permite conectar diferentes capacidades para tareas independientes. Para reforzar Guilford (1968) plantea un modelo tridimensional donde consideró que la inteligencia se manifiesta en operaciones contenidos y productos en cualquier actividad que se requiera.
Goleman (2007) explica que la inteligencia emocional mantiene una trascendencia que tiene las relaciones personales para que el ser humano se conozca y pueda mejorar los sentimientos, emociones, motivaciones; gestionando mejor las relaciones interpersonales. De ahí que precisó que se tiene 4 niveles de inteligencia emocional. La primera es el escaso nivel de inteligencia emocional, por lo que a través de ejercicios y juegos se debe motivar a mejorar dicho proceso. El segundo grado es el moderado nivel de inteligencia emocional; el cual involucra el saber controlar las emociones y valorar el esfuerzo que se hace en ella. Luego se tiene el elevado nivel de inteligencia emocional, que implica el reconocer las emociones de lo demás por medio del lenguaje no verbal. Finalmente, está el nivel superdotado de inteligencia emocional, el cual las personas tienen una buena comprensión y asimilación con lo que pasa en su entorno.
Posteriormente Goleman para el 2013 menciona que las emociones son estimuladas de forma rápida, por medio de ideas, experiencias o sensaciones que se verán manifestadas en el medio. Por otra parte, para Martínez et al., (2020) la inteligencia emocional es fundamental en los niños, ya que su desarrollo permitirá mejorar el conocimiento de las emociones y así poder automotivarse posibilitando una seguridad en las relaciones con los demás; tendrán la capacidad de emprender en los objetivos académicos y personales. De igual manera, Salas et al., (2022) consideran que los adolescentes necesitan estrategias que motive el desarrollo de la inteligencia emocional manifiesta que el ser humano presenta diferentes aspectos para mejorar; en este sentido, el potencializar la inteligencia emocional brindará una mayor interacción con la sociedad. Es así que se disminuirá el aburrimiento, parquedad o crisis social que desencadena en enfermedades como depresión, estrés o suicidio.
En términos de Sporzon y López (2021) en la etapa escolar la inteligencia emocional se percibe en los comportamientos conflictivos o agresivos o en un lenguaje carente de la comunicación; de igual manera se puede ver en la ausencia de actitudes empáticas o poco tolerantes a la frustración del rendimiento académico. De igual manera, Zambrano (2021) considera que es fundamental que los maestros desarrollen competencias emocionales, ya que estas son las habilidades que permiten tomar conciencia en poder comprender, expresar y regular las emociones. La optimización del aprendizaje será en la medida que los maestros se enfoquen en una enseñanza integral.
En cuanto al aporte de Zela et al., (2022) se tiene que la inteligencia emocional no solo es fundamental para poder mantener relaciones interpersonales favorablemente, sino que brindará un soporte en su vida futura, ya que evitará que se tenga ciertas patologías. De ello explican que se debe ayudar a los niños, tanto en casa como en la escuela, a que autorregulen sus emociones. Según Taveira (2021) los desafíos de la educación contemporánea son cada vez mayores y preocupan a los administradores y educadores. La inteligencia emocional en la escuela es una forma de dar a los estudiantes y profesores un mayor control sobre los aspectos emocionales, después de todo, todos los individuos tienen pensamientos positivos y negativos, momentos de dificultad y sentimientos incómodos.
Para Susye (2022) esta habilidad, bien desarrollada, contribuye a las buenas relaciones entre las personas, permitiendo una mayor comprensión en las relaciones interpersonales y una mejor interacción en el trabajo. Las personas que tienen inteligencia emocional pueden sentir, pensar y actuar de una forma más equilibrada y consciente. De esta manera, las emociones no controlan la vida, son solo parte de las experiencias personales. Se debe enfatizar en el aporte desarrollado por Goleman (2013) quien precisó cinco pilares fundamentales para la inteligencia emocional. Una de ellas es el conocer las emociones, el cual tiene que ver con el conocimiento de las emociones y las acciones que se realizan en respuesta a los estímulos. Este es un proceso permite a la persona reflexionar sobre cómo lidiar con los aspectos emocionales. Luego está el controlar las emociones, que consiste en aprender a controlar las emociones. Es importante saber lidiar con las emociones, pudiendo controlar las reacciones de acuerdo a cada situación. El tercer pilar es tener automotivación que involucra el reconocer y controlar las motivaciones. El cuarto pilar es ser empático; que está ligada a la capacidad de percibir emociones en los demás. La empatía pone a la persona en el lugar de los demás, haciéndola más sensible a los sentimientos de los demás. Finalmente, saber relacionarse interpersonalmente, el resultado de todo esto es tener una mayor capacidad para las relaciones interpersonales.
METODOLOGÍA
El estudio se llevó a cabo a través de una revisión sistemática, para ello, se utilizó como recursos la librería digital My Loft de datos de la Universidad César Vallejo (UCV) dentro de la cual algunas bases de datos se encuentran asociadas como ProQuest y EBSCOHost. Esto facilito el acceso para la obtención de información. Asimismo, se contó con el repositorio de bases abiertas como Google Académico. La recopilación de la información sirvió para obtener un producto basado preferentemente en información de revistas científicas indexadas.
Respecto al criterio de inclusión se consideraron artículos del 2020 al 2022 de fuentes confiables. En el proceso de exploración en la base de datos, se precisó la utilización de las palabras clave, se escogió entonces: “inteligencia emocional”, “educación a distancia”, “competencias emocionales”, “desarrollo emocional”, “contexto Covid-19”. Entre los criterios para analizar las investigaciones, se tuvo en cuenta el objetivo de estudio, el método, los resultados y las referencias.
De igual manera, para esta revisión se consideraron: (a) estudios de evaluación formativa en el aula, (b) aplicación de la evaluación en aula por docentes e investigadores desde el nivel inicial de educación básica hasta la superior universitaria, (c) escritos en español. En cuanto a los criterios de exclusión se tomó en cuenta la duplicidad, las temáticas diferentes y por razones justificadas, quedando seleccionados 13 artículos científicos, para ello se empleó el siguiente esquema (Figura 1).
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
El proceso de sistematización de las publicaciones se llevó a cabo considerando datos de los autores y año de publicación del documento, título del trabajo, planteamiento expresado en objetivos y artículos obtenidos fueron publicados desde el año 2020 al 2022, además, el idioma de las publicaciones consideradas fue en español. Para el desarrollo de la investigación se procedió a hacer una descripción basada en las publicaciones sobre la inteligencia emocional en la educación virtual; de ahí se realizó la revisión de la literatura encontrándose 13 artículos que incluyen el término analizado en la investigación. De acuerdo a ello, se presentan los estudios (Tabla 1).
De acuerdo a la información presentada se tiene que, en el contexto de la pandemia por COVID-19, los estudiantes evidenciaron que las emociones como la empatía, la creatividad, el autoconcepto y el buen trato tienen un papel fundamental en el contexto del aprendizaje (Orozco, 2021) esto a raíz de que las actividades estratégicas en trabajo en equipo, se visualizó el desarrollo de la inteligencia interpersonal para optimizar las habilidades socioemocionales (Salas et al., 2022). Por ello, se debió proporcionar a los estudiantes un abanico de posibilidades para que pueda afrontar sus emociones en contextos diferentes como lo fue la llegada de la pandemia.
En esta educación a distancia, generado por el COVID-19, también se evidenció que fue imprescindible el rol del maestro para que los estudiantes puedan realizar una planificación de sus actividades lo cual involucraba el tener un control emocional y reconocimiento de este para afrontar las circunstancias académicas (Menacho et al., 2022). De igual manera, Franganillo et al., (2021) y Sporzon y López (2021) precisaron que la inteligencia emocional es una habilidad que debe ser desarrollada en diferentes áreas de estudio pues se tiene en cuenta que de acuerdo a la neuropsicología los conocimientos son más accesibles en la medida que se tenga una inteligencia emocional favorable. Con respecto a las actividades físicas, Duque et al., (2022) precisaron que brinda mayor claridad y reparación emocional.
Por otra parte, para Bojórquez y Moroyoqui (2020) la inteligencia emocional permite tener un control respecto a la ansiedad que puedan tener los estudiantes ante las actividades académicas. De ello se tuvo en el trabajo de Martinez et al., (2020) que son las mujeres quienes tienen mayor atención y, por ende, pueden desarrollar mejor la percepción de los demás.
En cuanto a los aportes de García (2020) y Vera et al., (2021) precisaron que el desarrollo de las habilidades emocionales contribuye a mejorar las actividades académicas. Además, que la inteligencia emocional permite que las personas se puedan conocer mejor y comprenderse con respecto a los cambios que tienen. Para ello es importante determinar técnicas que permitan un mejor reconocimiento de las emociones. En el trabajo de García et al., (2022) demostró que existen diferentes estrategias asertivas para que el estudiante pueda mejorar las habilidades emocionales. Estas estrategias principalmente se centran en intentar controlar las impresiones creando una imagen positiva para así determinar el comportamiento social.
Respecto a Sánchez et al., (2021) y Patlotto et al., (2021) consideraron que por medio del diálogo los maestros brindan las herramientas necesarias para concientizar y obtener interés de los estudiantes. En la educación a distancia se tuvo diversas dificultades por las que el acompañamiento pedagógico fue indispensable en el control de las emociones y el trabajo en equipo. La inteligencia emocional tiene la capacidad de poder mejorar las habilidades del razonamiento y procesar las emociones de acuerdo al contexto en que se susciten.
CONCLUSIONES
La inteligencia emocional es una de las capacidades del ser humano que mejora las situaciones en que se desenvuelve. Respecto al contexto de la educación a distancia se necesita cubrir las demandas de los estudiantes para que ellos puedan obtener resultados favorables conociendo sus emociones y controlándolas de acuerdo a las circunstancias en que se desenvuelvan. En diferentes estudios, se tuvo que el desenvolvimiento adecuado de la inteligencia emocional permitirá obtener resultados favorables en la formación integral del educando; por lo que es necesario que se realicen estrategias para potencializar la capacidad emocional.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente.