INTRODUCCIÓN
En Ecuador la carne de cuy (Cavia porcellus) constituye un alimento de alto valor nutritivo que contribuye a la seguridad y soberanía alimentaria (1,2). El consumo per-cápita en el sector rural es de 16,90 kg/año y en el sector urbano de 8,52 kg/año (3). Las provincias de Azuay, Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi son consideradas como las principales productoras de cuyes, ocupando Azuay el primer lugar con una producción de 1.661,998 cobayos (4).
Ecuador y Perú, exportan carne de cuy hacia los mercados de Estados Unidos y España, siendo Perú el mayor exportador con una participación del 71, 3% y Ecuador con el 28, 7% (5); sin embargo, el nivel de producción no es suficiente para cubrir la demanda; puesto que, en la crianza de esta especie aún se descuidan factores relevantes que afectan los parámetros productivos y reproductivos, entre los que se puede mencionar la alimentación, manejo, higiene, entre otros (6,7).
La alimentación de los cobayos generalmente es a base de forrajes; no obstante, su disponibilidad es limitada (8), por escasa disponibilidad de terreno, baja fertilidad de los suelos, factores ambientales como: heladas, granizadas, sequias, inundaciones, entre otros que limitan la producción de forraje (9), lo que obliga al productor a implementar estrategias alimenticias que reemplacen el empleo de pasturas.
La producción de forrajes verdes hidropónicos (FVH) es una estrategia viable como alimento de excelente calidad nutricional (10), considerando que favorecen el ahorro de agua, poseen alto rendimiento de materia vegetal (11), se cultivan en espacios reducidos, a bajo costo (12), de alta palatabilidad y excelente valor nutritivo (13), con un gran aporte de vitamina A y E, las mismas que juegan un papel importante en el desarrollo y modulación del sistema inmunológico, fertilidad y productividad de los animales (14,15), la diferencia de los forrajes naturales fertilizadas con altas dosis de fertilizantes nitrogenados que acumulan NO3- y otros compuestos de N no proteico que interfiere en la asimilación de la vitamina A (16), pudiendo incrementar el rendimiento del FVH, la vitalidad y la resistencia a enfermedades y plagas con la aplicación de microorganismos benéficos (17).
Bajo este contexto el estudio evaluó los parámetros productivos, hematológicos y bioquímicos nutricionales en Cavia porcellus suplementados con forraje verde hidropónico y microorganismos eficientes.
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización
La investigación se desarrolló en la provincia del Azuay, cantón Cuenca, ubicado entre la latitud: 2º 53’ 57" sur y longitud 79º 00’ 55" oeste; a una altitud aproximada de 2.560 metros encima del nivel de mar, con una temperatura que oscila entre 7 a 15 °C en invierno y 12 a 25 °C en verano (18).
Manejo de los animales
Se evaluó un total de 42 cuyes mestizos, destetados, con un peso de 350 ± 50 g, distribuidos bajo un diseño completo al azar en 2 tratamientos, siendo T0 (Testigo) y T1 (FVH de avena forrajera enriquecido con microorganismos funcionales), 3 repeticiones y 7 unidades experimentales por cada repetición. Los animales fueron manejados en pozas de 80 X 75 cm de diámetro, identificados utilizando arete metálico numerado colocado en el pabellón auricular. Las variables medio ambientales (temperatura y humedad) fueron similares para todos los animales.
Los requerimientos nutricionales se ajustaron dependiendo de su etapa de desarrollo, considerando un consumo de materia seca del 10 y 12%, y en FVH del 10% en base al peso vivo. El requerimiento de materia seca se ajustó con una ración mixta entre alfalfa + concentrado con el 17% de PB para el tratamiento Testigo; mientras que, para el tratamiento T1 (FVH de avena forrajera + concentrado con el 17% de PB). El periodo de adaptación a la ración alimenticia fue proporcional, con una duración de 7 días.
Manejo del forraje verde hidropónico (FVH)
El forraje verde hidropónico de avena forrajera, se sembró en bandejas plásticas de 30 x 48 cm de diámetro, a razón de 0.5 kg por bandeja, previa selección, desinfección de la semilla utilizando 200 mL de cloro por cada 10 Kg de semilla en 8 litros de agua, remojo durante 2 horas y un reposo de 24 horas. La germinación de la semilla fue enriquecida con el 0.5% de microorganismos benéficos, la semilla germinó en área oscura durante 2 días, y el crecimiento con exposición a la luz solar por un tiempo de 14 días, realizando dos riegos al día con intervalos de 12 horas.
Calculo de Materia seca y digestibilidad
El análisis de MS del FVH, alfalfa y alimento concentrado, se realizó utilizando el método indirecto con microondas descrito por Petruzzi (19) y una balanza gramera marca METTLER TOLEDO. Un total de 100 g de alimento concentrado, FVH y alfalfa, fueron triturados a excepción del concentrado, en tamaño de 2 a 3 cm de diámetro, colocados en un vaso de precipitación y llevados al microondas en intervalos de tiempos de 3 y 2 minutos, con un promedio de 6 ciclos hasta que el peso se estabilizó. La digestibilidad se analizó utilizando la formula señalada por Martínez (20).
Variables estudiadas
Las variables estudiadas fueron: Parámetros productivos (consumo de alimento, incremento de peso, conversión alimenticia y porcentaje de mortalidad) analizadas cada 7 días; el rendimiento del FVH de avena forrajera (masa forrajera por bandeja en g, porcentaje de MS y digestibilidad del alimento y parámetros hematológicos (hemograma y bioquímica), estas dos últimas variables analizadas antes y después del periodo experimental.
Análisis de los datos
A los datos se les comprobó la distribución normal (Shapiro Wilks modificado), se utilizó un análisis de varianza para datos paramétricos, mediante la prueba de Duncan con el 0.05% de significación, y para los no paramétricos la prueba de Kruskal-Wallis, analizando los datos con el paquete estadístico InfoStat versión 1.1 (2002).
RESULTADOS
El rendimiento de masa forrajera del FVH de avena fue de 4 kg por bandeja, con una altura a los 16 días de 14-16 cm. El contenido de MS, se encontró diferencia significativa (p<0.05), registrando el valor más alto el concentrado con el 85.35 %, seguido de la alfalfa con el 37. 2%, registrando el valor más bajo el FVH de avena con el 16. 65 %, valores que se exhiben en la Tabla 1.
Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0,05).
La digestibilidad del alimento (FVH de avena forrajera y alfalfa), y la materia seca contenida en el alimento, no registraron diferencia significativa (p>0.05) entre los tratamientos; sin embargo, el FVH alcanzó la digestibilidad más alta con 82.62%; mientras que, la digestibilidad de la MS contenida en los tratamientos (Alfalfa y FVH) registró el valor más alto para la alfalfa con 81.46% respecto al FVH; datos que se muestran en la Tabla 2.
El consumo de alimento, no registró diferencia significativa (p>0.05) entre los tratamientos y semanas evaluadas; mientras que, en el incremento de peso y conversión alimenticia se observó diferencia significativa (p<0.05) durante la primera semana del experimento, registrando el incremento de peso más alto el T1 con 84.43 g y la mejor conversión alimenticia el T1 con 3.65; datos que se exponen en la Tabla 3.
Los parámetros hematológicos analizados mostraron diferencia significativa (p<0.05) entre tratamientos y fases analizadas; sin embargo, los valores se encuentran dentro de los referenciales con excepción del volumen corpuscular medio (MCV), que se encontró por debajo del valor referencial en el tratamiento T1, los datos se exponen en la Tabla 4.
DISCUSIÓN
Los datos de rendimiento de masa forrajera y contenido de materia seca del FVH de avena forrajera reportados en el estudio, son similares con los reportados por Albert et al. (21) quienes señalan un rendimiento de 4.44 a 4.96 kg/m2 y un contenido de MS del 16.12 a 13.75%; datos inferiores de MS en el FVH de avena fueron reportados por Morales et al., (22) quienes señalan un rendimiento de 1.39 Kg/MS; sin embargo, datos mayores fueron registrados por Ramos et al. (23), quienes obtuvieron un rendimiento de MS del FVH de avena del 19.80%; Fuentes et al. (24) reportan un rendimiento de MS del 36,86% del FVH de avena, quizá los valores difieran dependiendo de los días de cosecha, genotipo, tipo de fertilización, cantidad de Nitrógeno aplicado (25, 26), la concentración de salinidad del agua para el riego del FVH (27), porcentaje de asociación entre dos especies de forraje (28) variables ambientales, el tipo de sustrato utilizado para la germinación entre otros factores.
El contenido de MS de la alfalfa difiere de los reportados por Dammer (29) quien registró un el 24% de MS; Capacho et al. (30) reportaron el 9.80% de MS; la diferencia puede corresponder a la variedad de alfalfa, época de cosecha, distancia de siembra, variables edáficas, ambientes, entre otros.
Respecto a la altura del FVH los datos son similares a los reportados por Morales y col. (22) quienes señalan una altura de 15.59 cm en un tiempo de cosecha de 14-16 días; no obstante, difieren de los señalados por, Leiva y Álvarez (31) quienes reportan una altura de 20-25 cm en 12-20 días; mientras que otros autores citados por la FAO (32) observaron una altura de 10 cm en 13 días de crecimiento.
Los datos de digestibilidad difieren a los reportados por Cerrillo et al. (33) quienes muestran una digestibilidad del 72.8% en el FVH, y una digestibilidad de la MS analizada en 24 horas del 67.1%; Paipa et al. (34) reportan en la alfalfa el 61-69% de digestibilidad in vitro y el 58-67% in vivo y en la avena del 59% in vivo. Arias (13) asociaron el FVH de avena con heno de campo natural como alimento en cabras y determinaron mejoras en el aprovechamiento del alimento, alcanzando el 64,13% de digestibilidad.
Los parámetros productivos de los cobayos alimentados con FVH + concentrado, mostraron ventaja en comparación con los animales control, los datos son similares a los reportados por Nuñez et al. (35) quienes encontraron beneficios en los parámetros productivos de conejos alimentados con FVH de avena enriquecida con solución nutritiva. Benítez et al. (36) refieren que la alimentación de cobayos con FVH de maíz en porcentajes no mayor al 40%, ajustando los requerimientos nutricionales acorde a las necesidades, mejoran los parámetros productivos, los datos son apoyados por Vargas (37) refiere que la inclusión de FVH en la alimentación de cuyes incrementa el número de crías por año, reduce la mortalidad, cubre los requerimientos de agua, de vitamina C y reduce los costos de alimentación; sin embargo, Loa et al. (38) difieren al concluir que la alimentación de cuyes con FVH de avena y maíz más concentrado, no ejerce efecto positivo sobre los parámetros productivos en comparación a los alimentados con alfalfa más concentrado.
Los parámetros hematológicos analizados mostraron diferencia significativa (p<0.05) entre tratamientos y fases analizadas; sin embargo, los valores se encuentran dentro de los referenciales con excepción del volumen corpuscular medio (MCV), que se encontró por debajo del valor referencial en el tratamiento T1, los datos se exponen en la Tabla 4. Los valores del hemograma difieren de los reportados por Oriundo et al. (39) en su estudio, considerando que el autor refiere diferencia en los valores sanguíneos por la edad y estado fisiológico de los cuyes.
Quizá los valores hematológicos pudieran estar influenciados por el tipo de alimentación, considerando que el cuy en su proceso digestivo no sintetiza vitamina C León et al. (40) necesitando ser suplementado de fuentes externas (pastos y forrajes verdes); desde este contexto se puede considerar que el aporte de minerales y vitaminas sobre todo la vitamina C (103.23 mg/100 g de forraje verde) en la alfalfa tiende a ser menor (41) que los aportes de estos nutrientes con el FVH, los mismos que exhiben alto contenido de vitaminas A, E y C, por los carotenoides (250-350 mg/kg MS) y minerales como calcio, fósforo y hierro; además todas las vitaminas se presentan libres y solubles, siendo asimilables de forma directa (42,43), lo que podría fortalecer el sistema inmune por su relación directa con los β-glucanos y la presencia de vitamina C que favorece la presencia de hierro, elemento fundamental para el desarrollo del sistema inmune (44) mineral que es menos absorbido en cuyes que se alimentan con alfalfa con alto contenido de fibra (45,46).
CONCLUSIONES
La incorporación de microorganismos funcionales en el proceso de cultivo de forraje hidropónico, diseñado para la alimentación de cuyes, tiene un impacto positivo en varios aspectos clave. Esta práctica no solo eleva la digestibilidad del alimento, sino que también potencia el rendimiento productivo y fortalece el sistema inmunológico de los cobayos.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.
AGRADECIMIENTOS. A los estudiantes de tercer ciclo de Medicina Veterinaria-Universidad Católica de Cuenca, ciclo abril-septiembre 2022.