INTRODUCCIÓN
La carga laboral se define como el conjunto de requerimientos psicofísicos a los que se ve sujeto el individuo a lo largo de su jornada laboral. Bajo este contexto, relaciona no exclusivamente al esfuerzo físico sino también al mental, lo que incide en el estado de salud del trabajador que dependerá del trabajo que realiza y como lo desempeña (Sureda Martinez & Llorca Rubio, 2014)
La Organización Mundial de la Salud afirma que, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades OMS, s.F. (OMS, s.F.). Por consiguiente, actúa como una de las variables directamente relacionadas con la carga laboral, por los múltiples factores de riesgo físicos y psicosociales que conlleva.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conceptualiza a las mujeres indígenas como las conservadoras de los valores culturales y garantizadoras de la permanencia de sus pueblos. En consecuencia, enfrentan obstáculos tanto en el sistema indígena como en el sistema estatal, es decir, en los sistemas indígenas suelen afrontar prejuicios patriarcales y participación limitada y en relación con los sistemas estatales sufren racismo y mecanismos inadecuados e inaccesibles (Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, 2017). Se considera que, la mujer en el medio rural actúa en numerosas esferas: productora por cuenta propia, trabajadora agrícola, rural no agrícola, tareas domésticas y productivas no remuneradas, lo que muchas veces resulta invisible para las estadísticas (Valenciano, Capobianco Urdiales, & Uribe Turil, 2017).
Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OTI) afirma que, la situación laboral de las mujeres indígenas que viven en comunidades rurales sufren de interseccionalidad de elementos de modo que juegan a mantener su condición de pobreza y condiciones de empleo aún más precarias (Águila, 2015).
La situación laboral actual de las mujeres indígenas en las zonas rurales del Ecuador se determina en función a sus responsabilidades. A través de la historia se ha considerado a los hombres como productores únicamente y a las mujeres se le añade la función de reproducción, es decir se encuentran añadidas las tareas domésticas y de cuidado (Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural, 2018). En este contexto, Cevallos afirma que la vida diaria de las familias se evidencia en función del género, es decir las mujeres y las niñas siguen asumiendo responsabilidades aún mayores como la carga de trabajo familiar, encargándose más que los hombres de las labores más pesadas (Ceballos, 2014).
La carga laboral de las mujeres indígenas disminuye las posibilidades de tiempo para que se dediquen a otras actividades como la educación, la participación en la toma de decisiones comunitarias, y la búsqueda de la atención de salud para sí mismas o sus hijos, lo cual tiene un impacto considerable sobre su estado de salud. Por lo que supone para la mujer una carga física, mental y emocional, una dificultad de acceso al mundo laboral y su entorno (Organización Panamericana de la Salud OPS, s.f.). Con relación al evento de estudio, se determinó que, a nivel mundial, se han efectuado múltiples investigaciones desde el ámbito académico y científico.
Por lo consiguiente, al relacionarse la carga laboral a la condición de salud de las mujeres indígenas se evidenciaría un eje central de vulnerabilidad debido a la falta de acceso a los servicios de salud de estas comunidades rurales, siendo este un problema central en la calidad de vida de las mujeres de estas áreas y que con frecuencia se vincula a obstáculos geográficos, laborales, sociales y culturales (Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, 2017).
Este es un tema fundamental, desde el rol que cumple la enfermería en uno de sus modelos como en la enfermería transcultural de Madeleine Leininger. Por lo consiguiente, afirma que la mayoría de integrantes de la familia en una comunidad rural son trabajadores, así pues, esta interacción laboral puede actuar como factor generador de necesidades de salud. De esta manera, el estudio se enfocó en la relación de la carga laboral y condición de salud desde la percepción de las mujeres indígenas.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en la comunidad de Yuracruz ubicada al nororiente del Cantón Ibarra, Provincia de Imbabura - Ecuador, siendo las mujeres indígenas el objeto de estudio y que se dedican al trabajo remunerado (principalmente agrícola) y no remunerado (trabajo doméstico).
Se aplicó un estudio con enfoque cuantitativo, con un alcance descriptivo y correlacional, en el que se determinó la relación de la carga laboral y la condición de salud desde la percepción de las mujeres indígenas en la comunidad de Yuracruz.
La población de la comunidad de Yuracruz está conformada por 244 mujeres indígenas entre 18 a 65 años, por lo que se procedió a realizar un cálculo de muestreo, dando un tamaño de muestra de 150 sujetos de estudio, representado por mujeres indígenas que habitan en la comunidad de Yuracruz. Los criterios de inclusión fueron: las mujeres indígenas de 18 a 65 años que habitan en la comunidad de Yuracruz y las mujeres que aceptaron ser parte del estudio a través del consentimiento informado.
Se utilizó el cuestionario Condiciones de Trabajo, Empleo y Salud (ECTES), siendo una herramienta eficaz para un adecuado monitoreo de la salud de los trabajadores, está conformado por 50 preguntas que fueron asociados al tema de estudio. La dimensión sobre las condiciones de trabajo organizadas en 4 subdimensiones: seguridad, higiene, ergonomía y aspectos psicosociales. Además de otras dimensiones tales como: condición de salud, actividades preventivas y características familiares dirigidas al objeto de estudio.
Dada la diversidad de preguntas, relacionadas con la carga laboral y los posibles riesgos laborales en el conjunto de actividades económicas, se consideró por un grupo de expertos seleccionar aquellas que el grupo consideró más sensibles para medir la percepción de los riesgos más representativos sobre la carga laboral y de las condiciones de trabajo en cada una de sus subdimensiones. Para el cálculo de la carga laboral se tomó en cuenta las horas de su trabajo principal conjunto al trabajo doméstico; actividades que no fueron tomadas en cuenta por la población en estudio durante la aplicación de la encuesta, por lo que fue respondida esta interrogante de forma particular.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se enfocan en bases teóricas, relacionadas en primera instancia sobre las características sociodemográficas y laborales de la población en estudio, desglosada en dos temas primordiales (carga laboral y la condición de salud); y de esta manera correlacionar estas dos variables fundamentales en el desarrollo del estudio. Para el análisis y discusión, se detalló todos los aspectos expuestos en tablas y figuras.
Características sociodemográficas de las mujeres indígenas
En la Tabla 1, se expone las características sociodemográficas de la población en estudio, expresadas por mayor frecuencia. Según los datos obtenidos, se observa un predominio de mujeres indígenas entre los 40 a 49 años que representan al 33,33% de la población, consecutivo de un porcentaje considerable de mujeres de 50 a 59 años con el 26,66%. Por cuanto la carga laboral se concentra en estos rangos etarios, y un valor minoritario con el 6,68% en mujeres 18 a 29 años. A diferencia de lo establecido por el Instituto Nacional de Encuestas y Censos (INEC) en Imbabura que contempla edades jóvenes siendo la edad promedio 29 años (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos INEC , 2010).
En relación al estado civil, existe un mayor porcentaje de mujeres con relación estable por unión de hecho con el 65,34% representando a más del 50% de la población en estudio, seguido de casadas con el 29,33% y el porcentaje restante pertenecientes a mujeres solteras y viudas, debido a que no se encontró mujeres divorciadas. Sin embargo, el INEC refiere que el estado conyugal de las mujeres en Imbabura pertenece al 41.5% de casadas a diferencia de las mujeres con unión de hecho con un porcentaje mínimo del 9.2% (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos INEC , 2010).
Respecto al número de hijos se destaca que el 59,34% de la población en estudio tiene de 4 a 6 hijos. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), menciona que existe un descenso paulatino de la fecundidad en Ecuador, situado en 3,0 hijos por mujer, de todos modos, al considerar que la fecundidad de las mujeres en el área rural ha disminuido en gran magnitud, la tasa global de fecundidad en la Provincia de Imbabura es del 4.4 hijos por mujer, lo que coincide con los datos encontrados (ENSANUT, 2012).
El nivel de educación de la población en estudio es del 46,00% de analfabetismo y un 1.33% de técnico-superior, lo que expresa que únicamente dos personas de la población en estudio cuentan con educación técnica como agronomía e informática. Según el Ministerio de Educación, en Ecuador la tasa de analfabetismo en el área urbana ha disminuido notablemente del 17,9 % en el 2011 al 10,3 % al 2014, distinto a la población de áreas rurales, la tasa de analfabetismo se ha mantenido constante en el 3,8 % desde el 2011 hasta la actualidad (Ministerio de Educación del Ecuador, 2015).
Características laborales de las mujeres indígenas
En la Tabla 2, se refleja las características laborales de la población, en relación a la situación laboral aproximadamente la totalidad de la población con el 98,67% representan al trabajo informal y perciben un salario menor al sueldo básico reflejado con el 98,67%.
Además, se observa que la principal actividad laboral es la agricultura con el 50,67%, consecutiva a la ganadería con el 22,00%. En concordancia con la jornada laboral, esta se encuentra distribuida por una jornada partida (mañana y tarde) con el 92,00% y con un horario laboral que está centrada entre las 41 a 50 horas semanales con el 46,67%.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres representan el 20% de la fuerza de trabajo agrícola temporal, en consecuencia, consiguen empleos precarios y mal remunerados, por lo que pasan de ser trabajadoras cuyos salarios no les permiten satisfacer sus necesidades mínimas a pesar de las extensas jornadas de trabajo (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina para el Cono Sur de América Latina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2016).
Por otro lado, la Revista Española de Ciencias Sociales y Humanidades, afirma que las mujeres rurales son uno de los grupos sociales más vulnerables en el ámbito laboral latinoamericano, debido a su baja participación laboral y a la categorización ocupacional mayoritaria como: trabajadora agrícola (mayoritariamente temporal) y rural no agrícola (comercio y servicios), en tareas domésticas y productivas no remuneradas, lo que muchas veces resulta “invisible” para las estadísticas (Valenciano, Capobianco Urdiales, & Uribe Turil, 2017).
Condiciones Laborales de las mujeres indígenas
La Tabla 3, se enfoca en las condiciones laborales de la población, según los datos expuestos en la tabla, se determinó que existe un valor significativo en la variable muy mala superando la mitad de la población tanto en condiciones laborales ergonómicas (96%), seguridad (92%), psicosociales (86,67%) e higiénicas (64%), esta situación no solo exacerba la precariedad de las condiciones laborales actuales de las mujeres, sino que dificulta su acceso al mundo laboral de futuras generaciones. Población. La OIT, define a las condiciones de trabajo como cualquier aspecto laboral que actúa sobre la salud del trabajador y que tiene una incidencia sobre la carga laboral del trabajador (Organización Internacional del Trabajo OIT, 2021).
En las zonas rurales, las condiciones de trabajo tienden a ser precarias y peligrosas, es así que, las mujeres de esta zona se ven enfrentadas a riesgos en el manejo de equipos pesados, levantamiento de cargas, trabajo con animales, condiciones climáticas extremas, ruido, vibraciones excesivas, productos químicos, agentes infecciosos, polvo y otras sustancias orgánicas. Su ubicación geográfica les impide un fácil acceso a los servicios de salud (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, 2021). Por consiguiente, al generar mayor carga laboral provoca mayor riesgo sobre su situación actual.
Según la Revista Digital de Ecuador, las condiciones laborales de las mujeres rurales son lamentables, y dejan una brecha enorme en contraste con las zonas urbanas. Apenas el 12,2% de mujeres rurales cuenta con un empleo pleno con todos los beneficios laborales. El tipo de trabajo que prevalece en la mujer campesina es el empleo informal, con una tasa de 38,8% (Lucero, 2021).
Percepción de las mujeres indígenas de acuerdo a la carga laboral
En la Tabla 4, se determina la percepción de la población en relaciona la carga laboral, la carga laboral en las mujeres de la comunidad de Yuracruz está representada por la variable carga laboral alta con el 88,00% de la población, tomando en cuenta el total de tiempo dedicado a la actividad laboral principal de las mujeres ligado al tiempo dedicado a las tareas domésticas.
Es importante mencionar que en los resultados obtenidos a través de la encuesta las mujeres indígenas no tomaron en cuenta como parte de su actividad laboral el trabajo doméstico, debido a que lo consideran como parte de su vida cotidiana. Por lo tanto, los datos obtenidos son alarmantes debido a que la carga laboral influye directamente con la salud de la población en estudio.
Según el informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), a nivel global, las mujeres trabajan más horas que los hombres, si se tiene en cuenta tanto el trabajo remunerado como el no remunerado. En un día normal, las mujeres pobres de las zonas rurales trabajan hasta 16 horas, o incluso más en algunos casos, realizando muchas tareas, con frecuencia de manera simultánea, es decir, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de la responsabilidad del trabajo doméstico no remunerado (aproximadamente cinco horas diarias), y su papel en la agricultura de subsistencia por lo general es poco remunerado (FIDA, 2016).
Percepción de las mujeres indígenas en relación a la condición de salud
En la Tabla 5, refleja la percepción de la población en relaciona a la condición de salud, según los datos obtenidos el 38,67% de la población en estudio considera que su condición de salud es regular considerando aspectos tales como: percepción sobre su estado de salud general, accidentes o enfermedades laborales y riesgos de la salud, subsecuente al 24,00% de las mujeres en condición de salud mala. Se evidencia que la mayoría de las mujeres de la comunidad de Yuracruz poseen un estado de salud agravado, en relación al resto de variables que tienen porcentajes mínimos.
Según el informe de mujeres rurales y asistencia técnica en Ecuador, las mujeres rurales enfrente diversos obstáculos en relación a la salud generalmente por la carga laboral que presentan, es así que, la doble carga laboral que afrontan como la mano de obra agrícola y el trabajo doméstico le impiden gozar de su salud plena (UCE, 2018).
Los modelos de atención de la salud deben tener en cuenta el concepto indígena de salud, y preservar y fortalecer los sistemas de salud indígenas como estrategia para aumentar el acceso y la cobertura de la atención de la salud (Organización Panamericana de la Salud OPS, s.f.).
Carga laboral de acuerdo a la condición de salud
En la Figura 1, se detalla la carga laboral de acuerdo a la condición de salud, de acuerdo a las encuestas aplicadas, se determinó que la carga laboral y la condición de salud son variables estrechamente relacionadas a mayor carga laboral, la condición de salud va a ser más vulnerable, en el estudio está representada por la variable carga laboral alta y la condición de salud regular con el 38,67%, seguida con las variables mala y muy mala con el 24,00% y 22,00% respectivamente.
Según el informe de las mujeres rurales en Ecuador, la carga global de trabajo de las mujeres indígenas es alta, pues el trabajo de cuidado no se redistribuye en la familia, aun cuando ellas asumen las tareas de producción y también la representación en reuniones, mingas, asambleas y más, la cantidad de horas de trabajo de las mujeres respecto a la de los hombres es mucho más elevada, lo que conlleva al deterioro de la salud de las mujeres y por ende una carga laboral alta (Flores; Sigcha , 2016).
Correlación de variables mediante el cálculo del Chi- cuadrado.
Finalmente, en la Tabla 6, se expresa el cálculo de Chi - cuadrado en la correlación de las variables planteadas, se expresa una medida de la diferencia entre la distribución teórica y la experimental, lo que nos permite decidir, si hay asociación o no entre las variables. Dando como resultado de Chi-cuadrado 74.32, grados de libertad igual a 1, por lo tanto, valor de p igual a 0.
En la obtención del chi cuadrado, se evidencia que es del 0, es decir, existe una asociación significativa entre la carga laboral y la condición de salud de las mujeres de esta comunidad. Según Ruiz, el análisis del chi cuadrado será; si el valor es igual a 0 significa que existe concordancia perfecta entre las frecuencias, por lo contrario, si existe un valor mayor originara discrepancia entre estas frecuencias (Ruiz, 2020).
CONCLUSIONES
Este estudio delinea la interacción que existe entra la carga laboral y la condición de salud percibidos por las mujeres indígenas, por lo tanto, se abordaron las percepciones que ellas tiene sobre las condiciones y exigencias laborales que enfrentan y las consecuencias sobre su estado de salud. Las mujeres de este estudio coincidieron en que la mayor parte de las actividades que realizan son físicamente demandantes e intensas y que las actividades diversas que realizan las colocan en situaciones de riesgo en cuanto a accidentes de trabajo y exposición a diferentes riesgos asociados a su entorno laboral.
Saben que las posturas corporales que su trabajo requiere, las pocas horas de descanso, la falta de protección en el lugar de trabajo y estar expuestas a este entorno afectan su salud. Sin embargo, a pesar de reconocer las circunstancias en las que vive, consideran ser parte de su cotidianidad como consecuencias ineludibles de su trabajo. Por lo tanto, la mayoría coincide en percibir que las mismas exigencias del trabajo agrícola y compaginado con sus actividades domésticas y de cuidado son las que les impiden llevar un mejor estado de salud, es así que se relaciona directamente la carga laboral con la condición de salud