INTRODUCCIÓN
El síndrome de burnout fue descrito por el psicólogo estadounidense de origen alemán Freudenberger en 1974 y ampliamente estudiado por Maslach y Jackson (1). Es un síndrome de desgaste profesional causado por factores estresantes, emocionales e interpersonales en el trabajo. Se ha definido como un estado de estrés crónico caracterizado por tres dimensiones: altos niveles de agotamiento emocional, sentimientos de cinismo y falta de realización profesional (1).
La significación social que representa el síndrome burnout en América Latina, ha sido mostrada por Baldeón (2) en 2023, según estos autores en una revisión sistemática sobre las investigaciones del burnout realizadas en países hispanoamericanos, se observa una tendencia creciente tanto en educación básica, como en educación superior, especialmente entre 2017 al 2022, así como un aumento de las publicaciones que tratan el tema. Lo cual es sinónimo de la importancia que reviste el mismo en instituciones de estos sectores de la enseñanza.
En este sentido, a nivel mundial también se ha reconocido su relevancia con el aumento de casos en los últimos años hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud lo consideró como un riesgo laboral en el año 2000 (3) y en el año 2019 lo incluye oficialmente en la undécima edición de su manual Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), versión 04/2019, al síndrome de burnout en su capítulo 24 ‘Factores que influyen en el estado de salud o el contacto con los servicios de salud’, acápite QD85: ‘Síndrome de desgaste ocupacional’ (4).
En el caso particular de Perú, un estudio realizado en el año 2016 de corte transversal donde se investigaron un total de 583 estudiantes del tercer al sexto año de seis universidades peruanas, cuatro públicas y dos privadas, se diagnosticaron con síndrome de burnout el 24.1% de los participantes en la investigación y con mayor probabilidad de enfermar el varón, del quinto año académico, edad mayor a 30 años, con pareja, y aquellos que presentan obesidad, con enfermedad crónica y los que fuman y toman (5).
Por otra parte, el seguimiento de los procesos educativos en período de pandemia (COVID-19) fue posible a través de la educación virtual, por lo que se convirtió en una de las actividades de mayor estrés y altos niveles de agotamiento de los estudiantes, en ocasiones se traduce en costes económicos y sociales para las organizaciones educativas. Para los estudiantes, el agotamiento en el trabajo puede tener efectos negativos en el clima escolar, la eficacia de la escuela y el aprendizaje (6,7) y también se asocia a consecuencias negativas para la salud, el absentismo y el rendimiento laboral de los alumnos (8).
Dadas estas preocupaciones, el objetivo de esta investigación fue identificar las dimensiones del síndrome de burnout en estudiantes universitarios de la Carrera de Contaduría y Finanzas de la Facultad de Ciencias Contables de la Universidad Nacional del Altiplano, Puno, Perú.
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio se desarrolló bajo un diseño observacional de corte transversal similar a (9), en los meses de mayo y julio de 2021, mientras se desarrolló el semestre académico de ese propio año con estudiantes de la carrera universitaria de Contaduría y Finanzas de la Facultad de Ciencias Contables de la Universidad Nacional del Altiplano, Puno, Perú.
La muestra: Participaron en el estudio 161 estudiantes que cursaron los ciclos académicos de cuarto a décimo semestre académico, cuya edad promedio fue de 29.41 (± 8.12) años. El instrumento que se utilizó fue el Inventario Maslach de Burnout para Educadores (MBI-ES) (1). Se trata de un instrumento de 22 ítems que mide las características del agotamiento, incluyendo el agotamiento y la ineficacia profesional (1). Se utilizó una escala Likert de 7 puntos para indicar la frecuencia con la que los educadores están de acuerdo con las afirmaciones: 0 (nunca); 1 (a veces); 2 (una vez al mes o menos); 3 (algunas veces al mes); 4 (una vez a la semana); 5 (algunas veces a la semana) 6 (todos los días).
Se utilizó el estadístico alfa de cronbach fue calculado, con el propósito de validar un instrumento documental de investigación (10), los valores obtenidos fueron 0,90 para Agotamiento, 0,76 para Cinismo y 0,76 para Ineficacia profesional. Además, una prueba de χ 2 y exacta de Fisher fueron aplicadas para establecer la asociación entre las dimensiones de burnout y las variables edad, género y estado civil de los estudiantes el nivel de significación se estableció para p<0.05. Además, para conocer la magnitud de las diferencias entre las proporciones se empleó el método ajustado de Bonferroni (11), la significación se estableció para p<0.05. Los análisis se realizaron en las libreria(Epitools), utilizado el software R versión 4.3.2 (2023-10-31)-"Eye Holes" Copyright (C) 2023.
Consideraciones éticas: En cuanto a las consideraciones éticas, la presente investigación se llevó a cabo de acuerdo con los principios éticos definidos por la Declaración de Helsinki y contó con el aval del comité de ética institucional. Fueron informados sobre el propósito y la naturaleza de la investigación y dieron su consentimiento informado, garantizando la naturaleza privada, confidencial, anónima y voluntaria de su participación.
RESULTADOS
La muestra de 161 estudiantes utilizada en esta investigación tiene entre sus características demográficas más relevantes una edad media de 29,41 (± 8,12) años, distribuidos en los rangos etareos siguientes: menor o igual a 30 años el 62.3%, entre 31 y 40 el 26.5%, entre 41 y 50 el 8.6% y el 1.9% son mayores de 50 (tabla 1).
Los participantes al ser clasificados en las diferentes dimensiones del síndrome burnout mostraron como regularidad diferencias significativas (p<1.056e-06), (p<1.199e-10), (p<1.309e-13) con 74 (46%) y 57 (35%), 85 (53%) y 47 (29%) y 91 (56%) y 39 (24%) para los niveles bajo y alto de las dimensiones agotamiento emocional, cinismo e ineficacia profesional, respectivamente.
Se puede observar que existe una mayor prevalencia de cansancio emocional en los estudiantes cuyas edades son inferiores a 30 años, en comparación con los estudiantes mayores de 41 años (Tabla 2). El 24.8% (n = 40) de los estudiantes padecen un agotamiento emocional alto, mientras que el 9.3% (n = 15) padecen un agotamiento emocional medio; sin embargo, no existe una asociación estadísticamente significativa entre el agotamiento emocional y la edad (p>0.05). En cuanto al cinismo, se observa que existe una mayor prevalencia en los estudiantes menores de 30 años en comparación con los mayores de 41 años con 19.2% (n = 31) y 2 (1.2%) respectivamente en nivel medio. Cabe señalar que no existe una asociación significativa entre el cinismo y la edad de los estudiantes de contabilidad. Existe una mayor prevalencia de ineficacia profesional en los estudiantes cuya edad es inferior o igual a 30 años. El 23 (14.2%) de los estudiantes de contabilidad presentan una prevalencia alta, mientras que el 20 (12.4%) tienen dificultades con la ineficacia profesional. Es importante indicar que la ineficacia profesional no está relacionada con la edad de los estudiantes universitarios de la carrera de contabilidad financiera.
Las proporciones totales de los niveles de cada dimensión que tiene subíndices distintos difieren para p<0.05 (11). NA = No disponible.
Los participantes al ser clasificados en las diferentes dimensiones del síndrome burnout según el género mostraron como regularidad no asociación significativa (p>0.05) y los mayores valores se presentaron en los niveles bajo y alto para las diferentes clasificaciones con 31 (19.2%) y 26 (16.1%), 31 (19.2%) y 24 (14.9%), 32 (19.8%) y 22 (13.6%), 43 (26.7%) y 31 (19.2%), 54 (33.5%) y 23 (14.2%) y 59 (36.6%) y 17 (10.5%) para hombres y mujeres en los niveles bajo y alto de la dimensiones agotamiento emocional, cinismo e ineficacia profesional, respectivamente.
Además, se puede observar que las mujeres tienen una mayor prevalencia de la dimensión agotamiento emocional en comparación con los hombres en los niveles medio, bajo y alto con 43 (26.7%) y 31 (19.2%), 26 (16.1%) y 31 (19.2%), respectivamente. Así mismo, prevalece este comportamiento en el resto de las dimensiones. Es importante destacar que no existe asociación estadísticamente significativa entre el agotamiento emocional y el género de los estudiantes (Tabla 3). En cuanto al resto de las dimensiones los valores más altos se observan en el nivel bajo para las mujeres en comparación con los hombres.
Al evaluar el estado civil de los estudiantes con las dimensiones del síndrome burnout no se encontró asociación estadística (p>0.05). Además, se observa que los estudiantes cuyo estado civil que predominó fue el soltero. Los cuales mostraron como regularidad los mayores valores en los niveles bajos y altos con 58 (36.02%) y 42 (26.08%), 62(38.5%) y 36 (22.3%) y 68(57,0%) y 28 (23,1%) de las dimensiones agotamiento emocional, cinismo e ineficacia profesional, respectivamente.
DISCUSIÓN
El síndrome de burnout es un problema creciente entre los estudiantes universitarios y el profesorado (12,13). Los resultados notificados en los estudiantes de la Carrera Universitaria de Contaduría y Finanzas de la Facultad de Ciencias Contables de la Universidad Nacional del Altiplano, Puno, Perú son muestra fehaciente de esta tendencia. Según González-Atega (14) en el 2023, valores altos de las dimensiones agotamiento emocional y cinismo es evidencia de indicios del síndrome. En el presente estudio estos valores fluctúan entre un 35% y 29% respectivamente.
Así, la importancia de un diagnóstico precoz radica en el hecho de que el burnout se relaciona con problemas de salud y con una reducción del rendimiento laboral. De hecho, los estudios han indicado una relación entre el burnout, la ansiedad y la depresión (6) y la aparición de síntomas psicosomáticos (15). Por otra parte, el porcentaje de participantes clasificados según los niveles de cada dimensión son mayores en los extremos bajo y alta, lo cual podría ser explicado en posteriores estudios mediante hipótesis que evalúen las condiciones ambientales en que se desarrollan los estudiantes de esta carrera, lo cual es abordado por Rosales (16) en el 2013.
Por otra parte, se observa en esta investigación que las mujeres tienen una mayor prevalencia, aunque el género no se asoció con las dimensiones del burnout. Lo que difiere de los resultados encontrados por Núnez-Joseli (12) en el 2017, quienes encontraron que la prevalencia de este síndrome fue muy similar en ambos sexos, con una leve preponderancia en el masculino (6.3% frente a 6%) y se coincide con Backović (17) en el 2012 muestran una frecuencia de burnout mayor en el sexo femenino, encontrándose diferencias de sexo en la autopercepción de la salud física y el estrés que ocasionan determinadas actividades académicas, siendo las mujeres quienes presentan una peor respuesta a estos estresores académicos, declarando incluso como estresante el contacto con los pacientes. Por otra parte, no se alcanzó asociación entre las diferentes variables estudiadas y las dimensiones del síndrome de burnout. Lo cual puede estar explicado por las escalas utilizadas en las diferentes variables, muestra de ello es la edad donde donde los intervalos superiores mayor de 50 años tuvieron muy pocos participantes de igual forma cuando se clasificó la muestra según su estado civil.
El signo clave del agotamiento emocional de los estudiantes se traduce inicialmente en una reducción del esfuerzo y la participación en la planificación para alcanzar las competencias profesionales y menos interacción social con los estudiantes (18,19). Además, los profesores que experimentan síntomas de burnout son más propensos a ser críticos, lo que puede hacer que los alumnos muestren menos motivación y competencia (20).
Los signos clave del agotamiento de los estudiantes solteros se traducen inicialmente en un menor esfuerzo y participación en la planificación de las clases y en una menor interacción social con los estudiantes (21). Estudios anteriores han observado un empeoramiento de la calidad de la asistencia sanitaria, con un aumento del absentismo laboral, un incremento de las solicitudes de reducción de jornada, una reducción de la productividad y la eficiencia, y un aumento de los errores médicos (9).
CONCLUSIONES
Se concluye que existen diferencias significativas entre los valores de las dimensiones del síndrome de burnout en estudiantes de la Carrera de Contaduría y Finanzas; la mayor cantidad de participantes clasifican en los niveles bajo y alto de las tres dimensiones. Por otro lado, no se observaron asociaciones estadísticas al clasificar a los participantes según edad, género y estado civil. Estos hallazgos brindan información relevante sobre la prevalencia de las dimensiones del síndrome de burnout en estudiantes, lo que puede ser útil para el desarrollo de estrategias de prevención y apoyo.
DECLARACIÓN SOBRE CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.
FINANCIAMIENTO
Los autores declaran no recibir financiamiento
AGRADECIMIENTO
Expresamos nuestro agradecimiento a los estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno.